Cuando los niños hacen ruido durante la Misa
En el Evangelio del VI Domingo de Pascua, el Señor prometió a sus apóstoles en la Última Cena: ‘Me voy y vuelvo a vuestro lado.’ (Jn. 14, 28). Sufrió la Pasión y la Muerte, pero volvió a verles tras Su Resurrección. Se fue a la diestra del Padre en la Ascención pero no nos dejó, sino que también se quedó en la Eucaristía.
La Ssma. Virgen María y S. José ya tuvieron experiencia del dolor de separarse del Señor cuando Él tenía doce años. Pero, le encontraron en la Casa de Dios. En la Iglesia es donde también deseamos todos los padres católicos que nuestros hijos encuentren al Señor a lo largo de sus vidas. Pero, es inevitable (al menos ésa es mi impresión como madre) de que en algún momento algún niño entre los que uno tenga deje escapar algún ruido durante la Misa que pudiera molestar a otros.
El “Catecismo de la Iglesia Católica” [2222, 2226, 2227 en este post] ofrece indicaciones sobre cómo los padres deberían de educar a sus hijos “desde la más tierna infancia”, o sea que ya en la infancia se les puede dar buen ejemplo de la importancia de la Misa en nuestra vida espiritual. ¿Cómo se viven esas indicaciones puestas en práctica en el contexto de la Santa Misa?
Éstas son algunas de las dificultades (y las alegrías y beneficios que las superan) de llevar a los niños pequeños a Misa.
1. “Los padres deben mirar a sus hijos como a hijos de Dios y respetarlos como a personas humanas.
Eso se le puede olvidar a uno cuando le está sacando a un niño de la iglesia por la enésima vez por lloros que no parecen humanos y mucho menos se asemejan a la idea que uno podría tener de lo que es un hijo de Dios. Pero, así es… el Señor nos ama a cada uno tal y como somos y acepta tanto que asistan a Misa los niños como los que se quejan de ellos.
2. “Han de educar a sus hijos en el cumplimiento de la ley de Dios, mostrándose ellos mismos obedientes a la voluntad del Padre de los cielos.”
Y es que para cumplir la ley de Dios, los padres deben asistir a Misa los domingos y días de precepto. No hace falta que los niños que no han llegado al uso de la razón (más o menos 7 años) asistan a Misa, pero no hay mejor forma de aprender que viendo el ejemplo de sus padres (que no dejan de asistir a Misa por mucha guerra que les den los niños u otros feligreses). Además, muchas veces, para cumplir ese mandamiento los padres no tienen más remedio que llevar a todos sus hijos con ellos a Misa.
3. “La educación en la fe por los padres debe comenzar desde la más tierna infancia.” Esta tierna infancia a la que los padres deben educar en la fe es edad de pañales que necesitan ser cambiados en medio de la Misa, que de repente tienen hambre a pesar de haber comido hace 15 minutos y no sienten ninguna vergüenza demostrando a gritos (suele ser cuando deja de tocar el órgano) que algo les molesta, etc.
4. “Esta educación se hace ya cuando los miembros de la familia se ayudan a crecer en la fe mediante el testimonio de una vida cristiana de acuerdo con el Evangelio.”
Los miembros más jóvenes de una familia no siempre se ayudan durante la Misa a crecer en la fe de la forma más silenciosa. Es entonces cuando más ganas se tiene de demostrar a hermanos mayores o menores lo que uno sabe de lo que está pasando, cuando más preguntas surgen sobre el por qué de detalles que han escapado la atención de sus padres todas sus vidas, de decirle en voz muy alta al bebé que no llore ni haga ruido porque estamos en la Misa. Todo dicho de tal forma que todos los demás feligreses se enteren muy bien.
5. “La catequesis familiar precede, acompaña y enriquece las otras formas de enseñanza de la fe. Los padres tienen la misión de enseñar a sus hijos a orar y a descubrir su vocación de hijos de Dios (cf LG 11).”
A veces esa misión parece una imposible cuando los niños no parecen hacer caso ni a castigos ni a premios ni a ninguna otra estrategia. No hay mejor oración en este mundo que la Santa Misa, y los padres deben enseñar a sus hijos no sólo a comportarse bien en la iglesia, sino también a rezar durante ella. No se debería perder de vista la importancia que tiene la catequesis familiar, hasta en el caso de que alguien con las mejores intenciones cuestionara la decisión de llevar a los niños a Misa.
6. “La parroquia es la comunidad eucarística y el corazón de la vida litúrgica de las familias cristianas; es un lugar privilegiado para la catequesis de los niños y de los padres.”
De hecho, este “lugar privilegiado” de la parroquia lo es gracias a la presencia del Señor en los Sacramentos. Es el lugar en el que cada miembro de la familia puede recibir las bendiciones de Dios en cada Misa y al mismo Señor en la Eucaristía cuando uno está bien dispuesto para recibirle. Allí se escucha la Palabra de Dios que no se enciende y apaga como un televisor, sino que debe permear cada momento de vida familiar tras haberla soplado de vida el Espíritu Santo durante la Misa. Parece increíble, pero un padre que asiste a Misa con sus hijos puede oír también con devoción el Evangelio.
7. “Los hijos, a su vez, contribuyen al crecimiento de sus padres en la santidad (cf GS 48, 4).”
