Reforma de los procesos de nulidad: 6 ideas falsas (por Benedict Nguyen)
Los documentos del Papa Francisco emitidos el martes, uno para la Iglesia Latina (Mitis Iudex Dominus Iesus) y uno para las Iglesias Orientales (Mitis et Misericors Iesus), exigen una lectura atenta a fin de entender los desarrollos de las leyes sobre los procedimientos canónicos relativos al proceso de declaración de nulidad matrimonial.
Desafortunadamente, el sensacionalismo que los ha rodeado ha causado numerosos conceptos erróneos e informaciones falsas que a su vez pueden dificultar la comprensión de algunas de las reformas. Si bien todavía hay mucho para digerir, me gustaría destacar seis ideas falsas (…) [acerca de] estas reformas históricas.
1. Consideremos primero el mayor concepto erróneo que está siendo reportado, es decir el referido a las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio. La doctrina católica sobre el matrimonio y la indisolubilidad no ha cambiado ni cambiará. Debe decirse clara y repetidamente que las actuales reformas del Papa Francisco son cambios de procedimiento y no cambios en las enseñanzas de la Iglesia, y ni siquiera cambios sustanciales en el derecho canónico o la jurisprudencia para casos matrimoniales. Las afirmaciones de que éstos son cambios en las creencias de la Iglesia sobre el matrimonio son simplemente erróneas.
2. El propósito de estas reformas no es facilitar la obtención de una declaración de nulidad en el sentido del laxismo. El propósito es hacer más eficiente y accesible el proceso de investigación. Estemos o no de acuerdo con ellos, estos cambios son los que el Papa y la Comisión que estudió este tema vieron como áreas donde el proceso estaba siendo negado o demorado innecesariamente. Desafortunadamente, incluso las leyes más estrictas pueden ser abusadas o tratadas con laxismo, pero ésos son asuntos personales que caen fuera del alcance de estas reformas. Ahora, como antes, será importante que los obispos, los canonistas y los fieles no sólo adquieran una comprensión clara de las enseñanzas y las leyes canónicas de la Iglesia sobre el matrimonio sino también que estén vigilantes para que el proceso no sufra abusos. La catequesis y la fidelidad serán fundamentales.
3. No hay nuevas causales para declarar nulo un matrimonio. Ésta es una de las principales percepciones erróneas. Las razones para determinar si un matrimonio se celebró o no válidamente siguen siendo las mismas. Cada caso debe continuar siendo decidido a la luz de –y sólo a la luz de– las causales canónicas establecidas. El Papa no ha establecido nuevas causales, y no es posible que los obispos, tribunales o jueces lean nuevas causales en estas reformas procesales.
En particular, con respecto al Artículo 14 de Mitis Iudex Dominus Iesus (MIDI), el Papa Francisco no está estableciendo aquí nuevas causales para la nulidad matrimonial. Una lectura cuidadosa del Artículo 14 muestra que éstas son situaciones en las que es posible para una parte solicitar el nuevo proceso más breve por el cual un caso puede ser referido al obispo diocesano para su decisión. Estas situaciones pueden incluir casos de falta de fe, brevedad de la vida conyugal, aborto procurado, persistencia en relaciones extramaritales, ocultación maliciosa de asuntos pasados serios, embarazo no planeado, violencia física y falta de uso de razón médicamente probada. Éstas son situaciones que permiten la solicitud de cierto procedimiento. Sería simplemente un error verlas como nuevas causales [de nulidad].
Igualmente errónea es ver éstas [situaciones] como corolarios en correspondencia exacta con la invalidez. En otras palabras, aunque pueda ser tentador apresurarse a sacar conclusiones, la mera presencia de cualquiera de éstas [situaciones] no significa necesariamente que hubo un acto de matrimonio inválido. Significa meramente que una parte puede solicitar el nuevo procedimiento más breve. Una vez que hay una decisión acerca de cuál procedimiento usar, entonces el juez o el obispo todavía debe decidir de acuerdo con el derecho canónico si hay una falta de capacidad, una falta de consentimiento o una falta de forma canónica (para los católicos), siguiendo las causales específicas que caen bajo éstas [tres faltas].
