"Si tu ojo te hace caer, sácatelo"

La lectora Azahar comentó hace poco: “Me pregunto, a veces, ¿cómo podemos vigilar a nuestros hijos para que no sean adictos a Internet si somos los propios padres quienes estamos aquí?” Una forma de controlar nuestro tiempo en Internet para que no nos controle es hacer caso a la hipérbole que usa el Señor en el Evangelio del XXVI Domingo de Tiempo Ordinario: “si tu ojo te hace caer, sácatelo” (Mc. 9, 47), mortificando la vista. Según el P. Royo Marín, O.P. en “La teología de la perfección cristiana” [traducido de una versión en inglés]:

“Este es el más noble de todos los sentidos externos, pero también es el más peligroso por el gran poder seductivo que ejerce sobre el alma por medio de sus impresiones. Examinemos las diferentes clases de miradas y la conducta práctica que el alma debería seguir en cada caso.


“1) Miradas que son seriamente graves.

Cada mirada voluntaria hacia una persona u objeto que es una seria ocasión de pecado, especialmente si está acompañada por un deseo malo, es un pecado grave. El Evangelio dice expresamente: “Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón.” (Mt. 5, 28). No es necesario mencionar que uno debe evitar este tipo de mirada por completo. Sin este primer paso, no sólo la perfección sino hasta la salvación eterna se pone en gran peligro.


“2) Miradas peligrosas.

Cuando, sin un deseo malo pero tampoco sin suficiente razón, uno fija su mirada en una persona o cualquier objeto que podría conducirle al pecado, comete una imprudencia extremadamente peligrosa. Como castigo de esta imrpudencia, el alma, se privará con frecuencia de la necesaria gracia eficaz para resistir la tentación, y el individuo caerá. Hay varios ejemplos en la Sagrada Escritura de tales caídas (David, Salomón, Samsón, et.), y la experiencia diaria confirma por completo el dicho bíblico: “Por la hermosura de la mujer muchos se extraviaron, y con eso se enciende como fuego la pasión.” (Eclo. 9, 8). Después de la mirada viene el despertar de la imaginación, el deseo irresistible y la vergonzosa caída. Sin control sobre los ojos es imposible mantenerse en el camino a la virtud o siquiera en el estado de gracia. El alma que aspira seriamente a la santificación hurá de toda ocasión peligrosa de este tipo. Uno mantendrá una custodia sobre los ojos, y, sin ir a extremos ridículos, uno siempre estará vigilante y alerta para no ser tomado por sorpresa.


“3) Miradas curiosas.

“Estas miradas no caen necesariamente sobre nada que es malo ni hasta peligroso, pero no tienen otro propósito que el simple placer de mirar. Tales miradas no son en sí reprensibles, y hasta podría ayudarnos a elevar nuestras mentes a Dios. Pero cuando el alma se da a estas cosas con un apego excesivo, o demasiado frecuente, pueden convertirse en un obstáculo a la vida de oración y de recogimiento. Una persona que se está constantemente recreando desdse luego no tiene recogimiento en la oración. Está ante Dios con su cuerpo, pero su corazón está muy lejos de Dios. Y si, contrario a todo mérito del alma, Dios comunicara algún sentimiento devoto al alma, no puede permanecer, porque, volviendo tras su oración a sus miradas libres y descontroladas, todo afecto santo desaparece. El espíritu del Señor es como ciertos licores que se evaporan si no son fuertemente encorchados en el recipiente que los contiene. Así también tan alma disipa el fervor espiritual que Dios le había impartido. Además de vivir en un estado infeliz y distraído, ¿cómo es posible que tal alma se de a la práctica de la mortificación, la caridad, la humildad, la penitencia y las demás virtudes cristianas, cuando no tiene pensamientos o afectos que podrían contribuír a la vida religiosa si la persona vive en una clausura, o a la vida espiritual si la persona vive en el mundo? (J.B. Scaramelli, S.J., Directorium Asceticum (New York: Benziger), II, Tr. 1, a.3, c.2, n.134)

“La mortificación de la vista es por lo tanto necesaria hasta en cosas que son lícitas. Aquí, como en todo lo demás, es necesario proceder con serenidad y equilibrio, sin ir a extravagantes o ridículos extremos. Ciertos episodios en las vidas de los santos son más para ser admirados que imitados. Sin ir a esos extremos, que Dios no pide de todos, es seguro que la mortificación y la custodia de los ojos es un punto muy importante en la vida espirtiual, no sólo en el aspecto negativo de protegernos de grandes males, pero también en el aspecto positivo de cultivar y aumentar el recogimiento y la oración que son absolutamente indispensables para alcanzar la santidad. [S. Juan de la Cruz enumera lo siguiente como efectos malos causados por la falta de mortificación en el sentido de la vista: vanidad de espíritu y distracción de la mente, codicia indisciplinada, inmodestia, indecoro externo e interno, impureza de pensamiento, y envidia (“Subida al Monte Carmelo”, Libro III, Cap. 25)]” (P. Antonio Royo Marín, O.P., “La teología de la perfección cristiana", Parte III, 5)

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La mortificación de la vista sirve para poder contemplar mejor al Señor en este mundo y llegar a contemplarle cara a cara algún día como ya hacen los Santos Arcángeles en el Cielo:

“Según las Sagradas Escrituras hay siete arcángeles: ‘Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que tiene entrada a la gloria del Señor’ (Tb 12:15) ‘Reciban gracia y paz de Aquel que Es, que era y que viene de parte de los Siete Espíritus que están delante de Su Trono’ (Ap 1:4).

