(633) Espiritualidad, 11. -Tomar la Cruz para seguir a Cristo
–Perdón, Pater, ¿pero no se estará pasando con el tema de la Cruz?
–Iiría en contra de la Tradición católica, y concretamente contra el sentido propio de la Cuaresma que hoy iniciamos, como «tiempo de gracia y conversión». «Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino de Jesucristo, y éste crucificado» (1Cor 2,2). Y «no quiera Dios que me gloríe en nada, sino en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo» (Gál 6,15).
–Cantemos siempre la gloria de la Cruz
Hace diez años canté en este blog la gloria del Crucificado en una serie de 21 artículos (137-158), titulada La Cruz gloriosa, que luego publiqué en un Cuaderno grande A4 (Pamplona, GRATIS DATE, 2013, 65 pgs). Pero numquam satis sobre este misterio de la fe. Vuelvo, pues, sobre el tema, continuando los últimos artículos (631-632). Y lo hago recordando algunos elogios de la Cruz declarados por santos, extasiados en su contemplación. Del Cuaderno citado elijo algunos mínimos fragmentos, unos pocos testimonios de fe y de amor a la santa Cruz.
* Nuestro Señor y Salvador Jesucristo (+30): «Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga» (Mt 16,24).
* San Cirilo de Jerusalén (+386), doctor de la Iglesia: «Jesús, que en nada había pecado, fue crucificado por ti. Y tú ¿no te crucificarás por él, que fue clavado en la cruz por amor a ti?»
* San Gregorio Nacianceno (+390), doctor de la Iglesia: «Estemos dispuestos a todo por causa del Verbo. Imitemos su Pasión con nuestros padecimientos; honremos su sangre con nuestra sangre; subamos decididamente a su cruz».
* San Agustín (+430), doctor de la Iglesia: Padre bueno, tu Hijo único… «por nosotros se hizo ante ti sacerdote y sacrificio: sacerdote precisamente del sacrificio que fue Él mismo. Siendo tu Hijo, se hizo nuestro servidor, y nos transformó para ti de esclavos en hijos».
* San Pedro Crisólogo (+450), doctor de la Iglesia: «“Os ruego, hermanos, que ofrezcáis vuestros cuerpos en sacrificio” (Rm 1,1). Al rogar así el Apóstol eleva a todos los hombres a la dignidad del sacerdocio: a presentar vuestros cuerpos como hostia viva. ¡Oh inaudita riqueza del sacerdocio cristiano: el hombre es a la vez sacerdote y víctima!», como lo es Cristo.
* San Andrés de Creta (+740): «Celebramos hoy la fiesta de la cruz, y junto al Crucificado, nos elevamos hacia lo alto, para, dejando abajo la tierra y el pecado, gocemos de los bienes celestiales. Tal y tan grande es la posesión de la cruz».
* San Francisco de Asís (+1230), convertido ante el Crucifijo de la iglesia de San Damíán. «Cuando oréis, decid: “Padre nuestro»… y también “Te adoramos, Cristo, en todas las iglesias que hay en el mundo entero, y te bendecimos, pues por tu santa cruz redimiste al mundo».
* San Buenaventura (+1274), doctor de la Iglesia, interrogado sobre la fuente de donde obtenía tantos y tan profundos conocimientos, respondió señalando con el dedo su crucifijo: «Este es el libro que me instruye».
* Santo Tomás de Aquino (+1274), doctor de la Iglesia, vino a decir lo mismo: «La pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes».
* Santa Brígida (+1373): «Alabanza a ti, mi Señor Jesucristo, por todos y cada uno de los momentos que en la cruz sufriste las mayores amarguras y angustias por nosotros, pecadores».
* Santa Catalina de Siena (+1380), doctora de la Iglesia. En una visión se le apareció Jesucristo clavado en la cruz, y le dijo: «Hija mía, Catalina, ¿ves cuánto he sufrido por ti? No te disguste, por tanto, sufrir por mí». Al diablo, que un día le tentaba señalándole su «estado miserable», le repuso la Santa: «Por mi alegría he elegido los dolores… ¡Son mi gozo!».