4. El Papa Francisco no hizo más fácil la norma para declarar nulo un matrimonio. La norma para llegar a una decisión afirmativa sigue siendo muy alta –el juez u obispo debe alcanzar la certeza moral (Canon 1608). El Papa Francisco reitera esto claramente en el Artículo 12. Él subraya que una mera preponderancia de la evidencia no es suficiente. Es claro que la certeza moral sigue siendo la norma. En otras palabras, no se puede dar una decisión afirmativa si el acto matrimonial fuera sólo posiblemente inválido. Tampoco podría darse si fuera incluso probablemente inválido. Más bien, sólo puede darse si es moralmente cierto que ha sido un acto matrimonial inválido.
5. El Papa no ha eliminado los tribunales de segunda instancia. Más bien, lo que ha sido eliminado es la apelación obligatoria de la decisión afirmativa del tribunal diocesano local. Las partes, así como el Defensor del Vínculo, aún son libres de apelar la decisión ante un tribunal de segunda instancia, usualmente el metropolitano o arquidiocesano. Además, la capacidad de una parte para apelar a la Rota Romana se mantiene.
6. El Papa Francisco no ha exigido la eliminación total de las tasas de los tribunales. Más bien, él alienta a hacer el proceso tan gratuito como sea posible tomando en consideración los salarios justos y decentes de quienes trabajan en los tribunales. Así, una tasa de presentación apropiada está permitida y es adecuada en justicia.
(…)
(Traducción de Daniel Iglesias Grèzes)
(El artículo original, en inglés y completo, puede leerse aquí).
Nota sobre el Autor: Benedict Nguyen es un abogado canónico y civil. Es consejero canónico y asesor teológico de la Diócesis de Corpus Christi, Texas, Estados Unidos. También es profesor adjunto del Instituto Ávila para la Formación Espiritual.
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21 comentarios
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DIG: Está fuera de tema. El artículo no habla de las legislaciones civiles.
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DIG: ¿Habla de 4.000 euros? Para mí es mucho dinero, pero no tengo idea de si es un costo justo o exagerado para un proceso canónico. Supongo que eso depende de muchas variables.
Reitero lo que respondí a otro comentarista. Pienso que habría que proceder así: primero, hay que determinar un precio (costo o valor) justo; luego, el que pueda pagarlo sin inconveniencia grave, que lo pague; y el que no pueda pagarlo sin inconveniencia grave, que no lo pague. La Iglesia deberá subsidiar ese costo.
Puede que no sea el propósito del legislador. Pero podría ser el resultado. Por circunstancias de los nuevos órganos de aplicación podrían generalizarse las "nulidades a granel" (expresión del canonista J. Hervada) al modo del tribunal de Miami de infeliz memoria.
Saludos.
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DIG: Me parece probable.
La duda que me surge es; CUáles son las causales de nulidad? Donde están establecidas? Por más que leo el documento, no logro encontrarlas.
Gracias por su respuesta
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DIG: Están en el Código de Derecho Canónico, en los cánones 1073-1082 (De los impedimentos dirimentes en general), 1083-1094 (De los impedimentos dirimentes en particular), 1095-1107 (Del consentimiento matrimonial), 1108-1123 (De la forma de celebrar el matrimonio).
1º.- La doctrina sobre el matrimonio no cambia.
Estoy de acuerdo. PERO la práctica cambiará y mucho.
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DIG: Es muy probable que haya más abusos que antes.
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2º.- La reforma no implica "laxismo".
Ahí discrepo; seguramente no es ese su propósito, pero creo que necesariamente será este el resultado.
Una sola instancia + Brevedad + el artículo 14.1 = "nulidad para todos"
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DIG: Su ecuación no es exacta. No habrá "nulidad para todos", pero la aplicación laxista de las nuevas normas podrá conducir a cierto número de declaraciones de nulidad erróneas.
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3º.- No hay nuevas causas de nulidad.
