La Biblia y la Arqueología
Estoy leyendo en Internet un libro muy interesante de Kenneth Kitchen, renombrado egiptólogo inglés, estudioso del Antiguo Testamento, nacido en 1932. Me refiero a: Kenneth A. Kitchen, The Bible in its World: The Bible and Archaeology Today, The Paternoster Press, Exeter, 1977.
Hasta ahora he leído los primeros dos capítulos. El Capítulo 1 (La Arqueología –una llave al pasado) es una breve introducción a la arqueología bíblica. En este post me limitaré a citar algunas partes del Capítulo 2 (El mundo más antiguo) que están relacionadas con los primeros once capítulos del Génesis. La traducción del inglés es mía.
La creación (Génesis 1-2)
“Por lo tanto, no es sorprendente que los estudios asiriológicos ya hayan rechazado ampliamente la vieja idea de que Génesis 1-2 tenía cualquier relación estrecha en absoluto con [la epopeya babilonia] Enuma Elish. Tal es esencialmente el veredicto de Heidel, Kinnier-Wilson, Lambert y Millard, por ejemplo10. Los autores sobre el Antiguo Testamento que sugieren lo contrario están desactualizados.” (p. 27).
Nota 10: “Heidel, Babylonian Genesis, pp. 82-140; J. V. Kinnier-Wilson, in D. W. Thomas (ed.), Documents of Old Testament Times, 1958, p. 14 (‘sin conexiones de ningún tipo’); Lambert, Journ. Theol. Studies 16 (1965), pp. 287-300, esp. pp. 289, 291, 293-299; A. R. Millard, Tyndale Bulletin 18 (1967), pp. 3-4, 7, 16-18.”
El diluvio (Génesis 6-8)
“La duración del diluvio difiere en las narraciones mesopotámicas y bíblica. (…) En contraste, el Génesis tiene una escala temporal consistente22 y más detallada.” (p. 29).
Nota 22: “A menudo se ha pretendido que hay contradicciones [en Génesis 6-8], atribuyéndose los diferentes números de la narración a diferentes ‘documentos’; las contradicciones (como los ‘documentos’) son puramente imaginarias y han sido repetidamente expuestas como tales; cf. (e.g.) Heidel, The Gilgamesh Epic and Old Testament Parallels, pp. 245-248.”
Nota 23: “A veces se imagina que la ‘diferencia’ entre Gen 6,19-20 y 7,2-3 indica fuentes múltiples. En 6,19-20 ‘pares’ es general (y no se puede tener un plural de un dúo hebreo), mientras que la orden de 7,2-3 es más específica –sólo pares de las especies impuras y siete pares de las especies puras–. Cf. Kitchen, Ancient Orient & OT, 1966, p. 120 y referencias; W. J. Martin, en: J. H. Skilton et al. (eds.), The Law and the Prophets, 1974, pp. 92 s.
“Así, es justo decir que los mesopotámicos –sumerios, babilonios y semitas occidentales– tenían en común una tradición del diluvio, que existió y fue transmitida en varias versiones. Hablar de un préstamo de los hebreos desde los babilonios (o sumerios) o viceversa parece excluido. Las tradiciones paralelas acerca de algún evento antiguo en la memoria mesopotámica común serían una respuesta más simple y más satisfactoria. La narración del Génesis no es de ningún modo (*) más ‘evolucionada’ que las de sus vecinos, y a menudo se lee más simplemente. (…) En otras palabras, Génesis 6-8 fue probablemente la más simple y breve de todas las versiones antiguas, originándose posiblemente tan temprano como ellas, y ciertamente no fue una elaboración secundaria de ellas. En segundo lugar, los sumerios y babilonios de c. 2000/1800 AC creían tan firmemente en el acontecimiento histórico anterior de un tal diluvio –en una tierra plagada por inundaciones hasta los tiempos modernos– que ellos la insertaron en la Lista de los Reyes Sumerios, y no meramente en sus cuentos épicos. En la forma segunda y final de esa lista, el diluvio era un punto de referencia entre los reyes anteriores y posteriores al mismo. Así, como ya se señaló antes, no es sorprendente encontrar autoridades en la arqueología y la historia de Mesopotamia tales como Mallowan y Hallo que intentan seriamente datar el diluvio de la tradición. La pura ficción parece difícilmente probable como solución. En tercer lugar, una nota agnóstica. Por supuesto, es imposible dogmatizar sobre la extensión del diluvio de la tradición mesopotámica o bíblica. En el último caso, el uso de la palabra ‘eres cubre un campo tan amplio desde ‘tierra’ (lugar limitado) a ‘Tierra’ (el mundo conocido) que es imprudente optar por cualquier solución extrema. De nuevo, es una gran pérdida de tiempo buscar los restos del arca sobre el moderno Monte Ararat, porque el texto bíblico no los ubica allí –dice claramente ‘las montañas (en plural) de Ararat’ en Génesis 8,4, nombre que cubre toda una vasta región. La realidad última detrás de la narración no depende de búsquedas inútiles de ese tipo.” (p. 30).
