¿Por qué al asistir a funerales suele la gente "canonizar" a los difuntos?
No todas las almas de los fieles difuntos van directamente al Cielo, pero la gente suele “canonizar” a los difuntos al asistir a los funerales cuando comentan que el difunto está ya “en un lugar mejor” o “en el Cielo” o “con los ángeles” o “con Dios”, por ejemplo. ¿A qué se debe esa práctica tan popular que cierra los ojos a la posibilidad del Purgatorio y del Infierno, que son dogmas de fe? Oí a un sacerdote explicar que se debe principalmente a dos razones:
I) Porque lo consideran una obra de misericordia
Eso es un error, porque depriva al difunto de las oraciones de los fieles en el caso de que estuviera en el Purgatorio. Es muy cómodo pensar que el difunto está en el Cielo y uno no tiene que rezar o hacer buenas obras por esa alma, pero una de las obras de misericordia es precisamente rezar por los demás, incluyendo los difuntos. S. Juan Vianney nos recuerda: “’Ustedes pueden aliviar nuestros sufrimientos, abrir nuestra prisión, pero nos abandonan. ¡Oh! Qué crueles son estos sufrimientos…’” (“Sermón sobre el Purgatorio”)
Según Sta. Catalina de Génova en su “Tratado sobre el Purgatorio”, esos sufrimientos se deben principalmente a la separación del alma de Dios, el único que puede satisfacer su hambre. Pero, a pesar de sus sufrimientos, las almas en el Purgatorio consideran el Purgatorio una muestra de la misericordia divina, como explica la santa en el citado tratado:
“Cuando veo a Dios, no veo ninguna puerta que impida entrar al Paraíso y, como él es todo misericordioso, desea que entremos allí. Él está ante nosotros con los brazos abiertos para recibirnos en Su Gloria. Pero, bien veo, la esencia divina es de tal pureza, mucho mayor de lo que pudiera imaginarse, que un alma con la más mínima imperfección, mejor sería que ella misma se arrojara a mil infiernos, antes que verse manchada en presencia de la Majestad Divina. Así pues, el alma, comprendiendo que el Purgatorio ha sido hecho con el fin de eliminar tales manchas, ella misma va allí y encuentra que ha sido tratada con misericordia al permitírsele eliminar el impedimento constituido por las manchas del pecado.
“No hay lenguaje que pueda explicar, ni mente que pueda comprender la seriedad de esta cuestión acerca del Purgatorio.
“Mas yo, aunque veo que hay un Purgatorio tan penoso como el Infierno, veo también que el alma con la menor mancha de pecado acepta el Purgatorio, como he dicho, como una merced y aún le parece poco comparado con el impedimento que implica.
“Me parece que el dolor de las almas en el Purgatorio por haber disgustado a Dios, esto es, lo que ellas voluntariamente hicieron contra Su gran bondad, es mayor que cualquier pena que puedan sentir en el Purgatorio, y por ello que ven, por su gracia, la verdad y la gravedad de los obstáculos que les impide acercarse más a Dios.”
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Mejor que decir en los funerales que cierta alma está en el Cielo es ofrecer, por si está en el purgatorio, sufragio por su alma (un propósito de la Misa funeraria). Aunque todas las obras indulgenciadas se pueden aplicar a las almas en el Purgatorio como sufragio, ciertas obras las tienen perticularmente en cuenta, según el “Manual de Indulgencias, 1986”:
”13 Visita al cementerio
Al fiel cristiano que visite piadosamente un cementerio y que en su mente ore por los difuntos, se le concede indulgencia, aplicable sólo a las almas del Purgatorio; desde el día 1 hasta el 8 de noviembre todos los días plenaria; los demás días del año será parcial.”“67 Visita a una iglesia u oratorio en la Conmemoración de todos los fíeles difuntos
Se concede indulgencia plenaria, aplicable sólo a las almas del purgatorio, a los fieles cristianos que, el día en que se celebra la Conmemoración de todos los fieles difuntos, visiten piadosamente una iglesia u oratorio. Dicha indulgencia podrá ganarse, o en el día antes indicado, o con el consentimiento del Ordinario, el domingo anterior o posterior, o en la solemnidad de Todos los Santos. […] En esta piadosa visita, de acuerdo con la Norma 16 de la misma Constitución apostólica,6 se reza la oración del Señor y el símbolo de la fe Padrenuestro y Credo).”
