¿Qué hacer para ser más pacientes con los hijos?
La Virgen de la Merced se apareció a S. Pedro Nolasco en 1218 pidiéndole la fundación de una Orgen religiosa (los Mercedarios) que se dedicara a rescatar a los cristianos cautivos. Esta Patrona de la República Dominicana y de Barcelona quería socorrer por esa obra de misericordia a sus hijos, que corrían el peligro de perder la fe en situaciones muy duras.
Los padres podemos honrar a esta Reina y Madre de Misericordia cumpliendo lo que nos dice Jesucristo en el Evangelio del XXV Domingo de Tiempo Ordinario: “El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí” (Mc. 9, 37). Parece muy simple acoger a un niño dulce, sonriente y amoroso, pero la realidad de un niño que también llora, grita y desobedece puede llevar a la santidad heróica a cualquier padre que acoge en todo momento a su hijo por amor de Dios.
En la práctica es cuestión de paciencia (una virtud que todavía me queda por aprender de mi esposo). S. Agustín, que tuvo un hijo antes de su bautizo, bien entendía la obra de misericordia de tolerar los defectos del prójimo y comentó que el Señor:
“No dice: Si alguno te hiere, no quieras tú herirlo. Sino esto otro: ofrécete aun al que te hiere. Es éste un acto de misericordia que comprenden particularmente aquellos que sirven a quienes se ama mucho, como son los hijos, o cualquier persona querida enferma, o los niños […]” (Sobre el Sermón de la Montaña,1).
Suena muy bien lo que dice S. Gregorio Magno: “Debemos soportar a los que corregimos y corregir a los que soportamos.” (Hom. 17 sobre los Evang.), pero ¿cómo se traduce eso a la vida cotidiana de un padre? ¿Qué hacer para ser cada día más pacientes con nuestros hijos y a la misma vez formarles debidamente?
Seguir cierto orden dentro de lo posible y acostumbrarse la familia a ciertas horas de levantarse y de acostarse y de las comidas, por ejemplo, ayuda a mantener un ritmo saludable en la familia.
Se puede hacer una lista de las situaciones en que perdemos la paciencia con más frecuencia para buscar una solución. Quizás es el comienzo del día lo que más estrés nos causa y podemos evitarlo preparando la ropa y la comida la noche anterior, o quizás es la noche cuando estamos más cansados y podemos pedirle ayuda a alguien en esos momentos o acostar a los niños antes, por ejemplo.
También es muy importante tener en cuenta al establecer un horario diario o semanal la necesidad de descanso y de ayuda de parientes, por ejemplo, para evitar sentirse uno abrumado. Un horario demasiado ocupado nos puede hacer olvidar que el cansancio no contribuye a mantener la paciencia.
“Tened paciencia con todo el mundo, pero principalmente con vos misma: quiero decir que no perdáis la tranquilidad por causa de vuestras imperfecciones y que siempre tengáis ánimo para levantaros. Me da alegria ver que cada dia recomenzáis; no hay mejor medio para acabar bien la vida que el de volver a empezar siempre, y no pensar nunca que ya hemos hecho bastante.” (S. Francisco de Sales, Epistolario, fragm. 139,1. c. , p. 774).
2) Mantener expectativas realísticas y claras
¿Qué comportamientos nos parecen inaceptables? ¿Se ajustan bien a la edad y a la capacidad de nuestros hijos o esperamos demasiado? Mientras los niños van desarrollando sus habilidades, les puede frustrar no poder hacer ciertas cosas tan bien como ellos o nosotros quisiéramos.
Como cada niño es único, hay que ser flexibles y ofrecer alternativas a comportamientos inaceptables pero también decidir consecuencias justas para cada hijo por adelantado, por ejemplo tiempo en su cuarto (se suele recomendar hasta tantos minutos como los años que tengan). Tener un plan de cómo se va a disciplinar a los hijos ayuda a mantener la calma cuando uno tiene que hacerlo.
