Cómo nos ayuda el Espíritu Santo a rezar bien el Padre Nuestro
El don de la Sabiduría nos ayuda a apreciar las cosas de Dios en esta tierra, elevando nuestros ojos al Señor, que según el Evangelio de la Ascensión del Señor: “subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios” (Mc. 16, 19). El mismo Jesucristo nos enseñó la oración que comienza: “Padre Nuestro, que estás en el cielo….” [en chino en la foto] que probablemente estuvo en los labios de los apóstoles mientras rezaban juntos en espera del Espíritu Santo, el que les iba a enseñar todo.
¿Cómo nos ayuda el Espíritu Santo a rezar bien el Padre Nuestro?
Así nos lo explica Sto. Tomás de Villanueva(1486-1555) en este fragmento de “Explicación de las Bienaventuranzas y su correspondencia, ya con los dones del Espíritu Santo, ya con la oración del Padre Nuestro” (numeración y división en párrafos no en el original)
1) Y es de mirar que a estas siete palabras [de las Bienaventuranzas] corresponden siete dones del Espíritu Santo, y las siete peticiones del Pater noster; porque el que fuere verdadero humilde, aquél es sobre quien se asienta el espíritu del temor de Dios, que es una reverencia del ánima, considerando la grandeza de Dios en su propia pequeñez; y éste sólo puede decir en verdad: Santificado sea tu nombre; que quiere decir que toda la honra sea atribuida a Dios.
2) Y de la humildad nace la mansedumbre, que concuerda con el don de la piedad, con el cual no resistimos, mas honramos las obras y palabras de Dios, aunque no las entendamos; y en estos tales reina Dios, porque no le resisten, y por tanto oran a Dios con verdad: Venga a nos tu Reino.
3) Y después de haber echado de sí los alborotos de la ira, queda en sosiego para pensar de cuántos males esté lleno este mundo; y enseñando por el don de la ciencia, sabe que más conviene en él trabajar que holgar, y llorar que reír; y la causa porque llora es, entre otras, porque en sí mismo y en otros no se obedece del todo la voluntad de Dios, y por eso ora; y sintiendo dolor por sufrir este destierro, confórmase por quererlo Dios, y dice: Fiat voluntas tua: cúmplase tu voluntad en la tierra como en el Cielo.
4) Y como este lloroso desarraiga del corazón el deseo de los placeres del cuerpo, no le queda en qué emplear la hambre de su deseo, sino en las cosas espirituales; y así ha hambre y sed de justicia; y para esto es menester el don de la fortaleza, porque mayor trabajo es que cavar pasar de la carne al espíritu, y desechar el pasatiempo presente, y buscar el mantenimiento escondido; y estos solos hambrientos dicen a Dios con verdad: El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.
5) Mas porque, por muy vigilantes que sean en vencer a sí mismos, para comer este pan que los hace justos, empero todavía caen en algunos pecados, por tanto han menester el don de consejo, por el cual acuerdan de ser misericordiosos con ellos, perdonando los suyos; y a estos conviene decir: Perdónanos nuestras deudas, así como nos perdonamos a nuestros deudores.
6) Y con estas virtudes pasadas nace en el ánima un deseo de perfecta limpieza, la cual limpie su entendimiento para poder ver a Dios, el cual no se deja ver sino de ojos muy limpios; y para esta vista les es dado el don del entendimiento, con que penetren las cosas de Dios y lo conozcan en sí y en ellas; y como mientras más las conocen, más huyen y temen el ofenderlo, por tanto le ruegan con mucha instancia: No nos traigas en tentación.
7) ¿Qué resta de todas aquestas cosas, sino un deseo grande de ordenar en tanto sosiego su cuerpo y su ánima, que los que posean en tanta paz, que ninguna cosa haya en ellos que se levante contra Dios, deseando la misma paz a sus prójimos? Y entonces tienen el don de sabiduría, porque el ánima del justo silla es de la sabiduría, estando unida a Dios por pacífico amor, y éstos son los que ruegan a Dios (y lo alcanzan): Líbranos del mal.
¿Cuándo fue la última vez que rezó el Padrenuestro detenidamente, saboreando cada palabra? El azahar simboliza “pureza, sabiduría, amor eterno”. Que la Inmaculada Virgen María, Trono de Sabiduría, nos ayude a gustar del Amor Eterno como hizo Sto. Tomás de Villanueva meditando el Padrenuestro.
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Novena al Espíritu Santo(www.corazones.org)
[Rezar cada día de la novena: “Acto de consagración al Espíritu Santo diario", “Oración por los 7 dones del Espíritu Santo"(ver enlace de la Novena)]
Día 8
Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está helado, calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han desviado!