No se ejerce sólo la paciencia, sino también la humildad de poder reconocer que se necesita la ayuda del Señor y cómo el Señor enseña a los más pequeños lo que oculta de los sabios. ¡Cuántas veces son los niños los que animan la piedad de los padres, los que les animan a asistir a Misa y a hacer las cosas bien! No hay nada mejor que un padre puede hacer por su hijo que crecer él mismo en santidad para así atraerle a la fe, pero muchas veces es el mismo hijo el que motiva ese deseo de aprender más sobre la fe para transmitirla mejor, de llevarle a Misa para que el niño esté ante el Señor… y así se acerca uno más al Señor también.
8. “Todos y cada uno deben otorgarse generosamente y sin cansarse el mutuo perdón exigido por las ofensas, las querellas, las injusticias y las omisiones.”
Aunque parezca todo lo contrario a alguien cuya experiencia de la Misa pudiera haber sido molestada de alguna forma por las pequeñas batallas y luchas entre niños y entre padres e hijos durante la Misa, esos momentos de “crisis” no duran y se resuelven con bastante rapidez. Muchas veces los pequeños ruidos que el contexto de la Santa Misa (con todas sus expectativas espirituales y presiones sociales) amplía a proporciones astronómicas no es nada fuera de lo ordinario para padres que comprenden los esfuerzos de sus hijos.
9. “El afecto mutuo lo sugiere.”
En el fondo, da mucho gusto ver a los miembros de las familias asistiendo juntos a Misa, dando testimonio de su fe por la molestia que se toman para no perderse la Misa a pesar de todas las diferentes actividades en el mundo que pueden reclamar su atención. Que todos se sientan juntos a pesar de todas las diferencias y malentendidos y dificultades que podrían haber experimentado durante la semana dice mucho sobre el afecto que hay en la familia y la importancia del Señor en sus vidas.
10. “La caridad de Cristo lo exige (cf Mt 18, 21-22; Lc 17, 4).”
¿Y no es Cristo lo más importante en la Misa, la razón principal por la cual se asiste? En la gran mayoría de los casos, los padres no dejan a sus hijos comportarse como si nada en la iglesia, sino que se esfuerzan para enseñarles a mostrar la propia reverencia ante el Señor. Y es Cristo mismo el que bendecirá los esfuerzos de todos los que asistan a Misa sonriendo con Caridad a los padres, que hacen lo posible para que sus hijos encuentren al Señor (más pronto o más tarde) en la Santa Misa.
[Ver también: “10 estrategias para que se comporten mejor los niños en Misa”, que incluye sugerencias en el caso de que no se comportaran bien los niños durante la Misa.]
[Fotos de Wikimedia Commons: cuadro de Jesús en templo (Joergens.mi) / Jesús con niños (Romary) ]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué hace cuando oye a niños haciendo ruido durante la Misa? ¿Desde que edad empezó a llevar a sus hijos a Misa? ¿Qué se aprende llevando a niños a Misa?
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24 comentarios
¿Qué hace cuando oye a niños haciendo ruido durante la Misa?
Nada, me alegro que haya niños en la Misa. La falta de ruido de niños, me sugiere ausencia de ellos, síntoma de menos Iglesia en el futuro. Ha ocurrido que en más de una ocasión alguna persona se molesta del ruido que hacen mis hijos, los reprimen directamente a ellos y allí les digo que se dirijan a mi con sus quejas. Se termina allí el problema.
¿Desde que edad empezó a llevar a sus hijos a Misa?
Desde que nacieron (tengo 8). No había quién los cuidara en domingo y vamos todos juntos a Misa. Cuando crecen, a partir de cierta edad es conveniente que se hagan presentes en la Misa en vista de la primera comunión. Luego, se hacen jóvenes y a veces no es posible juntarnos todos en la misma Misa
¿Qué se aprende llevando a niños a Misa?
No se. Siento que estamos cumpliendo con el Señor cuando le prometimos educar a nuestros hijos en la fe en nuestra boda. También siento que les estamos dando lo mejor, a Dios mismo y le agradezco que Él nos lo permita.
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Solodoctrina, ha mencionado a alguno de sus hijos de vez en cuando, pero ¡no sabía que tuviera 8 hijos! Tiene mucha más experiencia en ese campo que yo, que por ahora sólo tengo 2, a quienes llevo conmigo a la Misa también desde pocos días después de nacer.
Me parece que cuando se defiende la cultura de la vida se debe de ser más tolerante hacia los niños. Pero, habiendo católicos que piensan que pueden ser pro-aborto, podría haber también quienes ven a los niños como una molestia a evitar, aunque en general (y hay excepciones que confirman la regla) me he encontrado con personas a quienes les agrada ver a los niños en la iglesia.
Mis padres tuvieron 5 hijos, y hoy en día recuerdo con nostalgia cuando solíamos poder asistir todos juntos a la Misa. Como dice, ya de mayores se hace difícil hacerlo. Un saludo.
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Rojobilbao, en mi opinión (y espero que quedó claro en el post), sí deberían de ir porque las ventajas sobrepasan esas dificultades que son normales. A veces los niños se entusiasman por algo o se sienten molestos por algo de repente, olvidándose de que están en la iglesia durante Misa, pero para eso estamos los padre para recordárselo. Claro que uno podría pasárselo mal pensando en que podría estar molestando a otros, pero la gente suele comprender si algún niño llora y el padre tiene que sacarle al vestíbulo un ratito para que se calme.
