XCVIII. Existencia del pecado original
1176. –¿Fue conveniente la Encarnación, o que el Hijo de Dios asumiera la naturaleza humana?
–Después de los capítulos dedicados al misterio de la Encarnación, en el cuarto libro de la Suma contra los gentiles, Santo Tomás escribe, al iniciar el capítulo siguiente: «Lo dicho anteriormente demuestra que no es imposible lo que enseña la fe católica sobre la Encarnación del Hijo de Dios. Ahora tenemos que demostrar en consecuencia, la conveniencia de que el Hijo de Dios asumiera la naturaleza humana». La razón de la conveniencia de la Encarnación, añade, fue el pecado original, porque: «parece que San Pablo atribuye la razón de esta conveniencia al pecado original, que a todos se transmite»[1]. Afirma San Pablo que: «Así como por la desobediencia de un solo hombre fueron constituidos pecadores los que eran muchos, así también por la obediencia de uno solo serán constituidos justos los que son muchos»[2].
A pesar de estas palabras sobre el pecado que acompaña a la naturaleza humana: «sin embargo, es preciso demostrar que los hombres nacen con pecado original, cuya existencia negaron los herejes pelagianos».