28.03.22

(679) Alegres en la esperanza. 10-La esperanza sana y eleva la memoria

 

–Este artículo me recuerda otro suyo de 2014, el número (254).

–Qué memoria… Sí, tratan temas diferentes, pero son hermanos.

 

Rechazo masivo de Dios. Iglesias locales que en pocos decenios pasan de 100  a 20 o a 10. Herejías y sacrilegios. Falta persistente de vocaciones. No Misa, no confesión, no matrimonio sacramental, anticoncepción generalizada, leyes civiles abiertamente contra natura. contra Cristo… Apostasías innumerables.

Los malos cristianos no sufren el peso aplastante de tantos males en el mundo y en la Iglesia, sino que están en ellos como pez en el agua.

Los buenos sufren esos males con humilde confianza y paz, pues viven la Providencia divina con docilidad y esperanza.

Pero algunos de los buenos, no pocos, andan tristes, apocados, desconcertados, quejosos, amargados, buscando y señalando culpables –juzgando– con implacable dureza. Especialmente en estos años presentes, un buen número de fieles se ven aplastados por los males del mundo y de la Iglesia. No pueden con su alma.

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23.03.22

(678) Alegres en la esperanza. 9.-Entre luz y tinieblas, la Providencia nos mantiene en la esperanza

Ucrania. Una familia huye de la guerra

–Entre luz y tinieblas…

–En realidad, viviendo en Cristo, que es “la Luz del mundo", “somos todos hijos de la luz e hijos del día; no de la noche, ni de las tinieblas” (1Tes 5,5). 

I) 

Estamos en paz

«Aquí estamos en paz, hay tranquilidad y no pasa nada»

Ateniéndose a ese «pensamiento» –más bien «pensación», los hombres «comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; pero en cuanto Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y acabó con todos. Lo mismo pasará el día en que se revele el Hijo del hombre» (Lc 17,28-30). Cuántos cristianos hoy, al menos entre aquellos que gozan de una relativa prosperidad y tienen una mentalidad liberal mundana, son moderados a la hora de considerar los males del mundo, en el que de ningún modo aceptan vivir «como peregrinos y forasteros» (1Pe 2,11), y menos aún como combatientes. Son «hombres terrenales»; mientras que los cristianos somos «hombres celestiales» (1Cor 15,48).

Piensan que no hay que dar crédito a los profetas alarmistas, y que los males del mundo actual son, con un poco de paciencia, tolerables. Tranquilos todos. En esta actitud, no pierden su tranquilidad aunque continuamente los medios de comunicación les informen de que crece la criminalidad, la droga, el espiritismo y los cultos satánicos, la promiscuidad sexual, las enfermedades mentales, la violencia, la pobreza de los países pobres, la homosexualidad, la irreligiosidad, el ateísmo y el agnosticismo, el laicismo contrario a Dios en todo, política, leyes, educación, sanidad, etc. ¿Y con todo esto pueden seguir pensando que no estamos en guerra?… Tendremos que encender en esta oscuridad la luz del Evangelio. 

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14.03.22

(677) Alegres en la esperanza. 8. –Dios providente hace milagros

 

–¿Y ya es seguro que Lázaro estaba muerto?

–"Quitad la losa", mandó Jesús. Y Marta, “la hermana del muerto, le dijo: Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días” (Jn 11,39).

Sigamos contemplando los grandes misterios de la Providencia divina. Son para nosotros inescrutables; pero también la Eucaristía es un misterio que supera totalmente el poder de nuestra mente. Y no intentamos «comprenderla», pero sí «contemplarla» y adorarla. Bien lo saben los santos, y tantos fieles creyentes, como León Bloy: «Todo cuanto sucede es adorable». También la Cruz del Calvario.

 

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7.03.22

(676) Alegres en la esperanza. 7–La Providencia misteriosa y sus modos de acción

–¿Todo?… No entiendo. ¿Todo en su conjunto o cosa por cosa? 

–Todo quiere decir toda criatura: un pajarito que cae en tierra, un suicida que es disuadido de su intención, un hombre y una mujer que se conocieron en un viaje y que se unen en santo matrimonio, un perezoso sin ánimo de ir al trabajo a quien Dios le anima… 

Somos muy torpes para creer de verdad que «en Dios vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17,28). Disminuimos en nuestro pensamiento la continua asistencia de Dios providente, reduciéndola a esporádicas ayudas, para que así nos resulte más fácil creer en ella. No alcanzamos a ver nuestra vida cristiana como un niño que camina siempre llevado de la mano por su Padre. Pero ésta es la verdad, la que se nos dice en Hch 17,28.

Sigamos, pues, contemplando los grandes y gloriosos misterios de la Providencia divina.

Providencia misteriosa

«Todo lo que Dios creó, con su providencia lo conserva y gobierna» (Vaticano I, Denz 3003). Infinito misterio.

Dice el Señor:

«Yo anuncio desde el principio lo por venir, y de antemano lo que aún no se ha hecho. Mis designios se realizan, y toda mi voluntad la realizo… Lo he dicho y haré que suceda, lo he dispuesto y lo realizaré» (Is 46,9-11).

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27.02.22

(675) Alegres en la esperanza. 6.–Todo lo que Dios creó, con su providencia lo conserva y gobierna

Pantocrator bizantino - Deésis - Kiko Argüello

–Con perdón. ¿Y qué tiene que ver Cristo con la Providencia divina, si puede saberse?

–Todas las acciones ad dextra de Dios uno y trino son comunes a las tres Personas divinas, y también, claro, las acciones de la Providencia. Pero es justo, equitativo y saludable que, si Dios entrega a Cristo resucitado «todo poder en el cielo y en la tierra» (Mt 28,18), se atribuya a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, Rey del universo, el gobierno providente de cielo y tierra. 

* * *

Vacunados convenientemente contra los principales errores sobre la Providencia divina, estamos ya bien preparados para conocer sus verdades y maravillosas realidades, dignas del Creador y Restaurador de todo lo creado.

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