¿Por qué es bueno memorizar oraciones aunque no se comprendan aun del todo?
La memorización es sólo un primer paso en el entendimiento de cualquier cosa, no sólo en el ámbito espiritual y religioso. Según el “American Council on the Teaching of Foreign Languages” (ACTFL) que conduce examinaciones de proficiencia verbal en el ámbito escolar y profesional, cuando uno comienza a aprender un nuevo idioma y se expresa a nivel de “novato medio”:
“se comunica a nivel mínimo y con dificultad usando un número de palabras aisladas y frases memorizadas limitadas por el contexto particular en que se ha aprendido el idioma. Cuando responden a preguntas directas, pueden expresar sólo dos o tres palabras a la vez o una respuesta ocasional memorizada. Pausan con frecuencia mientras buscan vocabulario simple o intentan reciclar sus propias palabras y las del interlocutor. […]” (“ACTFL Proficiency Guidelines – Speaking” (1999) – traducido del .pdf en inglés)
Algo muy diferente pasa cuando uno ya alcanza el nivel superior (lo cual no se hace sin pasar antes por los niveles inferiores) y puede elaborar ideas más sofisticadas y abstractas sin problemas. Aunque podrían no estar libres de todo error en el uso del idioma, esos errores no distraen ni son obstáculos para la comunicación.
¿Y en nuestra comunicación con el Señor?