De 1968 a 2018
Este mes se cumplen 50 años del “mayo francés”, es decir de la rebelión estudiantil en las universidades de París y otras ciudades de Francia, que tuvo repercusión en muchos otros países, aunque las rebeliones estudiantiles ocurridas en 1968 en Estados Unidos, México, Uruguay, etc. tuvieron a menudo características y motivaciones algo diferentes.
Mayo de 1968 fue un mes emblemático dentro de un año emblemático, en el que sucedieron muchas cosas memorables: el recrudecimiento de la guerra de Vietnam, a través de una gran ofensiva del Vietcong; la invasión soviética a Checoslovaquia para aplastar la “primavera de Praga”; los asesinatos de Robert Kennedy y Martin Luther King en Estados Unidos; el viaje del Apolo 8 alrededor de la Luna; etc. Fue una época caracterizada por el surgimiento de una nueva cultura juvenil, marcada por el auge del rock and roll (especialmente de The Beatles), las drogas, la “liberación sexual”, la brecha entre generaciones, la ideología marxista, etc. El “Che” Guevara había muerto el año anterior en Bolivia; y en 1969 tuvo lugar el gran festival de Woodstock. En Uruguay aumentaba la tensión sociopolítica debido ante todo a las acciones violentas de la guerrilla urbana de los Tupamaros, en el contexto de un profundo estancamiento económico de nuestro país.
Sumándome a una reflexión generalizada, también yo me pregunto qué queda de todo aquello hoy, 50 años después. En lo político, en 1968 muchos tenían la impresión de que el socialismo marxista se impondría muy pronto en todo el mundo. Sin embargo, la imagen de los tanques soviéticos en Praga representó el comienzo del fin de la expansión comunista. Hoy los regímenes comunistas han desaparecido de Europa Oriental y ni siquiera existe ya la Unión Soviética, la superpotencia enfrentada a Estados Unidos durante la “guerra fría”, en busca de un imperio mundial. Hoy en Vietnam coexisten un gobierno comunista y una economía cada vez más capitalista; y fábricas de Vietnam producen juguetes para la “cajita feliz” de McDonald’s.
El legado cultural de 1968 parece mucho más persistente que su legado político. Los hippies de 1968 fueron los pioneros de un estilo de vida más individualista, que se ha ido imponiendo progresivamente, en parte a través de los medios de comunicación social. El famoso lema hippie “Don’t make war. Make love” (“No hagas la guerra. Haz el amor”) denota no sólo pacifismo, sino también una concepción hedonista de la vida y de la sexualidad. En los últimos 50 años, el ascenso de esa concepción ha producido una crisis del matrimonio y de la familia, paralela al auge de la “unión libre” y el divorcio.
También en lo cultural, se da una sobrevivencia del marxismo a través de diversas formas de neomarxismo, inspiradas en la Escuela de Frankfurt y en Antonio Gramsci. El esquema marxista de la lucha de clases se traslada hoy a otros ámbitos: un feminismo radical lo aplica a la lucha entre hombres explotadores y mujeres explotadas; un indigenismo radical lo aplica a la lucha entre occidentales explotadores e indígenas explotados; un ecologismo radical lo aplica a la lucha entre seres humanos explotadores y animales y plantas (¡o la misma Tierra!) explotados.
En lo eclesiástico, 1968 fue el año de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (en Medellín, Colombia) y de la encíclica Humanae Vitae del Papa Pablo VI. Los medios de prensa, en su evocación de estos hechos, tienden a ligar estrechamente la Conferencia de Medellín con la “Teología de la Liberación”. Sin embargo cabe destacar que se trata de dos hechos distinguibles y separables, aunque relacionados. Convencionalmente se considera que la llamada “Teología de la Liberación” nació en 1971, al publicarse un famoso libro (con ese mismo nombre) del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez. Los más conocidos teólogos de la liberación (como el mismo Gutiérrez, Leonardo Boff y otros) estaban muy marcados por el influjo del marxismo. Ese influjo está ausente en los documentos de Medellín, donde la Iglesia hizo una opción preferencial por los pobres y un compromiso renovado por la justicia social.
La promulgación de la Humanae Vitae fue uno de los hechos decisivos del pontificado de Pablo VI. Su rechazo de la anticoncepción, aunque perfectamente alineado con la Tradición eclesial, contradijo las expectativas de los sectores “progresistas” dentro de la Iglesia Católica. Éstos recibieron la encíclica con grandes críticas en todos los niveles. El auge contestatario produjo una crisis de la aceptación generalizada del Magisterio pontificio dentro de la Iglesia. Desde entonces ha crecido el sentimiento antirromano en los sectores referidos. El “progresismo católico”, en alza hace 50 años, pareció estar en declive durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, pero resurgió con más fuerza que nunca en los últimos cinco años. Pese a las dudas o debilidades que se le imputan en su manejo de la gran crisis eclesial post-conciliar, el Papa Pablo VI tuvo el gran mérito de haber defendido firmemente la ortodoxia católica en aquellos tiempos revueltos: 1968 es el año, no sólo de la Humanae Vitae, sino también del Credo del Pueblo de Dios, en el que Pablo VI volvió a exponer la fe católica de siempre, rechazando las desviaciones que se incubaban en ese entonces.
En sintonía con el Magisterio de la Iglesia Católica, tratemos de luchar contra el individualismo y el relativismo, que, aunque no se originaron en 1968, recibieron en los acontecimientos de ese año un respaldo muy importante.