* San Juan de Dios (+1968), fundador e la Obra Hospitalaria de su nombre. Escribe a una señora muy aflijida: «No estéis desconsolada, consolaos con solo Jesucristo, no querais consuelo en esta vida sino en el cielo, y lo que Dios os quisiera acá dar dadle siempre gracias por ello. Cuando os vieres apasionada [por la pena], recorred a la Pasión de Jesucristo, nuestro Señor, y a sus preciosas llagas y sentiréis gran consolación… Sólo aquel está contento que despreciadas todas las cosas ama a Jesucristo. Dadlo todo por el todo que es Jesucristo… fiando siempre en él, y por él queréis a todos para que se salven». Como San Francisco, quiso morir en el suelo. Un rato que estuvo solo, bajó de la cama, y murió de rodillas. Así lo hallaron los que lo cuidaban: muerto y de rodillas.
* San Juan de Ávila (+1569), doctor de la Iglesia, le dice a Jesús Crucificado: «Mirándote, Señor, todo me convida al amor: el madero, la figura, el misterio, las heridas de tu cuerpo; y sobre todo, el amor interior me da voces que te ame y que nunca te olvide de mi corazón».
* Santa Teresa de Jesús (+1582), doctora de la Iglesia: «En la cruz está la vida y el consuelo – y ella sola es el camino para el cielo… – Después que se puso en cruz el Salvador, – en la cruz está la gloria y el honor, – y en el padecer dolor, vida y consuelo, – y un camino deleitoso para el cielo».
* San Juan de la Cruz (+1591), doctor de la Iglesia. «“Mi yugo es suave y mi carga ligera” [Mt 11,30], la cual es la cruz. Porque si el hombre se determina a sujetarse a llevar esta cruz,… hallará grande alivio y suavidad para andar este camino así, desnudo de todo, sin querer nada» por su voluntad propia.
* Santa Margarita María Alacoque (+1690), ruega a Dios: «que no me rechace a causa del mal uso que he hecho hasta el presente de ese precioso tesoro de la Cruz; que no me prive de la dicha de sufrir, pues en ella encuentro el único alivio a la prolongación de mi destierro».
* San Pablo de la Cruz (+1775), fundador de los Pasionistas. A una señora casada: «Acepte con resignación las molestias que Dios le manda para que sea una casada perfecta. No se queje, sino bendiga a Dios y bese su santa mano, acariciando y besando a menudo su crucifijo».
* Santa Rosa de Lima (+1617). «No podemos alcanzar la gracia, si no soportamos la aflicción. Es necesario unir trabajos y fatigas para alcanzar la íntima participación en la naturaleza divina, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta felicidad del espíritu… Nadie se quejaría de sus cruces y sufrimientos, si conociera cuál es la balanza con que los hombres han de ser medidos».
* San Luis María Grignion de Montfort (+1717). En una de las Misiones que dió, fundó la asociación de los Amigos de la Cruz. A ellos les escribe: «Alegraos y saltad de gozo cuando Dios os regale con alguna buena cruz, porque, sin daros cuenta, recibís lo más grande que hay en el cielo y en el mismo Dios. ¡Regalo grandioso de Dios en la cruz! San Juan Crisóstomo [+407] decía: “Si así me fuere dado, yo dejaría el cielo con mucho gusto para padecer por el Dios del cielo”».
* Santa Teresa del Niño Jesús (+1897), doctora de la Iglesia. Al hacer la Primera Comunión, «sentí nacer en mí corazón un gran deseo de sufrir… Hasta entonces había sufrido sin amar el sufrimiento, pero a partir de ese día, sentí por él un verdadero amor… Sentís el deseo de no amar más que a Dios y de no hallar alegría fuera de él. Con frecuencia, en las comuniones, le repetía estas palabras de la Imitación: “oh, Jesús, dulzura inefable, cámbiame en amargura todos los consuelos de la tierra”… Mi consuelo es no tenerlo en la tierra… El sufrimiento se ha convertido en mi cielo aquí en la tierra».