[Condiciones generales para una indulgencia plenaria: Además de estar en estado de gracia con Dios y tener un desapego total del pecado, incluso venial, realizar dentro de unos 20 días antes o después del acto indulgenciado: 1) Confesión sacramental (una es suficiente para varias indulgencias), 2) Recibir la Sagrada Eucaristía, 3) Rezar por las intenciones del Papa (se sugiere un Padrenuestro y un Avemaría). La indulgencia plenaria sólo puede ganarse una vez al día, excepto en peligro de muerte. (“El don de las indulgencias”, 29.1.2000)]
El “Directorio sobre piedad popular y la liturgia, 2002” de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aclara que la visita al cementerio “debe ser una muestra de la relación que existe entre el difunto y sus allegados, no expresión de una obligación, que se teme descuidar por una especie de temor supersticioso” (260) Además, recuerda ese directorio que en la Misa “la Iglesia ruega para que sean asociados a la gloria del Señor resucitado todos los fieles difuntos, de cualquier tiempo y lugar, [por lo cual debe evitarse] el peligro de una visión posesiva particularista de la Misa por el ‘propio’ difunto.” (255)
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II) Porque esperan la misma clase de misericordia divina ellos mismos
S. Juan Vianney observa en su “Sermón sobre el Purgatorio”: “¡Cómo nos gustaría no pagar nada por nuestras faltas[…]!” Pero: “Si realmente deseamos la felicidad de tener a Dios, debemos evitar tanto las pequeñas faltas como las grandes” ya que “…la gente juzga muy diferentemente en las llamas del Purgatorio sobre los pecados veniales, si es que se puede llamar leves a los pecados que llevan a soportar tales penalidades rigurosas.”
”Reproches que las almas del Purgatorio hacen a la gente del mundo.
“Y entonces la bendita alma, viendo las cosas mencionadas por la luz divina, dijo: ‘Querría lanzar un lamento tan fuerte que diera miedo a todos los hombres en la tierra. Yo les diría: ‘Desgraciados, ¿por qué ustedes se permiten deslumbrarse así por el mundo, ustedes cuyas necesidades son tan grandes y dolorosas, como sabrán en el momento de su muerte, y que no hacen ninguna previsión en absoluto para ésta?’
“Ustedes tienen todo el resguardo tomado bajo la esperanza en la misericordia de Dios que es, como ustedes dicen, muy grande, pero ustedes no ven que esta gran bondad de Dios los juzgará por haber ido contra la voluntad de tan buen Señor. Su bondad debe llevarlos a hacer toda Su Voluntad, no darles esperanzas en hacer mal las cosas, porque Su justicia no puede fallar y de una manera u otra deben satisfacerse las necesidades.
“Dejen de abrazarse, diciendo: ‘Yo confesaré mis pecados y entonces recibiré la indulgencia plenaria, y en ese momento me purgaré de todos mis pecados y así me salvaré’. Piensen en la confesión y la contrición necesarias para esa indulgencia plenaria, que vienen aparejadas. Si ustedes supieran, temblaría de gran miedo, más seguros de que nunca la ganaron que de que alguna vez lo hicieron’.” (Sta. Catalina de Génova, “Tratado sobre el Purgatorio”, 15)
Procuremos rezar a diario por las almas en el Purgatorio, recordando que el Señor nos asegura en el Evangelio de la Solemnidad de Todos los Santos: “Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt. 5, 7).
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Ha oído alguna vez a alguien comentar al asistir a un funeral que el difunto ya está en el Cielo? ¿Por qué cree que se hace eso? ¿Intenta ganar indulgencias por las almas en el Purgatorio?
Mañana: S. Martín de Porres – “Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.” (Mt. 5, 6)
29 comentarios
No recuerdo dónde, tal vez en el blog del P Iraburu o algún otro de aquí, salió este tema: los curas, en los funerales, hablan casi siempre como si el difunto estuviese seguro en el cielo y eso les impide recibir las oraciones de los vivos, que, si pensasen que pueden estar en el Purgatorio, al menos rezarían por ese muerto.
Del infierno, es una pena, pero apenas se habla, y así nos va.
