InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Categoría: Filosofía

17.01.25

¿Por qué fracasó el liberalismo? -2

Tapa del libro

Reseña de un libro de Patrick Deneen 

Daniel Iglesias Grèzes

Este artículo es la segunda parte de mi reseña del libro: Patrick J. Deneen, Why Liberalism Failed? [¿Por qué fracasó el liberalismo?], Yale University Press, New Haven y Londres, 2018. Véase aquí la primera parte de la reseña. Las citas incluidas a continuación provienen de la edición Kindle del libro. Las traducciones son mías.

Ante todo, conviene explicar cómo el autor justifica el título de la obra, que resulta chocante para quienes siguen pensando que la caída del comunismo en Europa Oriental en 1989 representó el triunfo total y definitivo de la democracia liberal e incluso, como sostuvo Francis Fukuyama, “el fin de la historia” de las ideologías políticas.

Dice Deneen: “Casi todas las promesas hechas por los creadores y arquitectos del liberalismo han sido destrozadas. El estado liberal se expande para controlar casi cada aspecto de la vida mientras los ciudadanos ven al gobierno como un poder distante e incontrolable, que agranda su sentimiento de impotencia impulsando implacablemente el proyecto de la ‘globalización’. Los únicos derechos que parecen seguros hoy pertenecen a aquellos con riqueza y posición suficientes para protegerlos (…) La economía favorece una nueva ‘meritocracia’ que perpetúa sus ventajas a través de la sucesión de las generaciones, apuntalada por un sistema educativo que separa incesantemente a los ganadores de los perdedores” (pp. 2-3).

Agrega el autor: “A medida que su lógica interna se ha vuelto más evidente y se manifiestan sus autocontradicciones, [el liberalismo] ha generado patologías que son a la vez deformaciones de sus afirmaciones y realizaciones de la ideología liberal. Una filosofía política lanzada para fomentar una mayor equidad, defender un tapiz pluralista de culturas y creencias diferentes, proteger la dignidad humana y, por supuesto, expandir la libertad, en la práctica genera una desigualdad titánica, impone uniformidad y homogeneidad, estimula la degradación material y espiritual, y socava la libertad. (…) Pedir que los males del liberalismo se curen aplicando más medidas liberales equivale a arrojar gasolina sobre un fuego voraz. [Eso] sólo profundizará nuestra crisis política, social, económica y moral.” (p. 3).

Leer más... »

14.01.25

Descarga gratis mi libro "Soy amado, luego existo: Darwinismo, diseño inteligente y fe cristiana"

Tapa y reseña del libro

Tengo el agrado de anunciar que desde hoy en adelante la tercera edición de mi libro Soy amado, luego existo: Darwinismo, diseño inteligente y fe cristiana, publicada en 2022 por la Editorial San Francisco de Buenos Aires (Argentina), estará disponible para su descarga gratuita en formato PDF desde esta página.

Este libro tiene tres partes. La Parte 1, la más larga, analiza el fenómeno de la evolución biológica. Los capítulos 1-6 presentan la teoría darwinista de la evolución. Los capítulos 7-24 presentan la crítica del darwinismo (no del evolucionismo en general) en tres terrenos distintos: científico, filosófico y teológico. Se detienen sobre todo en la crítica científica. Los capítulos 25-27 presentan la teoría científica del diseño inteligente, el debate acerca de la misma y su relación con la fe cristiana. La Parte 1 se cierra con un capítulo de conclusiones (28) y un anexo que presenta la doctrina católica sobre la creación y la evolución.

Leer más... »

3.01.25

¿Por qué fracasó el liberalismo?

Tapa del libro

El éxito del liberalismo causa su propia autodestrucción.

Daniel Iglesias Grèzes

Este artículo es una breve reseña del libro: Patrick J. Deneen, Why Liberalism Failed? [¿Por qué fracasó el liberalismo?], Yale University Press, New Haven y Londres, 2018.

