Cuadros de esperanza: las obras de la Hna. Isabel Guerra y la Virgen de Chiquinquirá
La Hna. Isabel Guerra es una monja cisterciense que vive en Zaragoza pero ha exhibido sus cuadros en la Galería Sokoa en Madrid, donde nació en 1947. Hace poco, el lector Miscato me envió una presentación PowerPoint muy parecida a la que se ve en este vídeo, en la que se ven algunos cuadros de la Hna. Isabel Guerra, pintados con una espátula, sin pinceles:
Se lee en ese vídeo: “No crean que la vida monástica le ha apartado de las preocupaciones terrenas: convencida de que este mundo no puede gustarle a nadie, su obra contiene un mensaje de esperanza: La belleza es posible, no todo está perdido.” ¿Pero eso es todo lo que ofrece la Hna. Isabel Guerra? ¿Es su mensaje de esperanza sólo una belleza estética cualquiera? No, según los títulos de sus obras.
En este sitio venden reproducciones de sus obras, pero con títulos en inglés que no son los originales. Por ejemplo, “El taburete” y “El umbral, II” (que se ven a la derecha) son, respectivamente, “Descubriendo la luz de tu presencia” y “Por tu palabra viviré en la claridad” en el Catálogo de Exposición de la Galería Sokoa de una exhibición del 2005.
La canción “Soledad” que acompaña el vídeo tampoco hace justicia a la visión cristiana de la Hna. Isabel Guerra. La fuente en la canción no sabe hacia dónde va y las mujeres retratadas parecen estar solas, pero la Hna. Isabel Guerra dirige a los que ven sus cuadros hacia el Señor, cuya presencia acompaña a las mujeres en sus obras. Aquí se encuentran más títulos de sus cuadros, de una exhibición de 1999 en la Galería Sokoa.
El conocimiento que profundiza enriquece. Igual que algunos se quedan admirando un taburete, la luz del día o un umbral en la obra de la Hna. Isabel Guerra, algunos a quienes se les presenta a Jesús como hijo de Dios se quedan con la misma pregunta que la multitud que le rechazó en Nazaret, según el Evangelio del XIV Domingo de Tiempo Ordinario: “¿No es este el carpintero, el hijo de María…?” (Mc. 6, 3)
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El “hijo de María", Nuestro Señor Jesucristo, está representado en brazos de Su Madre en un cuadro milagroso en Colombia, cuya historia explica este vídeo:
Esa imagen milagrosa todavía se venera en Colombia en una basílica menor de la que ha sido recientemente nombrado prior el P. Nelson Medina, O.P.
La veneración de las imágenes religiosas por los católicos se debe al respeto que tenemos a lo que representan, no a la misma imagen. María Ramos no le rezaba al cuadro, sino que pedía a la Santísima Virgen María su intercesión ante el Señor para que fuera honrada como Madre de Dios. El Señor oyó su piadosa oración, concediendo el milagro que resultó en la advocación de Su Madre como Ntra. Sra. de Chiquinquirá, Patrona de Colombia, cuya fiesta es el 9 de julio.
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Uno se podría preguntar tras ver el vídeo sobre la obra de Isabel Guerra si la Esperanza cristiana es simplemente un anhelo mundano de belleza estética, o si es la búsqueda de acontecimientos inexplicables como la renovación de la imagen de la Virgen de Chiquinquirá. Pero, ninguna de esas interpretaciones son correctas, como explica Mons. Raffaello Martinelli en “¿Cuál esperanza?”
¿En qué consiste la Esperanza cristiana?
La esperanza es la Virtud por la cual esperamos gozar, cuando muramos en gracia de Dios, la felicidad plena y eterna, que es el mismo Dios (cfr. Compendio, 207-216; 387).
La verdadera Esperanza, por tanto, no es una cosa sino Alguien: no está fundada sobre cosas que pasan y que pueden sernos quitadas, sino sobre Dios que se dona para siempre. La verdadera, “gran Esperanza del ser humano, que ha de superar todo lo demás, sólo puede ser Dios, que abraza el universo y que nos puede proponer y dar lo que nosotros por sí solos no podemos alcanzar. (…) Dios es el fundamento de la Esperanza; pero no cualquier dios, sino el Dios que tiene un rostro humano y que nos ha amado hasta el extremo, a cada uno en particular y a la humanidad en su conjunto” (Papa Benedicto XVI, “Spe salvi facti sumus”, 31).