Totalmente de acuerdo; rigoristas y laxistas leyeron mal el art. 14.1
PERO: el artículo 14.1 será "letal" en la práctica, porque
a) las causas del 14.1 (que no son causas de nulidad) son causas para poder acudir al procedimiento abreviado.
b) ¿porqué éstas precisamente? Aunque no se dice en forma explícita, porque se consideran "indicios" de que existe alguna causa de nulidad (de las de siempre).
c) Estos meros "indicios" con el tiempo se convertirán en "pruebas" de la nulidad. Hoy decimos: se produce tal evento del 14.1, luego hay "indicio" de causa de nulidad y podemos acudir al procedimiento abreviado. Mañana, el mero "indicio" será "indicio poderoso". Y pasado mañana, será "prueba".
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DIG: Esa evolución negativa no es necesaria. Todo depende de la correcta o incorrecta aplicación de las normas canónicas, que no cambian, salvo las meramente procesales.
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4º. El Papa no hizo la reforma para hacer más fácil la nulidad.
Estoy de acuerdo. PERO el artículo 12 quedará sepultado bajo el 14.
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DIG: Concuerdo con B. Nguyen. Es necesario un gran esfuerzo de formación y vigilancia.
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5º. El Papa no ha eliminado los Tribunales de segunda instancia.
Cierto. PERO ha eliminado la "obligatoriedad" de la segunda instancia, que era consecuencia del principio "favor matrimonii" y una elemental medida de prudencia. Ahora el "defensor del vínculo" no recurrirá casi nunca.
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DIG: De nuevo, eso depende de la responsabilidad con que el defensor del vínculo y los demás actores desempeñen su papel en el proceso.
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6º. El Papa alienta a hacer el proceso tan gratuito como sea posible.
Cierto. PERO en realidad el "coste" será el mismo de siempre; la única diferencia es quién lo va a pagar. Puede ser gratis para los litigantes, pero lo acabarán pagando los contribuyentes a la diócesis.
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DIG: Creo que el principio general debería ser éste: el que pueda pagar, que pague (un valor justo, naturalmente); y al que no pueda pagar, que la Iglesia (la comunidad) se lo subsidie.
Conozco un caso de anulación del matrimonio de personas que tienen nietos ya con bigote. ¿Por qué la señora que la pidió tardó tantos años en pedirla? Ahora se lo pasa pipa disfrutando de la vida.
Recuerdo que Juan Pablo II amonestó y creo que Benedicto XVI también porque se daban muchas anulaciones y ahora sólo faltaba esta reforma. Enrique VIII y Herodes estarán pasándolo en grande en su tumba porque al final les están dado la razón.
Por otra parte, san Juan Bautista y santo Tomás Moro lamentarán que su martirio no haya servido para nada porque se están burlando de ellos.
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DIG: Siento tener que decirlo, pero las últimas dos frases de su comentario son barbaridades. Los santos mártires están en el Cielo y allí no lamentan sus martirios; siguen unidos, en la comunión de los santos, a la Iglesia de Cristo, que es una, santa, católica y apostólica. Y los pecadores fallecidos, si luego se convirtieron, están en el Purgatorio o el Cielo, arrepentidos de sus pecados; y si no se convirtieron están en el infierno, y allí no están "pasándolo en grande"; y ciertamente la Santa Iglesia Católica no les está dando la razón.
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DIG: Esto me parece esencial. La primera prioridad debería ser la de formar bien a los fieles (sobre todo a los novios) para tratar en primer lugar de evitar los matrimonios nulos. "Mantenimiento preventivo" en lugar de "mantenimiento correctivo".
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DIG: El rigor del proceso se aseguraría logrando que todos los obispos y jueces eclesiásticos apliquen correctamente el derecho canónico. Pero no cabe esperar que eso suceda hoy... Aún así, cuidemos de no atribuir malas intenciones al prójimo.
Poner en un buscador porque el sistema no me permite poner el enlace.
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DIG: La doctrina está a salvo, pero en la práctica es muy probable que haya abusos. Es lo que cabe esperar en la actual situación de predominio del laxismo moral.
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DIG: Me refiero a dos cosas: 1) Que el motu proprio no cambia la doctrina. 2) Que la Iglesia Católica sigue gozando de la indefectibilidad en la fe, don de Dios prometido y otorgado por Cristo.
Por otra parte, la ley no debe establecerse confiando demasiado en la responsabilidad de las personas, sino más bien previendo la falta de responsabilidad, en este mundo post-adámico.