La protohistoria primitiva
“[Enmebaragisi] fue claramente un gobernante histórico, y sin embargo la Lista de los Reyes Sumerios le acredita un reinado de 900 años –¡un rival cercano de Matusalén!– De esta situación emerge un hecho con absoluta claridad. Los números increíblemente altos de años (ya sea de reinado o de vida) asociados a un nombre en documentos posteriores no prueban que la persona en cuestión no fuera histórica. Cualesquiera sean los orígenes de tales números (lo que necesita estudio), este punto sobre la historicidad ha estado claro para los sumerólogos y los asiriólogos durante décadas. Así, también en el Génesis, los números altos siguen sin explicación en el presente, pero del mismo modo no constituyen en sí mismos una razón adecuada para rechazar la posible historicidad de los ancestros remotos de Abraham. Matusalén y sus parientes pueden haber sido alguna vez tan reales como Enmebaragisi y Gilgamesh. Por ejemplo Eber (Génesis 11,15-17) ha sido comparado con Ebrum, rey de Ebla (c. 2300 AC); el nombre es muy probablemente idéntico (salvo por una terminación arcaica), pero los individuos casi ciertamente no lo fueron. Aunque así son posibles comparaciones fructíferas entre el Génesis temprano y documentos tales como la Lista de los Reyes Sumerios, sin embargo ambos siguen siendo documentos enteramente independientes con numerosas diferencias básicas que impiden cualquier relación directa más allá de una noción básica común de la protohistoria.” (pp. 33-34).
Fecha de las tradiciones primitivas
“Un hecho sobre la datación se destaca de un modo especialmente claro. Casi todas nuestras principales fuentes y ejemplos provienen del segundo milenio antes de Cristo (c. 2000-1600 AC). Esto es verdad para la Lista de los Reyes Sumerios, la historia sumeria del diluvio, la epopeya de Atrakhasis y la mayor parte de Gilgamesh. Fue un período especialmente fructífero para la literatura en Mesopotamia. La literatura sumeria anterior estaba siendo registrada en su forma escrita final, la literatura semítica babilonia estaba en el cenit de su brillantez creativa, y los semitas occidentales retuvieron orgullosamente el registro de sus tradiciones familiares… Positivamente, no se puede concebir una época más adecuada para la composición original en forma literaria de la mayoría de las tradiciones ahora encontradas en Génesis 1-11. Negativamente, vale la pena notar las condiciones cambiadas, los intereses diferentes e incluso la inadecuación de los períodos posteriores de la historia antigua. Así, las historias de la creación en Mesopotamia desde c. 1100 AC en adelante divergen de lo que encontramos en el Génesis. Y los temas agrupados de la creación, el diluvio y la historia primitiva cesaron de inspirar a los nuevos escritores y las nuevas obras. Solamente, en el siglo VII AC, la ‘Crónica Dinástica’ retuvo la forma de la Lista de los Reyes Sumerios, agregándole alguna narración del diluvio, y continuando la larga lista de las dinastías babilónicas hasta más cerca de su propio tiempo. Durante el primer milenio AC, otras listas de reyes en Asiria y Babilonia normalmente nunca se molestaron en remontarse hasta el diluvio o la creación. Generalmente, los escribas del primer milenio se contentaron con volver a copiar y conservar las obras anteriores creadas en el segundo milenio AC. Acerca de la posible relación de los comienzos del Génesis con la tradición mesopotámica, un destacado