Ya sabemos que la Misa no es un espectáculo, sino el Santo Sacrificio del Señor, Su Pasión, Muerte y Resurrección. Es un momento sublime abierto a todos, en que se busca complacer al Señor y no a uno mismo... Él ama tanto a los niños que dijo que el Reino de los Cielos pertenece a los que son como los niños y pidió que se les dejara acercarse a Él. Intento pensar en Él y así ser un poco más paciente con mis hijos cuando no se comportan como me gustaría, pero sí bien según su edad. Un saludo.
Los niños son niños, en la calle, en la escuela y en la iglesia. Por supuesto que hay que hacer todo el esfuerzo posible por conseguir que se comporten lo mejor posible en Misa, pero también hay que aceptar su naturaleza.
Tienen el mismo DERECHO que los adultos en estar en la Casa del Padre. A veces, hay gente que piensa que las Misas son sólo para los adultos, cuando el mismo Jesús ya lo dijo claramente: "dejad que los niños se acerquen a mi".
Lo ideal sería que en las iglesias (cada vez hay más, gracias a Dios), dispongan de un área reservada para estar con los niños. Una pecera donde los niños no molesten a los de fuera y los padres y niños puedan seguir la Misa sin problema.
Yo he vivido dos reacciones distintas ante un mismo hecho: un niño que molesta -inevitablemente- un poco (ojo, si el niño está rematado, y la molestia no es moderada y aceptable, los padres, lógicamente le sacan sin problema) y el Celebrante que haga un gesto de simpatía, una alusión a la alegría de deducir que si hay un niño "por ahí" es que hay unos padres jóvenes que vienen a Misa, etc, y al acabar la Misa, la gente sale guiñando y haciendo gestos simpáticos a los niños y sus padres. En la misma situación original, por el contrario he tenido que vivir cómo el Celebrante llega hasta parar la Misa y reprocha públicamente la molestia de los niños. Al acabar la Misa, los mismos que en la primera situación saludaban con palmas a las familias con niños, ahora les miran juzgándoles y recriminándoles de malos modos su asistencia. El Celebrante debe explicar y favorecer una integración en la Misa.
¡Por supuesto que los niños molestan! Pero también molesta la señora que desafina en las canciones, o la viejecita que por su edad, retrasa hasta la desesperación la cola de la Comunión, o el señor que no para de toser, distrayendo a quienes estamos a su al rededor ¿y? ¿debemos tratar con la misma dureza e intolerancia a esas personas -que también molestan el optimo desarrollo de la Eucaristía- como la manifestamos de una forma que me admira respecto a los niños? La iglesia se vaciaría.
Necesitamos un poco de tolerancia entre todos, y especialmente con los niños.
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Álvaro, me parece muy acertado lo que comenta. Y he notado también la diferencia entre asistir a una Misa celebrada por un sacerdote a quien le gusta tener a niños en la iglesia y también por alguno que no era tan tolerante.
Anécdotas tengo de sobra de gente que me ha querido ayudar... como la señora que con las mejores intenciones quería ayudarme saliendo al vestíbulo para ofrecer sentarse con los niños dentro de la iglesia (lo cual les hizo llorar más ante la idea de irse con alguien que no conocían) hasta del señor que quería llamar a la policía porque en pleno invierno me atrevía a sacar a mi hijo fuera de la iglesia unos momentos (tenía abrigo puesto) mientras se calmaba el niño.
Esa "pecera" que menciona la he visto (y usado) en diferentes parroquias. No todas las tienen y a veces no ayuda, según la situación. También he visto cómo sacaban a los niños en algunas parroquias durante la Liturgia de la Palabra para leerles el Evangelio y explicárselo en otro sitio en la iglesia (se les ve salir como si fuera una escena del Flautista de Hamelín). No me gusta esto último porque mejor es que oigan el Evangelio leído por el sacerdote. Hay sacerdotes que acomodan su homilía para que sea más interesante para los niños y eso creo que da mejor resultado que sacar a todos los niños de la iglesia.
Como dice, si tuviéramos que sacar a todos los que molestan... pues sobraríamos todos los pecadores, pero precisamente a nosotros pecadores vino a buscar el Señor. Muchas gracias por haber dejado su comentario.
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Aburrido, como le acabo de comentar a Álvaro, hay parroquias en las que en la Misa para niños se les saca de la iglesia para oír el Evangelio en otro sitio. Eso no me parece lo más acertado.
Alguna vez mi esposo y yo nos pensamoe si sería mejor turnarnos para ir a la Misa sin los niños, y los niños mismos eran los que protestaban ante la idea de no ir. Lloraban y lloraban y prometían portarse muy bien (y como madre veo el esfuerzo cuando van, pero otros no se darían tanto cuenta cuando oyen ruidos de todas formas). Supongo que cada padre conocerá mejor a sus hijos, pero lo que no estaría bien sería dejar todos de ir a Misa. Como explica el P. Loring en el anterior post, la Misa no es para entretener, sino que se va voluntariamente por amor de Dios aunque uno no encuentre placer en ello.