Patrick Deneen es un filósofo católico estadounidense, profesor de ciencia política en la Universidad de Notre Dame, una de las principales universidades católicas de los Estados Unidos (EEUU). Deneen integra una corriente de pensamiento político llamada “postliberalismo”, que está cobrando bastante fuerza en la actualidad. Otros escritores estadounidenses de esa corriente son Sohrab Ahmari (convertido al catolicismo en 2019), Rod Dreher (ex católico, hoy ortodoxo) y Adrian Vermeule (católico). Entre los políticos afines al postliberalismo, el principal es J. D. Vance, Vicepresidente electo de los EEUU, también convertido al catolicismo en 2019.

El libro en cuestión, escrito básicamente antes del triunfo del Brexit y de la elección de Donald Trump como Presidente de los EEUU en 2016, tuvo un gran impacto en Norteamérica y fue elogiado por muchos como un aporte profundo e importante para entender la actual crisis política en Occidente. Algunos de los que han elogiado el libro discrepan de las principales tesis del autor, considerándolas demasiado radicales. A diferencia de la mayoría de los conservadores actuales, que pretenden librar las actuales “guerras culturales” sin salirse de la órbita del liberalismo, Deneen señala a éste como la raíz de los principales males políticos actuales. En otras palabras, a los verdaderos conservadores no les basta luchar contra Gramsci y la Escuela de Fráncfort: si quieren ser coherentes, tienen que rechazar también muchas de las premisas de Hobbes, Locke, Smith, Mill y los demás liberales clásicos, incluyendo a los Padres Fundadores de los EEUU.

Deneen sostiene que el liberalismo redefinió el concepto de “libertad” de modo que su significado actual es casi el contrario del que tenía en la antigüedad grecorromana y la Cristiandad medieval. Para éstas la libertad era el autodominio alcanzado mediante un arduo ejercicio de autodisciplina, a fin de someter la fuerza de los apetitos y las pasiones y adquirir las virtudes morales. Según esa visión, que sigue siendo la visión cristiana, la verdadera libertad del hombre es su acción conforme a su propia naturaleza de animal racional, espiritual, social y político. En cambio, para el liberalismo la libertad es esencialmente la ausencia de restricciones externas que impidan al ser humano realizar sus deseos, cualesquiera que sean (salvo los casos de daño directo y demostrable a otros). Este cambio del concepto de libertad fue acompañado por un cambio en la visión de la ciencia, que no es concebida ya como una búsqueda racional y sistemática de la verdad, sino como un esfuerzo para someter la Naturaleza, a fin de que el ser humano pueda hacer su voluntad en el mayor grado posible. De hecho, Thomas Hobbes, el pensador que, sin ser propiamente liberal, sentó las bases del liberalismo, fue secretario de Francis Bacon, el primer filósofo que expresó la visión de la ciencia como guerra contra la Naturaleza, típica de la modernidad.

La nueva visión de la libertad propia del liberalismo condujo a la adopción de criterios y conductas individualistas en los ámbitos religioso, económico, político, cultural, social y educativo. Deneen subraya que, a medida que el ideal liberal se fue cumpliendo progresivamente, se fueron debilitando cada vez más los vínculos que unían al individuo con su familia, su comunidad local, su gremio, su país, su iglesia, su cultura, sus tradiciones, etc. Esto debilitó cada vez más a los individuos, de modo que la consecuencia inexorable del liberalismo, pese al anti-estatismo teórico de los liberales de derecha, ha sido el crecimiento gradual del poder del Estado, llamado a resolver los problemas causados por la debilidad creciente de los individuos progresivamente desvinculados.