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Tiene algún ejemplo concreto de cómo su fe cristiana le ayudó a apreciar mejor alguna obra de arte? ¿Cómo ayudaría a alguien a entender lo que es la verdadera Esperanza para los católicos?
Mañana – S. Cristóbal – “se preguntaba asombrada: ‘¿De dónde saca todo eso?’”(Mc. 6, 2)
9 comentarios
A mí me ocurre muchas veces. La necesidad de estar en compañía de mi soledad, para disfrutar de unos momentos propios, para recapitular, emocionarme o arrepentirme. No todo es compromiso con el exterior, debemos comprometernos primero con nosotros mismos para, luego, estar preparados para entregar a los demás.
En cuanto a las obras de arte, mi fe católica me ha hecho valorar más lo que no me gusta que lo que me gusta, lo que descarto por una ausencia de motivación en el mensaje o por la expresión maliciosa del mismo.
Y, en cuánto a la verdadera Esperanza, opino que es el ejemplo lo que se debe transmitir. La verdadera felicidad que sentimos quiénes creemos que este mundo es un paso a la eternidad y transcribo, al efecto, unas palabras publicadas en la revista Nuestro Tiempo (1998) del, entonces, Cardenal Ratzinger:
“Si perdemos completamente de vista lo eterno, entonces también lo intramundano pierde su valor, porque se agota en ese breve período en el que vivimos. Por tanto, también desde un punto de vista humano es necesario abrirse a la eternidad y abrirse a Dios. Ahora bien, si a partir de ahí se descuida lo terreno, entonces se ha entendido de forma equivocada a Dios y a la eternidad, porque precisamente la fe en Dios y la fe en la eternidad lleva a reforzar la responsabilidad por lo terreno, porque en cada momento de mi vida yo voy creando eternidad y si descuido ese devenir terreno, ese hacer eternidad en lo temporal, entro en una contradicción conmigo mismo. Me parece que eso es lo que tenemos que aprender: que sin la eternidad no se puede vivir porque el tiempo se queda vacío, pero que sólo si ese saber de la eternidad llega a llenar plenamente este tiempo, entonces eso adquiere sentido”.Disculpen la extensión del comentario.
-La Esperanza está en María,"la llena de gracia".
-La fe me ayuda a contemplar lo que de sobrenatural se produce ante la imagen de Jesús,p.e.el Jesús del Gran Poder
Nuestra fe en Dios (y sobre todo el amor que suscita esa fe) hace que nos ofendamos cuando aparecen obras de "arte" que pisan nuestros valores e intentan colar sacrilegios como si nos debería de dar igual.
En el fondo, es cuestión de valorizar tanto el mundo que vemos como el mundo que vivimos según la eternidad, como explica tan bien. Creo que la cita del Cardenal Ratzinger merece ser meditada ante el Señor y la usaré en el artículo sobre S. Benito (cuya fiesta es hoy, como recuerda Odet). Un saludo.
"La espera de María, en viaje para ir donde Isabel y que se apura por los montes de Judea: 'imagen de la futura Iglesia que, en su seno, lleva la esperanza del mundo por los montes de la historia' (Spe, 50)."El Cristo del Gran Poder de Sevilla se parece mucho al Cristo de Medinacelli que se venera en Madrid. Cuando estuve allí hace un par de años, pude comprobar lo que me dijo Doña Amalia (la señora que me contó la historia de esa estatua milagrosa): que muchas familias subían a la estatua para ofrecer sus bebés al Señor, otra preciosa imagen de nuestra esperanza puesta en manos del Señor.
Gracias también por recordarnos al Patrono de Europa. Aunque con retraso, escribiré sobre él, Dios mediante.
Incluyo los vídeos que puedo encontrar por YouTube. Quizás no encontré uno de la presentación PowerPoint sobre el universo cuando la comenté, pero cuando tenga un poco más de tiempo intentaré encontrar uno para el artículo que menciona. Muchas gracias por sus aportaciones al blog. Un saludo.
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