Un argumento a favor o atenuante al menos, es que hoy día la probabilidad de matrimonios nulos es mucho mayor que en cualquier época pasada.
De todos modos, parece probable que esta reforma deberá ser reformada en un futuro lo más próximo posible.
Saludos cordiales.
El abogado canónico Edward Peters, consejero de la Signatura Apostólica, dijo que el aspecto más preocupante de la reforma es la aceleración del proceso de anulación, decidido por un obispo y que busca acelerar lo que ha sido un largo y complicado procedimiento para declarar un matrimonio nulo.,,
En un mensaje en un blog el miércoles, Peters dijo que las razones listadas en las nuevas normas del Vaticano pudieran llevar a parejas felizmente casadas a preguntarse si sus matrimonios son válidos ante la posibilidad de que la mujer hubiera tenido un aborto o si un cónyuge ocultó la existencia de un hijo de una relación previa o una encarcelación en el pasado.
(Fuente- AP (Ciudad del Vaticano)
Antes era tan clara la doctrina cuando los Stos. Padres habrían la boca o se comunicaba una resolución que no cabían dudas. Los medios le daban con todo porque contradecía el "espíritu del mundo y de la carne". Como dijo San Pablo no podían soportar tan dura doctrina.
Ahora hay que vivir aclarando.
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DIG: Este comentario está fuera de tema. Oremos día tras día por el Papa y por toda la Iglesia; y en estos días oremos con mayor insistencia por el ya inminente Sínodo de la Familia.
Estoy de acuerdo. Pero cuando se toma en cuenta que este tipo de reformas ya se aplicaron en USA durante doce años con resultados desastrosos. Cuando se toma en cuenta que JPII en vistas al desastre se vio en la convicción de suprimirlas. Cuando se toma en cuenta que cuando se promulgó el nuevo código de derecho canónico en 1983 dichas novedades fueron rechazadas. Cuando se toma en cuenta que el Cardenal Burke, experto canonista, fue oportunamente apartado de su cargo y ha advertido seriamente sobre la peligrosidad de estas medidas. Cuando se considera que la probabilidad de que el/los que promueven el regreso de estas reformas sean ignorantes de ello es nula, entonces me va a disculpar pero aqui no hay buena intención que valga. (Editado), pues esto ya se experimentó en el pasado y fue un fracaso resonante (para la fe, pues para los que consiguieron nulidades fáciles y baratas fue, y será, todo un éxito). No se puede comulgar con ruedas de molino.
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DIG: Concuerdo con usted en que los principales aspectos de esta reforma procesal son muy peligrosos, pero reitero lo dicho. La reforma, considerada en sí misma, es legítima y cabe dentro de la doctrina católica. En cambio, no cabe acusar al Papa o sus colaboradores de querer atentar contra el sacramento del matrimonio. Para decirlo de nuevo con las palabras de Benedict Nguyen:
"Estemos o no de acuerdo con ellos, estos cambios son los que el Papa y la Comisión que estudió este tema vieron como áreas donde el proceso estaba siendo negado o demorado innecesariamente. Desafortunadamente, incluso las leyes más estrictas pueden ser abusadas o tratadas con laxismo, pero ésos son asuntos personales que caen fuera del alcance de estas reformas. Ahora, como antes, será importante que los obispos, los canonistas y los fieles no sólo adquieran una comprensión clara de las enseñanzas y las leyes canónicas de la Iglesia sobre el matrimonio sino también que estén vigilantes para que el proceso no sea abusado. La catequesis y la fidelidad serán fundamentales."
¿Alguien me la podría explicar, por favor? Saludos.
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DIG: No es una causa de nulidad. Como explica el artículo, es uno de los motivos que permite solicitar el proceso más breve, ante el Obispo. Supongo que se refiere al caso en que la novia queda embarazada imprevistamente antes del matrimonio y se casa fundamentalmente para que su hijo tenga un padre unido en matrimonio a la madre, no porque realmente ame a su novio ni porque quiera casarse con él.