* Beato Charles de Foucauld (+1916). Está dado el decreto papal de su canonización, que por la pandemia ha tenido que retrasarse su cumplimiento. «Per Crucem ad lucem. Jesús, Señor mío, hazme ver cada vez más claramente esta verdad esencial [de la cruz], tan necesaria, y que el demonio trata sin cesar de oscurecer ante nuestros ojos… Haz que la doctrina de la cruz resplandezca a mis ojos, y que me abrace a ella… Ay, Dios mío, “¡haz que vea!” [Mc 10,51]»
* Beata Concepción Cabrera de Armida (+1937). Casada y madre de 9 hijos, fundadora de varias Obras de la Cruz. «El que es el Amor quiere hacernos felices por medio de la Cruz, escala única que después del pecado nos conduce, nos aprieta, une e identifica con el mismo Amor… ¿Por qué, ay, el lamentable engaño de que las almas huyen de la Cruz, y por tanto del Amor, haciéndose desgraciadas?… Quisiera levantar muy alto el estandarte de la Cruz y recorrer el mundo enseñando que ahí está el camino para llegar al Amor, que sólo por el Dolor, por las espinas y la sangre y el sufrimiento se sube a la unión con el Espíritu Santo».
* Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein). «Ayudar a Cristo a llevar la cruz proporciona una alegría fuerte y pura… Solamente los redimidos, los hijos de la gracia, pueden ser portadores de la cruz de Cristo… Los seguidores del Anticristo la ultrajan… Deshonran la imagen de la cruz y se esfuerzan todo lo posible para arrancar la cruz del corazón de los cristianos. Y muy frecuentemente lo consiguen, incluso entre los que, como nosotras, hicieron un día voto de seguir a Cristo cargando con la cruz… ¡Piénsalo bien! El mundo está en llamas, el combate entre Cristo y el Anticristo ha estallado abiertamente. Si te decides por Cristo, te puede costar la vida… Ante ti cuelga el Salvador en la cruz porque se hizo obediente hasta la muerte en cruz… Si quieres ser esposa del Crucificado, tienes que renunciar sin condiciones a tu propia voluntad y no tener más deseo que el de cumplir la voluntad de Dios… Ave Crux, spes unica!».
* San Pío de Pietrelcina (+1968), primer sacerdote estigmatizado con las heridas del Crucificado. «¡Cuántas profanaciones en tu santuario, oh, Jesús mío! ¡Perdona!… ¡Castígame a mí y no a los demás! Mándame si quieres hasta el mismo infierno, con tal de que te ame y de que se salven todos. ¡Sí, todos! ¡Jesús mío, yo me ofrezco víctima por todos!».
* Marthe Robin (+1981), fundadora de los Foyers de charité, la mayor parte de su vida enferma, en cama, casi ciega. «Sí, Jesús, quiero toda tu cruz. Quiero continuar tu redención. Sí, Dios mío, toda mi vida la quiero vivir para continuar tu redención. Sí, Jesús, quiero toda tu cruz.. Oh mi Jesús, une mis pobres y pequeños sufrimientos a tus sufrimienttos, y mis dolores a tus dolores, y que mi sangre sea, como la tuya, una sangre redentora. ¡Dios mío, Dios mío! que sufra todos tus dolores, y luego tú les salvarás».
* * *
San Pablo dice «con lágrimas» a los cristianos macedonios de Filipos, que son muchos los «enemigos de la cruz de Cristo… su dios es el vientre… tienen el corazón puesto en las cosas de la tierra» (Flp 3,18-19). Éstos son no sólo cristianos pecadores, sino cismáticos y heréticos. Hablan hoy con desprecio de la devoción a la Cruz, la acusan de «dolorismo», la caricaturizan como si fuera una devoción morbosa, apagadora de la alegría propia del Evangelio: «Cuanto menos se predique la cruz, mejor»… De hecho, ellos nunca la predican. Besarla les parece una crueldad.