Se puede consultar con otros también para ver si las expectativas son objetivamente realísticas y claras.
“Quéjate lo menos que puedas de los agravios que recibas, pues de ordinario peca el que se querella; porque el amor propio siempre nos pinta las injurias mayores de lo que son; y, sobre todo, jamás digas tus resentimientos a personas propensas a indignarse y a pensar mal. Pero si acaso conviene dar a alguno la queja, o ya sea para remediar la ofensa, o ya para aquietar tu espiritu, ha de ser a personas pacificas y que amen mucho a Dios; porque de otra manera, lejos de aliviar tu espíritu, lo llenarian de mayores inquietudes, y en lugar de sacar la espina que picaba te la hincarían más en el pie.” (S. Francisco de Sales, Introducción. a la vida devota,III,3).
3) Ser firmes y corregir enseguida
Ser paciente no significa cerrar los ojos al mal que se debe corregir y esperar hasta que uno no aguanta más. Es preferible comunicar con firmeza el comportamiento adecuado enseguida antes de que la situación se haga insoportable, ofreciendo alguna otra actividad, por ejemplo. Hay que discernir si el comportamiento molesto es porque se busca atención (a lo que es mejor no hacer caso) o por algo que afecta la seguridad de alguien (si se tiran cosas, por ejemplo).
Es una obligación de los padres mostrar a sus hijos que ciertos comportamientos no son tolerables.
“Quien se enfurece con causa no es culpable; porque si la ira no existiese, ni aprovecharía la doctrina ni los tribunales estarían constituidos, ni los crimenes se castigarían. Asi, quien no se enfurece cuando hay causa para ello, peca: la paciencia imprudente fomenta los vicios, aumenta la negligencia e invita a obrar el mal, no sólo a los malos sino también a los buenos.” (S. Agustín, en Catena Aurea, vol. 1P 283).
4) No tomarse el comportamiento de los hijos personalmente
Algo bastante difícil pero necesario es separar nuestras emociones del comportamiento de los hijos, de darnos cuenta de que hay otras situaciones en nuestras vidas que pueden estar afectando cómo reaccionamos a nuestros hijos (por ejemplo, si uno acaba de perder un puesto o ha fallecido un ser querido). Ayuda mucho saber que si los hijos no se comportan bien, no significa eso que uno sea un fracaso. Si dicen cosas que duelen, no significa que lo piensen de verdad.
“Pero Cristo no tendió a aquel hombre la otra mejilla. Ni tampoco Pablo la tendió. Interpretar, por tanto, literalmente el sermón de la Montaña es falsear su significado. Dicho precepto se refiere más bien a la disposición del alma a soportar, cuando sea preciso, sin dejarse llevar por la amargura, una segunda afrenta igual o todavia más grande del agresor. A ello responde la actitud del Señor al entregar su cuerpo al último suplicio. Aquellas palabras con que replicó han sido, por consiguiente, de utilidad para nuestra enseñanza.” (Sto. Tomás de Aquino, Coment. Evang. S. Juan,18).
5) Rezar para cumplir con la voluntad de Dios en todo momento
Sin la gracia y ayuda de Dios, nada podemos hacer para avanzar en esta vía de santidad que es la paciencia. Si buscamos la justicia del Reino de Dios, todo lo demás nos será dado por añadidura, como promete el Señor.
“(A quien es paciente) nada puede apartarlo del amor de Dios, ni tiene necesidad de tranquilizar su ánimo, porque está persuadido de que todo es para bien; no se irrita, ni hay nada que le mueva a la ira, porque siempre ama a Dios, y a esto sólo atiende.” (S. Clemente de Alejandría, Stromata,6)
“La paciencia consiste en tolerar todos los males ajenos con ánimo tranquilo, y en no tener ningún resentimiento con el que nos los causa.” (S. Gregorio Magno, Moralia,13).
