San Pedro en el Vaticano
Investigaciones arqueológicas del siglo XX identificaron la tumba y los restos mortales del Apóstol
La tradición cristiana siempre sostuvo que el Apóstol Pedro fue a Roma, murió crucificado sobre la colina del Vaticano durante el reinado de Nerón1 y fue enterrado en el lugar de su martirio.
Estos datos ayudan a creer que el Papa (Obispo de Roma) es el sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de Roma, y por ende también en el gobierno de la Iglesia universal (católica). Muchos se oponen tenazmente a reconocer la presencia de la tumba de Pedro en Roma para negar el sustento histórico del primado papal. Empero, en la Antigüedad todos los cristianos (incluso los orientales) reconocieron sin problemas el primado de Pedro y del Papa. Los ortodoxos lo reconocen incluso hoy, aunque lo consideran como un mero primado de honor, no de jurisdicción.
La Primera Carta de Pedro (que integra el Nuevo Testamento) alude inequívocamente a la estancia de Pedro en Roma. Al comienzo de la carta, Pedro y Silvano saludan desde “Babilonia", nombre que designaba metafóricamente a Roma. Aunque muchos exégetas niegan que Pedro sea el autor de esa carta y la atribuyen a un discípulo suyo, no hay por qué suponer que el autor volvería increíble su pseudónimo atribuyendo a Pedro una estadía en una ciudad (Roma) que éste nunca habría pisado.
Otros autores de los siglos I y II que mencionan la estadía de Pedro en Roma son San Clemente de Roma, San Ignacio de Antioquía, Papías de Hierápolis y Dionisio de Corinto.
De 1939 a 1949 un equipo de arqueólogos, arquitectos, epigrafistas e historiadores del arte integrado por Bruno Maria Apollonj Ghetti, Antonio Ferrua, Enrico Josi y Engelbert Kirschbaum llevó a cabo una excavación arqueológica en el Vaticano, debajo del altar mayor de la Basílica de San Pedro. Se descubrió que bajo ese altar había una serie de monumentos más antiguos, colocados uno sobre el otro, como expresión de la continuidad del culto de veneración a San Pedro. De arriba hacia abajo, los monumentos encontrados son: 1) el altar de Clemente VIII (1594), que es todavía hoy el altar de la Basílica de San Pedro; 2) el altar de Calixto II (1123); 3) el altar de Gregorio Magno (590-604); 4) el monumento sepulcral erigido por Constantino en honor de Pedro (321-326); 5) un monumento sepulcral construido en tiempos del Papa Aniceto (hacia el año 160). Este monumento es el “trofeo” recordado en un escrito del cristiano romano Gayo hacia el año 200. Dentro de él estaba la primera tumba de Pedro.
El 23/12/1950 Pío XII anunció que la tumba de Pedro había sido encontrada, confirmándose una tradición antiquísima y unánime: "La cuestión esencial es la siguiente: ¿Se ha encontrado realmente la tumba de San Pedro? La conclusión final de los trabajos y los estudios responde a esta pregunta con un clarísimo Sí. La tumba del Príncipe de los Apóstoles ha sido reencontrada. Una segunda cuestión, subordinada a la primera, se refiere a las reliquias del Santo. ¿Fueron encontradas? En el borde del sepulcro se encontraron restos de huesos humanos; sin embargo, no es posible probar con certeza que ellos pertenecieran a los restos mortales del Apóstol2.”
De 1952 a 1965 la arqueóloga italiana Margherita Guarducci profundizó los estudios del equipo mencionado. Guarducci interpretó un documento epigráfico que llevaba grabada una inscripción en griego: “PETR(OS) ENI”, es decir “Pedro está adentro”. También descifró los graffiti de los siglos III y IV descubiertos en uno de los muros. Dichos graffiti, grabados por peregrinos cristianos de toda Europa que visitaban la tumba de Pedro, resultaron ser numerosas invocaciones y aclamaciones a Cristo, María y Pedro, superpuestas y combinadas. Además, Guarducci comprobó que, en tiempos de Constantino, los restos mortales del Apóstol fueron trasladados a un nicho dentro del monumento constantiniano. Por último, verificó que el contenido encontrado en ese nicho eran las reliquias de Pedro. Eran restos de un solo hombre, de cuerpo robusto, muerto en edad avanzada. Tenían incrustaciones de tierra y mostraban señales de haber estado envueltos en un paño de lana de color púrpura y tejido de oro; eran fragmentos de todos los huesos del cuerpo excepto los de los pies. Este detalle recuerda que Pedro fue crucificado cabeza abajo3, según una muy antigua tradición.
