«Yo no confieso porque no sé qué decir» : Modo práctico para confesarse
Hace poco, Fan dejó este comentario a otro post:
Mencioné su comentario a mi esposo, y me dijo que podía compartir su experiencia, por si animaba a alguien a confesarse sacramentalmente.“No sé si me podrán ayudar, yo no confieso porque no sé qué decir.
“Hace más de dos años confesé porque iba a un lugar donde sabía que se comulgaría todos los días y me pareció mal no confesar antes. Y lo que confesé es que se me había olvidado el número de años que no confesaba.”
De pequeño él resistía ir a Misa, como hacen muchos niños. Su madre dejó de obligarle a ir a Misa cuando un sacerdote le recomendó no que no forzara a sus hijos a asistir a Misa. Iba con su familia cuando le daba la gana, que fue cada vez con menos frecuencia hasta que perdió su fe.
Decidió confesarse cuando pensó en casarse. Tenía contrición y propósito de enmienda tras hacer su examen de conciencia, pero no sabía qué decir al confesarse, ni tampoco sabía cuántos años había sido desde su última confesión (sería más o menos 10 años). Naturalmente, estaba muy nervioso.
El sacerdote le ayudó a hacer una buena confesión, haciéndole muchas preguntas. Salió del confesionario muy aliviado y determinado a mejorar espiritualmente. Hoy en día da buen ejemplo a sus hijos, dejando que le vean entrar en el confesionario para confesarse.
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El P. Jorge Loring, S.I., en “Para salvarte”, ofrece un examen de conciencia “casi exhaustivo” y lo siguiente, que creo podría ayudar a Fan:
“Modo práctico de confesarte
“Después de hecho el examen de conciencia y rezado de corazón el Acto de Contrición, te acercas al confesionario. Si hay tiempo, y tienes a mano una Biblia sería bueno que leyeses algún pasaje que te ayude al arrepentimiento.
“Cuando te llegue el turno, te santiguas, te diriges al confesor y, de pie o de rodillas (según sea la costumbre) le saludas diciendo: Ave María Purísima. Él te contestará: Sin pecado concebida. (Ritual de Penitencia, nº 16. 1975)
“Enseguida dirás con humildad, sinceridad y arrepentimiento: Hace… (el tiempo que haya pasado poco más o menos desde la última confesión) que no me he confesado.Cumplí (o no cumplí) la penitencia. No callé ningún pecado grave (o callé a sabiendas un pecado, dos o tres, etc.). Tampoco me olvidé de ninguno (o me olvidé de estos pecados: díselos al confesor). Desde entonces he cometido los pecados siguientes: (Dile los que recuerdes según el orden de los mandamientos, añadiendo siempre las circunstancias agravantes y cuántas veces has cometido cada pecado grave. Si no recuerdas el número exacto, puedes decirlo aproximadamente, por ejemplo, cuántas veces al día, a la semana o al mes.
“Si, gracias a Dios, no tienes pecados graves, al final puedes decir: «Me acuso también y me arrepiento de todos los pecados de mi vida pasada, principalmente de los que he cometido contra la pureza, paciencia y caridad».
“Es mejor que te confieses tú solo; pero si no te atreves, dile al Padre que te ayude. Y si, al terminar el confesor de preguntarte, te acuerdas de algún otro pecado grave, díselo tú mismo.
“No tengas miedo de decírselo todo. El confesor no se extrañará de nada y te guardará el secreto, aunque le cueste la vida. Además, tiene obligación de recibir con cariño y misericordia -como hacía el mismo Jesucristo- a todos los pecadores arrepentidos. Si lo dices todo, te quedará una gran paz en el alma. Si no, el remordimiento no te dejará vivir tranquilo.
“Si no estás en disposición de confesarte con arrepentimiento de todos los pecados graves que has cometido, es preferible que no te confieses. Si te confiesas mal, no sólo no alcanzarás el perdón de ningún pecado, sino que añades otro terrible, que se llama sacrilegio.
“Tienes obligación de decir -aunque el confesor no te lo pregunte- todos los pecados graves no confesados todavía o confesados mal. Si callaste algún pecado por olvido, no te preocupes: la confesión vale. Pecado olvidado es pecado perdonado. Basta con que lo digas, si fue grave, en la próxima confesión.
“Expón al confesor los problemas que tengas para vivir bien tu fe. Atiende a los consejos que el confesor te dé para ayudarte. Si te queda alguna duda, pregúntasela.
“Fíjate en la penitencia que te impone. Si no sabes o no puedes cumplirla, díselo para que te imponga otra distinta.
“Mientras el Padre te da la bendición para perdonarte tus pecados, reza el «Señor mío Jesucristo»; y si no lo sabes, golpéate el pecho, diciendo varias veces de corazón: «¡Dios mío, perdóname!»
“Terminada la confesión, procura cumplirla cuanto antes la penitencia. Si se te ha olvidado, pregúntasela otra vez al confesor. Y si esto ya no es posible, si quieres, puedes hacer lo que en casos semejantes te suelen poner. Pero basta que en la próxima confesión le digas al confesor lo que te ha ocurrido.”