Ntra. Sra. de la Merced, ¡rogad por nosotros!
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué le ayuda a ser más paciente con sus hijos? ¿Qué situaciones prueban más su paciencia? ¿Cómo las supera?
Mañana: S. Cleofás – “¿De qué discutíais por el camino?” (Mc. 9, 33)
18 comentarios
Mi paciencia se ve superada cuando tengo prisa y tengo prisa por las mañanas y cuando hay que llegar a un sitio, pero la responsabilidad sigue siendo mía, tengo que ser yo el que prepare las cosas con antelación y no exigir prisa en el último minuto.
Las supero mal, procuro evitar gritos (no lo consigo), algún azote se ha escapado. Intento superarlo con arrepentimiento, con dolor personal, autocontrol, oración. Es difícil porque tendría que cambiar yo, mi pereza, cansancio, etc...
Debido al cansancio, el final del día es cuando más se debilita la poca paciencia que tengo, aunque también caigo con frecuencia por la prisa. Mi esposo me supera por muchísimo en paciencia y me ayuda a cuidar de los niños por la tarde. Pero, lo que más me ha ayudado es hacer de la vida espiritual una prioridad.
Algunos factores físicos a tener en cuenta: evitar comer cosas muy saladas, lo cual puede aumentar la hipertensión, respirar hondo para mantener el nivel de oxígeno al cerebro, beber bastante agua y comer comidas pequeñas a lo largo del día en vez de dos comidas grandes para evitar el hambre, etc. En fin, cuidarse uno a nivel natural para ayudar los esfuerzos a nivel sobrenatural. Gracias por su comentario, que me ayuda mucho.
a nosotros nuestros padres que faltaban muy pocas veces a la paciencia nos pedían perdón si alguna vez nos gritaban, normalmente nuestro padre que es muy alto por su ascendencia escandinavia se bajaba a la altura del niño a corregir y lo hacia en tono muy bajo, nuca se sentian lastimados. Legó un momento en que tuvo que mirar para arriba porque los chicos son muy altos y corregía con la misma serenidad. a mi el que pidieran perdón y rectificaran me impresionaba mucho porque a veces había bastante jaleo de niños y era lógico que fallaran.
Me gusta esa forma de corregir de su padre pero no siempre me acuerdo de intentar corregir de esa forma, y suele ser cuando estoy pensando más en mí y en lo que me molestó que en mis hijos y por qué hicieron lo que hicieron. Cuando uno practica la paciencia, se olvida de sí mismo (como el Señor que corrigió al siervo que le dió una bofetada) y todo se hace por caridad, por el bien de otro y no el de uno mismo. Por eso llama la atención el detalle de su padre. Procuraré examinar mi conciencia cada día para ver si me preocupé más de mí (si me busco excusas) que de mis hijos al corregir, por ejemplo. Le agradezco el bien que me ha hecho con su comentario.
En Wikipedia.com [http://es.wikipedia.org/wiki/Virgen_de_la_Merced] veo que la Virgen de la Merced también es Patrona y Generala del Ejército Argentino, Patrona y Gran Mariscala de las Fuerzas Armadas del Perú, Patrona de las Fuerzas Armadas del Ecuador, Patrona de las Instituciones Penitenciarias de España, entre otros muchos patronazgos. Un saludo.
El orgullo es el principal motor de la impaciencia,si tenemos claro que no somos propietarios de nuestros hijos,la cosa avanza bastante.Si además ellos ven que les servimos con entrega y desinterés las "meteduras de pata" por mal genio serán disculpadas y entendidas perfectamente.
En todo caso la aceptación de mis limitaciones es el primer paso para la consecución de la virtud de la paciencia.
Esos hijos que Dios puso bajo mi cuidado (como señala) son una bendición por muchas razones, entre las cuales está precisamente que me muestran esas limitaciones que tengo y al mismo tiempo perdonan con tanta facilidad mis "meteduras de pata". Un saludo.