estudioso cuneiforme hace mucho señaló que: “El exilio [babilónico] y la parte posterior de la monarquía [hebrea] están fuera de la cuestión… Que los asuntos de los que se habla fueran incluidos en el Génesis es una prueba de que ellos estaban establecidos entre los hebreos desde mucho antes”. En resumen, la idea de que los hebreos en cautividad en la Babilonia de Nebuchadrezzar [Nabucodonosor] (siglo VI AC) ‘tomaron prestado’ por primera vez el contenido de los comienzos del Génesis en esa fecha tardía es totalmente fallida. En el momento del exilio babilónico y después, las formas de escribir la historia habían cambiado. En un verdadero libro post-exílico como Crónicas, toda la antigüedad primitiva hasta el nieto de Abraham Jacob/Israel está cubierta en sólo un capítulo inicial (1 Crónicas 1,1-52), casi enteramente de genealogías, en el que ni la creación ni el diluvio son siquiera mencionados, mucho menos cualquier otro detalle ‘primitivo’. El foco de interés de su autor (c. 400 AC) estaba en períodos muy posteriores de la historia bíblica. Así, sea cual sea el momento en que alcanzó su forma actual dentro del libro completo del Génesis, la unidad Génesis 1-11 encuentra óptimamente sus orígenes literarios a principios del segundo milenio AC.” (pp. 34-35).
Conclusiones
“Las narraciones más tempranas del Génesis no parecen ser ni mezclas tardías ni meras expurgaciones de la leyenda mesopotámica. Ellas y sus correspondientes mesopotámicos más cercanos ofrecen casi con certeza líneas de testimonio paralelo y en gran medida independiente de antiguas tradiciones sostenidas en común por los elementos de población sumeria, acadia y semítica occidental en Mesopotamia desde épocas muy tempranas hasta principios del segundo milenio AC, cuando esas tradiciones antiguas fueron celebradas en una serie de obras literarias, en sumerio (Lista de Reyes; diluvio), acadio (las epopeyas) y semítico occidental (primera versión de Génesis 1-11; ¿Ebla?). Estos pueblos creían firmemente en la creación divina y en el castigo divino expresado en un diluvio particular como un evento histórico distante, distinto de las inundaciones comunes y habituales conocidas en Mesopotamia. Es posible probar la historicidad de algunas figuras tempranas (Enmebaragisi; Tudiya), y postularla de modo puramente racional para otras (e.g., Gilgamesh), a pesar de ‘elementos problemáticos’ tales como largos reinados o vidas. La fecha óptima para las composiciones literarias en cuestión (principios del segundo milenio AC) concuerda bien con la fecha general de los patriarcas hebreos –Téraj y Abram– que se muestran como yendo hacia el oeste desde Mesopotamia. Ellos bien podrían haber llevado consigo tales tradiciones en su viaje al oeste; de ahí su impacto en el posterior libro del Génesis. Ellos no habrían sido precoces al obrar así. Los hallazgos en Ebla de tres a cinco siglos antes muestran que los saberes mesopotámicos (incluyendo muchas tradiciones literarias y eruditas) ya habían viajado al oeste hacía mucho tiempo. Los hallazgos de fragmentos cuneiformes en la Hazor de la Edad de Bronce Media en el Canaán propiamente dicho (tanto como de un fragmento de Gilgamesh en la Megiddo de mediados del segundo milenio) ilustran adicionalmente el movimiento hacia el oeste de tales tradiciones escritas, y su circulación relativamente temprana entre los semitas en las ‘tierras occidentales’ del Levante en tal fecha.” (pp. 35-36).