Deneen distingue dos etapas principales en la historia del liberalismo, que se corresponden con las dos tendencias principales del liberalismo actual. En los siglos XVII y XVIII y la primera mitad del siglo XIX floreció el liberalismo clásico ya descrito, que se corresponde con el actual liberalismo conservador o libertarianismo. Y a partir de la segunda mitad del siglo XIX surgió el liberalismo progresista o moderno, que se corresponde con el progresismo actual. Éste agregó al liberalismo la idea en boga de la evolución, de tal modo que hoy la revolución liberal no busca sólo liberar al hombre de sus obligaciones no elegidas en el terreno de las normas religiosas o morales y las costumbres sociales, sino incluso de las provenientes de su propia naturaleza, concebida ahora como sujeta a cambio. Por eso el liberalismo progresista insiste hoy en la “liberación” del hombre en el terreno de la sexualidad: “derechos sexuales” que incluyen las distintas orientaciones sexuales, “derechos reproductivos” que son en realidad antirreproductivos (anticoncepción, esterilización, aborto), etc. Se pretende incluso “liberar” al ser humano de su propio sexo (transgenerismo); y ya se escuchan las voces de quienes quieren liberarlo de su propia especie (transhumanismo).

Deneen sostiene que el liberalismo no fracasó por no haber sido implementado de forma plena y coherente sino, al contrario, precisamente porque fue implementado de forma cada vez más plena y coherente. Al estar basado en una antropología falsa, el liberalismo es auto-contradictorio y por ende insostenible. Por eso hoy tantas personas tienden a sentirse defraudadas por la democracia liberal. Pese a los enormes avances de la ciencia y al gran desarrollo económico que ha generado, el liberalismo no ha cumplido sus promesas: hoy no nos sentimos cada vez más libres, sino cada vez más impotentes frente al poder enorme y creciente del Estado liberal y de las grandes empresas, especialmente las tecnológicas. Nos hemos liberado de la vieja aristocracia para caer en las manos de una nueva aristocracia tecnocrática y una nueva oligarquía. (CONTINUARÁ).

2.11.24

Cienciocracia

Tapa del libro "¿Crisis climática?"

¿Estamos tendiendo a un gobierno de los científicos?

La palabra “cienciocracia” no está en el Diccionario de la Real Academia Española, pero por su etimología se la podría definir como “gobierno de los científicos”. La palabra inglesa correspondiente (scientocracy) es definida por Wikipedia de un modo aparentemente inocuo: “la práctica de basar las políticas públicas en la ciencia”. Wiktionary da esa misma definición y, para tranquilidad de los demócratas, añade: “Un gobierno del pueblo, pero informado por los científicos”.

Soy ingeniero y aprecio como el que más los verdaderos logros y beneficios de la ciencia y de la técnica. Sin embargo, el “pero” de Wiktionary me parece preocupante. Temo que el concepto de cienciocracia encierre aspectos nocivos. Según cómo funcione la influencia de los científicos en el gobierno, la cienciocracia puede tender a un auténtico gobierno de los científicos, que sería malo, porque ni la teoría ni la práctica del gobierno forman parte del área de competencia de los científicos.

Leer más... »

26.08.24

Analogías entre la teoría de las dos fuentes y el darwinismo

El árbol de la vida

La teoría darwinista de la evolución biológica y la teoría de las dos fuentes (T2F) sobre el origen de los Evangelios sinópticos tienen muchos elementos importantes en común, como intentaré mostrar a continuación.

Ambas teorías se impusieron en Europa en la misma época: el darwinismo mediante la publicación de El origen de las especies de Charles Darwin en 1859; y la T2F mediante la publicación de Los Evangelios sinópticos de Heinrich Holtzmann en 1863.

Ambas teorías se impusieron ampliamente en la opinión pública a muchas teorías rivales pese a carecer de evidencias contundentes a su favor.

Ambas teorías tienen connotaciones favorables a la filosofía naturalista, la que afirma que en nuestro mundo no ocurren hechos sobrenaturales. El darwinismo fue utilizado por muchos pensadores no creyentes para negar la necesidad de un Dios creador de los seres vivos; y la T2F fue utilizada por muchos exégetas racionalistas para negar la historicidad de los Evangelios y presentar al Cristo de la fe como un ser legendario o mitológico.

Leer más... »