Los valores “no negociables”

El Papa Benedicto XVI se refirió en distintas ocasiones a los que él denominaba principios o valores no negociables de los católicos en la vida política, enumerando varios de esos principios: el derecho humano a la vida, los derechos naturales del matrimonio y de la familia, la libertad de educación, la libertad religiosa, el bien común y la justicia social, etc.

Se ha criticado la expresión “valores no negociables” diciendo que los valores son valores y punto. No habría lugar pues a una distinción entre valores negociables y no negociables. El propósito de este artículo es mostrar que la expresión en cuestión es correcta y muy útil, porque subraya un carácter peculiar de algunos valores políticos, de los que otros valores políticos carecen.

Ante la objeción planteada, lo primero que se puede responder es que no todos los valores son iguales. Existe una jerarquía de valores. Por ejemplo, el valor de una vida humana es mayor (infinitamente mayor) que el de una vida animal. Puestos en una situación en la que debamos elegir entre un valor u otro, tenemos el deber de elegir siempre a favor del respeto y el cuidado de la vida humana. Por lo tanto, en cierto sentido, el valor de una vida animal es “negociable”; cede ante otros valores superiores.

En la misma línea, convendría recordar que no todos los actos buenos son moralmente obligatorios. Algunos son opcionales. Por ejemplo, en muchos casos puede ser opcional dar una limosna mayor o menor; pero el respeto de la norma moral que prohíbe el homicidio no es moralmente opcional, sino obligatorio.

Lo dicho hasta aquí podría parecer suficiente. Sin embargo, podemos profundizar algo más nuestra respuesta si nos fijamos en que la expresión cuestionada se refiere a los valores de los católicos en la vida política. Por lo tanto, es fundamental distinguir entre los valores políticos claramente afirmados por la doctrina católica de los valores políticos que son opinables y están sujetos a discusión entre católicos.

De acuerdo con su afirmación de la legítima autonomía de la comunidad política, la Iglesia Católica reconoce no tener soluciones concretas para todos los problemas políticos que enfrentan las sociedades humanas. Por ejemplo, no es tarea de la Iglesia enseñar si se debe o no se debe privatizar una empresa pública determinada (por ejemplo, una empresa petrolera). En este terreno tienen la palabra los partidos y las ideologías políticas.

En cambio hay cuestiones políticas que no son opinables para los fieles católicos. El Magisterio de la Iglesia ha enseñado constantemente esta doctrina. Véase por ejemplo el número 570 del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: “Cuando en ámbitos y realidades que remiten a exigencias éticas fundamentales se proponen o se toman decisiones legislativas y políticas contrarias a los principios y valores cristianos, el Magisterio enseña que «la conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral».”

En la expresión “valores no negociables”, el adjetivo “no negociables” expresa que se trata de condiciones necesarias de moralidad, que no pueden ser abandonadas (“negociadas”) a cambio de otros valores, por positivos que éstos sean. Como establece otro principio fundamental de la moral católica, no es lícito hacer el mal para obtener un bien; es decir, el fin no justifica los medios.

Por otra parte, conviene advertir que, incluso entre los mismos valores no negociables, podemos advertir diferencias importantes. Algunos de esos valores (por ejemplo, el bien común y la justicia social) son muy genéricos, por lo que su aplicación práctica no es inmediata, sino que requiere la mediación de otras normas más específicas; en cambio otros valores (como el derecho humano a la vida) tienen una aplicación práctica más inmediata.

Por ejemplo, difícilmente se encontrará en todo el mundo un partido político que alegue estar en contra del respeto a la dignidad humana o que no se muestre interesado en combatir la pobreza. Aquí el problema está en los detalles: ¿Cuál es el fundamento y el alcance de los derechos humanos? ¿Cómo combatir la pobreza y promover la justicia social? Es fácil ver que en esas áreas hay muchísimos temas sobre los cuales existe un pluralismo político legítimo entre los católicos. Por ejemplo: un determinado monopolio, ¿debe ser mantenido o eliminado? ¿Se debe aumentar, mantener o disminuir el gasto público? ¿Se debe aumentar, mantener o disminuir los impuestos? En temas como éstos, los cristianos pueden legítimamente disentir entre sí. No obstante, aún si un cristiano se encuentra dentro del rango del pluralismo legítimo, debe evitar el error de presentar su propia postura como la única válida desde el punto de vista de la fe cristiana.

