Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -y 6B
(Véanse en este blog los cinco capítulos anteriores y la primera parte de la conclusión).
UN SENTIDO DE UNIDAD ESPURIO
En este punto los apóstoles de la nueva religión se encuentran en una dificultad. ¿Cómo se hace una comunidad a partir de personas que tienen muy poco en común? Las creencias comunes son el vínculo más fuerte en cualquier sociedad religiosa y quedan muy pocas creencias. El principio interno de unidad se ha ido. Por eso el clero, a fin de mantener unido al rebaño, depende cada vez más de lanzarlo a actividades. Pero éstas en sí mismas no pueden contrarrestar los efectos desintegradores de la nueva religión. Por lo tanto un sentido de unidad espurio es generado mediante varias formas de manipulación psicológica. En dinámicas de grupo y sesiones de sensibilidad, el contacto físico ayuda a producir lo que una vez se lograba mediante la unión de la mente y el corazón. Quizás también por eso, cuando el sacerdote y el penitente se encuentran en la nueva sala de confesión o reconciliación cara a cara, se dan la mano y un buen apretón amistoso.
En los años ‘60, después de 2.000 años de existencia, la comunidad de fe atravesó otra de sus muchas transformaciones; esta vez una sin precedentes. La palabra mutación se toma prestada de la ciencia de la genética para que suene más impresionante y probable. El hombre moderno llegó a la mayoría de edad y creció, y el hombre católico junto con él. Esto produjo una nueva relación entre el hombre y Dios. Hasta ahora, el hombre había sido un niño (aunque se podría pensar que uno mimado).