(591) Somos templos de Dios -La Inhabitación de la Santísima Trinidad
–Así que hoy también nos va a explicar otro misterio grandioso
–Si, claro, porque la doctrina de la inhabitación de la Trinidad divina en los cristianos es esencial para llevar una vida santa y feliz
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–Divina presencia creacional y presencia de gracia
A pesar del pecado de los hombres, Dios siempre ha mantenido su presencia creacional en las criaturas. Sin ese contacto entitativo, ontológico, permanente, las criaturas hubieran recaído en la nada. León XIII, citando a Santo Tomás, recuerda esta clásica doctrina:
«Dios se halla presente a todas las cosas, y está en ellas “por potencia, en cuanto se hallan sujetas a su potestad; por presencia, en cuanto todas están abiertas y patentes a sus ojos; por esencia, porque en todas ellas se halla él como causa del ser”» (enc. Divinum illud munus: STh I,8,3).
Pero la Historia de la Salvación nos descubre otro modo por el que Dios está presente a los hombres, la presencia de gracia, por la que establece con ellos una profunda amistad deificante. Toda la obra misericordiosa del Padre celestial, es decir, toda la obra de Jesucristo, se consuma en la comunicación del Espíritu Santo a los creyentes, consagrándolos como un templo.