En cambio hay otros temas acerca de los cuales la doctrina católica exige a todos los católicos tener una postura unánime: por ejemplo, el rechazo a la legalización del aborto, de las uniones concubinarias y de las uniones homosexuales. Es evidente que existen partidos políticos que se oponen a que el Estado garantice el derecho humano a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, o promueven la equiparación de las uniones concubinarias y las uniones homosexuales con el matrimonio. De ahí que esos otros valores no negociables permitan un fácil discernimiento de la ilicitud moral de algunos programas políticos.

Así como es inaceptable que un católico vote por un partido racista aduciendo que el mal de la postura racista de ese partido es compensado por sus aciertos en otras materias (por ejemplo, la seguridad ciudadana o las obras públicas), también es inaceptable que un católico vote por un partido pro-abortista o pro-homosexualista aduciendo que esos errores de su partido son compensados por sus aciertos en otras materias (por ejemplo, la justicia social).

En suma, la expresión “valores no negociables en la vida política” se traduce en la convicción de que hay errores fundamentales que descalifican absolutamente a un programa político, porque tienden a construir una sociedad inhumana.

Daniel Iglesias Grèzes


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12 comentarios

  
Leonardo
Estimado Daniel: una conocida candidata política, abortista, que piensa que un ser humano antes de su nacimiento es un conjunto de células y no tiene los mismos derechos, y vaya a saber que es persona, hace poco escribió oronda, que en su movimiento político pro-abortista, hay también cristianos.

Y tiene razón, porque cristianos, entre otros, fueron fundadores de ese movimiento. Cristianos que "se creyeron" el asunto de los compañeros de ruta, en general subyugados por un paradigma conservador-progresista, más falso que moneda de tres pesos.

Habría que avisarles a los cristianos que están metidos en ese lugar, que su guerra ha terminado, que definitivamente la perdieron, si es que alguna vez soñaron con un compañerismo de ruta utópico, y que hoy por hoy están ahí meramente para que una fuerza política se jacte de tener "cristianos" entre sus filas que, por cierto, protestarán tímidamente contra la ley del aborto... sin el menor efecto real. Y eso sí es patético. Por supuesto me refiero a los católicos.

La vida cambia, los tiempos cambian, y lo verdaderamente "progresista" es darse cuenta de que el abortismo y el gaymonio son atávicos, regresivos y conservadores. Por este camino, vamos hacia clanes tribales, poligamia, etc.

09/03/14 2:09 PM
  
María de las Nieves
La vida es un valor si,pero los seres humanos vivos no somos valores, somos alguien concretos, personas reales, si, desde el ZIGOTO.

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DIG: Los valores están en los seres mismos. Cada ser humano tiene un valor infinito.

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No disponemos nosotros de empezar así nuestra vida encarnada ,es así, por tanto si ya estamos y somos sujetos, dejamos de ser un valor para convertirnos ya en un ser concreto, al que necesariamente se le va a reclamar un deber para cada uno de nosotros, y también tiene derechos, los primeros los padres.

Si, un hijo es un deber, no es un gusto propio,pero es un deber que necesariamente debo asumir, ya que sin padres nunca habrá vida humanana, familia, ni sociedad,ni Estado.

Venimos a esta Tierra como varón o como mujer, así es nuestro ADN ,en todas nuestras células somos seres sexuados, no podemos dejar de serlo,la tendencias de la sexualidad es algo intimo, no hay razón para ser legislado,no es hombre, ni mujer, no es una persona,es eso una tendencia.

¿Por qué se legisla el matrimonio? porque es un bien para toda la comunidad, la unión de un hombre y una mujer de cara a la descendencia, no por su tendencia heterosexual,sino por ser el marco vital de los hijos, legislar hombres juntos y mujeres juntas, no ofrece el marco familiar que es necesario a la sociedad por imposibilidad vital de tener hijos.

Por eso aunque se asocien iguales, no cumplen los fines del matrimonio, como comunidad de vida y de amor, no niego bajo ningún concepto que dos iguales no se amen, pero no es un matrimonio.

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DIG: Según la doctrina católica, las uniones homosexuales son un grave mal moral y social, por lo que en cuanto tales uniones no pueden ser fuentes de derechos.

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La libertad es el marco del crecimiento vital de todos los seres humanos como bien propio y de los demás, la libertad no es hacer lo que quiero es el bien necesario educativo para mí y para los otros, en ese sentido es un valor,que mis padres eligen para mí,yo como pequeña aún no sé, mi deber es obedecer.