Rechazan así la tradición católica más genuina, la de los santos, que es profunda y siempre la misma a través de los siglos en Oriente y Occidente, como hemos comprobado. Nos descubren el Mediterráneo afirmando muy pomposos que no es la cruz la que nos salva, sino el amor de Cristo que está clavado en ella. Exigen que no se emplee el lenguaje «negativo» de la Cruz, el que usó el mismo Cristo para revelar su misterio. Estiman un gran error hacer de la cruz el signo principal del cristianismo.
Está claro. Son «enemigos de la cruz de Cristo»… Y es difícil decir algo más horrible. Se les ha podrido el nous. Pidamos al Señor que, por pura gracia, acreciente en nosotros el amor a la cruz de Cristo, y abra a sus enemigos los ojos del alma. Oremos, oremos, oremos.
José María Iraburu, sacerdote
9 comentarios
Nos convendría pasar más tiempo contemplando a Cristo crucificado, para que nos enseñe a amar nuestra propia cruz, que seguro será más fácil de abrazar si pensamos que con ello estamos abrazándole a Él.
Gracias, muchas gracias, padre Iraburu.
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JMI.-Gracias por su gratitud.
Bendición +
Varias veces he encontrado citas como las que están en el artículo. Es decir, enseñan el qué y el cómo.
Sin embargo, me gustaría saber si hay algún motivo por el cuál es conveniente que cargar la cruz, sea el camino al cielo? En otras palabras, me gustaría saber el por qué.
Más allá de la respuesta que siempre me dan. "Por qué así lo hizo Cristo."
Muchas gracias de antemano por su respuesta.
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JMI.-Creer en lo que Cristo afirma claramente es una razón ultra-maxi-macro-suficiente para aceptarlo con certeza y sin dudas. Y El dice que para ser "discípulo suyo (para seguirle), era necesario tomar cada día la cruz, y seguirle". YA. Entendamos más o entendamos menos el qué y el cómo. Como cuando afirma que su el pan y el vino se transforman en la Eucaristía en su cuerpo y sangre.
Explicar la afirmación de Cristo que quiere usted entender más es algo relativamente fácil de explicar. El hombre viejo-adámico está marcado desde su nacimiento por la debilidad moral ("pecador me concibió mi madre", salmo 50): debilidad, enfermedad, sujeción a demonio-mundo-carne en uno u otro grado. Cristo nos es dado para hacer un hombre nuevo-cristiano, y para ello recibe del Padre por Cristo al Espíritu Santo ("nacidos del agua y del Espíritu"). Pero si el hombre viejo se resiste a "morir", se agarra a sus modos de pensar, sentir, obrar, hablar, frena la acción del ESanto y no le deja transformarlo. Si no muere el hombre viejo ( = si no toma la cruz cada día), no puede re-nacer al hombre-nuevo. Sigue bajo el imperio de la mentira y del pecado.
El bautismo y la eucaristía son, con la fe, condiciones necesarias para que se vaya dando el renacimiento del hombre-nuevo en pensamiento, obras y palabras. Son los sacramentos que más directamente hacen participar del Misterio Pascual (muerte y resurrección de Cristo, el nuevo Adán). La Eucaristía, concretamente, hace que participando de la Pasión de Cristo vaya muriendo el hombre-viejo, y participando de la Resurrección de Cristo va creciendo cada día en el hombre-nuevo.
Y Cristo nos revela que no hay posibilidad de "cambio profundo", de re-nacimiento, sin Eucaristía: "si no coméis mi cuerpo y bebéis mi sangre no tendréis vida en vosotros". Si no tomáis cada día la cruz, no podréis seguirme, no podréis ser discípulos míos.