No prometo resumir el resto del libro, pero tampoco prometo no hacerlo…
*) Excepto teológicamente (Nota del Bloguero).
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11 comentarios
Más en general, creo que (en toda su copiosa obra) Kitchen tiende a demostrar que el Antiguo Testamento es más confiable desde el punto de vista histórico que lo que hoy se piensa comúnmente. Lo cual no implica volver al concordismo, pero sí alejarse de un escepticismo exagerado y pernicioso.
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32. Por lo tanto, las narraciones populares incluidas en la Sagrada Escritura, en modo alguno pueden compararse con las mitologías u otras narraciones semejantes, las cuales más bien proceden de una encendida imaginación que de aquel amor a la verdad y a la sencillez que tanto resplandece en los libros Sagrados, aun en los del Antiguo Testamento, hasta el punto de que nuestros hagiógrafos deben ser tenidos en este punto como claramente superiores a los escritores profanos.
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Le recomiendo leer este artículo:
gloria.tv/media/QSH3Ct56pcW
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DIG: Sería un error buscar en el Génesis una descripción científica de la evolución del universo acorde con la cosmología actual. Como dijo en el siglo XVII el Cardenal Baronio: "La Biblia enseña cómo se va al Cielo, no cómo va el cielo".
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DIG: Sí, pero las tesis contrarias que me enseñaron en los '90 provenían de obras aún más antiguas.
Kitchen aún vive y siguió publicando muchos libros muy interesantes sobre la historicidad del Antiguo Testamento.
Si no es cierto el Génesis con su sencillez, cómo va a ser cierto que un crucificado,muerto y bien muerto, resucitó? O que resucitó Él mismo a otros, devolvió la salud a los enfermos la vista a los ciegos y que con solo rozar su manto quedaran sanadas enfermedades crónicas? Esto sí que es dificil de creer, y sin embargo "es el sacramento de nuestra fe".
Ya decir que un trozo de pan y un poco de vino es realmente Alma Cuerpo Sangre y Divinidad, eso, lo dejamos para otro día.
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DIG: Por favor lee la constitución dogmática Dei Verbum. Cada texto bíblico debe ser interpretado según su género literario, teniendo en cuenta las características del autor, la cultura de su tiempo, etc.
¿Mintió Jesús al narrar la parábola del hijo pródigo: "Un hombre tenía dos hijos..."? ¿Tiene sentido que el exégeta cristiano pregunte quién era ese hombre, cuál era su genealogía, etc.?
Dei Verbum explica perfectamente el sentido de la inerrancia bíblica: la Biblia enseña sin error la verdad religiosa que Dios quiso revelarnos en orden a nuestra salvación. ¿Quiso revelarnos Dios sin error que el primer hombre (Adán) murió habiendo conocido a sus descendientes de quinta, sexta o séptima generación? ¿O todo eso es simplemente un medio para enseñarnos sin error algo más importante para nuestra salvación?
El cura de mi barrio es muy aficionado a esto de los "géneros literarios". Cada vez que da su sermón, dice , por ejemplo, que el Evangelio de San Juan, no lo escribió San Juan, sino varias personas anónimas, y que es muy difícil de entender.
Otra perla del cura de mi barrio es decir que el profeta que le dijo al pueblo de Israel, que Dios le había dicho que tenían que embellecer el Templo y que había que reunir oro para confeccionar los utensilios sagrados, en realidad se lo inventó, que lo dijo de motu proprio. Y después de la lectur.a dijimos "Palabra de Dios", será también por lo de los "géneros literarios".
Así están las cosas según parece.
No se de qué me sorprendo, si en cualquier religión hay parte de la verdad y sirve para la salvación, ni que decir tiene que mantener las verdades de fe y entregar la vida por una, es una tontería, lo de la madre de los Macabeos también pertenecerá al género literario que toque según el momento.