La libertad religiosa es lo máximo del crecimiento y de la aspiración del ser humano como bien Absoluto, ej Dios, este Dios es para todos los hombres, aunque tenga distintos enviados en las diversas religiones.
EL Estado y la forma de gobierno es elegido con los gobernantes ,pero en el ej de la vida humana origen, no puede ser democrático, la vida de cada uno es su absoluto y se les pide protección para los no nacidos, lo demás es una incoherencia moral y mortal, ej el aborto por ser atentado a un ser humano.
LA PERSONA EN SU SER ESENCIAL ES INTOCABLE
09/03/14 7:21 PM
  
Maru Tadeo
GRACIAS por defender nuestros principios y valores, por estar presentes. En DF, los partidos de izquierda empezaron a "defender a los mas necesitados" farsantes, matrimonios gays, aborto y van por marihuana = Perdición
09/03/14 7:42 PM
  
Ricardo de Argentina
Muchas gracias Daniel por el artículo, que echa luz en una cuestión importante.

Fue en los comentarios de una noticia de este portal adonde se afirmó que "los valores son valores y punto". Lo cual en principio me convenció, pero ahora veo que tienes razón en tu argumentación: no todos los así llamados "valores" tienen para un católico la misma entidad.

Benedicto XVI tenía muchísima razón al establecer la categoría de valores "no negociables", trazando una raya roja que no se puede traspasar en NINGUNA circustancia. Por más que te ofrezcan muchísimo a cambio no debes aceptar que se los ningunee, porque esos valores, sencillamente, NO TIENEN PRECIO.
Y lo que no tiene precio no se puede negociar, valga la analogía.

Poniendo ejemplos concretos: si un partido político no tiene una posición clara en contra del gaimonio (en todas sus variantes) y del aborto (también en todas sus infinitas variantes), no se les puede votar y muchísimo menos, sumársele como dirigente.
09/03/14 8:12 PM
  
Gloria
Extraordinariamente claro tu artículo. La semana pasada leí otro que me dejó bastante confundida, fundamentalmente por el nivel de quien le quitaba el piso a ideas con las que yo concordaba, y por el nivel de aquel que había enunciado esas ideas que me parecían luminosas y acertadísimas y que eran objetadas.
No me sentí nada cómoda después de su lectura, considerando que hay, incluso, algún movimiento o partido político que las hizo suyas para la fundamentación de su ideario.
Lo más seguro es que yo no supe entender el fondo de lo que se declaraba y por tal razón mi confusión, que no es más que una muestra de mi ignorancia.
Pero, por eso mismo, agradezco mucho este artículo tuyo, porque es pedagógico y fundamentado, y a aquellos que, como yo, hayamos quedado con un sabor agrio en la boca nos ayuda a despejar la perplejidad, y a ordenar de nuevo nuestro alfabeto mental.
Muchas gracias.
09/03/14 8:58 PM
  
Juan de los Palotes
Creo que la misma expresión "valores" es cuestionable y de raíz kantiana. Lo mismo sobre "escala de valores", que es relativista. Si habláramos de "bien", no habría ninguna negociación posible.

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DIG: "Valor" en sentido filosófico es una expresión moderna, pero no necesariamente relativista. Los valores están en las cosas mismas y por ende, dado que hay una jerarquía de los seres, hay una jerarquía de los valores (o bienes).
09/03/14 10:04 PM
  
Daniel Iglesias
Por si no ha quedado claro, pongo otro ejemplo. Un político católico puede tener sus razones y argumentos para sostener que el Gobierno nacional debería dedicar el 6% del PBI a la educación, pero esas razones no están en la Palabra de Dios ni se deducen de ella. Por lo tanto si, negociando con otro político que piensa que ese porcentaje debería ser el 5%, llega a un acuerdo con él para impulsar una meta del 5,5% en equis años, no comete en principio ninguna inmoralidad. El 6% del PBI para la educación es un valor político discutible y negociable. Se puede llegar legítimamente a un compromiso al respecto.

