El “y” católico (Hans Urs von Balthasar)
Es un hecho que cada herejía condenada por la Iglesia se reduce a una parte contrapuesta al todo y se proclama absoluta. En los orígenes, esto es evidente en la lucha de Ireneo contra los gnósticos, que separaban la naturaleza y la gracia, el Antiguo y el Nuevo Testamento, el espíritu y el cuerpo, desembocando en un Jesús sin Padre, que no salvó al mundo y lo abandonó a su desesperación. Todas las veces que hubo necesidad de definir, fue por salvar el conjunto, comprometido por una parte declarada absoluta, pues se oponía el todo, que debe creerse y adorarse simplemente, a la parte presuntamente comprendida, dominada y de hecho manipulada.