Reflexiones sobre la necesidad actual de la apologética
1. La apologética: definición y valor
La apologética es la ciencia que demuestra racionalmente la credibilidad de la fe y defiende a la fe de los ataques que pretenden invalidarla o desestimarla. Estudia y prueba los fundamentos racionales de la fe cristiana y católica (los “preámbulos de la fe”) y defiende de las críticas a las principales verdades de esa fe. La apologética católica clásica se estructura en tres partes, que se refieren respectivamente a la fe en Dios, la fe en Jesucristo y la fe en la Iglesia Católica. Se las solía denominar así: demostración religiosa, demostración cristiana y demostración católica.
Las demostraciones apologéticas operan de un modo distinto que, por ejemplo, las demostraciones matemáticas. El conocimiento de una demostración matemática produce de por sí un conocimiento matemático, dado que éste es un producto de la “razón pura”, por así decir. En cambio, la fe –nos dice la doctrina católica– es un acto de la inteligencia imperado por la voluntad, movida por la gracia de Dios, por el cual el hombre asiente a la Divina Revelación y se adhiere a ella. Por lo tanto, es un acto que involucra a toda la persona, no sólo a su razón. Además de una dimensión intelectual, tiene una dimensión moral. Esto explica por qué tener grandes conocimientos de apologética no es condición necesaria ni condición suficiente para la fe. Por un lado, Dios puede conceder el don de la fe a personas sencillas que tienen pocos conocimientos apologéticos; y, por otro lado, puede suceder que alguien sea erudito en apologética y no tenga fe, por ejemplo por no tener una disposición moral adecuada.
¿Cuál es entonces el valor de la apologética? La fe tiene un carácter racional, por lo cual exige un conocimiento (aunque sea mínimo) de las razones que la hacen creíble. La fundamentación científica de los motivos de credibilidad ayuda a adquirir un conocimiento teológico más pleno de la fe y a convertir en certeza refleja la certeza vulgar que muchos cristianos tienen sobre el hecho de la Revelación y sobre la obligación moral de creer en ella. Además, la apologética satisface el interés de los numerosos cristianos que no se conforman con tener dicha certeza vulgar y desean saber con precisión las razones por las que se conoce que Dios nos ha hablado, el modo como lo ha hecho y el valor de la fe. Por esto la apologética sirve también para estimar la fe y desearla.
2. Crisis de la apologética
La tradición católica concede gran importancia a la apologética. Lamentablemente, en los últimos 50 años (después del Concilio Vaticano II) la apologética católica sufrió un eclipse muy notorio y casi generalizado, debido a influjos protestantizantes y liberalizantes en el pensamiento católico. Incluso la misma palabra “apologética” cayó bastante en desuso en el ámbito teológico y hasta suele estar mal vista, habiendo sido sustituida sobre todo por la expresión “teología fundamental”.
La actual teología fundamental incluye la disciplina antes denominada apologética, pero no se identifica simplemente con ella. Podría decirse que la teología fundamental tiene dos partes, una que en esencia coincide con la antigua apologética (aunque hoy se practique de forma diferente) y otra que podríamos denominar “teoría del conocimiento teológico”. En la práctica parece prevalecer el interés en esa segunda parte. Muchas obras contemporáneas de teología fundamental suelen estar más orientadas al estudio dogmático de las nociones de “revelación” y “fe” o al estudio del método de la ciencia teológica que a la demostración de la racionalidad de la fe católica.
En el descuido del enfoque propiamente apologético ha incidido la influencia de la teología protestante en la actual teología católica. En el marco de la clásica contraposición protestante entre la fe y las obras, los protestantes tienden a ver a la apologética como una mera obra de la razón, una de las obras humanas contrapuestas a la gracia de Dios y a la fe (“sola gracia” y “sola fe”, sin las obras, son principios protestantes) que no pueden contribuir a la salvación del hombre. La tendencia fideísta del protestantismo conduce a despreciar el esfuerzo racional para fundamentar la credibilidad de la fe. La fe cristiana sería tanto más pura cuanto menos se apoyara en la luz de la razón y más se asemejara a un salto hecho a ciegas.
