Arqueólogos buscan la verdadera Vía Dolorosa en Jerusalén

El nuevo libro del arqueólogo israeli Shimon Gibson, “The Final Days of Jesus” (“Los días finales de Jesús”), señala el lugar del juicio de Jesús al sur de la ciudad y no al norte como marca el comienzo de la Vía Dolorosa que siguen los peregrinos en la Jerusalén moderna, según CNN.com en el artículo en inglés (con un vídeo de lo que expone Simon Gibson): “Arqueologist: Jesus took a different path”(“Arqueólogo: Jesús siguió un camino diferente”).

En el siguiente vídeo en español que muestra parte de “La Jerusalén de Jesús”(serie “Mundos Perdidos”documentado por History Channel), Shimon Gibson y el historiador Ori Soltes indican que la ruta de la Vía Dolorosa en Jerusalén podría estar equivocada, que Jesús tomó una ruta diferente en Jerusalén de su juicio a su muerte. Pero, el lugar de la crucifixión parece ser correcto, según los estudios de las arqueólogas Katharina Galor y Jodi Magness.

A pesar de las diferentes propuestas de Vía Dolorosa por los arqueólogos modernos, como se oye en el vídeo: “para la mayoría de las personas [que recorren la Vía Dolorosa] es la dimensión espiritual del viaje lo que importa”. La tradición sigue los pasos de Jesús como hizo Su Madre, la “Mujer” revelada tanto al principio y al fin de las Sagradas Escrituras (Génesis y Apocalipsis) como al comienzo y al final del ministerio público de Jesús (que la llamó “mujer” en Caná y en el Calvario).

El primer Sábado Santo, Ntra. Sra. De la Esperanza[foto de sjaces en Flicker] mantuvo firme su fe en la gloria de Cristo a pesar del dolor que sufría porque ella sabía mejor que nadie que, como oímos al centurión decir en el evangelio del Domingo de Ramos: “Realmente este hombre era Hijo de Dios” (Mc. 15, 39).

De la misma forma, este vídeo sigue el camino tradicional de la Vía Dolorosa en Jerusalén sin detenerse en el sepulcro para seguir a Jesús hasta el Monte de la Ascensión:

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El lector Foix comentó al artículo “Profecías que cumplió Jesús en Su Pasión y Muerte” sobre “lo que teológicamente se conoce como el sábado de la Historia y que, cualquiera que sea un poco observador, podría muy bien identificar con este tiempo nuestro sobre el que se cierne la noche y la tormenta.” Recomendó el cuadro de Andrea Mantegna que acompaña esta última estación del Vía Crucis, una estación llena de esperanza.

Estación XIV del Vía Crucis: Jesús es depositado en el sepulcro
[Vía Crucis en el Coliseo (2009) por Mons. Thomas Menamparampil, S.D.B., Arzobispo de Guwahati (India) – Traducido del ingles]

V/. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R/. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.

Del Evangelio según San Marcos 15, 46
José compró un sudario de lino, bajó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en ella y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca; y rodó una piedra a la entrada del sepulcro.

Meditación
Las tragedias nos hacen reflexionar. Un tsunami nos dice que la vida es seria. Hiroshima y Nagasaki siguen siendo lugares de peregrinaje. Cuando la muerte sobreviene cerca de nosotros, otro mundo se acerca. Entonces dejamos nuestras ilusiones y alcanzamos una comprensión más profunda de la realidad. Las personas de la Antigua India rezaban: “Condúceme de lo irreal a lo real, de la oscuridad a la luz, de la muerte a la inmortalidad”(Brihadaranyaka Upanishads 1.III.28).

Después de que Jesús dejó este mundo, los cristianos comenzaron a mirar hacia atrás y a interpretar su vida y su misión. Llevaron su mensaje a los confines de la tierra. Y este mismo mensaje es Jesucristo, que es “el poder de Dios y la sabiduría de Dios” (1 Cor. 1, 24). Dice que la realidad es Cristo (Cf. Col. 2, 17) y que nuestro destino final es estar con Él (Cf. Phil 1, 23).

Oración
Señor Jesús, ayúdanos, mientras avanzamos por el cansado camino de la vida, a vislumbrar nuestro destino final. Y cuando por fin pasamos a él, sabremos que “no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor” (Ap. 21, 4). Dios secará todas las lágrimas de nuestros ojos.

Es esta Buena Nueva la que estamos deseosos de anunciar “de toda forma” (Phil 1, 1 8) hasta en los lugares donde no se ha oído de Cristo (Cf. Rom. 15, 20). Para esto trabajamos duro (Cf. Hechos 20, 35, Rom. 12, 8). Trabajamos “noche y día” (1 Tes. 2, 9) y nos gastamos (Cf. 1 Cor. 4, 12). Señor, haznos mensajeros eficaces de tu Buena Nueva.

“Sé que mi Redentor vive, y que al final se alzará sobre el polvo; y con mi propia carne veré a Dios.” (Job 19, 25-26).

Mañana – La Resurrección de Jesús - “Vió la losa quitada” (Jn. 20, 1)

Nota: Los comentarios de este artículo estarán cerrados durante el Santo Triduo. Que el Señor nos bendiga abundantemente y acompañe con su gracia en lo que nos queda de estos días de especial recogimiento en la Iglesia Católica.