Sé de primera mano lo insoportable que pueden ser esos pleitos de niños... algo que me anima es ver cómo los abuelos de mis hijos apenas se acuerdan de esos pleitos entre sus hijos, y si lo hacen, se ríen de ellos.
Muchas veces quisiéramos ser madres perfectas para nuestros hijos, pero a mí me ayuda recordar que el Señor nos pide más que nada que seamos madres santas, negándonos y tomando nuestra cruz cada día para seguirle. Esto último significa para mí dejarlo todo en Sus Manos al final del día ("basta para cada día su propio afán") y descansar en Él para que Su Fuerza me ayude el día siguiente. Un saludo.
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Carmen, siento mucho no haberle respondido hasta ahora. Comprendo perfectamente de primera mano lo que comenta. Mis hijos tienen ahora 5 y 3 (casi 4) años, y he sido profesora de profesión. En mi experiencia, la diferencia entre ser madre y ser profesora está en que ser madre es una labor de 24 horas al día, 7 días a la semana, hasta cuando no estamos con nuestros hijos.
No se desanime. Deseamos todo lo mejor para nuestros hijos, pero somos humanas y también necesitamos cierto tiempo de descanso para poder dedicarnos mejor a ellos. A veces necesitamos pedir ayuda a parientes y a amigos. A mí me ha ayudado mucho también reunirme con otras madres para que jueguen los niños y darme cuenta al hablar con otras madres de que no soy la única que me siento a veces como dice. La perseverancia y la constancia en la disciplina que impartimos son importantes. También lo es el darse cuenta de que a veces los niños pasan por ciertas etapas que no durarán para siempre, que tienen personalidades como todos y algunos son más difíciles que otros, que ellos se darán cuenta de nuestro amor a pesar de nuestras caídas si podemos reconocerlas y hacer lo posible para superarlas.
El desorden en casa también me saca de quicio a veces, pero hago lo posible para darles buen ejemplo a mis hijos, a veces con mayor o menor éxito. Procuro facilitarles la labor. Si les digo que recojan una habitación, se sentirían abrumados, sin saber dónde comenzar. Cuando son pequeños, necesitan aprender los pasos que se deben de tomar para hacerlo, una a la vez ("mete los bloques en el cubo", por ejemplo). A veces les anima que me dedique a hacer otra cosa en el mismo cuarto mientras recogen ciertas cosas.
En mi casa, una solución para ciertos desórdenes ha sido que todos los juguetes se guardan en un salón y todos los libros en cierta habitación. Así, cuando encuentro un juguete o libro fuera de sitio y les pido que lo recojan, ya saben a dónde llevar el libro o juguete.
Sobre todo, cuando sabe que se pasó de raya respecto a la paciencia, acuda a la Confesión Sacramental, porque allí está el Señor dispuesto a concedernos la gracia necesaria para superar nuestros defectos. Es maravilloso que se apoye en Dios por medio de la oración. Un saludo.
La lus de check engine de mi carro se acaba de prender. Hoy es jueves y espero que no haya malas notisias.." mis nervios estan a todo lo que dan. Me consuelo con el dicho "dios aprieta pero no ahorca". Eso lo he comprovado, nesecito ayuda..!! mis hijos sufren viendome asi. Como quisiera ser paciente , como mi padre que por Mas dificil Sea las situacion nunca Pierde la paciencia..Tengo Fe, pero creo que no es la Suficiente..
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Nancy, siento mucho que no le haya contestado hasta ahora y que haya pasado tantas contrariedades. Espero que las cosas se hayan ido solucionando para su familia, Dios mediante. Como madre de niños pequeños comprendo muy bien lo difícil que es mantener la calma con los hijos cuando una se siente agobiada. A veces como madres nos sentimos terrible cuando no somos la madre perfecta que desearíamos ser para nuestros hijos.