Pero creo que se olvida cuál es la motivación de todo esto: que hay verdaderas nulidades que hasta ahora estaban siendo muy difíciles de reconocer. Es de justicia proteger el vínculo del matrimonio y la institución como tal, pero también es de justicia reconocer una nulidad cuando es verdad que no hubo verdadero matrimonio. Y es de justicia reconocer la nulidad -cuando se debe- en un proceso que no se alargue durante años ni provoque sufrimiento innecesario en las partes.
Los juicios humanos son imperfectos -el proceso canónico de nulidad lo es- y probablemente es imposible garantizar una forma procesal que no deje escapar ninguna falsa nulidad ni tampoco deje sin reconocer ninguna verdadera nulidad, que no tenga falsos negativos y ni falsos positivos. Este cambio desplazará el equilibrio, habrá más falsas nulidades, pero también más verdaderas nulidades. El balance no es necesariamente negativo.
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DIG: En abstracto, estoy de acuerdo. En concreto, me parece muy probable que no se alcance ese equilibrio que usted dice, sino que el péndulo se mueva hacia el otro lado, a una posición mucho más lejana del centro que la actual.
Como dice Néstor, y no es el único que lo dice, "hoy día la probabilidad de matrimonios nulos es mucho mayor que en cualquier época pasada". Me parece paradójico, entonces, que se quiera dificultar el reconocimiento legal de una situación que se da por hecho que es así.
Si es verdad que muchísimos matrimonios son nulos porque los contrayentes no están de verdad dispuestos a asumir lo que es un matrimonio católico, ¿por qué resistirse a reconocer esas nulidades?
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DIG: No es seguro que los matrimonios nulos sean muchísimos. Pero si lo fueran, la situación no se arreglaría agilizando el proceso canónico de nulidad matrimonial, para que muchas personas puedan contraer nuevos matrimonios que probablemente volverían a ser nulos. Lo que habría que hacer (lo que hay que hacer, sean muchísimos, muchos o pocos los matrimonios nulos), fundamentalmente, es eliminar la celebración de matrimonios nulos, tanto mejorando la catequesis prematrimonial como profundizando el análisis de cada caso antes de autorizar la celebración de un matrimonio canónico.
"Pero creo que se olvida cuál es la motivación de todo esto: que hay verdaderas nulidades que hasta ahora estaban siendo muy difíciles de reconocer. Es de justicia proteger el vínculo del matrimonio y la institución como tal, pero también es de justicia reconocer una nulidad cuando es verdad que no hubo verdadero matrimonio. Y es de justicia reconocer la nulidad -cuando se debe- en un proceso que no se alargue durante años ni provoque sufrimiento innecesario en las partes".
Y personalmente creo que: Para la Iglesia tenía que haber sido vergonzoso, que solo los ricos, pudieran costearse la nulidad matrimonial.
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DIG: No creo que eso sea verdad. Muchas personas que no son ricas obtuvieron la declaración de nulidad. A mi modo de ver, la razón principal por la que muchos involucrados en matrimonios nulos no buscan la declaración canónica de nulidad es el desinterés. A muchos les importa muy poco lo que piense la Iglesia sobre su situación. Por eso se vuelven a casar (o vuelven a convivir) sin molestarse siquiera en iniciar el proceso canónico.
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Y también creo vergonzoso suprimir la comunión a los separados pobres que tuvieron que volver a casarse para evitar la miseria de ellos y de sus hijos, y que arrepentidos no podían recibir el Sacramento, hasta que no consiguieran esa nulidad, un verdadero círculo vicioso.
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DIG: No es vergonzoso sino justo que no puedan acceder a la comunión los católicos que están casados sólo civilmente.
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Al agilizar los trámites y considerar la gratuidad para los pobres, el Papa Francisco ha hecho un grandísimo acto de Caridad.
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DIG: Agilizar los trámites en un asunto tan serio es un arma de doble filo. Demos tiempo al tiempo y veremos los resultados.
Los resultados ya se vieron en Estados Unidos.
¿Hay que probar otra vez? (Editado).
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DIG: Los nombres de los miembros de la Comisión han sido publicados en la prensa.
No hablo de lo que tu bien dices de los casados por la Iglesia, que les importa cuatro cominos comulgar porque ya no creen.
