Engaños del demonio para hacernos pecar
En el Evangelio del XVII Domingo de Tiempo Ordinario Jesús les dijo a los apóstoles antes de multiplicar los panes y los peces: “Decid a la gente que se siente en el suelo” (Jn. 6, 10). Así indicó el Señor que por la obediencia y la humildad de abajarse uno hasta el mismo suelo por la voluntad de Dios se reciben los dones del Señor.
S. Alfonso María de Ligorio (1697-1787), Doctor de la Iglesia y fundador de los Redentoristas, sabía por experiencia que Dios humilla a los que ama para que crezcan en virtud porque fue tras perder como abogado el primer caso jurídico de su vida que se entregó por completo al Señor. Permaneció firme en su deseo de aceptar todo como voluntad de Dios, aunque le quedó en un momento sólo un miembro fiel a él en su Congregación, aunque tuvo que cerrar conventos por rumores y aunque le excluyeron de su Congregación injustamente en 1777.
Hacia el final de su vida escribiría “Preparación para la muerte” y sobre la “Conformidad con la voluntad de Dios”:
“Si queremos vivir en continua paz, procuremos unirnos a la voluntad divina y decir siempre en todo lo que nos acaezca: «Señor, si así te agrada, hágase así» (Mt., 11, 26). A este fin debemos encaminar todas nuestras meditaciones, comuniones, oración y visitas al Señor Sacramentado, rogando continuamente a Dios que nos conceda esa preciosa conformidad con su voluntad divina. (Cap. 36, 2)”
En cambio, cuando pecamos, rechazamos la voluntad divina, lo cual agrada mucho al demonio, que por su soberbia fue derribado del Cielo y condenado. S. Alfonso María de Ligorio señala 6 engaños que el demonio usa para hacernos pecar: