Cómo escaparse del maletero de un coche y de otros apuros

El libro “The Official Nancy Drew Handbook” (de la compañía que publica la serie popular “Worst-case scenarios” sobre cómo salir de los peores aprietos) ofrece consejos para escaparse de un maletero de coche cerrado (“How to Escape from a Locked Car Trunk”) [sitio no católico].

El primer consejo es permanecer en calma para evitar la hiperventilación en el caso de pánico, que impediría a uno guardar la razón lo suficiente para poder escapar.

“Serenos, aunque sólo fuese para poder actuar con inteligencia: quien conserva la calma está en condiciones de pensar, de estudiar los pros y los contras, de examinar juiciosamente los resultados de las acciones previstas. Y después, sosegadamente interviene con decisión” (S. Josemaría Escrivá, “Amigos de Dios", 79)

Otros consejos para escaparse del maletero son: buscar el cable o algún botón que abra el maletero o las herramientas que se usan para cambiar ruedas para hacer ruido, intentar abrir el maletero o al menos hacer un agujero para poder respirar. Además, uno puede quitar la bombilla de alguna luz trasera y romperla para llamar la atención a alguien y poder respirar mejor.

¿Qué hacer si uno hiperventila por motivos de ansiedad?

“-Debe intentar que su respiración se vuelva regular. No intente respirar más aceleradamente.[…]

-Respire más lentamente y de manera menos superficial: Puede intentar respirar con los labios fruncidos, como si tratara de apagar una vela. O puede taparse la boca y una fosa nasal respirando simplemente por la que queda destapada. Haciendo esto lo que se consigue es aumentar la cantidad de CO2 en los pulmones.” (“Hiperventilación y ansiedad”)

Lo importante es relajarse y también debe uno saber que aunque sean muy desagradables las consecuencias de la hiperventilación, (por reducirse el CO2 que recibe el cuerpo), no es una condición peligrosa.

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Sta. Beatriz de Silva (c.1425 – 1491), hija de un alcalde de Campo Mayor (Portugal) era una de once hermanos, entre los que se cuenta el Bto. Amadeo de Silva. Se piensa que ella fue la modelo de un cuadro de “La Virgen con los ojos cerrados” (ver imagen) por obediencia a su padre, aunque por modestia no abrió los ojos. A los veinte años formó parte del séquito de la infanta Isabel de Portugal cuando ésta, la futura madre de Isabel la Católica, se casó en Castilla. Allí, por las intrigas de la corte, la celosa reina la encerró en un cofre (ver primera foto) por tres días, hasta que el tío de Sta. Beatriz pudo convencer a la reina que abriera el cofre.

Esperaban encontrarla muerta, pero dicen que salió más hermosa. Como dice el Sñor en el Evangelio del XX Domingo de Tiempo Ordinario: “vivirá por mí” (Jn. 6, 57) el que coma su carne, el que le recibe fielmente en la Eucaristía. No sólo promete la vida eterna en el futuro, sino que hasta en esta vida podemos vivir por Él.

Había recibido la santa una visión de la Ssma. Virgen María con el Niño Jesús en que le decía que sería liberada y le pedía que fundara una Orden consagrada a su Inmaculada Concepción (siglos antes de proclamarse este dogma) con el habito blanco y túnica azul que llevaba puesta.

“…¡cuántas contrariedades desaparecen, cuando interiormente nos colocamos bien próximos a ese Dios nuestro, que nunca abandona! Se renueva, con distintos matices, ese amor de Jesús por los suyos, por los enfermos, por los tullidos, que pregunta: ¿qué te pasa? Me pasa. . . Y, en seguida, luz o, al menos, aceptación y paz (S. Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 249).

El rey le ayudó a irse al convento de Sto. Domingo el Real. De camino, se vió acompañada por dos frailes franciscanos, que piensa fueron S. Francisco y S. Antonio de Padua. Vivió en clausura con el rostro velado. La reina hizo las paces con ella y su hija Isabel la Católica apoyaría la fundación de la nueva Orden, que sería aprobada por el Papa en 1489.

La santa recibió noticia de la Bula milagrosamente, pero le dijeron meses después que se perdió en el mar por un naufragio. Pero, la santa la encontró en un cofre que tenía. Se le apareció la Virgen de nuevo, con noticia de su muerte en diez días y la profecía de que su Orden parecería apagarse pero que después tendría éxito. Cuando le quitaron el velo para ungir su frente poco antes de morir, todos vieron su cara luminosa, con una estrella sobre la frente hasta su muerte.

“La verdadera, la única paz de las almas en este mundo consiste en estar llenos de amor de Dios y animados de la esperanza del cielo, hasta el punto de considerar poca cosa los éxitos o reveses de este mundo [. . . ]. Se equivoca quien se figura que podrá encontrar la paz en el disfrute de los bienes de este mundo y en las riquezas. Las frecuentes turbaciones de aquí abajo y el fin de este mundo deberían convencer a ese hombre de que ha construido sobre arena los fundamentos de su paz” (S. Beda, Hom. 12 para la Vigilia de Pentecostés).

Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Alguna vez ha experimentado ansiedad o un ataque de pánico? ¿Qué le ayuda espiritualmente a conservar la paz en momentos de ansiedad o de gran aprieto?

Mañana: Sta. Elena – “el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” (Jn. 6, 48)