Las reliquias de San Pedro fueron reconocidas oficialmente por el Papa Pablo VI el 26/06/1968. Pablo VI citó el discurso de Pío XII ya referido y, sobre la cuestión de las reliquias, dijo: “La respuesta dada entonces por el venerado Pontífice fue suspensiva, dubitativa. Posteriormente se llevaron a cabo nuevas investigaciones muy pacientes y muy precisas con un resultado que Nos, confortados por el juicio de personas competentes expertas y prudentes, creemos positivo: también las reliquias de San Pedro han sido identificadas de una manera que podemos considerar convincente (…) Nos parece correcto, en el estado actual de las conclusiones arqueológicas y científicas, dar a vosotros y a la Iglesia este anuncio feliz (…); tenemos motivos para creer que han sido identificados los pocos pero sacrosantos restos mortales del Príncipe de los Apóstoles, de Simón, hijo de Jonás, del Pescador llamado Pedro por Cristo, de aquel que fue elegido por el Señor como fundamento de su Iglesia, y a quien el Señor confió las llaves supremas de su reino, con la misión de apacentar y reunir a su rebaño, la humanidad redimida, hasta su retorno final glorioso4.”
Daniel Iglesias Grèzes
1) Pedro murió probablemente el 13 de octubre del año 64. Véase: http://www.churchinhistory.org/s4/(s4-b104)-peter-martyred.htm
2) https://www.vatican.va/content/pius-xii/it/speeches/1950/documents/hf_p-xii_spe_19501223_un-anno.html (mi traducción).
3) A petición del propio Pedro, quien, por su humildad, sintió que no era digno de morir como su Señor, Jesucristo.
4) https://www.vatican.va/content/paul-vi/it/audiences/1968/documents/hf_p-vi_aud_19680626.html (mi traducción).
10 comentarios
Personalmente creo que la Iglesia no da por bueno algo sin haberlo estudiado bien. Es la más fiable. Así que probablemente los restos de Pedro estén ahí. Pero vaya, que mi Fe no iba a tambalearse porque no fuera así. Que interceda por nosotros desde el Cielo.
Qué opinión te merecen los presuntos sepulcros de San Pedro y de otros discípulos que descubrieron los franciscanos en Jerusalén, en el monte de los olivos. Este sospechoso hallazgo es utilizado por protestantes fundamentalistas como ariete en contra de la veracidad de los restos de San Pedro en la necrópolis debajo de la Basílica de San Pedro.
Independientemente de esa evidencia arqueológica (suponiendo que fuera fiable), yo, en particular nunca he creído que, entre los Apóstoles, hubiera ancianos; de otra forma no hubieran podido asumir la responsabilidad que se les daba, la cual implicaba viajes y fatigas sin cuento, hasta el día de su glorioso tránsito.
"Pasa como el caso del Manto de Turín: nunca tendremos total certeza, sobre la autenticidad de estas reliquias".
Para alguien honesto intelectualmente, con los hallazgos científicos hechos hasta el día de hoy respecto a la Sábana Santa de Turín (incluyendo la descalificación de la corrupta 'prueba' del Carbono 14 realizada en 1988) le basta y sobra para confirmar su autenticidad arqueológica fuera de toda duda razonable. No en vano Barrie Schwortz, el fotógrafo científico del equipo americano que analizó la Sábana Santa en 1978, siendo judío y ateo escéptico se convirtió a Cristo a raíz de los hallazgos en la Sábana Santa.
Lo que nunca falta es la malicia y los prejuicios que impiden a muchos ver y reconocer la verdad y realidad que con meridiana claridad se presenta ante sus ojos. Un ejemplo de ello es la incapacidad de muchos de reconocer la humanidad del 'nascituro' en el seno materno y la obligación moral de respetarlo(a) y protegerlo(a) en todas sus etapas de desarrollo.
"Con respecto al supuesto sepulcro de Pedro, el Dr. Stephen Pfann, de la Universidad de Tierra Santa, dice que la inscripción en realidad se lee como 'Shimon Barzillai', siendo los Barzillai una familia famosa en Jerusalén".
Gracias, hermano, me imaginaba algo así, como aconteció con el programa televisivo acerca del falso 'sepulcro de Jesús' y de su 'familia' en el barrio de Talpiot en Jerusalén, creado por el sinvergüenza estafador israelita anticristiano Simcha Jacobovici.
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