¿Qué puede ofrecer la tercera edad a una sociedad perfeccionista?
Cuando mi esposo y yo llevamos a nuestros hijos a visitar a la abuela de mi esposo, muchas personas de tercera edad nos dicen que les encanta verles porque “están llenos de vida”. Pero, mis hijos apenas han empezado a vivir y les queda mucho que andar, mientras que los que han vivido muchos más años han superado muchas dificultades y tienen mucho que ofrecer, como me demostró Dorothy Punty.
Conocí a Dotty por un programa de visita a los ancianos que organizaba un hospital en mi zona. Ella padecía grandes dolores y problemas físicos desde que se estrelló un camión contra su coche y no podía salir sola de su apartamento sin silla de ruedas. Tardaba mucho tiempo en hacer las cosas más simples. Su familia ya apenas le visitaba por la pena que les causaba que estuviera discapacitada y porque no querían que la vieran así sus nietos.
Aún así, ella hacía más por mí de lo que podía hacer por ella en las pocas horas que duraba cada visita. Le llevaba al supermercado, pero ella me hacía una salsa de tomate como ninguna que he probado desde entonces. Le llevé a una tienda para comprar lana, y ella acabó enseñándome con paciencia a hacer puntillo (algo que otros no habían podido hacer). Fuimos a un concierto al aire libre en un sitio que ella conocía, pero más me inspiraron sus ligeros suspiros cuando pasábamos por baches sin mostrarme que su dolor era agonizante.
Íbamos juntas a Misa y ella me animaba a rezar el Rosario y a ver el canal católico EWTN. Pero, no necesitábamos ir a ninguna parte para que su paciencia y fe alegraran mi vida. No podía esconder mis problemas y preocupaciones de su atento afecto, pero ella me ayudaba a ver que las cosas de este mundo no tenían mucha importancia.
Apenas se quejaba de nada, aunque le dolía que sus hijas no le invitaban a su casa. No se daban cuenta de lo mucho que podía ofrecer a sus nietos aunque estuviera en silla de ruedas. Pero, el Señor dispuso llamarle a Su Presencia mientras le rodeaba toda su familia, cenando en casa de su hija una Nochebuena.
Todo lo que hizo Dotty por mí en los pocos meses que duraron mis visitas hasta su muerte me recuerda que, como dice el Señor en el Evangelio del XX Domingo de Tiempo Ordinario: “El espíritu es quien da vida” (Jn. 6, 63).
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Sta. Teresa de Jesús Jornet e Ibars (1843-1897) fundó la Congregación de Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Valencia, dedicada a cuidar de los abandonados y a ver la vida de Cristo en ellos. Quería que sus hijas espirituales fueran fervorosas, “pero no de las que dejan el trabajo a los demás”. Su última recomendación fue: “Cuiden con interés y esmero a los ancianos, téngase mucha caridad y observen fielmente las constituciones. En esto está nuestra santificación".
Nos recuerda S. Josemaría Escrivá: “Tienes obligación de santificarte. -Tú también. -¿Quién piensa que ésta es labor exclusiva de sacerdotes y religiosos? A todos, sin excepción, dijo el Señor: “Sed perfectos, como mi Padre Celestial es perfecto”. (Camino, 291). No quiere decir el Señor que seamos perfeccionistas, sino perfectos en la Caridad que hacía que Dios Padre hiciera salir el sol y llover sobre buenos y malos. La perfección de vida no es hacer más, sino hacer todo con mayor Amor y por Amor. Como dice S. Agustín: “Nuestro fin debe ser nuestra perfección; nuestra perfección es Cristo.” (Coment. sobre el Salmo 69).
“Tenedlo presente, hermanos: en el huerto del Señor no sólo hay las rocas de los mártires, sino también los lirios de las vírgenes y las yedras de los casados, así como las violetas de las viudas. Ningún hombre, cualquiera que sea su género de vida, ha de desestimar su vocación: Cristo ha sufrido por todos Con toda verdad está escrito de él: Nuestro Salvador quiere que todos los hombres se salven y lleguen al pleno conocimiento de la verdad.” (S. Agustín, Sermón 304).
El Siervo de Dios Papa Juan Pablo II, no tenía fuerzas al final de su vida para esquiar como cuando era jóven, pero a pesar de las limitaciones de su cuerpo, demostró al mundo lo que había predicado años antes: “¿Qué es la santidad? Es precisamente la alegría de hacer la Voluntad de Dios.” (Hom. 18-1-1981).
Al contrario, los perfeccionistas quieren hacer su propia voluntad para alcanzar una perfección imposible. Los que sufren una condición patológica no aceptan sus inevitables fracasos y suelen recurrir a la procrastinación porque no pueden hacer algo hasta que todas las condiciones sean perfectas o hacen lo posible para esconder sus fracasos por su gran actividad. Los psicólogos Stoeber y Otto distinguen entre los esfuerzos perfeccionistas que animan a las personas sanas a mejorarse y las preocupaciones perfeccionistas que llenan de ansiedad a los que sufren de un problema patológico.
¿Será que vivimos en una sociedad perfeccionista? Muchos jóvenes procrastinan años antes de casarse o no quieren tener hijos hasta que sus carreras profesionales sean lo mejor posible o las condiciones sean idóneas según ellos. Mientras, hay personas de Tercera Edad de baja autoestima por pensar que no son modelos de una perfección inalcanzable, por no tener un papel importante en una sociedad que ha dejado al márgen la Voluntad de Dios, quien ama a todos y en todos ve la posibilidad de alcanzar la perfección de la Caridad por Su Gracia.