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El Evangelio del IV domingo de Adviento nos muestra que: “María se puso en camino” (Lc. 1, 39) tras la concepción de Su Hijo Jesús por medio del Espíritu Santo. Fue a visitar a su prima Sta. Isabel, que estaba embarazada con S. Juan Bautista. Con la misma atención nos atiende a todos sus hijos que estamos por el camino, peregrinando hacia el Señor. El Sacramento de la Reconciliación nos ayuda a no alejarnos del Camino y a volver a Él cuando sí nos alejamos.
Que Ntra. Ssma. Madre nos ayude en lo que queda del Adviento a hacer una buena confesión si no lo hemos hecho todavía y a animar a otros a hacerlo también.
[Fotos de confesionarios en Wikimedia Commons: Jorge Barrios y HOWI]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Cómo animaría a otros como Fan a confesarse sacramentalmente? ¿Qué pasajes bíblicos le ayuda a arrepentirse? ¿Qué le ayuda a ser sincero en el confesionario?
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37 comentarios
Acudid a mí, los que andáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Mt 11,28
Una buena amiga, tenía una dificultad parecida a la tuya, y la superó escribiendo los pecados en un papel, tras mirar a un Xto. crucificado.
Tras un año, + o -, dejó de necesitar el papel.
Si quieres escuchar:
Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz.
Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo, + y del Espíritu Santo.
La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, la intercesión de la Bienaventurada Virgen María y de todos los santos, el bien que hagas y el mal que puedas sufrir, te sirvan como remedio de tus pecados, aumento de gracia y premio de vida eterna.
Pues ya sabes...
Ahora ya tengo aclarada mi duda del anterior post: no se trata de repetirlo todo. Gracias.
Otra cosa que me ayuda mucho es meditar antes la flagelación del Señor. Hace poco, volví a ver La Pasión, de Mel Gibson y es impresionante. Si alguien hubiese hecho muchísimo menos por nosotros, seguro que trataríamos de portarnos bien con esa persona. Y con Jesús, que es el AMor, nos atrevemos a ofenderle.
También me gusta pensar en lo que le dice al buen ladrón, que ese día entraría en el Paraíso.
En general, cualquier pasaje del Evangelio, nos habla de la Misericordia de Dios: la samaritana, la mujer adúltera, la resurrección del hijo de la viuda de Naím, el perdón a Pedro tras haberle negado...
Hace poco, leí una frase que creo que le dijo a Santa Fustina, en sus revelaciones sobre la Misericordia. Era algo así como que "No paro de perseguir a los pecadores, con mi Misericordia".Me impactó.
Animaría a confesarse diciéndoles que lo prueben y vean lo contentos que se sale en gracia de Dios y sin ese peso en el alma.
En este años Sacerdotal, se puede ver cómo San Juan Mª Vianney fue un mártir de la confesión, se pasaba el dia y la noche confesando, para arrancar las almas al poder del demonio.
Y al que todavía así no se anime, pues que le rece algo a la Virgen, que Ella es la que siempre nos lleva a Jesús.
La verdad es que tengo mucho que aprender de él y agradezco al Señor el buen testimonio de fe que da a los que le conocen desde esa confesión sacramental, tras tantos años apartado de la fe. Así de fuerte es la gracia de Dios en nuestra vidas cuando dejamos que obre en nosotros por medio de ese maravilloso Sacramento. Un saludo.
Me imagino la confesión de los niños que reciben el Sacramento por primera vez... ¡los adultos podemos complicarnos tanto la vida! Gracias por ese cambio de punto de vista que ofrece en su comentario.
"1. Pues ya andaba mi alma cansada y, aunque quería, no le dejaban descansar las ruines costumbres que tenía. Acaecióme que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle."En el mismo capítulo habla sobre cómo le hizo mucho bien meditar sobre la Pasión del Señor - en su caso meditaba la oración en el huerto todos los días. ¡Cuánto provecho se puede sacar de la Pasión del Señor! Y al pie de la Cruz estaba María, la madre de Jesús...
María Lourdes muchas gracias asimismo a su esposo por comunicar su experiencia y a usted por el post.
Es cierto que hay gente que dice que no sabe de qué confesarse.
Cuando una persona "normal" se mira las manos, tal vez las ve limpias; si las observa detenidamente, con una luz muy fuerte y con un microscopio, puede asustarse.
Los santos ven su alma, con sus pecados, con la Luz del Espíritu Santo y por eso , aunque a nosotros nos parezcan muy buenos, ellos se ven como abominables. Están tan en contacto con Dios y su pureza que enseguida se dan cuenta del estado de su alma y acuden a la confesión frecuente.
Las personas sucias no se dan cuenta del mal olor que desprenden, porque se habitúan a él. Los pecadores hieden y no lo notan. Pero junto a ellos está siempre el Médico de los enfermos, dispuesto a lavar esas heridas, sanarlos, limpiarlos como Jesús los pies de sus Apóstoles en la Última Cena. Y una Madre siempre quiere tener a sus hijos limpios como un sol.
Si nos dejamos, Ella no teme acercarse a nuestra miseria para ayudar a limpiarnos.
