Ausente (I)
–¿O sea que se toma unas vacaciones? Le vendrán muy bien y a sus lectores también.
–No. Está usted mal informado. No se trata de vacaciones, sino de unas semanas de trabajo apostólico en un seminario y en dos monasterios, más los días de viaje. En ese tiempo no podré normalmente conectarme a Internet, ni tampoco tendré tiempo para redactar nuevos artículos. Estaré esos días muy ocupado. Interrumpo, pues, unas semanas la serie de artículos en Reforma o apostasía.
Pero incluso en estas próximas semanas, Dios mediante, podré también hallar tiempo para el descanso, la lectura y la oración. Es evidente que el ministerio de la predicación, al que me dedicaré especialmente en estos días, tiene precisamente su fuente en la contemplación: «contemplata aliis tradere», la fórmula de Santo Tomás de Aquino (STh II-II, 188, 6). Dicho lo mismo con palabras del Maestro: «de la abundancia del corazón habla la boca» (Mt 12,34).
Pido, pues, a mis lectores que me acompañen con sus oraciones.
José María Iraburu, sacerdote
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