En cambio la libertad religiosa en el sistema educativo es un valor o principio no negociable para un católico (como debería serlo para todos). El deber de respetar la libertad religiosa se deduce de la Divina Revelación y es afirmado por la doctrina católica.
10/03/14 1:32 PM
  
Ricardo de Argentina
Ciertamente Daniel, el ejemplo que pones de la Libertad Religiosa como un valor NO NEGOCIABLE para un católico es excelente.
Y oportuno, porque habría que recordarle a tanto cientificista materialista y racionalista, a tanto ideólogo que se atreve a eructar el tópico del "oscurantismo" de la Iglesia, que la orgullosa "ciencia" moderna tiene su origen en las Universidades Católicas. Y que las dichas universidades provienen de los Colegios adjuntos a las parroquias de la Edad Media. Y que los tales colegios enseñaban básicamente las ciencias divinas, y complementariamente las profanas.
Por lo tanto los colegios, escuelas y universidades deberían enseñar en primer lugar a salvar el alma, que es lo que importa. Quien no entienda esto, no es católico.
Y a los infieles habría que señalarles que ya llevamos bastante olvidándonos de Dios en las escuelas y universidades y las consecuencias no pueden ser más desastrosas: son fuente de promiscuidad, de drogadicción y de violencia (lo del "bullying" que se da todos los días clama al Cielo). Y porsi esto fuera poco, cada día que pasa se reduce aún más su ya escasa capacidad de divulgar los saberes profanos.

¿Qué es lo que estamos esperando para cambiar este alarmante estado de cosas?
10/03/14 2:58 PM
  
Luis I. Amorós
Un artículo muy útil, Daniel. Gracias.
10/03/14 5:36 PM
  
Alfonso Carles
Es Cristo mismo quien establece una escala de valores al definir los bienes que se deben buscar primero (Mt. 6,32).
Al ponerlos todos en el mismo nivel (aún con la intención de reforzar la idea primigenia), se terminará por negociar todo. Tal como, de hecho, sucede.
11/03/14 3:27 PM
  
Gregory
Establecer como no negociables ciertos valores es una ayuda bastante util para el discernimiento ante los programas de gobierno. Este argumento es muy valedero lo comparto.
11/03/14 8:27 PM
  
Antonio1
Tampoco entiendo que su artículo anterior esté motivado por unas palabras del papa y se oculte este hecho al léctor.

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DIG: Es una pena que no lo entiendas.

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De hecho yo no había leído la entrevista aún cuando lo escribió y no entendía el sentido del artículo. También son muy matizables muchas de las afirmaciones que usted allí realiza, como equiparar en gravedad o innegociabilidad temas tan importantes como la defensa de la vida y otros sobre legislación en materia de moral sexual.

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DIG: No soy sólo yo, sino la doctrina católica la que considera como un valor ético fundamental la defensa de los derechos naturales del matrimonio y de la familia.

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Y en muchos casos aquellos que se les llena de boca hablando de valores innegociables en materia sexual son verdaderos relativistas y descafeinadores del evangelio en materia de compromiso con los pobres y desprendimiento de las riquezas.

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DIG: Creo sinceramente no haber incurrido en ese error. Sin embargo, es necesario reconocer que, por la naturaleza misma de sus respectivos asuntos (o sea, la mucho mayor complejidad de la moral social con respecto a la moral sexual) es muy comprensible que los preceptos de la moral sexual católica sean mucho más concretos que los preceptos de la moral social católica.

Lo explico con un ejemplo: si un católico uruguayo sostiene que el programa de gobierno del Partido Nacional no es compatible con la fe cristiana porque es contrario a la justicia social, esa opinión suya puede ser respetable, pero no pasa de ser una opinión privada y discutible, que no se deduce inexorablemente de la doctrina católica y de la realidad objetiva. Si en cambio otro católico (o el mismo) sostiene que no es lícito votar a un partido político cuyo programa de gobierno incluye la legalización del aborto, esa opinión suya no es más que la aplicación estricta de la doctrina católica a un caso particular.

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Alterando gravemente el orden de importancia cuantitativa y cualitativa que a esas cuestiones otorgaba Nuestro Señor Jesucristo:

" El problema entonces aparece cuando el mensaje que anunciamos aparece entonces identificado con estos aspectos secundarios que, sin dejar de ser importantes,MPR sí solos no manifiestan el corazón del mensaje de Jesucristo".
Evangelii Gaudium.

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DIG: La clave de esta frase es la expresión "aparece identificado". Cuando los católicos pro-familia defienden el matrimonio natural y el matrimonio sacramental, no "identifican" ese aspecto parcial con todo el Evangelio, pero sí insisten sobre un aspecto muy importante de éste que hoy muchos quieren minimizar, relegar al olvido o simplemente negar.
13/03/14 11:55 AM

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