Admiro que a pesar de los malos ratos que ha pasado no ha perdido su deseo de mejorar, de abrirse a la ayuda del Señor, que no nos tienta más allá de nuestras fuerzas, como nos dice S. Pablo. Este santo pasó grandes pruebas y además padecía por lo que llamaba una "espina" que pedía al Señor le quitara. Dios le contestó que le bastaba Su Gracia. Dios fue quien puso a esos hijos Suyos bajo su cuidado y por eso tiene mayor interés que nosotros en nuestro éxito como madres. Él puede alentar cada chispa de nuestro amor para transformarla en el fuego de la Caridad si Le dejamos hacerlo. Me parece que el mismo remordimiento que sintió es prueba de amor por sus hijos y de preocupación por su bienestar.
Nos disponemos a recibir esa Gracia de Dios poniendo de nuestra parte para evitar situaciones que nos podrían alterar (preparándonos lo necesario la noche anterior para no correr tanta prisa por la mañana, por ejemplo), reservando tiempo para la oración (aunque sea pequeñas jaculatorias pidiendo la paciencia que nos falte) y frecuentando los Sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación. Así, podríamos tropezar, pero nuestro Buen Pastor (que cargó la cruz por nosotros) no nos dejará caídos y velará por el bien de nuestros hijos también para que sean santos a pesar de nuestros pecados e imperfecciones. Ya sé por propia experiencia que eso es más fácil dicho que hecho, o sea que le seguiré teniendo presente en mis oraciones y le pido que también se acuerde de mi familia en las suyas.
Soy muy impaciente cuando vamos a algún lado y estamos atrasados trato muy mal a mis hijos a mi esposo, y quiero cambiar pero no puedo, miro en mi casa algo que no me gusta que no esta en su lugar o no me salen las cosas como yo quiero que salgan me exaspero grito a todo el que se me cruce, pero en la noche me viene un cargo de conciencia y es peor y al siguiente día lo mismo.
quisiera un consejo
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Jacq, siento que haya tardado tanto en contestarle. Leo su comentario y bien podría haberlo escrito yo porque también soy muy impaciente en las situaciones estresantes que menciona. Claro que como madres tenemos la obligación de corregir a nuestros hijos, pero es tan fácil perder la calma... Menos mal que el Señor lee nuestros corazones y sabe cuándo actuamos involuntariamente, como cuando nos enojamos y reaccionamos con un tono de voz que en mejores condiciones no hubiéramos usado.
Poco a poco se podría intentar evitar las situaciones estresantes y hasta pedir ayuda a parientes y amigos. Por ejemplo, si sé que el llegar tarde a algo por la mañana me saca de quicio, intento preparar la noche anterior todo lo que pueda o empezar a prepararme antes y cuando estoy calmada explicarle a mi esposo que necesito su ayuda. A mí me ha ayudado también el no llenar el horario y a mantenerlo flexible. Es mejor para el hogar hacer pocas cosas bien y con amor que mucho con prisa y a gritos.
Y sé que no es fácil, pero como decía S. Francisco de Sales: "Se cazan más moscas con una cuchara de miel que un barril de vinagre". Mis hijos suelen cooperar mejor cuando están interesados en algo positivo (que les alabe y juegue un juego con ellos después de recoger, por ejemplo) que cuando les amenazo con un castigo. Se obtiene el mismo fin de ordenar la casa, pero cuando lo hacen de mejor gana no me canso tanto gritándoles. Además, cuando les presiono, resisten más y yo reacciono peor. Cuando pido la ayuda del Señor, ofreciéndole que no se haga tanto mi voluntad como la Suya, aunque las cosas no me salgan bien, sé que algún bien vendrá de ello y no me enfado tanto porque no enfrento la situación sola.
