Pensamientos N° 10 - ¿Crisis climática?
Pensamientos N° 10 - 22 de marzo de 2021
Bienvenidos a mi boletín electrónico semanal “Pensamientos", en el que comparto mis escritos sobre temas de religión, teología, filosofía, apologética, ciencia, historia, política nacional e internacional, etc.
En el N° 10 de “Pensamientos” presento seis de mis artículos sobre la supuesta crisis climática publicados en el diario El Observador, de Montevideo.
Les deseo una buena lectura y me despido hasta el próximo lunes. Que Dios los bendiga y los guarde día tras día. Fraternalmente, Daniel Iglesias Grèzes.
Para acceder a los artículos, presiona los enlaces correspondientes:
¿Estamos destruyendo el clima de la Tierra?
¿Quién ganó “la apuesta del clima"?
Catastrofismo climático y revueltas populares
De no mediar una conversión ecológica, ¿la Tierra arderá en 2030?
¿Descarbonización para salvar al planeta?
Contra el ecologismo apocalíptico
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4 comentarios
Gracias, Daniel por el excelente trabajo que hace.
En el primer artículo dices algo que me dejó dudas:
"De 1940 a 1975 hubo un enfriamiento global, que generó un catastrofismo muy similar al actual, pero de signo contrario."
¿Qué significa ese catastrofismo? ¿En esa época atribuían el enfriamiento a la actividad del hombre? ¿Cómo trataban de fundamentar tal atribución?
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DIG: A comienzos de los años '70 del siglo XX surgió una teoría alarmista que decía que la contaminación humana estaba aumentando la cantidad de partículas materiales en la atmósfera terrestre y a raíz de eso estaba aumentando la opacidad de la atmósfera y estaba bajando la temperatura de la superficie del planeta. Pocos años después la tendencia cambió: de un pequeño enfriamiento se pasó a un pequeño calentamiento. A menudo los mismos autores (Steven Schneider, Paul Ehrlich, etc.) pasaron de defender la teoría del enfriamiento global antropogénico catastrófico a defender la teoría del calentamiento global antropogénico catastrófico.
Esa situación sería para partirse de la risa de no ser que es real, y de no ser que esos alarmismos provocan un efecto antropogénico catastrófico sobre la pobreza de los países subdesarrollados, principalmente en África, y sobre la posible instauración de un gobierno mundial socialista. Gracias a Dios nuestra esperanza no está puesta en nosotros mismos ni en ningún hombre, solo en Dios... de otra forma estaríamos fritos.
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