Los niños también deben aprender cierta disciplina a nivel humano. Si se aburren en la escuela, no por eso se les permite dejar de ir. Una vez que llegan a la edad de la razón, sí tienen obligación de asistir a Misa. Si han visto el ejemplo de sus padres desde pequeños y se les ha ayudado a valorar la Misa, no les costará hacerlo. Mi esposo se alejó de la Iglesia unos años precisamente porque sus padres dejaron de obligarle a ir. Por eso él insiste ahora en que sus hijos vayan a Misa. Le agradezco que haya expresado su opinión. Un saludo.
Un saludo fraternal
Guillermo vidal de Mesa
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Guillermo, ¡otro "Guillermo" entre los comentaristas! Me alegro que dejó su comentario. He llevado a mis hijos a Misas para niños, y a algunos mi esposo y yo decidimos no volver a llevarles porque no queríamos que se acostumbraran a ciertas modificaciones de la Misa (aunque estuvieran aprobadas en los EE.UU.).
En una versión, un coro de niños canta durante la Plegaria Eucarística, añadiendo frases entre lo que dice el sacerdote durante la Consagración. Nos parecía que distraía mucho y no ayudaba a mostrar reverencia en un momento tan solemne de la Misa. El mismo sacerdote, a quien apreciamos mucho por el cuidado y devoción con que celebra las Misas, nos dijo que también le parecía muy diferente de lo que se hacía en otras Misas, pero que recién llegado a la parroquia le habían mandado celebrarla y comprobó que era una versión aprobada y válida, o sea que no tenía más remedio que obedecer.
Ahora que me lo pienso, cuando hay una Misa para niños, a los que les molesta los ruidos de los niños les sirve de aviso para evitar esa Misa. En los EE.UU. he visto en muchas parroquias que esa Misa suele ser celebrada más o menos a las 10h. Un saludo.
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Odet, como madre aprecio mucho a los que no hacen nada cuando mis hijos hacen algún ruido. Me pongo nerviosa cuando otros se dan la vuelta por cualquier ruidito (algunos con una sonrisa para mostrar apoyo), porque no es como si no supiera que los ruiditos podrían molestar a algunos. Aunque a otros les podría parecer que los mismos niños siguen haciendo ruidos, no siempre se deben los ruiditos a lo mismo.
Pero, también capto en qué Misas son mejores aceptados que en otros y los niños se dan cuenta también y protestan más si volvemos a algún lugar donde saben que no son tan bien recibidos (a veces por los horarios no hay remedio). Creo que en general los que tienen hijos o son miembros de una familia numerosa son más tolerantes porque comprenden mejor la situación. Un saludo.
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Odet, muchas gracias por recordarlo. El rezo del Rosario atrae muchas gracias y es recomendable hacerlo en familia (aunque sólo sea una década a la vez para los más pequeños). Que Ntra. Sra. de Fátima interceda por todos nosotros.
¿Qué hace cuando oye a niños haciendo ruido durante la Misa?
Pues me acuerdo de una misa en la que, durante la homilía, un bebé empezó a llorar y el padre, raudo, lo cogió en brazos para sacarlo fuera de la iglesia. Entonces, el claretiano que predicaba, dijo al verlo que no saliera, que el Señor tenía predilección por los niños. Yo era un niño mocito entonces y tomé buena nota de ello.
La gente que se molesta por todo (que si el niño se mueve, que si la vecina de banco lleva la falda muy corta, que si la homilía es muy larga, etc., etc.) es porque no está a lo que debe estar.
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Amfortas, no creo que se pueda "sobrevivir" el tener hijos sin sentido del humor. :)
No me ha pasado lo que cuenta sobre lo que le pasó a ese padre, pero sí he estado en parroquias (al menos dos que recuerde), en la que después de la Misa me decía alguien de la parroquia que no me preocupara de sacar a los niños, que en otras ocasiones el sacerdote había hecho lo mismo que el claretiano que menciona. Por lo visto, ese apoyo del sacerdote hace una gran diferencia en las parroquias, como explica Álvaro.
Es verdad que unos se distraen más que otros, pero que hay que tener en cuenta que en la Misa se está ante el Señor. ¿Qué importa lo demás cuando se está con el Amor de nuestra vidas? Claro que para algunos no les es nada fácil apreciar esa presencia del Señor cuando algo a nivel natural les está molestando. He estado en Misas en las que aunque mis hijos se estaban comportando bien, se movían otras personas a la primera oportunidad, quizás por oír a uno toser, o por otros motivos que uno no sabe... Tampoco se debería de pensar que toda reacción es a causa de los niños, pero como madre no puedo evitar pensar sobre si mis hijos molestan a otros, que también deben de aprender los niños a ser caritativos con otros y preocuparse de no fastidiar a otros. Un saludo.
Por eso no me molesta que hagan algún ruido.
Sin embargo, cuando el comportamiento del niño resulta incontrolable porque es un bebé y el pobrecito llora a gritos, creo que los padres deben salir a intentar distraerlo y que se calme.
Recuerdo que unos padres hicieron eso mismo, y luego a la salida comentaban que no había podido oír Misa y que no podrían ir a otra dada la hora que era. Me premití decirles que estuviesen tranquilos, que el Señor miraba su intención seguramente... Y que a todos nos habían dado ejemplo yendo a Misa con un bebé y con el hermanito mayor, que tendría unos cuatro años.
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Flavia, me alegro que habló con esos padres porque de vez en cuando leo comentarios por Internet de personas que decidieron no volver a la Iglesia tras pasar un mal rato.