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JMI.-Así sea. Bendición +
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JMI.-Así es en España, en Chile y en todo el mundo.
Bendición +
Paz y Bien
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JMI.-Él es la causa de nuestra alegría.
Bendición +
Bendita carga que nos hace dignos de seguirte
Bendito altar del Cordero sin mancha
Bendito estandarte levantado en alto que atraerá a todos hacia Ti
Bendito signo celestial del Rey Triunfante ante el cual doblaremos rodillas
Bendito trono del Dios que me amó hasta el colmo
Bendita locura! Bendito escándalo!
Bendita seas, Cruz de mi Señor!
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JMI.-Ave Crux, spes unica!
Bendición +
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JMI.-Demos gracias a Dios siempre y en todo lugar.
Bendición +
Ha sido un verdadero y grande regalo de Dios para iniciar la Cuaresma este artículo suyo, y el de don Eudaldo Forment (sobre la conveniencia y utilidad de la Encarnación) , en el que nos explica, citando a san John Henry Newman, que la Biblia entera trata mucho más sobre las desgracias y tribulaciones humanas que sobre los goces y situaciones alegres, y es así porque la Palabra de Dios nos dice la verdad sobre esta vida, no así los escritos de los hombres, sus cuentos y poemas, que suelen estar llenos de escenas y expectativas agradables. Y es que Dios no nos da esa visión oscura del mundo sin un motivo, que además de enseñarnos la verdad de esta vida, en la que todo es vanidad, o que es, al decir de Santa Teresa, una mala noche en una mala posada, también nos quiere curar de nuestra ceguera, pues, como dice el cardenal Newman, «todos nosotros, hasta el más pobre, el más indiferente e insensible, está más apegado a este mundo de lo que imagina».
Pero es que cuando uno se enfrenta con esa realidad, la Cruz de Cristo se vuelve la mayor de las delicias, se vuelve el gran manantial en medio de esta tierra árida, que no solo calma la sed sobreabundantemente, sino que nos convierte a nosotros mismos en manantiales de esa agua viva: el Espírtu Santo, Dios mismo, se nos regala en la Cruz, ¿cómo no correr a ella, como no abrazarla besarla, y querer recibirla sobre nuestra dura cerviz, como el envidiado Cireneo, y querer ser clavado junto a Cristo como el envidiado Dimas? Bendito sea Dios por darnos la Cuaresma, en la que nos dispensa gracias especiales para renovar nuestro amor a la Cruz, porque, le confieso padre ahora que nadie nos escucha, con qué facilidad me puedo volver un insensato, y me parece escuchar la reprimenda de San Pablo dirigida a mí: «Gálatas insensatos, ¿quién los ha seducido a ustedes, ante quienes fue presentada la imagen de Jesucristo crucificado?» Y entonces exclamo también como San Pablo: «¡Ay de mí! ¿Quién podrá librarme de este cuerpo que me lleva a la muerte?» Y Moisés me dice que la respuesta «está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón», y tiene razón:
«Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.»
Como si el Señor dijese que aprendiendo de Él a amar la Cruz, vamos a encontrar alivio, porque las cruces, la negación de nuestros propios deseos, se transforman en amor cuando cargamos la Cruz, se transforman en fuente de redención y en manantial del Espíritu Santo. Es la máxima paradoja cristiana, a la que San Pablo se refiere cuando dice a los corintos que «el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos», y por eso podemos ser considerados para el mundo, para los que que juzgan con criterios puramente humanos, «como moribundos, cuando estamos llenos de vida; como castigados, aunque estamos ilesos; como tristes, aunque estamos siempre alegres; como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como gente que no tiene nada, aunque lo poseemos todo.»