En esta cuestión se debe considerar también el influjo del liberalismo en la teología católica contemporánea (sobre todo en la teología “progresista”). Los liberales tienden a ver falsamente a la apologética como un intento intolerante o fanático de imponer la propia fe a los no creyentes. En esta óptica distorsionada, la apologética se opone al espíritu de diálogo y a la convivencia pacífica.
3. Necesidad actual de la apologética
En la perspectiva católica, en cambio, el hombre contribuye a la obra divina de la redención por medio de su respuesta libre a la gracia de Dios (respuesta que, también ella, si es positiva, es obra de la gracia); y resulta sumamente lógico y “natural” que el cristiano procure compartir con los demás la alegría de la fe y la esperanza de la salvación, sin recurrir a violencia alguna, confiando en la fuerza intrínseca de la verdad revelada por Dios en Cristo.
En el post-concilio se han manifestado claramente en la Iglesia Católica actitudes anti-intelectuales y anti-apologéticas, con consecuencias muy negativas para el pueblo fiel. Se ha debilitado en muchos católicos el arraigo del árbol de la fe en el terreno racional de los “preámbulos de la fe” y se ha dejado a muchos fieles casi indefensos frente al ataque doctrinal de los muchos adversarios de la Iglesia, por ejemplo sectas y nuevos movimientos religiosos.
Por otra parte, en los últimos años se han manifestado con fuerza en Occidente formas de ateísmo y laicismo agresivamente antirreligiosas, y especialmente anticatólicas. Sin duda los cristianos no debemos reaccionar con violencia frente a los cada vez más frecuentes ataques e irreverencias contra lo sagrado cristiano; pero tampoco cabe que nos crucemos de brazos, indiferentes.
Aunque la vieja apologética católica incurrió a veces en tendencias racionalistas o en excesos polémicos, cumplió un rol positivo y necesario. El descuido de la apologética es una de las causas de la actual crisis eclesial. La apologética renovada es un componente esencial de la nueva evangelización requerida en los países de tradición cristiana.
4. Signos de una revalorización de la apologética
Gracias a Dios, hoy es posible apreciar varios signos de una tendencia, cada vez más clara, hacia una revalorización de la apologética.
La Providencia ha querido preservar a la Iglesia Católica en los Estados Unidos de América de la crisis general de la apologética católica. En realidad, en Estados Unidos la apologética católica no sólo ha sido conservada, sino que ha vuelto a florecer en las últimas décadas, por medio de las obras de muchos magníficos apologistas (en su mayoría laicos). Algunos de los principales exponentes del vibrante ambiente de la apologética católica norteamericana contemporánea son Jimmy Akin, Scott Hahn, Karl Keating, Peter Kreeft, Stephen Ray, Tim Staples y Michael Voris. A medida que estos autores van ganando influencia también más allá de los Estados Unidos, están contribuyendo a la revitalización de la apologética católica a nivel mundial.
Por otra parte, en paralelo con el descuido de la apologética católica en el ámbito académico, debido en parte a una “apertura al mundo” bastante mal entendida en muchos sectores católicos, se constata un hecho que, aunque hoy ya es evidente, no ha sido debidamente subrayado por muchos observadores: en Internet se está produciendo una especie de renacimiento o relanzamiento de la apologética católica.
Además, conviene citar tres pronunciamientos recientes del Magisterio de la Iglesia que apuntan en la misma dirección.
En primer lugar, citaré un texto de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, reunida en 2007 en Aparecida (Brasil): “Hoy se hace necesario rehabilitar la auténtica apologética que hacían los Padres de la Iglesia como explicación de la fe. La apologética no tiene por qué ser negativa o meramente defensiva per se. Implica, más bien, la capacidad de decir lo que está en nuestras mentes y corazones de forma clara y convincente, como dice San Pablo “haciendo la verdad en la caridad” (Ef 4,15). Los discípulos y misioneros de Cristo de hoy necesitan, más que nunca, una apologética renovada para que todos puedan tener vida en Él.” (Documento de Aparecida, n. 229).
