Funerales chinos: tradición, ataúdes colgantes y cremación
Un sacerdote chino explicó a mi familia para el funeral católico de mi madre (que fue en los EE.UU.) que ciertas tradiciones funerarias chinas eran permisibles siempre que se hicieran con la debida intención. Por ejemplo, tras la Misa fúnebre se repartieron monedas de chocolate a los asistentes, combinando la costumbre de repartir monedas (símbolo de prosperidad continua) y algo dulce (para consolar a los asistentes), no con la superstición de que si no se hiciera traería mala suerte a los asistentes y a la familia, sino como recuerdo de que la muerte no es el punto final de nuestra existencia, ya que Cristo pagó por nosotros con su vida.
En la casa, para recordar el aniversario del fallecimiento, se dejan frutas ante la imagen del difunto y se encienden velas, saludando con tres inclinaciones de la cabeza antes de rezar por el difunto. No se adora al difunto ni se cree que se da de comer a los difuntos para que no se conviertan en fantasmas o traigan mala suerte, como piensan bastantes en China. Las frutas en una familia católica china indican cariño y recuerdo del difunto en la vida de la familia, como un detalle de que no se les olvida.
Las inclinaciones de cabeza se permiten ya que es práctica eomún en China saludar a otros con respeto, especialmente a los que son mayores en edad que uno, con una sola inclinación de la cabeza. Las velas animan la oración por los difuntos, que en familias católicas se hace con oraciones de la Iglesia. Se concluye la oración con tres inclinaciones de cabeza de nuevo, otra muestra de respeto, como una despedida.