Tal vez en el pasado se insistió demasiado en que podemos ir al infierno, pero ahora nos hemos pasado al otro extremo y hay gente que cree que es un cuento para meterles miedo a los niños pequeños, una historia de la Edad Media o algo similar y que Dios, que es tan bueno, no manda a nadie allí.
En Galicia, España, hay mucha devoción a las almas del Purgatorio, la gente encarga misas por sus difuntos,visitan los cementerios, que suelen estar pegados a las iglesias y no alejados de ellas, y creo, que , en general, se ve este tema de distinta manera que en otros lugares de España.
Sí, trato de rezar bastante y ofrecer sacrificios cada día por las almas del Purgatorio, pues es una obra de caridad. ALgún día, es posible que ellas, ya en el Cielo, intercedan a Dios por mi. SOn mis buenas hermanas que ya están "allá"
Creo que también aquí hay cierta influencia de las películas, en la que los responsos de los "pastores" que no son católicos, o los epitafios laicos...
Sin perjuicio de cierto movimiento pendular,como dice susi,lo que yo puedo ver,es que los funerales,lo sé por los capellanes,se celebran en el 95% de los fallecidos,y,que las homilías son equilibradas.
Ayer,en mi Parroquia,plusmarca de asistentes a las tres misas celebradas por los difuntos.
El pedir por nuestros familiares puede ser una manera muy eficaz de ayudarles en su aflicción. Y una vez satisfechos, desde el Cielo pedirán por nosotros. Ellos,aunque estén en el Purgatorio, claro que sí tienen ASEGURADA la salvación. Nosotros en nuestro caminar caminamos hacia ella. ¡Qué bonita la Comunión de los Santos!
En este mes de Noviembre no puedo de dejar de hacer la Novena a las Benditas Ánimas. ¡Qué de deseos de volver a ver a mis padres, demás familiares y amigos!
Pienso que el purgatorio no está destinado principalmente a los que han sufrido en la vida, sino más bien a los que han gozado de ella alejados de Dios, pero que han dejado viva una llama de fe, que en definitiva les ha cerrado la puerta irreversible del infierno.
La única vez que he oido en un funeral que un alma estaba en el cielo, se trataba de un tío materno, un sacerdote de una profunda santidad. A nadie nos chocó esa certeza, ni me parece mal que en casos tan claros se hable de ello.
Pero pienso que, como dijo una vez una mística (no me acuerdo quién era), "pocas almas van directamente al Cielo, hay muchísimas en el Purgatorio y muchas en el infierno". Como no sabemos cuál será nuestro destino, es conveniente que el Sacerdote no dé nunca certezas (salvo para el Cielo, y en casos muy, muy claros), y recuerde siempre la necesidad y conveniencia de purgación, si no en esta vida en la otra para contemplar puros el rostro de Dios.
Por eso, nos limitamos a apreciar sus virtudes en voz alta, al mismo tiempo que meditamos acerca de nosotros mismos, y aunque la muerte es eso que "solo les ocurre a los demás", hay quien hace examen de conciencia e intenta ser mejor persona en adelante, no sea que nos pase como a las doncellas de la parábola, cuyas lámparas se quedaron sin aceite en el momento más importante.
También nos ocurre que nos mostramos misericordiosos con la persona fallecida pensando que así Dios tendrá esa misma misericordia con nosotros cuando llegue nuestra hora, pero del mismo modo pienso que lo hacemos porque tenemos la esperanza de que Dios, en su infinita bondad, nos escucha y puede ser más indulgente con esa alma que implora su gracia.
Y estoy de acuerdo con Susi en que hoy en día no se habla del Purgatorio ni del Infierno, casi como si formaran parte de una "leyenda". Por eso pienso que los sacerdotes deberían mencionarlos más a menudo, incluso en los funerales.
No lo sabemos, es una conjetura
Personalmente creo que esa tendencia se puede deber a tres tipos de razones:
1- Puede ser una forma de consolarse, como digo, ante el dolor, el sufrimiento y, en ocasiones, el pánico y la angustia, que provoca la muerte de un ser querido. Pensando también que esa misma muerte nos llegará algún día también a nosotros.
2- También puede ser por ignorancia. Puede que uno realmente ignore la existencia de otras realidades, mas allá del placer y de la diversión constante que nos hemos creado en este mundo, y no sepa medirlo todo más que en términos de ser cada vez más feliz y alcanzar cada vez más placer.
