17.05.21

CVI. La penitencia

1297. –¿Con el bautismo, la confirmación y la eucaristía, que dan y aumentan la gracia de Dios, no son suficientes los sacramentos?

–Observa Santo Tomás que: «aunque los hombres reciban la gracia por dichos sacramentos, sin embargo, no se hacen impecables por haberla recibido». Da cinco razones que prueban esta tesis.

Se explica que el hombre en esta vida no es impecable por el modo de poseer la gracia de Dios. Estos: «dones gratuitos se reciben en el alma como disposiciones habituales, mas el hombre no obra siempre según ellos. Porque nada impide que quien posee un hábito obre según el hábito o contra él». Aunque el hábito, a diferencia de la mera disposición, que es pasajera, es más estable, no se sigue siempre. Así, por ejemplo: «el gramático puede hablar rectamente, según la gramática, y también hablar inconvenientemente, contra la gramática». Lo mismo puede decirse de: «los hábitos de las virtudes morales, pues quien tiene el hábito de la justicia puede obrar también contra ella».

Ello ocurre porque: «en nosotros el uso de los hábitos depende de la voluntad, y la voluntad se relaciona con ambos opuestos», por ser libre puede elegir entre los opuestos, tanto sin son contradictorios, contrarios, privativos y correlativos. «Luego es claro que el hombre, recibiendo los dones gratuitos, puede pecar obrando contra la gracia».

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3.05.21

CV. La presencia de Cristo en la eucaristía

1282. –El Aquinate resuelve a la dificultad sobre el modo en que comienza a estar presente verdadera y realmente Jesucristo, verdadero Dios y hombre, en las especies sensibles de pan y vino,con la explicación de la conversión total o cambio de las substancias de pan y vino por las substancias del cuerpo y de la sangre de Cristo, que se denomina transubstanciación. ¿Cuál es la segunda dificultad y cómo la resuelve?

–Después de presentar la primera dificultad, indica Santo Tomás que: «La segunda dificultad proviene del lugar. Las partes de uno no están separadamente en diversos lugares si él permanece íntegro. Es manifiesto que en este sacramento están separadamente el pan y el vino en lugares separados. Luego, si la carne de Cristo está bajo la especie de pan y la sangre bajo la especie de vino, parece seguirse que Cristo no permanece íntegro, sino que siempre que se realiza este sacramento se separa del cuerpo»[1].

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15.04.21

CIV. La transubstanciación eucarística

1269.Después de estudiar los sacramentos del bautismo y de la confirmación, el Aquinate dedica varios capítulos de este cuarto libro de la Suma contra los gentiles al estudio de la eucaristía. ¿Cuál es la primera cuestión que trata?

Comienza Santo Tomás con la determinación de la gracia sacramental de la eucaristía. Nota que: «Así como la vida corporal necesita el alimento material no sólo para su crecimiento, sino también para conservar la naturaleza corporal, evitando que se disuelva por el continuo desgaste y flaquee su vigor, del mismo modo fue necesario que la vida espiritual tuviera un alimento sobrenatural, por el cual los regenerados se conserven en las virtudes y se desarrollen».

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1.04.21

CIII. El bautismo y la confirmación

1252. –¿Cuál es la naturaleza del sacramento del bautismo?

–Según la comparación o semejanza con la vida natural, el bautismo se puede definir como sacramento de la Nueva Ley, instituido por Cristo, que es una «generación espiritual».

El bautismo, es una generación espiritual, que por su semejanza con la generación de los seres vivos, tiene también efectos parecidos. En la generación natural el efecto principal es la vida, en la sobrenatural es la regeneración a la gracia. Explica Santo Tomás en la Suma teológica que: «Los sacramentos tienen el poder de conferir la gracia, por su institución, de donde se deduce que el momento de la institución de un sacramento es cuando recibe el poder de producir su efecto, cosa que en el bautismo sucedió cuando Cristo fue bautizado. En aquel momento, por tanto, quedó instituido el bautismo como sacramento».

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15.03.21

CII. La gracia y el carácter de los sacramentos

1236. –¿Puede hacerse una división de sacramentos?

–Han existido tres clases de sacramentos en tres distintos momentos de la historia humana: en el período de la ley natural –antes de la ley mosaica–; en el de la ley escrita –desde Moisés hasta Cristo–; y en el de la Nueva Ley, o ley evangélica, instituida por Cristo.

Sin embargo, esta triple división de los sacramentos no es la de un género en tres especies, porque el término «sacramento» tiene un sentido analógico, con una analogía de proporción o de atribución extrínseca. El analogado principal, el que significa formal e intrínsecamente lo significado, el ser instrumento de la gracia, es el sacramento de la Nueva Ley. Todos los de la Antigua Ley y los anteriores son analogados secundarios, porque son sólo un signo de la gracia, conseguida por la pasión y méritos de Cristo.

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