Cuando tengo que sacar a mis hijos (que también pienso que hay momentos en que lo más caritativo es sacarles), no por eso dejo de rezar en mi interior, de pedir paciencia al Señor pero también diciéndole que Le amo y que es sólo por Él que estoy allí, que tenga piedad de mí y bendiga a mi familia.
Ayer me estaba acordando de un comentario que dejó sobre cómo no le afectaban los respetos humanos, porque me parece una gran prueba para los padres en ese campo llevar a niños pequeños a Misa cuando éstos, por el motivo que sea, no se comportan como podrían desear las demás personas que asisten a la Misa. Creo que es un sacrificio que se puede ofrecer al Señor, intentando mantener la paciencia.
No sé cómo lo hacía mi madre, llevando a cinco muy pequeños a la vez ella sola (cuando mi padre estaba de viaje). Pero todavía recuerdo con cariño a una señora muy anciana que vivía enfrente de esa iglesia y que después de Misa nos hablaba con gran amabilidad, y siempre con una gran sonrisa. ¡Qué contenta se ponía mi madre cuando veía a esa señora! Años después le invité a mi boda, aunque por motivos de salud no pudo asistir. Un saludo.
Dejad que los niños se acerquen a mi, es tan invitación a que los niños pequeños vayan a misa como a que comulguen. ¿A qué no sugerís que los niños de tres años comulguen? Pues eso. Los niños en misa si se portan medianamente bien, y si no lo pueden hacer, que vayan gradualmente cada vez más, pero con los padres muy encima para no molestar.
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Rojobilbao, mi impresión de las Misas a las que he ido es que es muy infrecuente que haya padres que dejen llorar y llorar a sus hijos sin hacer nada, sin sacarles, por ejemplo. Le aseguro que hay veces en que los niños molesten más a los padres que a los que están alrededor de ellos (lo digo de primera mano). Me parece razonable su sugerencia de que "los niños en Misa si se portan medianamente bien" porque hay quienes ni medianamente bien les satisface.
Creo que algo que también distrae a los que no tienen hijos es ver a los niños moviéndose en su sitio, aunque no estén haciendo mucho ruido. He visto en parroquias cómo avisan a los que prefieren no ver todo ese movimiento durante la Misa con carteles reservando los espacios más alejados del altar y más próximos a la salida para familias con niños.
Eso dicho, hay veces en que a un niño que suele comportarse bien se le ocurre hacer algo que los padres no se podrían haber imaginado que haría durante la Misa. Para esas "excepciones" hace falta ser pacientes. Un saludo.
Y que conste que no me molestan los niños; tengo cinco hijos y estoy encantado con ellos.
Y a los padres que se empeñan en llevar a los niños a Misa contra viento y marea y pese a quien pese: es más importante para ellos el ejemplo de buen cristiano que puedan darles que el "acostumbrarlos" a ir al templo.
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Samuuel, creo que la Caridad debe de ser practicada tanto por esos padres que se lo están pasando muy mal con sus hijos de vez en cuando como por las demás personas que asisten a Misa, cuyas imperfecciones quizás no son tan obvias durante la Misa.
Ya sabrá además, teniendo cinco hijos, que las personalidades de cada uno son diferentes y que no siempre se puede saber de antemano cómo se comportarán todos. Pero, los padres deben tener un plan y ser consistentes en cómo lo siguen para que los niños sepan las consecuencias que se pueden acarrear.
También me parece que el ejemplo de buen cristiano debe incluir la recepción de los Sacramentos. Uno no debe dejar de asistir a Misa del todo por "caridad" al prójimo que podría molestarse por unos pocos ruiditos. Esa sería falsa Caridad ("amor de Dios") porque se estaría cometiendo un pecado. Otra cosa sería turnarse de vez en cuando para que no vaya un bebé pequeño cólico, por ejemplo, que no puede dejar de llorar. Todo depende de cómo se lleve a cabo el ejemplo para los hijos. Sería malo aterrorizar a los niños cada vez y castigarles injustamente por cosas que están fuera de su control, pero en general no veo a padres haciendo eso. Le agradezco que haya dejado su comentario y le deseo todo lo mejor para su familia.
Me parece llamativo que aburrido crea que ir a misa es asociar la práctica religiosa con el aburrimiento, hay muchas formas de evitar eso, por ejemplo misas donde se canta, o misas donde hay más niños, pero yo siempre he pensado que el secreto de la misa está precisamente en el aburrimiento, me explico: la belleza de la liturgia no es algo espectacular, ni muy movido o entretenido, su belleza está en el sacrificio, en el misterio, en Dios. Yo no voy a misa a pasar un rato superentretenido, voy a estar con Dios y espero que mis hijas entiendan algo de esto, y que les valga.
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Manuel, a mis hijos les encanta ir a Misa donde hay más niños y a veces aprenden de niños mayores algo de la reverencia con la que uno se debería de acerca a comulgar. Les gusta acercarse a mi lado (o al lado de mi esposo) porque saben que el momento de la Comunión es algo muy especial y se fijan mucho en lo que pasa.
Lo que dice que quiere que sus hijas aprendan sobre la Misa también espero que comprendan mis hijos. Cada mes veo cómo se van fijando en más cosas, preguntando más cosas, y a pesar de los malos ratos que he pasado de vez en cuando, me alegro de haberles llevado a Misa desde muy pequeños. Un saludo, y gracias por haber compartido su experiencia.
a.-Parroquia rural en la que se había mantenido la costumbre de que los niños se sentaran en los primers bancos. Esta costumbre tenía su razón de ser con la Forma preconciliar, en la que reina el silencio y la adoración, y con un contexto social diferente en el que por supuesto todos los padres detodos esos niños estaban también en la Misa.