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DIG: Lo de conocer en esta vida a la quinta generación de descendientes propios es muy raro, pero no imposible. Ahora bien, ya conocer a los de la séptima o décima generación (no consulté el Génesis para ver exactamente hasta dónde llegó Adán) eso sí que es imposible. Y seguro que su abuela, que Dios le dé larga vida, no llegará a los 600, 800 o 900 años, como los patriarcas de la historia primitiva del Génesis. Lo que le quiero transmitir no es un escepticismo histórico sobre la Biblia ni tampoco una actitud como la del cura de su barrio. Simplemente le digo que la Biblia transmite sin error la verdad religiosa; la verdad histórica hasta cierto punto, como fundamento y vehículo de la verdad religiosa. Así, no hay ninguna necesidad de creer que Dios creó el mundo exactamente en seis días, ni hace unos 6.000 años (muchos han hecho el cálculo exacto, sumando las edades de los patriarcas). Todo esto no es así porque yo lo diga. Al fin y al cabo mi opinión no importa mucho. Es la propia Iglesia Católica la que enseña a interpretar la Biblia correctamente, sin fundamentalismo (es decir, sin atarse al sentido aparente del texto, sin ningún estudio crítico del autor, del texto, del contexto, etc.). Déjese guiar por el Magisterio de la Iglesia también en este asunto fundamental. Verá que el resultado, si se aplica bien lo que enseña la Iglesia, no es ninguna herejía modernista.
No resisto la tentación de indicar un último ejemplo. En algún sitio (no recuerdo cuál) la Biblia describe una estructura circular y dice algo así: "tiene 10 codos de diámetro y 30 de circunferencia". Entonces, ¿debemos deducir que el número pi vale exactamente tres porque lo dice la Biblia inerrante y que todos los matemáticos de la historia han estado equivocados al sostener que pi = 3,1415926135... (e infinitas cifras más, no periódicas)? Evidentemente, no. La Biblia no es un manual de matemática. Pretende enseñar cosas mucho más elevadas. Pero para eso alude a muchas otras cosas que no pretende describir de un modo científicamente exacto.
Pero recordemos que el Magisterio nos enseña que creamos más a la propia Biblia que a los científicos que en temas tan lejanos apenas pueden intuir cosas, y eso suponiendo que el resto de fuentes no estén viciadas.
Porque una cosa sorprendente es lo pronto que están para denostar a la biblia y su concreción en los datos en cuanto otra fuente parece no confirmarlos. Pero...¿Por qué nunca suponen que es la otra fuente la que está viciada?:
Pontificia Comisión Bíblica (Magosterial en ese momento):
Duda I. Si se apoyan en sólido fundamento los varios sistemas exegéticos que se han excogitado y con apariencia de ciencia propugnado para excluir el sentido literal de los tres primeros capítulos del libro del Génesis.
Resp.: Negativamente.
Duda II. Si, no obstante el carácter y forma histórica del libro del Génesis, el peculiar nexo de los tres primeros capítulos entre sí y con los capítulos siguientes, el múltiple testimonio de las Escrituras tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, el sentir casi unánime de los santos Padres y el sentido tradicional que, trasmitido ya por el pueblo de Israel, ha mantenido siempre la Iglesia, puede enseñarse que: los tres predichos capítulos del Génesis contienen, no narraciones de cosas realmente sucedidas, es decir, que respondan a la realidad objetiva y a la verdad histórica; sino fábulas tomadas de mitologías y cosmogonías de los pueblos antiguos, y acomodadas por el autor sagrado a la doctrina monoteística, una vez expurgadas de todo error de politeísmo; o bien alegorías y símbolos, destituidos de fundamento de realidad objetiva, bajo apariencia de historia, propuestos para inculcar las verdades religiosas y filosóficas; o en fin leyendas, en parte históricas, en parte ficticias, libremente compuestas para instrucción o edificación de las almas.
Resp.: Negativamente.