Christopher...Cristóbal...Portador de Xto...hummm algo ya se podía advertir, ¿verdad?...:-)
Dedicated to your husband Christopher:
http://www.ewtn.com/saintsHoly/saints/C/stchristopher.asp
Una señora se fue a confesar por el lateral que dispone de rejilla, se arrodilló y estuvo un rato allí, extrañada sin duda porque no ocurría nada, se levantó, y miró, y se dio cuenta que no había ningún sacerdote en el confesionario, y se alejó riéndose. En la puerta un señor le dijo, gracias señora, he visto que ha salido tan contenta de confesarse, que me ha dado ánimos para confesarme yo también.
Las coincidencias de Dios...y que luego digan que Dios no tiene buen humor.
Si no tienen, con confesarse regularmente (semanalmente, mensualmente - en cuanto antes posible en caso de pecado mortal) llegará a darse cuenta que es el Señor el que le guía en toda situación, sea quien sea el confesor. ¡Cuántas veces me ha pasado que el confesor me ha dado precisamente el consejo más apropiado sin siquiera darse cuenta de ello! Siempre puede consultar alguna duda que tenga en el confesionario. Si necesita más tiempo, haga una cita con el sacerdote. Pero, no descuide la confesión sacramental. S. Juan Bosco recomendaba frecuentes Confesiones y Comuniones a sus alumnos como armas que ayudan a evitar el Infierno. Un saludo.
Pero como dice, Él nos lava. Es bueno recordar que también la Comunión recibida con la debida disposición, por ser el mismo Señor, nos borra los pecados veniales. Pero, la COnfesión sacramental concede gracias que ayudan a evitar los pecados y debemos confesarnos al menos una vez al año, según un mandamiento de la Iglesia, que como Madre también quiere lo mejor para sus hijos. Un saludo.
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Carlos Rivas Castro, ¡qué alegría que haya decidido confesarse sacramentalmente! El Señor nos dijo que en el Cielo hay mayor alegría por la conversión de un pecador que por 100 justos.
Para hacer una buena confesión sacramental hace falta:
1) Examen de conciencia (repasando los 10 Mandamientos de Dios y los 5 Mandamientos de la Iglesia) - Puede usar el enlace en el post.
2 y 3) Dolor de los pecados y propósito de enmienda - Por ejemplo, rezando un acto de contrición sincero:
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, bondad infinita, y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón el haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado por Vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.Una vez hecho eso, uno debe 4) Confesar los pecados al confesor (pídale ayuda al confesor, que le podrá hacer preguntas para guiarle a hacer una buena confesión) y 5) Cumplir la penitencia que le imponga el confesor (se hace tras salir del confesionario)
Le animo a que se confiese pronto y también a que se confiese regularmente una vez que se haya confesado. La Iglesia enseña que uno ha de confesarse al menos una vez al año, en cuanto antes posible tras haber cometido pecado mortal, y en peligro de muerte. Le recomiendo que se confiese al menos mensualmente para no perder esta excelente costumbre, que nos acerca más al Señor, nos concede la gracia necesaria en la lucha contra el pecado y nos dispone a recibir al mismo Señor en la Comunión. Les deseo todo lo mejor a usted y a su familia.
Para qué nos siga llenando de bendiciones
A toda hora espero su bendición si me ase ese
Gran favor en su espera de su bendición
Me quede para toda mi familia amén .
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Pedro Ruiz Mariscal, gracias por haber expresado su devoción al Santo Padre. Le dejo un enlace sobre la bendición más solemne del Papa, Urbi et orbi: http://es.catholic.net/turismoreligioso/813/2809/articulo.php?id=34466, que es una bendición que podemos recibir todos los fieles por todo el mundo el Día de la Navidad y el Día del Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor.
- Ave María Purísima...
Padre, reconozco haber pecado contra Dios, estoy arrepentido y por su infinita Misericordia vengo a pedir Perdón.
- desde mi última confesión (tiempo) mis pecados son:...
- Ave María Purísima...
Padre, reconozco haber pecado contra Dios, estoy arrepentido y por su infinita Misericordia vengo a pedir Perdón.
- desde mi última confesión (tiempo) mis pecados son:...
Espero haber sido útil. .. Adiós.
Si se me olvido confesar un pecado y no sé si es mortal o venial ¿cómo lo digo en la prox. confesión?
Agradezco de antemano su atención
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Respuesta de Luis Fernando Pérez:
Diga usted el pecado y será absuelto del mismo tanto si es mortal como si es venial.
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Respuesta de Luis Fernando Pérez:
Le sugiero que pida al Señor que le muestre aquello que no le agrada de su forma de ser o de comportarse. Y de eso se tiene que confesar. Y por supuesto, pedirle que le ayude a cambiar en esas cosas.
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InfoCatólica:
Debe confesarse de todo lo que se acuerde que crea que es pecado. En cuanto a los detalles, pregunte al sacerdote si es necesario.
Y si luego ve que se ha olvidado de algo, a menos que sea muy grave, no se preocupe. Lo puede decir en la próxima confesión.
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