Cuando yo lo viví, un par de décadas después de la reforma liturgica y habiendo ya cambiado la sociedad española, el modelo era inasumible, precisamente porque ninguno delos padres de esos niños staban en la Misa y además porque el sentido de la adoración y del silencio ya se había perdido.
b.-La parroquia Novus Ordo a la que voy (poco): mucha gente joven y muchos niños. No hay misa de niños como tal (Deo gratias!!) aunque el tono de las canciones hace que, estéticamente, la misa de adults sea realmente una misa de niños. Hemos vuelto al silencio y a la adoración y están los padres y los hijos. Éstos hacen mucho ruido, pero a mí particularmente me alegra.
La actitud de los padres con los hijos ya más creciditos es modélica: inculcarles el sentido de la Liturgia y su importancia.
Ejemplo: el otro día un chavalín de 13-14 años iba a ir a comulgar y se puso en la fila. Salió su padre, lo devolvió a su sitio y le dijo "¿cuáto tiempo hace queno te confiesas? Si no te confieas no vas a comulgar".
c.-La parroquia a la qe voy a la Forma Extraordinaria. Hay algunos niños. Los que ya tienen uso de razón se comportan muy bien, se arrodillan cuando lo han de hacer. Los padres acompañándolos. Los pequeños lloran: ¿puede haber algo más hermoso?
Me trae a la memoria, en un plano metafórico, lo que le dijo YHVH a Moisés: "escuché el llanto de mi pueblo", o el salmo Laudate pueri Dominum, o el versículo "de la boca de los niños de pecho has sacado tu alabanza".
d.-Los protestantes: separan a los niños, a los adolescentes y a los adultos. Aberrante.
No entiendo a las personas que se molestan o se ofeden porque los niños den guerra y mucho menos porque los muy pequeños lloren...
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Tulkas, he asistido a Misa con mis hijos tanto en la Forma Extraordinaria como en el Novus Ordo y no he encontrado mucha diferencia entre una y otra celebración respecto al comportamiento de los niños más pequeños (lloran en una y otra, como dice). En una parroquia con la Forma Extraordinaria he visto reservados los bancos más alejados del altar y se llenan de muchas familias con niños pequenõs. Los que asisten con niños mayores suelen sentarse más cerca del altar. Es maravilloso ver esa cantidad de niños, pero los niños siguen siendo niños.
Claro que en la misma parroquia también tiene Misas en las que no hay tantos niños, las más tempranas, por ejemplo, y el del Novus Ordo, en la que apenas hay niños y se nota más si los niños hacen cualquier ruidito.
También he asistido a Misas del Novus Ordo que se celebran con tanta solemnidad que captaron la atención de mis hijos, al menos las primeras veces. A ver si consigo fotos y las incluyo en algún post porque excepto viendo el momento de la Consagración, uno pensaría que fue celebrada en Forma Extraordinaria según lo que la gente asocia con esa forma. Un saludo y gracias por haber compartido sus observaciones.
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Martha Espinoza, me conmueve mucho lo que dice. Tengo un hijo de 4 años y una hija de 2 años que cumplirá 3 años dentro de poco, o sea que también me siento cerca de la puerta. También he pasado malos ratos, pero no por eso dejo de asistir a Misa porque sé que el Señor lee mi corazón y Él sabe muy bien el apuro que las madres pasamos a veces.
Si asiste a Misa pero no llega a poder comulgar durante la Misa porque tuvo que sacar a los niños, puede acercarse al sacerdote o al diácono después de Misa y pedir la Comunión, explicando la situación. No creo que se negarían a darle la Comunión en la circunstancia que describe.
Ánimo, que al que tenemos que contentar ante todo es al Señor y Él nos conoce mejor que nosotras mismas y sabe cómo nos esforzamos para acercarnos a Él. Los disgustos con los demás suelen ser a causa de malentendidos. Un saludo, y muchas gracias por haber compartido su experiencia.
Somos una comunidad de gente de diversas edades, entre los que prevelecemos matrimonios jóvenes.
Nuestro deseo es buscar al Señor y amar a la Iglesia, ahora estamos viviendo una etapa dificil, son muchos los hijos de la comunidad, llegan ya a 20, teniendo los más mayores 4 años de edad. Queremos trasmitirles la fe como la mejor heredad que podemos ofrecerles. Desde siempre han asistido a la Eucaristía con nosotros en la cual participamos vivamente, cantando, etc... esto no ha sido nunca un problema, más bien bendición para nosotros y para otras familias que se han animado a asistir. Ahora han cambiado los sacerdotes y ciertamente el número de niños ha aumentado considerablemente. Somos conscientes de que no les hace gracia que los niños entren, piensan que no es propio y ciertamente montan un poco de ruido, hemos probado dejarlos fuera, cada semana con una familia que los cuida y hace actividades con ellos. La misa ha pasado a ser un funeral, sin los niños, no sentimos cercania ni unidad con los sacerdotes y no sentimos en el corazón el dejar a los niños fuera, tenemos miedo a que cuando los peques sean más grandes no quieran entrar con las mismas ganas que antes asistían a la celebración. Me gustaría una opinión y que rezase por nosotros. Un abrazo.
