Descarga gratis "La tradición clementina de los Evangelios" de Dennis Barton
Los Padres de la Iglesia y otros escritores cristianos de los siglos I-V que trataron el tema del orden en que fueron escritos los cuatro Evangelios canónicos concuerdan en dos datos: El Evangelio de Mateo fue el primero y el Evangelio de Juan fue el último. Sin embargo, con respecto a los otros dos Evangelios se dieron dos tradiciones dentro de la gran Tradición de la Iglesia: una sostuvo el orden Mateo-Marcos-Lucas-Juan y la otra el orden Mateo-Lucas-Marcos-Juan. Finalmente se impuso la primera tradición (llamada a veces “agustiniana"), sobre todo porque San Agustín y San Jerónimo, tal vez tras algunas vacilaciones, se inclinaron a su favor. En particular San Jerónimo adoptó el orden Mateo-Marcos-Lucas-Juan en su traducción de la Biblia al latín (la Vulgata), que tuvo un éxito enorme. Por supuesto ése es el orden en que aparecen los cuatro Evangelios en todas las Biblias de nuestra época. No obstante, el otro orden tradicional de los Evangelios, que suele llamarse “la tradición clementina” porque su testigo conocido más antiguo es San Clemente de Alejandría, también amerita una consideración seria.
Lo que podría haber sido quizás una cuestión menor, de interés sólo para historiadores y exégetas, se volvió sin embargo un asunto muy importante por el siguiente motivo. La gran mayoría de los exégetas que, a partir del siglo XIX, practicaron el moderno estudio histórico-crítico de la Biblia, a la vez que mantuvieron a Juan como “el cuarto Evangelio", descartaron decididamente a Mateo como “el primer Evangelio", colocando en ese lugar de privilegio a Marcos. La teoría de la prioridad de Marcos se impuso primero entre los teólogos protestantes alemanes y luego se extendió de Alemania al resto del mundo, concitando la adhesión de una amplia mayoría de los exégetas, primero protestantes y luego (sobre todo después del Concilio Vaticano II) también católicos. Dicha teoría, complementada con la hipótesis de la fuente Q, es hoy la “solución” más popular al “problema sinóptico", es decir el problema planteado por las semejanzas y desemejanzas entre los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, los llamados “Evangelios sinópticos".
Pese al derroche de ingenio de sus partidarios, la “hipótesis de las dos fuentes” (Marcos y Q) no resolvió realmente el problema sinóptico. Además, la teoría de la prioridad de Marcos causó un grave daño a la apologética cristiana, porque ayudó a difundir mucho la creencia en la composición tardía de los Evangelios. Hoy las dataciones más usuales de los Evangelios son así: Marcos en los años 70 del siglo I, Mateo y Lucas en los años 80 y Juan en los años 90. Por lo tanto, los Evangelios habrían sido compuestos dos o tres generaciones después de Cristo. Los exégetas racionalistas y liberales que promovieron la prioridad de Marcos consideraron a los evangelistas como teólogos creativos y no como testigos fidedignos de la vida y enseñanza de Jesús. Según ellos, los Evangelios canónicos no nos permitirían acceder al Jesús histórico, sino al “Cristo de la fe", un personaje legendario o mítico.
Iniciada por Henry Owen (1716-1795), en Gran Bretaña subsistió una corriente exegética minoritaria que defiende la “tradición clementina". En las últimas décadas del siglo XX la figura principal de esa corriente fue Bernard Orchard OSB (1910-2006), sacerdote católico, monje benedictino y biblista de gran prestigio. Como reuniendo las piezas de un puzzle, Orchard ofreció finalmente una solución satisfactoria al problema sinóptico. Su solución tiene las siguientes ventajas principales: a) reconcilia la “tradición clementina” y la “tradición agustiniana", explicando cómo el orden de composición de los Evangelios fue Mateo-Lucas-Marcos-Juan y su orden de publicación fue Mateo-Marcos-Lucas-Juan; b) anula la teoría de la prioridad de Marcos, devolviendo a Mateo su puesto tradicional de primer Evangelio; c) combina los datos históricos de la más antigua tradición eclesial con los análisis literarios del método histórico-crítico; d) apoya con fuerza la saludable tendencia actual a volver a dataciones tempranas de los cuatro Evangelios.
Lamentablemente el P. Orchard falleció en 2006 sin haber podido exponer completamente su teoría. Por eso Dennis Barton, discípulo de Orchard, publicó en 2013 The Clementine Gospel Tradition (La tradición clementina de los Evangelios), presentando las ideas fundamentales de su maestro y agregando aportes propios. Barton ofrece una solución muy atendible, aceptada por el propio Orchard, al problema del final de Marcos.
Dennis Barton falleció en 2017. Ese mismo año se publicó la segunda edición inglesa de The Clementine Gospel Tradition. Ésa es la edición que traduje al español, con autorización de Mark Alder, un amigo de Dennis Barton que se hizo cargo de su muy interesante sitio web Church in History (http://www.churchinhistory.org). Tanto ese sitio de Barton como el sitio de Alder, Chistendom Awake (http://www.christendom-awake.org), tienen contenidos de alta calidad y de sumo interés, aunque son poco conocidos.
A lo largo de este año fui publicando capítulo por capítulo en este blog mi traducción del libro de Barton. Ahora, terminada esa tarea, ofrezco el libro entero en formato PDF. El mismo se puede descargar gratuitamente en esta página: Dennis Barton, La tradición clementina de los Evangelios.
Recomiendo vivamente a mis lectores que descarguen y lean “La tradición clementina de los Evangelios” de Dennis Barton y les pido que ayuden a darle la máxima difusión posible.
Daniel Iglesias Grèzes
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5 comentarios
¿En qué orden recomienda (n) leer los evangelios?
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DIG: Primero Mateo y último Juan.
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