Es bueno hacer examen de conciencia por la noche, pero pensando también en alguna estrategia específica para mejorar que pudiéramos poner en práctica al día siguiente, Dios mediante. También es buena práctica hacerse algo de tiempo para rezar y frecuentar los Sacramentos en lo posible, ya que por medio de ellos obtenemos la gracia para mejorar y hacer el bien. Cuanto más arrepentimiento sintamos al confesarnos sacramentalmente, por ejemplo, más gracia recibimos del Señor para superar futuras tentaciones. No me extiendo más en una cuestión que sigue siendo un desafío para mí. Le tendré en cuenta en mis oraciones y le pido que también rece por mí. Un saludo.
Al ver mi sufrimiento, mis hijos, aunque de poca edad, han cooperado conmigo a preparar su ropa y útiles para la escuela con tiempo, incluso mi hijo mayor se levanta por las mañanas antes que yo para preparar el cereal para sus hermanitos XD. Muchísimas gracias, Lourdes, por sus oraciones. Por supuesto la tendré a ud. y su familia en las mías.
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Nancy, ¡qué alegría tener tan buenas noticias de Ud.! Que el Señor y Ntra. Ssma. Madre continúen a velar muy de cerca por su familia, como sólo Ellos pueden. ¡Qué bueno que su hijo mayor sea tan responsable y ayude a cuidar de sus hermanitos! ¡Qué bendición que todo se haya ido solucionando! Espero que su comentario ayude a otros a confiar en Dios en sus apuros. Muchísimas gracias por sus oraciones.
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Rosineli, me conmueve mucho leer en su comentario [que lamento haber tardado tanto en publicar] sobre las dificultades que ha estado enfrentando en su familia. Me alegro que lea la Biblia y le animo a continuar a meditar regularmente las Sagradas Escrituras, sobre todo los Evangelios, para que el Espíritu Santo le vaye iluminando.
Como madre de familia, comprendo lo difícil que es mantenerse una equilibrada y dar buen ejemplo a pequeñines en casa a pesar de las contrariedades que uno enfrenta de día a día. Solo puedo compartir lo que procuro hacer, ya que no he llegado a un dominio propio completo todavía [S. Francisco de Sales comentaba que tardó 19 años en dominar su mal carácter].
Procuro frecuentar los Sacramentos, oyendo Misa, comulgando y confesándome sacramentalmente regularmente. Sé que necesito la ayuda de Dios para ser paciente. Por medio de la oración me doy cuenta de que no enfrento todo sola, sino que el Señor y Ntra. Ssma. Madre están dispuestos a ayudarme. Cuando fallo y me arrepiento, sé que en la Confesión sacramental recibo gracia de Dios para comenzar de nuevo y continuar y que cuanto más arrepentida esté, más ayuda recibo por medio de esa gracia divina. Aparte de eso, el Rosario también es una oración muy recomendable para obtener la ayuda de la mejor Madre. Que la Paz y el Amor de Dios le acompañen en todo momento.
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Juliana, comprendo de primera mano algo de lo que dice porque solo hay unos 15 meses entre mis dos primeros hijos y mi primogénito tiene muchísima energía. Me alegro que esté haciendo lo posible para evitar perder el control en situaciones que prueban como nada la paciencia de uno y que tenga el ejemplo de sus padres. No se desanime. ¡Cuántas veces he recurrido a la confesión sacramental para pedir perdón a Dios y también Su gracia para seguir adelante! Estoy segura de que Dios ve nuestros esfuerzos como madre. A veces es necesario que regañemos a nuestros hijos para educarles, pero es tan difícil no pasarse de raya... Ahora que mi hijo es un poco mayor (7 años), veo que con la madurez ciertas cosas se hacen más fácil y que con la ayuda de Dios hasta de nuestros fracasos saca Él lo bueno. Hablando con otras madres me he dado cuenta de que otras pasan por situaciones parecidas y más pronto o más tarde llegará el momento en que verá el fruto de sus esfuerzos. Gracias por haber dejado su comentario y siento haber tardado tanto en publicarlo.
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