HABLO DE LOS QUE QUIEREN COMULGAR, Y NO HAN OBTENIDO LA NULIDAD PORQUE SON POBRES DE VERDAD.
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DIG: Según Zenit, en la presentación del motu proprio, el Decano de la Rota Romana "precisó que hoy en día entre el 70 y el 80 por ciento de las causas son gratuitas". Y seguramente esa mayoría de causas gratuitas corresponde básicamente a personas no-ricas. Así que tal vez haya muy pocas personas cuya razón principal para no tramitar la declaración de nulidad sea la pobreza. Yo no conozco ningún caso. En mi país, el problema (en esta materia) en los sectores pobres es que hoy muy pocas personas se casan por la Iglesia Católica.
"No es seguro que los matrimonios nulos sean muchísimos. Pero si lo fueran, la situación no se arreglaría agilizando el proceso canónico de nulidad matrimonial, para que muchas personas puedan contraer nuevos matrimonios que probablemente volverían a ser nulos."
Si hay matrimonios nulos que no logran ser reconocidos como tales porque el proceso es demasiado complicado, entonces agilizar el proceso sí es una solución para ese problema.
Insisto: no se trata de “facilitar” la nulidad, sino de agilizar el proceso para llegar antes a un veredicto, sea del signo que sea, evitando el sufrimiento causado por un proceso interminable.
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DIG: Tu diagnóstico es bastante dudoso. Según he leído, en promedio las causas de nulidad llegan a un resultado final en dos años. Eso no parece ser "un proceso interminable".
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El reconocimiento de verdaderas nulidades no debilita el matrimonio católico, sino que lo fortalece, porque afirma que no puede haber verdadero matrimonio si no se dan todas las condiciones necesarias. La sospecha continua de que la nulidad es una forma de introducir subrepticiamente el divorcio en la Iglesia no ayuda nada.
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DIG: Yo no he insinuado esa sospecha. Sí digo, con base en la experiencia parecida de los Estados Unidos de 1971 a 1983, que ése es un resultado bastante probable.
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>> Lo que habría que hacer (lo que hay que hacer, sean muchísimos, muchos o pocos los matrimonios nulos), fundamentalmente, es eliminar la celebración de matrimonios nulos, tanto mejorando la catequesis prematrimonial como profundizando el análisis de cada caso antes de autorizar la celebración de un matrimonio canónico.
Completamente de acuerdo.
Respecto a la respuesta para Andrés Luaces,
>> A mi modo de ver, la razón principal por la que muchos involucrados en matrimonios nulos no buscan la declaración canónica de nulidad es el desinterés. A muchos les importa muy poco lo que piense la Iglesia sobre su situación. Por eso se vuelven a casar (o vuelven a convivir) sin molestarse siquiera en iniciar el proceso canónico.
Creo que es muy injusto decir que los que no piden la nulidad es por desinterés. Puede que sea el caso de muchos,
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DIG: Tu acusación de injusticia es injusta. He dicho que ésa es la razón principal (no única) y tú mismo admites que esos casos son muchos. Es muy claro que hoy la mayoría de los que podrían solicitar la nulidad no lo hacen porque no quieren.
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pero también hay muchos otros a los que sí les importa el juicio de la Iglesia, pero no se ven con fuerzas para empezar un proceso durísimo, donde los abogados a menudo se dedican a encizañar y agrandar el conflicto entre las partes, muy poco cristianamente, y esto con frecuencia después de haber pasado ya por el divorcio civil. En un proceso de nulidad hay que remover el pasado, examinar si hubo o no hubo libertad, madurez, etc. Si se hace de cualquier manera puede ser tremendamente destructivo.
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DIG: ¿El proceso canónico de nulidad matrimonial es "durísimo" en comparación con el proceso civil de divorcio? ¿Por qué? ¿Porque en aquél se defiende el vínculo matrimonial hasta llegar a la certeza moral de que no hubo verdadero matrimonio y en éste el divorcio está asegurado prácticamente desde que se lo solicita? ¿Los abogados canónicos son moralmente peores que los abogados civiles? ¿Por qué entonces tantos con matrimonios supuestamente nulos pasan por los tribunales civiles (incluso donde no hay "divorcio express") y no por los canónicos?
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