(264) Castidad –y 7. en los novios
–¿Y no nos va a hablar de la castidad de los viudos, de los «divorciados vueltos a casar»?…
–No contestaré a su pregunta, pues capto en ella un tono irónico: como si estuviera usted harto de tantos artículos sobre la castidad.
Por el noviazgo un hombre y una mujer que se aman avanzan hacia el matrimonio. Por tanto, es un período precioso, que prepara la realización de algo muy grande y santo: el matrimonio y la familia. No ha de vivirse irresponsablemente, en formas triviales, vanas, puramente placenteras y divertidas. Por el contrario, los novios han de entender que su noviazgo es como el Seminario que prepara a los que van a ser sacerdotes, o como el Noviciado, que forma a las personas que han sido llamadas por Dios para consagrarse a él en la vida religiosa. Ya se comprende, pues, fácilmente la transcendencia tan grande que para la vida de la Iglesia tiene la formación doctrinal y moral, psicológica y afectiva, que en el Noviazgo, el Seminario y el Noviciado se dé a los cristianos según su vocación.