Y es que, como dice el padre Lehodey: «¡Ah, si comprendiéramos los designios de Dios y nuestros verdaderos intereses! Seguro que no tendríamos otro deseo que obedecerle con todo esmero, ni otro temor que no obedecerle lo bastante; le suplicaríamos e insistiríamos para que hiciera su voluntad y no la nuestra. Porque abandonar su sabia y poderosa mano [su Cruz] para seguir nuestras pobres luces y vivir a merced de nuestra fantasía, es verdadera locura y supremo infortunio.»
Muchas gracias querido Padre, le ruego la paciencia de perdonarme el exceso de longitud de mi comentario, y hago mía la oración que nos ha compartido del beato Charles de Foucauld.
«Señor mío, hazme ver cada vez más claramente esta verdad esencial [de la cruz], tan necesaria, y que el demonio trata sin cesar de oscurecer ante nuestros ojos… Haz que la doctrina de la cruz resplandezca a mis ojos, y que me abrace a ella… Ay, Dios mío, “¡haz que vea!” [Mc 10,51]»
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JMI.-Un poquito de tuerto o de bizco, podría ser, no lo sé.
Pero ciertamente ciego no estás.
Bendigamos al Señor crucificado. Demos gracias a Dios.
Bendición +
Y, al igual q para con los discípulos, a quienes les muestra, q, el camino a la resurrección, pasa por beber del cáliz de la Pasión y por subir a la cruz, también a nosotros, nos hace la misma invitación: invitándonos a beber del cáliz de su Sangre, y , nos convoca a unirnos a su sacrificio en cruz, renovado, sacramentalmente en el altar. La oportunidad para beber del cáliz de la Pasión y seguir a Jesús en la cruz, se nos presenta ,en cada misa, ya, q en cada misa, en el misterio de la liturgia, asistimos a su sacrificio en cruz, el mismo del Calvario, y bebemos del cáliz, bebemos de su Sangre, q ,de la cruz cae en el cáliz. Sólo, si bebemos del cáliz de su Sangre, q, contiene el Espíritu Santo, sólo si nos unimos interiormente a Él, q, renueva su sacrificio en la cruz delante nuestro, sobre el altar, seremos capaces de ocupar, no los primeros puestos( del exitismo, triunfalismo y ostentación de todo tipo de vanidades, novelerías y pretensiones) , sino, los puestos q el Padre, tenga designados para nosotros en el cielo.
“¿Podéis beber del cáliz?”
Al recordar a santa Teresa Benedicta de la Cruz( Edith Stein) asesinada el 9 de Agosto de 1942 en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau por la barbarie nazi, la cual, fuera canonizada en 1998 por el Papa Juan Pablo II, quien, le dio el titulo de “mártir de amor”, siendo en 1999, declarada co-patrona de Europa. ( No dejando de seguir avergonzados ,q, la Argentina peronista y, justicialista de la década del 50 , permitió el ingreso de criminales de Guerra de la Segunda Guerra Mundial , los mismos q “ gaseaban” en los campos de concentración y q incoherentemente, han venido promoviendo, publicitando y votando a esta tolda mafiosa corporativa :fascista y pronazi, q, hasta el ex presidente Duhalde , ha afirmado juntamente con su mujer, ex primera dama ,q, en la actualidad ,son una bolsa de gatos y de perros ,por la lucha del poder, ( sin olvidar ,q, fue el quien propuso los nombres del último gobierno, q, ha asolado a Argentina, prostituyendo, pervirtiendo y bastardeando : la política, la gobernabilidad y los derechos humanos a través de la impune Kofradia de la corrupto-clepto-cracia, desde la propia Casa de Gobierno de la década robada, afanada y choreada , q, aun siguen mas de uno: encubriéndoles, justificando y legitimando, hasta, amenazando" Volveremos y ya verán...) ¿ y quien sabe ,q , todo tipo de males ,q, están enfrentando ciertas Familias, no se deba por haber comulgado con el Mal, al apoyar a los q encarnaban esta ideología partidocratica, tras la Caja para