“Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.»” (Mateo 9,36-38).
“Al oírlo Jesús, se retiró de allí en una barca, aparte, a un lugar solitario. En cuanto lo supieron las gentes, salieron tras Él viniendo a pie de las ciudades. Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos.” (Mateo 14,13-14).
“Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.” (Marcos 6,31-34).
“Por aquellos días, habiendo de nuevo mucha gente y no teniendo qué comer, llama Jesús a sus discípulos y les dice: «Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos.»” (Marcos 8,1-3).
En el sitio web de Misereor, obra de cooperación para el desarrollo de la Iglesia Católica en Alemania, se dice lo siguiente:
“MISEREOR fue fundada en el año 1958 como entidad de ayuda para “combatir el hambre y la enfermedad en el mundo". En su carácter de organización de desarrollo de la Iglesia Católica de Alemania, MISEREOR ofrece su cooperación a todos los hombres de buena voluntad, para combatir la pobreza a nivel mundial, abolir estructuras de injusticia, promover la solidaridad con los pobres y oprimidos y contribuir a la construcción de “UN MUNDO". […]
MISEREOR llama a los católicos y demás ciudadanos de Alemania a tomar conciencia de la pobreza y la miseria existentes en el mundo, a percibir al mismo desde la perspectiva de los pobres y oprimidos, y a sentir y sufrir con ellos, conforme al ejemplo de Jesús: “MISEREOR super turbam” - “Siento compasión de esta gente".”
Naturalmente, todo esto está muy bien, pero –como se verá a continuación– es de lamentar cierto sesgo unilateral o reduccionista en esta “exégesis alemana”.
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