El don de Sabiduría
Abarcando a todos los otros dones, como la caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de los dones. De la Sabiduría está escrito: “todo lo bueno vino a mí con Ella, y riquezas innumerables me llegaron a través de sus manos”. Es el don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.
Oración
Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén. (Padrenuestro, Avemaría, Gloria)
[Foto del azahar: Ellen Levy Finch, Licencia de documentación libre GNU, Wikimedia Commons]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]:¿Qué otros santos nos han ayudado a meditar el Padrenuestro? ¿Cómo se pone en práctica el don de la sabiduría en nuestras vidas?
Mañana – Los frutos del Espíritu Santo – “si beben un veneno mortal, no les hará daño” (Mc. 16, 18)
22 comentarios
Me uno a lo que dice Luis López,respecto al Padrenuestro,así lo viví,pero desde hace unos años es la propia Palabra de Dios la que más me edifica,p.e.:
'Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles' (Sal 102, 13)
'Sión decía: el Señor me ha abandonado, y mi Señor se ha olvidado de mí. ¿Puede acaso una mujer olvidarse de su niño, no compadecerse del hijo de sus entrañas.? Aunque ella se olvidare, yo no te olvidaría' (Is 49, 14-15)
La sabiduría hace que ejercitemos el sabor espiritual de las cosas de Dios,en especial a Jesucristo,aunque por dentro esté más seco que el desierto de...Sonora,pongamos por caso.:-)
María, un día de estos te teclearé un fragmento de la "Subida al Monte Carmelo" para que nuestros amigos del blog sepan algo más de como se "elevan los ojos al cielo"; pues creo que muchos católicos repiten las palabras, pero no todos tienen un mínimo de "agarre" en la cuestión.
S. Juan de la Cruz lo aclara comentando unas palabras del profeta Jeremías.
Preguntaba yo en una ocasión si merecía la pena rezar así, me aconsejarón que aunque fuera de esa manera, lo hiciera, por que al menos mantenia una costumbre.
No sé si el consejo es muy acertado, pero sí sé que cuando rezamos, cuando rezo, saboreando las palabras, poniendo atención al significado de cada una de las palabras y frases, la presencia del Señor se hace más evidente.
No siempre estamos en la adecuada disposición para la oración, mi consejo sería que cuando estamos un poco "disperso" intentar "leer" la oración, seguir el significado de cada frase, de cada palabra. Verdaderamente ayuda a centrarnos en lo que hacemos.
Rezar el Padrenuestro, conscientes de cada palabra, de cada significado, nos otorga una emoción inigualable. Pero coincido con el comentario de Ciudadano, que a veces no estamos preparados por nuestros problemas de la vida diaria. Sin embargo, considero que aunque sea por costumbre, se debe seguir rezando. No abandonarnos a la pereza en la oración.
Es cierto que, a veces, acabado el día, sólo tienes deseos de descansar y de ir a dormir, pero el esfuerzo por entregarte un momento a la oración, aunque sea un momento, es gratificante. Y sólo se reconoce una vez concluida porque algo queda, algo sientes.
De hecho, a veces, dedico horas de la noche a mi trabajo ¿cómo no se las voy a dedicar a Dios?
[Mi esposo y yo no sabíamos dónde estaba el desierto Sonora. Tras su comentario nos enteramos que estaba en Arizona, donde sí sabíamos que había desierto, pero no sabíamos el nombre. Se aprende algo todos los días. :) ]
Lo mejor es que para comunicarnos con el Señor ni hacen falta palabras cuando le hablamos con el corazón. Le pido que se acuerde de todos los que pasamos por aquí en sus oraciones. Un saludo.
Pero ya sabes que a mí esto de tecleo se me da muy mal y, como el texto lleva varios tipos de letra, para distinguir las palabras del profeta Jeremías, de las propias de S. Juan; pues me lo estoy pensando. Pero creo que es más fácil que te de el capítulo y siendo tú tan devota de Marta como eres, será más seguro que los amigos de tú blog lo puedan disfrutar a aprovechar pronto. Pues son palabras que valen su peso en oro y, más. Aunque como todos sabemos, al final el Espíritu Santo es el que enseña. Saludos
Saber cómo se elevan los ojos al cielo es mucho; pero es,... de verdad maravilloso,... cuando debajo del cielo hay una vasija según el modelo de Nuestra Señora.
Aunque sea anecdotico, muy bonita la imagen del Padrenuestro en chino y tambien de la flor de azahar.
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