(361) Santidad-4. Santidad y perfección evangélica
–¿O sea que también yo puedo llegar a ser santo?
–Dios nuestro Señor, que es omnipotente y misericordioso, puede hacer milagros.
Examinemos una cuestión clásica que la teología espiritual estudia y enseña.
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–Santidad y perfección
Estamos llamados a ser santos y perfectos, como lo es nuestro Padre celestial (Ef 1,4; Mt 5,48). Santidad y perfección equivalen prácticamente. Y no habría dificultad en identificar ambos conceptos si se recordara siempre que no hay más perfección humana posible que la santidad sobrenatural. Pero esto se olvida demasiado. Por eso nosotros preferimos hablar de santidad, palabra bíblica, largamente usada en la tradición patrística, teológica y espiritual de la Iglesia. Ella expresa muy bien que la perfección del hombre adámico ha de ser sobrenatural, por unión con el Santo, Jesucristo. Sin embargo, hemos de considerar ahora el tema de la perfeccióncristiana, siguiendo de cerca la doctrina luminosa de Santo Tomás de Aquino.