LXXXIII. El misterio de la generación en Dios
958. –Según el arrianismo el Logos, o Verbo de Dios, no tenía naturaleza divina, ni era eterno. Había sido creado con una participación en la divinidad, pero superior a la de los ángeles. Se encarnó como alma de un cuerpo, para constituir a Cristo, que no es así ni verdadero Dios ni verdadero hombre. ¿Cuál es la crítica del Aquinate?
–La refutación del arrianismo la comienza Santo Tomás desde los textos de la Sagrada Escritura, que utilizaban para confirmar su posición. Precisa que si en ella se «llama hijo de Dios a Cristo e hijos de Dios a los ángeles, lo hace por distinta razón. Por lo cual dice el Apóstol: «¿A quién de los ángeles dijo jamás: ‘Tú eres mi Hijo, yo hoy te he engendrado’? (Heb 1, 5). Cosa que afirma fue dicha a Cristo». Si la interpretación arriana fuese acertada: «por la misma razón se dirían hijos los ángeles y Cristo ya que a ambos competiría el título de filiación conforme a la sublimidad de naturaleza en que fueron creados por Dios».