la repartija del botín, por la ley del boomerang, q, termina salpicándoles de mil maneras… ( quienes, adhirieron a los postulados del Nuevo Orden Mundial, la re ingeniería social fóbica anti crsitiana y anti católica, q el propio Bergoglio advirtió " q, esta adhesión no no se reducía a un debate político para integrar las "diferencias" , sino, una movida del "diablo" para jaquear el Plan de Dios, lo q generó ,q, lo maldijeran, acusaran de genocida, colaborador de la dictadura militar, lo q no es cierto, y, lo calumniaran de mil maneras, quien, a pesar de todo, les recibió en Roma ,cuando, fue designado Papa, porque al Mal, no se lo enfrenta con otro Mal, sino, q , se lo exorciza a través del Bien ...) con quienes jamás, nos hemos sentido representados por su falta de conciencia moral, ética y principios y por irrespetar los Mandamientos, el mensaje de Jesús a través de los 4 Evangelios y las advertencias de la Virgen, sobre el cielo, purgatorio e infierno) aprovechándose de un un pueblo" ganado" ( el de la letra del tango " Cambalache" ) sin memoria; ni educación cívica constitucionalista y mucho menos pasión por la Verdad; con lideres q promovieron " delirantemente" el culto a la personalidad, y, megalonicamente su propia idolatría , endiosandose a si msimos , ídolos ,con pie de barro a quienes a nadie, jamás, le anunciaron el " Kerygma" de la Pascua de Resurrección.
Teniendo presente, q Edith Stein, de origen judío, filósofa y escritora , impresionada con la biografía de santa Teresa de Jesús , luego de concluir su lectura dijo: "Esto es la verdad" que dio pie, una vez convertida y habiendo tomado los hábitos de religiosa carmelita a ,q, posteriormente se le encomendara escribir con motivo del 4º centenario del nacimiento de san Juan de la Cruz, un manuscrito q tituló " La ciencia de la cruz"
Sin olvidar, q, Benedicta de la Cruz( Edith Stein) asistiendo a una Hora Santa en la capilla de las carmelitas de Lidenthel, escribió: ´me dirigí al Señor, y le dije q bien veía, como su cruz, caería en adelante sobre el pueblo de Israel, q, yo estaba dispuesta a correr ese Vía Crucis. Solo, pedía q el me indicara lo q debía hacer. Cuando, terminó la función, yo, tenía en mi interior la persuasión de haber sido escuchada. Pero, aun no sabía cual sería mi cruz ´ quien, vió en la persecución contra los judíos “ una lucha contra la humanidad de Cristo” y es entonces, como afirmaron muchos estudiosos de su trayectoria, cuando, comienza a tomar cuerpo en ella, la idea de la “ representación vicaria” la de morir con su propio pueblo, como forma suprema de solidaridad ,y, al mismo tiempo, como “ víctima expiatoria” en sentido religioso, q, explicitaría en el telegrama, q, envió a la Priora de Echt, antes de ser llevada a Auschwitz, con la siguiente declaración : "No se puede adquirir, la ciencia de la Cruz, más q sufriendo, verdaderamente el peso de la cruz. Desde el primer instante, he tenido la convicción íntima de ello y me he dicho, desde el fondo de mi corazón: Salve, OH Cruz, mi única esperanza".
Y, de ahí ,que los santos y las santas, invitaban para ayudar a las Benditas Almas del Purgatorio, a los pecadores agonizantes y durante la Pascua de cada quien
A ofrecer varias veces al día la recitación de las Horas de la Pasión a través del Vía Crucis.
1- Padre Eterno, hayas sostenido a Jesús en el Huerto de los Olivos en nombre de las Benditas Almas del Purgatorio, pecadores agonizantes y cuando nos toque vivir nuestra Pascua.
2- Padre Eterno, hayas sostenido a Jesús, durante la Flagelación, cuando le cayeron a los chicotazos con total saña, sobre sus espaldas, en nombre de las Benditas Almas del Purgatorio, pecadores agonizantes y cuando nos toque vivir nuestra Pascua.
