Algunas reflexiones sobre el evolucionismo teísta
El intento de combinar la teoría darwinista de la evolución con la fe cristiana ha dado lugar a lo que suele llamarse “evolucionismo teísta”. La corriente principal del evolucionismo teísta sostiene una visión que, esquemáticamente, podría describirse como “creación sin diseño inteligente”. Veámoslo con más detalle. La tesis principal de esa corriente es que, aunque Dios es el creador de todos los seres vivos, no es su diseñador en un sentido propio y auténtico, porque los ha creado a través de un proceso evolutivo en el que desempeñan un rol primordial los fenómenos aleatorios: sobre todo las mutaciones genéticas aleatorias (según el mecanismo evolutivo postulado por el neodarwinismo), pero también el indeterminismo cuántico (según la teoría cuántica, interpretando la relación de Heisenberg, no como un principio de incertidumbre gnoseológica, sino como un principio de indeterminación ontológica).
En general, los autores de esta corriente niegan que la evolución biológica sea guiada por Dios. Más bien, Dios se habría limitado a crear un universo con leyes naturales (físicas y químicas) finamente sintonizadas para producir un ambiente capaz de soportar la vida biológica y la vida humana. Después de crear el primer ser vivo, Dios habría dejado que el mecanismo darwinista (mutación-selección), actuando autónomamente, produjera de un modo aleatorio las distintas especies, con sus diversas características anatómicas y fisiológicas.