Las Sagradas Escritura mencionan el nombre de solo tres: Miguel [“¿Quién como Dios?”] (Ap 12:7-9), Gabriel [“Fuerza de Dios o el Valiente de Dios”] (Lc 1:11-20; 26-38), Rafael [“Dios sana”] (Tobit 12:6, 15).”(www.corazones.org)

Podemos imitar a los Arcángeles de Dios elevando nuestra mente hacia el Cielo. Según S. Juan de la Cruz, lo sensible es bueno si lleva enseguida a pensar en Dios y en querer hacer Su Voluntad, encontrando más placer en eso que en lo sensible. Pero si no es así, es un impedimento a la santidad.

“…el sentido de la parte inferior del hombre, que es del que vamos tratando, no es ni puede ser capaz de conocer ni comprehender a Dios como Dios es. De manera que ni el ojo le puede ver ni cosa que se parezca a Él[…]; ni puede caer en pensamiento ni imaginación su forma, ni figura alguna que le represente, diciendolo Isaías (64, 4; 1 Cor. 2, 9) así: ‘Que ni ojo le vio, ni oído le oyó, ni cayó en corazón de hombre.’”(“Subida al Monte Carmelo”, Libro III, Cap. 24, 2)


Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]
: ¿Practica la mortificación de la vista? ¿Cómo controla su tiempo en Internet?

Mañana: S. Jerónimo – “si tu pie te hace caer, córtatelo” (Mc. 9, 45)

8 comentarios

  
Norberto
Oración de Theresita: Miradas de amor a Jesús

"Jesús, tus humildes esposas hacen el propósito de mantener los ojos bajos en el refectorio, a fin de honrar y de imitar el ejemplo que tú les diste en el palacio de Herodes. Cuando ese príncipe impío se burlaba de ti,Hermosura infinita, ni una sola queja salió de tus divinos labios, ni siquiera te dignaste posar en él tus ojos adorables. Ciertamente, divino Jesús, Herodes no merecía que lo miraras; pero nosotras, que somos tus esposas, deseamos atraer sobre nosotras tu mirada divina; te pedimos que nos recompenses con una mirada de amor cada vez que nos privemos de levantar los ojos; y te pedimos también que no nos niegues tampoco tu dulce mirada cuando caigamos, pues no llevaremos cuenta de nuestros fallos. Formaremos un ramillete que tú, así lo esperamos, no vas a rechazar. En esas flores verás nuestro deseo de amarte, de parecernos a
ti, y bendecirás a tus pobres hijas.
¡Jesús, míranos con amor y danos tu dulce beso! Amén."

P.S. ¿El título no debería decir...arráncatelo, en vez de córtatelo?
01/10/09 6:40 PM
  
María Lourdes
Norberto, ¡qué oración más bella y oportuna en la fiesta de Sta. Teresita! Pídale, por favor, a esa amiga espiritual suya (y de tantos), por todos los que pasamos por aquí.

Del Salve Regina: "Ea, pues, Señora, Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre." En las miradas de misericordia, amor y de compasión de la Ssma. Virgen María y de Ntro. Señor Jesucristo podemos aprender cómo debería de ser nuestras propias miradas... "Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios."

Gracias también por la corrección, cambié el título. ¡Feliz día de Sta. Teresita de Lisieux!
01/10/09 7:05 PM
  
Ana
Me gusta el enfoque de que la mortificación de la vista es para amar mejor al Señor. lo veo muy positivo es por amor, no es por no faltar sino por amar más.ahora estoy intentando no escuchar palabrería vana.
01/10/09 7:13 PM
  
Norberto
ML
Gracias,Theresita me está haciendo pasar un día especial:encontré gratis para descarga,cosa que ya hice, sus obras completas en pdf...¡menudo regalo!.
01/10/09 7:18 PM
  
María Lourdes
Ana, sí, todo sacrificio debería de ser otro escalón más subido para acercarnos a Dios. Los santos lo hacían con tanto amor que parecían "volar" sobre sus "escalones" para abrazar al Señor en la Cruz. Un saludo.
01/10/09 9:31 PM
  
María Lourdes
Norberto, aquí hay un enlace con las obras de Sta. Teresita, para que todos podamos compartir su alegría: http://es.catholic.net/santoral/147/2519/articulo.php?id=2060
Un saludo.
01/10/09 9:34 PM
  
Norberto
ML

El enlace que yo encontré:
http://www.misionerosdelapalabra.org/tiempos%20liturgicos/octubre%201%20santa%20teresita%20de%20nino%20jesus.php
01/10/09 11:28 PM
  
JUAN
Esto me pone a pensar porque uno llega a pensar que siempre está en lo ciero y nos equivocamos porque vivimos viendo los defectos y errores de los demás.

Pero, no nos esforzamos nada por corregir los nuestros. Pero cuando nos corrigen, nuestro orgullo fluye y nos ciega totalmente al punto en el que respondemos groseramente. Hay que ser humilde y aceptar crítica y aprender a callar, por que no sólo nuestros ojos nos hacen caer, también nuestras palabras. Con ellas herimos y faltamos al respeto. Hay que corregir, sí, pero con el ejemplo y con justa razón, ¡¡con palabras justas y buenas!!, con actos buenos para crear en la persona ese anhelo de cambio.

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Juan, le agradezco mucho que haya compartido sus pensamientos. Edité su interesante comentario para que no estuviera todo en mayúsculas y así facilitar su lectura. Muchas gracias de nuevo por su contribución al blog.
07/09/11 5:27 PM

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