CVI. La penitencia
1297. –¿Con el bautismo, la confirmación y la eucaristía, que dan y aumentan la gracia de Dios, no son suficientes los sacramentos?
–Observa Santo Tomás que: «aunque los hombres reciban la gracia por dichos sacramentos, sin embargo, no se hacen impecables por haberla recibido». Da cinco razones que prueban esta tesis.
Se explica que el hombre en esta vida no es impecable por el modo de poseer la gracia de Dios. Estos: «dones gratuitos se reciben en el alma como disposiciones habituales, mas el hombre no obra siempre según ellos. Porque nada impide que quien posee un hábito obre según el hábito o contra él». Aunque el hábito, a diferencia de la mera disposición, que es pasajera, es más estable, no se sigue siempre. Así, por ejemplo: «el gramático puede hablar rectamente, según la gramática, y también hablar inconvenientemente, contra la gramática». Lo mismo puede decirse de: «los hábitos de las virtudes morales, pues quien tiene el hábito de la justicia puede obrar también contra ella».
Ello ocurre porque: «en nosotros el uso de los hábitos depende de la voluntad, y la voluntad se relaciona con ambos opuestos», por ser libre puede elegir entre los opuestos, tanto sin son contradictorios, contrarios, privativos y correlativos. «Luego es claro que el hombre, recibiendo los dones gratuitos, puede pecar obrando contra la gracia».