La Ssma. Virgen María se apresuró en el Evangelio del IV domingo de Adviento a hacer algo muy sencillo y natural de lo cual se valió el Señor para conceder Su gracia a otros: “saludó a Isabel” (Lc. 1, 40), su prima.
A lo largo de Adviento muchísimas personas por todo el mundo ya se desean: “Feliz Navidad” tanto en persona como por escrito, anticipando la gran alegría de celebrar el Nacimiento de Ntro. Señor Jesucristo. Amigos y parientes se visitan para animarse con esa esperanza y con gran amor.
Fue en 1843 que John Callcott Horsley creó la primera tarjeta comercial de Navidad (5 1/8 x 3 1/4 pulgadas) en Inglaterra para su amigo Henry Cole. Se imprimieron 1.000 tarjetas [ver ilustración] para venderlas en Londres. Llevaban la inscripción “A Merry Christmas and a Happy New Year to You”, lo cual significa: “Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo” (aunque “Merry” en esa época significaba “Santa” o “Bendita”).
En los EE.UU., Louis Prang los vendió en Europa en 1865 y los popularizó en los EE.UU. con sus ilustraciones de temas diversos (no religiosos) en 1876. Hoy en día abundan las tarjetas “navideñas” que no hacen mención siquiera en su mensaje del gran acontecimiento histórico que celebramos los cristianos.
Escribirle y mandarle una felicitación a alguien (hasta el Papa) puede ser tan fácil y económico como hacer un par de clicks. Otra cosa es decidir qué escribir y qué ilustración o foto acompañará esos buenos deseos para el Cumpleaños del Señor… ¿Reflejan nuestras tarjetas de Navidad que somos católicos?
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