Sacrilegios y milagros eucarísticos en Europa
Tras la institución de la Eucaristía en la Última Cena, nos dice el Evangelio del Domingo del Corpus Christi que Jesús y sus apóstoles: “salieron para el monte de los Olivos” (Mc. 14, 26), donde el Señor sudó sangre en agonía. Allí sufrió porque sus apóstoles no velaron con Él ni una hora, lo cual ha motivado a muchos a adorar al Santísimo al menos una hora en reparación por las ofensas que sigue recibiendo en ese Sacramento.
El Señor ofreció Su Cuerpo y Sangre por nuestra redención en Su Pasión y Muerte. La Misa en la Iglesia Católica es el mismo sacrificio de Cristo. Aunque sea incruento, como dice S. Juan Crisóstomo: “Esto que hay en el cáliz es aquello que manó del costado, y de ello participamos”. (Hom. 24 sobre la 1a. Epístola a los Corintios)
Por eso, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “2120 El sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios. El sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía, pues en este sacramento el Cuerpo de Cristo se nos hace presente substancialmente (cf. CIC can. 1367; 1376).”
Lamentablemente, han habido sacrilegios documentados a lo largo de los siglos, pero el Señor también ha obrado milagros para demostrar que las Hostias consagradas son Su Cuerpo y Sangre hasta que pierden su integridad. Los siguiente 24 ejemplos son de una exhibición internacional del Vaticano: “Los milagros eucarísticos en el mundo” (descargable en color más información e ilustraciones de aprox. 100 milagros).