(708) Variaciones del poder del Demonio. –Edad Moderna, XVI. –Lutero
Lutero es quizá el impulsor principal de la destrucción del cristianismo en Occidente. Pero obedezcamos a Cristo, que nos mandó: «No juzguéis» (Mt 7,1). Su psicopatología fue tan grave, que no es posible discernir en su vida lo que pueda venir de ella o de una indecible soberbia asistida por el Demonio. O de ambas causas.
«Yo, el doctor Lutero, indigno evangelista de nuestro Señor Jesucristo, os aseguro que ni el Emperador romano […], ni el papa, ni los cardenales, ni los obispos, ni los santurrones, ni los príncipes, ni los caballeros podrán nada contra estos artículos, a pesar del mundo entero y de todos los diablos […] Soy yo quien lo afirmo, yo, el doctor Martín Lutero, hablando en nombre del Espíritu Santo». «No admito que mi doctrina pueda juzgarla nadie, ni aun los ángeles. Quien no escuche mi doctrina no puede salvarse».
Si así nos hablara un teólogo ¿no dudaríamos de su salud mental?