Daniel Iglesias Grèzes
9 comentarios
El principal adversario de la Revolución, la Iglesia, había quedado anulado para hacerle frente, y los revolucionarios lo sabían. Como lo sabíamos los católicos por boca del papa Paulo VI, quien había percibido y advertido lúcidamente esa realidad cuando señaló que parecía que el "humo de Satán" se filtraba dentro de la Iglesia, que aparentaba estar en "autodemolición". Contradicción interna flagrante que la dejaba fuera de carrera para enfrentar lo que se venía.
Ahora, sobre las ruinas humeantes de lo que supo ser el Orden Social Cristiano, aprendamos de nuestros errores y dispongámonos a la reconstrucción.
Reconstrucción que habrá de ser en primer lugar religiosa.
articulista), comenzó también en aquel fatídico 1968 la politización extrema
de todos los ámbitos eclesiales (fuera de heroicas excepciones).
En el Seminario, por ejemplo, los estudios de filosofía y teología se tiñeron de simpatías politiqueras, tupamaras ,con desprecio de Sto. Tomás, del magisterio papal y de todo enlace con la mas genuina tradición.
¡Cuánto tiempo se perdió en inútiles contiendas intraeclesisales, que tanto
debilitaron la fe, y no por agresiones adversarias, sino por desintegración interna!
Se ha dejado el inicio del Camino Neocatecumenal, no es cualquier cosa, el itinerario de Fe que más gente aglutina. Precisamente este finde se celebra el 50 aniversario.
Saludos
del mayo 68, me parece que solo queda su estetica.
de efemeride sera tambien el proximo junio, con la fundacion de Intel por una parte de "los ocho traidores" de Fairchild y la consiguiente invencion del primer micro-procesador de la historia.
Una "revolucion" la de Mountain View en CA, mucho mas profunda y de mas calado que las algarabias de Paris, e incluso que las de Praga.
Saludo,
En 1972 en un estudio en ICLA Manizales, se nos dijo eso y era lo que se sentía: los medios audio visuales - las ideas marxistas en cuanto a alfabetización - y el libro rojo de Mao, obligatorio a leer en esa época en las universidades ( tal vez de corte liberal).
Era época del progresismo-modernismo católico en alza, un ejemplo los sacerdotes Sal terrae hace 50 años... el obispo Rojo del Brasil, un Monseñor en Colombia, (¿) Zambrano Camader...(?) y P.Camilo Torres.
En declive mientras Juan Pablo II y Benedicto XVI, pero resurgió con satánica fuerza, luego de cambios en los seminarios donde ya no se enseñaba la MARIOLOGÍA dizque porque iba contra el CRISTOCENTRISMO, ( lo escuché en un Congreso Mariano en Chiquinquirá donde conocí al dominico fundador de la Teología de Liberación - el peruano P. Gutiérrez- 2009- ? ) y fue muy débil lo sagrado contra la filosofía y psicología...en los últimos cinco años... luego del apartamiento de la Silla de Pedro de nuestro emérito Benedicto XVI.
Ya para entonces... los estragos del "aggiornamento" creo mal implantado del Vat II había desocupado iglesias, fue una prueba para olvidar o reforzar la vida de la Gracia, la formación familiar cristiana católica... etc. De tal manera que da pesar ver la vida y forma cómo algunas personas hacen de Catequistas, sin ser ni saber lo que van pasando a las generaciones menores en la preparación de los sacramentos de la Eucaristía y la Confirmación... Da grima!
Es el cumplimiento de profecías bíblicas y marianas...
que nos piden ORAR de verdad.
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DIG: Aunque la pregunta no va dirigida a mí, la respondo porque éste es mi blog. En Uruguay y en muchos países del mundo no eran pocas las mujeres universitarias en 1968.
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¿Sabes lo que costaba encontrar anticonceptivos en el 68, el rechazo social que suponía ser madre soltera, lo extraño que resultaba que una mujer decidiera si se casaba o no, y con quién se acostaba y cuándo sería madre?.
¿Sabes que fueron las mujeres de la planta británica de Ford en Dagenham, las que en 1968 hicieron las primeras huelgas para cobrar el mismo salario que los hombres por el mismo trabajo?.
Mayo del 68 dejó más que la estética y mujeres como tú sois la prueba.
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DIG: Éste es el principal legado de las rebeliones de 1968: que tantos (como Gringo) consideren un gran progreso la anticoncepción, el sexo extramatrimonial, los nacimientos fuera del matrimonio, el sentimiento antinatalista, etc. ¡Menudo progreso!
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DIG: Es decir que el proceso de ingreso de las mujeres a la educación universitaria ya estaba en marcha. No se necesitaba ninguna revolución cultural para eso.
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Hoy en día hay más mujeres que hombres en la Universidad.
Considero un progreso que las mujeres sean madres cuando quieran, y que no se meta en la cárcel a los homosexuales, y que sea legal la venta de anticonceptivos, y que una madre soltera no sea condenada al ostracismo, y que dos personas de raza distinta puedan casarse en EEUU, y que las mujeres reciban el mismo salario por hacer el mismo trabajo que los hombres.
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DIG: No es un progreso que las mujeres tengan hijos fuera del matrimonio, ni que la tolerancia a la homosexualidad sea sustituida por una promoción de la misma y por un combate de las instituciones públicas contra la moral sexual cristiana. La anticoncepción ha traído consigo todos los males que predijo Pablo VI: banalización de la sexualidad, utilización de las mujeres, presiones indebidas de los Gobiernos contra la natalidad, etc. La disociación antinatural entre sexo y procreación también ha tenido consecuencias negativas menos previsibles: no sólo sexo sin procreación (anticoncepción) sino también procreación sin sexo (técnicas de reproducción humana artificial).
El problema del racismo en USA comenzó a ser superado mucho antes de la revolución cultural de 1968 y lo mismo cabe decir de la presencia femenina en el mercado laboral.
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