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Antonio, le agradezco mucho que haya comentado su experiencia en su parroquia y siento mucho la tardanza en responderle. Me gustaría dedicar un post a su comentario ya que me parece que podría ser de interés para otros en situaciones parecidas y también que podría sacar bien de los comentarios de otros que pasaran por el blog. Mientras tanto, espero que pudieron llegar a algún acuerdo en su parroquia.
Como madre con niños pequeños y habiendo mudado unas cuantas veces estos últimos años, he tenido oportunidad de oír Misa en bastantes parroquias, algunas de las cuales ofrecían la opción para los padres de que los niños salieran a un cuarto separado durante parte o toda la Misa. En mi experiencia, esas actividades simplemente repetían las lecturas de la Misa, que oídas durante la Misa gozan especialmente del soplo del Espíritu Santo.
En ninguna parroquia vi que se prohibiera a los niños estar presentes durante la Misa. Tengamos en cuenta que el Señor les dijo a los apóstoles que dejaran a los niños acercarse a Él. Claro que también hay que tener en cuenta la caridad de sacar a los bebés o niños que estuvieran haciendo tanto ruido que molestaran a otros y de hecho he sacado a mis hijos bastantes veces por diversas razones, pero sólo para volver dentro cuando se calmaran.
Creo que su situación requiere de mucho tacto para evitar malentendidos entre los sacerdotes de la parroquia [¡qué bendición que tengan sacerdote, ya que conozco parroquias que se han cerrado a causa de la falta de sacerdotes!] y los padres, que también tienen en cuenta lo mejor espiritualmente para los niños que Dios puso bajo su cuidado. Espero que pudo encontrar ocasión para expresar con calma sus preocupaciones a los sacerdotes en su parroquia.
Bueno, me estoy extendiendo, pero espero responderle más detenidamente en algún post. Ya le escribiré de nuevo cuando lo haya publicado. Un saludo y siento mucho de nuevo haber tardado tanto en contestarle.
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Mariana Hernández, le agradezco mucho que haya dejado su opinión del tema. Su comentario ya no está ahora completamente en mayúsculas para facilitar su lectura, y también porque en Internet las palabras en mayúsculas se interpretan como gritadas.
Teniendo en cuenta las citas bíblicas que menciona, he estado llevando a mis hijos a Misa desde que eran bebés, haciendo lo posible para acercarles al Señor. He tenido diversas experiencias, como menciona le ha pasado, y me parece que a veces han habido malentendidos también. Algunos sacerdotes que en el exterior podrían dar una apariencia seca, no siempre tenían un parecer semejante respecto a los niños. Simplemente, siendo seres humanos, podrían estar particularmente cansados porque estuvieron toda la noche acompañando a moribundos en el hospital, por ejemplo.
Claro que no por ser niño tiene uno entrada segura al cielo tampoco, como indicó Sta. Bernadette diciendo que la Virgen María le había prometido ir al Cielo si ella se comportara bien. El Señor es el que mejor puede juzgar nuestros corazones e intenciones. Que Él les acompañe a usted y a toda su familia con Sus bendiciones. Un saludo y siento mucho haber tardado tanto en responderle.
UN NIÑO ESCRIBE LA PALABRA MISA...
...Con M de madre. La mamá, los papás me llevan a Misa; y si los papás van, yo voy, voy con ellos donde sea, y qué contento; y sé que si ellos van y quieren que yo vaya y me llevan, es que es algo bueno; y es algo que me da vida, como vida recibo de mi mamá, de mis papás, y ellos me dan vida recibida, recibida de Dios, yo sé que Dios se la da a ellos para mi. Yo veo las cosas por los ojos de mis papás, y especialmente de mi mamá; y si mi mamá mira hacia Dios, si mi mamá ama a Jesús, si mi mamá valora la Santa Misa, yo la valoro también y quiero estar con Jesús, y quiero amar a Dios. Yo sé que a Jesús le gusta mucho verme cuando voy con mi mamá, en sus brazos o agarrado de la mano, y rezamos los dos juntos, y mejor todavía si vamos los tres, con mi papá también, y, claro, con todos los hermanos.
...Con I de ilusión. La Misa es celebración, es fiesta, y se celebra y hace fiesta por lo bueno, lo grande, lo importante, lo bello...; y voy a las celebraciones contento, con ilusión, con expectación, con alegría, con ganas..., y me interesa todo, y lo observo todo y aprendo mucho. Y por eso espero el domingo y espero la Santa Misa, y me ilusiona ir, estar, rezar, ver, acompañar, cantar, pedir, agradecer... Y estoy a gusto, me emociona acercarme a Jesús, estar con Él, ver y oír sus acciones, me encanta entrar en un lugar tan bello como es la iglesia, y meterme en una celebración tan hermosa como es la Misa, con signos tan curiosos, interesantes y bonitos y con mensajes tan buenos, signos y mensajes del buen Jesús. La Misa la asocio siempre a algo alegre, y me visto de fiesta el domingo para ir...