3- Padre Eterno, hayas sostenido a Jesús, durante la coronación de espinas, q, como habrá sido, q sus ojos se llenaron de sangre, su frente de llagas y su cabeza, quedó transformada en un casco de sangre,en nombre de las Benditas Almas del Purgatorio, pecadores agonizantes y cuando nos toque vivir nuestra Pascua.
4- Padre Eterno, hayas sostenido a Jesús, cayendo múltiples veces, agotado por el peso de la cruz, en nombre de las Benditas Almas del Purgatorio, pecadores agonizantes y cuando nos toque vivir nuestra Pascua.
5- Padre Eterno, hayas sostenido a Jesús en la Cruz agonizante, sangre y agua ,q, brotó de su corazón traspasado se derrame misericordiosamente en nombre de las Benditas Almas del Purgatorio, pecadores agonizantes y cuando nos toque vivir nuestra Pascua.
1- Eterno Padre, hayas consolado a María al pie de la Cruz en nombre de las Benditas Almas del Purgatorio, pecadores agonizantes y cuando nos toque vivir nuestra Pascua.
2- Eterno Padre, hayas protegido a las santas mujeres de Jerusalén, durante el Vía Crucis de Jesús, camino al Gólgota, en nombre de las Benditas Almas del Purgatorio, pecadores agonizantes y cuando nos toque vivir nuestra Pascua.
3- Eterno Padre, hayas bendecido a los que se condolieron del Justo y elevaron una oración pidiendo misericordia por El, en nombre de las Benditas Almas del Purgatorio, pecadores agonizantes y cuando nos toque vivir nuestra Pascua.
4- Eterno Padre, hayas asistido a quienes han evocado, evocamos y evocarán las Horas de la Pasión, en nombre de las Benditas Almas del Purgatorio, pecadores agonizantes y cuando nos toque vivir nuestra Pascua.
5- Eterno Padre, bendícenos el día de nuestra Pascua, durante nuestra agonía final y ,q, nos hallemos en estado de gracia y podamos con total confianza decir: En tus manos encomiendo mi espíritu.
/ Rogamos, para pedir la intercesión del beato Alvaro de Córdoba, ( 1360-1430+) ardiente predicador, quien, con su ejemplo y sus obras, contribuyó a la reforma de la Orden, iniciada, por el Beato Raimundo de Capua y sus discípulos, el cual, después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa, quedó , impactado por el doloroso Camino del Calvario, recorrido por Jesús ,fundando a tres millas de Córdoba el convento de Santo Domingo Escalaceli (Escalera del Cielo), donde había varios oratorios , q, reproducían la “vía dolorosa”, desde Getsemaní al Gólgota, por él venerada en Jerusalén, q, diera origen a la devoción del “ Vía Crucis” ..
/ Oramos, para solicitar su intercesión, al recordar, q, fue el precursor del Via Crucis, al q llamó “Scala Coeli” (Escalera al cielo), porque, la Cruz de Jesús, es el único camino, q ,conduce al Reino de Dios( teniendo presente lo q dice Mt 20, 17-28 “El camino al cielo, beber del cáliz y subir a la cruz”
/ Pedimos, para no olvidar ,q, el mismo Jesús , advirtió, a la madre de Santiago y Juan ( la que reclamó los primeros puestos de honor para sus 2 hijos), q, para entrar en el reino, deberían compartir su destino, siendo la cruz; constituyéndose, la cruz de Cristo, en el camino del cristiano, al aclarar, q, por la por la Pasión, se llega a la Resurrección, q, por la cruz se entra en el reino de su Padre, un reino espiritual, y lo conquistan, quienes, puedan beber el cáliz de la Pasión, junto a Él, y, quienes sean capaces de entregar sus vidas libremente en la cruz(dándonos a entender q sin corona de espinas, no hay luego, corona de luz) .
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