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué diferencias cree que hay entre la perfección cristiana y el perfeccionismo? ¿Cree que vivimos en una sociedad perfeccionista? ¿Qué contribuyen los ancianos a la sociedad?
Mañana: Sta. Mónica – “nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede” (Jn. 6, 65)-
16 comentarios
El perfeccionismo puede ser algo enfermizo o no, en el último caso, como aquellas personas que quieran ser minuciosas en la tarea que realizan que no tiene porqué estar relacionada con la tarea cristiana. Puede ser enfermizo cuando queremos que vean todo lo que somos capaces de hacer y no llegar a ello nos angustia y frustra, es un perfeccionismo para demostrar nuestra valía y propio de personas inseguras.
Yo creo, puedo equivocarme porque sería generalizar, que en España no somos perfeccionistas, nos contentamos con salir del paso; puede que en USA sea distinto.
Si lo vemos sólo en el aspecto egoísta, las personas mayores están contribuyendo actualmente a ayudar a sus hijos con el cuidado de los nietos. Ya más ancianos, nos comunican conocimientos que se extinguirían si no fuera por ellos y algo que quizás en esta sociedad nuestra no se valora, sus oraciones.
No es malo querer mejorar, pero el perfeccionismo hunde a los que no quieren aceptar lo que Dios nos pide sabiendo Él nuestras limitaciones. A mí me pasa en los momentos de mayor soberbia.
La perfección cristiana requiere no sólo mantenerse uno en gracia con Dios como mínimo, sino también crecer en Amor de Dios para asemejarnos más a Él y unirnos a Él en el Cielo. Pero para eso hay que preocuparse más de los intereses de Dios que de los intereses propios.
Tampoco idealizo la tercera edad, pero al llegar a ella lo espiritual se vuelve más importante para muchos. ¿Por qué esperar hasta entonces? Mejor pedir la ayuda de Dios desde ahora. Un saludo.
Pues,decididamente,no vivimos en una sociedad perfeccionista,al menos en España,donde un destacado dirigente socialista,Javier Solana, dijo que "La perfección es un pensamiento fascista"...¡asi como suena!.La sociedad española,en general,es pasiva,holganazana,descuidada y poco amante de obrar con detalle.
Los abuelos aportan todo lo contrario:la minuciosidad,el amor por la obra bien hecha,la exigencia para sacar lo mejor de uno mismo.
Yo considero que más que aportar perfección, las personas mayores aportan experiencia, en este caso experiencia en la perfección.
No es malo ser perfeccionista, es más, en su justa medida es lo mejor. En eso San Josemaría incidía mucho, en hacer bien las cosas para mayor gloria de Dios.
Otra cosa bien distinta es la perfección cristiana, que sólo se alcanza por la fe en Cristo nuestro Señor. en este enlace se explica de forma muy clara qué es y en qué consiste la perfección cristiana:
http://ec.aciprensa.com/p/perfeccioncristiana.htm
+ Bendiciones
Sobre el dilema perfección cristiana-perfeccionismo,en síntesis:
1) El perfeccionismo es un pensamiento filosófico asociado a determinadas escuelas,que buscan la obtención de un bien (religioso,moral,espiritual,etc.)mediante determinadas prácticas.
2) Sin embargo la perfección cristiana,busca la santidad obedeciendo al mandato del Señor :"Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto" (Mt 5,48).
En muchas situaciones en que se alejan de la Iglesia ciertos parientes, los abuelos son los que mejor pueden hablar con esas personas por su cariño, por su desinterés, sobre todo por la diferencia entre generaciones por la cual ciertas cosas que dicen los abuelos se escuchan con paciencia mientras que si uno de la misma generación lo dice uno no quiere prestar atención. ¡Qué bendición son para todos en la familia cuando dan testimonio de su fe!
Recuerdo la tranquilidad del abuelo de mi esposo cuando falleció hace pocos años... !qué ejemplo de confianza en el Señor tras recibir los Sacramentos¡
Se me viene a la mente la imagen de la producción industrial moderna comparada a la producción artesanal tradicional. La "perfección" de las piezas hechas en una fábrica moderna porque corresponden a cierto molde son sólo lo "perfectas" que necesitan ser, una apariencia de perfección (que no siempre dura mucho tiempo) según lo que pida un patrón. Si no es una pieza perfecta, se tira porque podría estropear el resto.
Una pieza artesanal que se trabaja con cuidado hace que el producto siga siendo lo que sea, respetando lo que hace que cada pedazo único de madera, por ejemplo, aporte cierta originalidad. Si no sale bien, se busca una forma de aprovechar lo que se obtiene.
De la misma forma, para el Señor no somos hechos de molde sino trabajados por Su Gracia según le dejemos hacer. Cuanto más nos vaciemos para que Él nos llene, cuanto más "perfectos" seremos en la Caridad. Gracias por su reflexión sobre el tema.
Por cierto, creo que muchos no saben que la práctica de incinerar está aprobada por la Iglesia mientras que sea con fe en la Resurrección de los muertos, pero en ese caso se debe conservar las cenizas sin esparcirlas. Lo menciono porque una tía de mi esposo pidió que se esparcieran sus cenizas en el mar pero al investigar lo que permite la Iglesia Católica, la familia acabó guardando sus cenizas en un mausoleo. Probablemente escribiré sobre esto en algún futuro post. Un saludo.
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