...Con S de santidad. La Misa me hace mirar hacia arriba, hacia el cielo y como tocarlo, me hace trascender, me desborda, es don-presencia-acción de Dios, me recuerda y hace palpar a Dios, me hace sentirle, me abre al gran Misterio, a la realidad fascinante de nuestra apertura al Infinito, al Absoluto, a Dios el Señor de todo, es cima que me eleva, me acerca a Jesús. Y la Misa me habla de mi ser más grande: soy cristiano, hijo de Dios, amado de Dios, buscado de Dios, regalado de Dios; y me habla de mi vocación más grandiosa: la santidad, el ser santo, el vivir en Jesús y llegar al Cielo; me hace alzar mi vida, me propone llamadas que me elevan, que me animan y me ayudan a crecer, a ser mejor. Asocio siempre la Misa a mejorar, a ser bueno, a obedecer a Dios, a imitar a Jesús, a María, a los Santos, a hacer el bien... Veo a Jesús y quiero ser como Él, oigo a Jesús y le quiero hacer caso, celebro a Santa María y a los santos y quiero parecerme a ellos...
...Con A de amor. La Misa es el imán de Dios que me atrae con amor. Voy a Misa de la mano de quienes me quieren, que son mis papás, y vamos a estar con Quien nos quiere, que es Dios. Y es la Misa contemplar el amor más grande: el de Jesús que da la vida por mi, se ofrece por mi y por todos; y el amor que le hace a Jesús quererse quedar conmigo, sé que me acompaña siempre, y hasta un día, pronto, le podré comulgar. Sí, la Misa es estar con Jesús que me quiere. Y es la Misa agradecer los dones que Dios me concede por amor, ¡cuántos regalos suyos en la semana y en toda la vida!. Y es la Misa celebración de la comunidad, es fiesta de familia, es encuentro feliz de hermanos que se quieren, que nos queremos. Sí, es la Misa encuentro de amor e impulso para más amarnos, y para hacer del mundo entero una gran familia de hermanos unidos en el amor de Jesús.
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P. Elías, le agradezco mucho la preciosa reflexión que ha dejado en su comentario sobre lo que debería de significar la Santa Misa en la vida de los niños. A mí, como madre de familia, me ha conmovido leer su reflexión. Le pido que tenga en cuenta en sus oraciones a todos los que pasamos por aquí. Gracias de nuevo por haber dejado su comentario y siento mucho haber tardado tanto en publicarlo.
El padre el fin de semana anterior nos informo que no había problema que únicamente estuviésemos muy pendiente durante la consagración.
Hoy nos encontramos que habían bloqueado la salida por donde ella se paso frente al altar la semana pasada, pero paso por otro lado y volvió a hacer lo mismo. Lo único fue que yo estaba tan pendiente de ella que perdi la concentracion en la misa y durante la consagración se fue por una lado del altar. Alli la tome y nos retiramos hacia nuestros puestos.
Al terminar la misa, llendo a esperar que el padre se desocupara para que la bendiciera pues celebramos el aniversario de su bautizo, una sra. de la parroquia me dio un sermon por lo que habia ocurrido.
No se si ahora por ser padre estoy obtuso, pero me parece que de alguna manera las misas deberían acomodar una sección especial para los padres con nin~os cerca de los músicos de manera que canten, aplauden y/o aprecien la música y disfruten de otra manera la misa.
Por el lado de los nin~os caminando por el frente al altar es dificil controlarlos al ser tan pequen~os , y lo que uno desea es que NO le tomen idea al ir a la iglesia.
Muchos de los planteamientos en este blog son interesantes.
Atte.
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Francisco, como madre me he dado cuenta muy deprisa que no se puede contentar a todos con los hijos. Una de mis hijas tiene casi quince meses y comprendo cómo se nos pueden escapar los niños a los padres en un instante y hacemos lo que podemos. Seguro que esa señora tuvo la mejor intención al hablar con usted, pero también recuerde que el Señor lee nuestros corazones y premia nuestro esfuerzo acercando a los niños a Él por medio de la Misa. Muchas gracias por haber dejado su comentario y por su apoyo del blog.
Estando el padre en la lectura a mi bebe se le salió un gritó el padre nos miro con desagrado, asi que mi marido trato de calmar a mi bebe con un juguere, pero el nuevamente realizó un sonido el estaba muy contento, fue ahí que el padre nos miro nuevamente y nos pidió que lo mantuvieron en silencio, ya que el era un viejo mañoso. Mi marido tomo al bebe y lo sacó de la iglesia luego salí yo muy molesta y nos retiramos. Como mantener a un bebe callado y / o quieto ???. Esto nunca nos había pasado, siempre hemos ido con el y muchas veces a llorado y nunca un padre nos había puesto mala cara o nos había pedido hacerlo callar.
Como dije anteriormente voy hace más de tres años a la iglesia a mi bebe lo llevo desde que tenía 10 días y elegimos precisamente esa iglesia para bautizar y casarnos en un par de meses, ya que significa mucho para nosotros como familia.
Hace un par de semanas asistí a las charlas para el bautismo y fui con mi bebe, fui muy bien recibida nunca pusieron una mala cara por ir con el. Al contrario mencionaron que era muy importante que desde bebés se les educar a en la fe y lo importante que es asistir a misa.
Entonces con lo que paso hoy no entiendo bien o acaso esta prohibido asistir a misa con bebes?.
Pienso que no debe ser asi ya que en donde estaria la misericordia si de por si nuestra santa madre Iglesia Catolica sufre una Crisis severa con las demas iglesias separadas.
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