3- Pero en la mayoría de los casos yo creo que esa ignorancia realmente no es tal, sino una simple manifestación de la soberbia humana, que rechaza la Justicia de Dios, rechaza la posibilidad de una castigo o de una penitencia por los pecados cometidos, y contempla a Dios simplemente como un Dios compasivo y misericordioso que nos perdona todo sin necesidad de hacer buenas obras o de arrepentirse sinceramente por las malas. Creo que este tipo de pensamiento convierte al Dios bueno y misericordioso en una especie de Dios bobo, del que cualquiera se puede aprovechar y burlar.
No hay que olvidar que, tal y como dice San Pablo, de Dios nadie se ríe. Deus non irridetur.
Creo que hay que rezar, y mucho, por los difuntos. Aprovecho también para felicitarle, una vez más, por su brillante blog y por los artículos tan buenos que escribe, señora Quinn.
Eso sí, este año en particular -año de crisis- me ha parecido observar en algunas homilías de Todos los Santos y Fieles Difuntos, una especial insistencia de estos mismos sacerdotes "desconocedores del Purgatorio" en afirmar que las flores y piedras no hacen nada bien a sus difuntos y en recordar que lo mejor que podían hacer los fieles era "encargar misas" por sus difuntos.
¡Oremos y sacrifiquémonos por nuestros presbíteros y catequistas!
Está claro, por lo tanto, que no todas las almas entrarán directamente en el Cielo, sólo lo harán los que estén purificados de sus pecados. ¿Y quién muere realmente estándolo?
Yo también creo que es un consuelo saber que tenemos ese estado intermedio, aún siendo conscientes de que implica un sufrimiento. De existir sólo el Cielo y el Infierno todo fiel consciente de sus faltas y pecados, de sus imperfecciones, estaría profundamente angustiado.
La conjetura es la frase, no la existencia del Purgatorio,lea mi comentario y verá que no digo lo que dice que digo.
Lo de meterles miedo a los niños me recuerda al Coco, o al “Sandman” en los EE.UU. que son ficticios. Pero, el demonio no lo es
Mi abuela paterna está enterrada en el Cementerio de la Almudena en Madrid. ¡Qué contraste con los cementerios en Galicia, según lo que comenta!
Sta. Catalina de Génova habla sobre la gran caridad de las almas en el Purgatorio que no pueden merecer ni ayudarse a sí mismos por sus sufrimientos, pero que al no poder pecar más, están llenos de caridad por los demás y del deseo de cumplir la voluntad de Dios. Por eso podemos contar con esas intercesiones. Saludos.
También rezo esa oración de Sta. Gertudis por las almas en el Purgatorio. Para los que no la conocen:
“Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús en unión con las Misas celebradas hoy por todo el mundo por todas las benditas almas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo, por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en mi casa y en mi familia. Amen.”Otra práctica recomendable es rezar el Oficio de Difuntos.
Supongo que su segundo comentario se refiere a que no podemos saber de seguro que alguien esté en el Infierno o en el Purgatorio, ya que sólo sabemos que los santos canonizados están en el Cielo. Comprendo que no quiera decir que no existan esos lugares, sino que no se sepa que ciertas almas específicas estén allí.
Pero, creo que Luis López explicó bastante bien el punto de vista que comparto, que es que aunque no podamos decir de seguro quién está dónde, se puede decir que habrá quienes no van directamente al Cielo. Un saludo.
Un saludo, y espero que siga contribuyendo al blog.
Es muy buena la práctica de acompañar las novenas con Misas. Como se dice mucho, más vale una Misa bien oída en vida que muchas oídas después.
Respeto a la santidad de las personas, la Iglesia Católica tiene su riguroso proceso de canonización, como ya sabe. Lo que me sorprende es cómo S. Juan Vianney, en su sermon sobre el Purgatorio menciona a S. Alberto Magno, por ejemplo, pasando por el Purgatorio por faltas muy leves.
También he oído que se debería de rezar particularmente por los sacerdotes vivos y difuntos porque la gente suele pensar que están menos necesitados de oraciones, mientras que por su vocación el demonio les ataca más.
Gracias por la cita que dejó para Norberto.
Además de encargar Misas, se podría animar la asistencia a ellas como hacía S. Juan Vianney para que todos los que sufran también crisis espiritual tengan mayor apoyo por la gracia divina. Un saludo.
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