Duda III. Si puede especialmente ponerse en duda el sentido literal histórico donde se trata de hechos narrados en los mismos capítulos que tocan a los fundamentos de la religión cristiana, como son, entre otros, la creación de todas las cosas hechas por Dios al principio del tiempo; la peculiar creación del hombre; la formación de la primera mujer del primer hombre; la unidad del linaje humano; la felicidad original de los primeros padres en el estado de justicia, integridad e inmortalidad; el mandamiento, impuesto por Dios al hombre, para probar su obediencia; la transgresión, por persuasión del diablo, bajo especie de serpiente, del mandamiento divino; la pérdida por nuestros primeros padres del primitivo estado de inocencia, así como la promesa del Reparador futuro.
Resp.: Negativamente.
Duda IV. Si en la interpretación de aquellos lugares de estos capítulos que los Padres y Doctores entendieron de modo diverso, sin enseñar nada cierto y definido, sea licito a cada uno seguir y defender la sentencia que prudentemente aprobare, salvo el juicio de la Iglesia y guardada la analogía de la fe.
Resp.: Afirmativamente.
Duda V. Si todas y cada una de las cosas, es decir, las palabras y frases que ocurren en los capítulos predichos han de tomarse siempre y necesariamente en sentido propio, de suerte que no sea licito apartarse nunca de él, aun cuando las locuciones mismas aparezcan como usadas impropiamente, o sea, metafórica o antropomórficamente, y la razón prohiba mantener o la necesidad obligue a dejar el sentido propio.
Resp.: Negativamente.
Duda VI. Si, presupuesto el sentido literal e histórico, puede sabia y útilmente emplearse la interpretación alegórica y profética de algunos pasajes de los mismos capítulos, siguiendo el brillante ejemplo de los Santos Padres y de la misma Iglesia.
Resp.: Afirmativamente.
Duda VII. Si dado el caso que no fue la intención del autor sagrado, al escribir el primer capitulo del Génesis, enseñar de modo científico la intima constitución de las cosas visibles y el orden completo de la creación, sino dar más bien a su nación una noticia popular acomodada a los sentidos y a la capacidad de los hombres, tal como era uso en el lenguaje común del tiempo, ha de buscarse en la interpretación de estas cosas exactamente y siempre el rigor de la lengua científica.
Resp.: Negativamente.
Duda VIII. Si en la denominación y distinción de los seis días de que se habla en el capítulo I del Génesis se puede tomar la voz Yôm (día) ora en sentido propio, como un día natural, ora en sentido impropio, como un espacio indeterminado de tiempo, y si es licito discutir libremente sobre esta cuestión entre los exegetas.
Resp.: Afirmativamente.
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DIG: La doctrina cristiana se desarrolla legítimamente en el tiempo. Crece sin corromperse. Hoy la "cuestión bíblica" no se plantea exactamente igual que en la fecha de este documento de la PCB (principios del siglo XX). Pero ya las respuestas a las dudas VII y VIII preanuncian los desarrollos posteriores.
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Hay una ambigüedad en esa frase, que es cierto se enseña al modo que expones. Pero no ha sido reafirmado nunca que yo conozca. Otros enseñan que su significado es que todo debe ser creído como inerrable y es necesario creerlo.
Si alguien es capaz de descifrarlo sin asomo de duda yo seré otro agradecido.
Las supuestas discordancias menores no serían consideradas como "error", y además - si no gusta el "concordismo" por las razones que sean- , muchos errores no deben adscribirse sino a copias con pequeños vicios.
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DIG: Por supuesto la enseñanza del Vaticano II sobre la inerrancia bíblica sigue vigente. Véase por ejemplo, Catecismo de la Iglesia Católica, 107: "Los libros inspirados enseñan la verdad. «Como todo lo que afirman los hagiógrafos, o autores inspirados, lo afirma el Espíritu Santo, se sigue que los libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin error la verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra» (DV 11)."
Ésa es la doctrina católica. Cierto, no siempre es fácil saber cuál es exactamente la verdad que Dios hizo consignar en la Biblia para salvación nuestra. Pero tenemos muchas ayudas para la interpretación correcta de la Biblia: Tradición, Magisterio, oración, estudio, ciencias auxiliares, etc.
No todos los problemas exegéticos se deben a problemas de crítica textual. Yo diría que son los menos.
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