En segundo lugar, citaré un texto del último Sínodo de los Obispos, reunido en 2012 para tratar el tema de la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana.
“Proposición 17: Preámbulos de la fe y teología de la credibilidad
En el contexto contemporáneo de una cultura global, muchas dudas y obstáculos causan un extendido escepticismo e introducen nuevos paradigmas de pensamiento y vida. Es de una importancia primordial, para una Nueva Evangelización, subrayar el rol de los Preámbulos de la Fe. Es necesario, no sólo mostrar que la fe no se opone a la razón, sino también destacar una serie de verdades y realidades que se refieren a una antropología correcta, que es iluminada por la razón natural. Entre ellas están el valor de la Ley Natural y las consecuencias que tiene para toda la sociedad humana. Las nociones de “Ley Natural” y “naturaleza humana” son susceptibles de demostraciones racionales, tanto en el nivel académico como en el popular. Tal desarrollo y emprendimiento intelectual ayudará al diálogo entre los fieles cristianos y las personas de buena voluntad, abriendo una vía para reconocer la existencia de un Dios Creador y el mensaje de Jesucristo, el Redentor.
Los Padres Sinodales piden a los teólogos que desarrollen una nueva apologética del pensamiento cristiano, es decir una teología de la credibilidad adecuada para una Nueva Evangelización. El Sínodo llama a los teólogos a aceptar y responder a los desafíos intelectuales de la Nueva Evangelización participando en la misión de la Iglesia de anunciar a todos el Evangelio de Cristo.”
(XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Proposición 17; véase: http://www.vatican.va/news_services/press/sinodo/documents/bollettino_25_xiii-ordinaria-2012/02_inglese/b33_02.html. Esa página contiene una versión no oficial en inglés de las proposiciones finales del Sínodo. La traducción al español es mía).
Por último, citaré un texto del Papa Francisco: “El anuncio a la cultura implica también un anuncio a las culturas profesionales, científicas y académicas. Se trata del encuentro entre la fe, la razón y las ciencias, que procura desarrollar un nuevo discurso de la credibilidad, una original apologética [109] que ayude a crear las disposiciones para que el Evangelio sea escuchado por todos. Cuando algunas categorías de la razón y de las ciencias son acogidas en el anuncio del mensaje, esas mismas categorías se convierten en instrumentos de evangelización; es el agua convertida en vino. Es aquello que, asumido, no sólo es redimido sino que se vuelve instrumento del Espíritu para iluminar y renovar el mundo.” (Papa Francisco, exhortación apostólica Evangelii Gaudium, n. 132; la nota 109 dice: “Cf. Propositio 17”).
5. Algunas propuestas prácticas
En un artículo anterior sostuve la conveniencia de intensificar mucho el contenido apologético de la catequesis e incluso propuse la elaboración de un Catecismo Apologético, complementario al valiosísimo Catecismo de la Iglesia Católica y a otros excelentes catecismos actuales.
Ahora quiero subrayar la importancia de otras dos iniciativas prácticas: a) la formación apologética de los seminaristas; b) la incorporación de la apologética en las homilías.
Acerca del primer punto, pienso que habría que elaborar nuevos manuales de apologética que presenten de forma sintética y convincente el conjunto completo de los fundamentos racionales de la fe católica, en diálogo con los hombres de nuestro tiempo y tomando en cuenta el estado actual de los conocimientos científicos, filosóficos, históricos, bíblicos y teológicos.
Acerca del segundo punto, pienso que hay que evitar los dos extremos: tanto la ausencia o el defecto (hoy demasiado frecuentes) como el exceso de la apologética en las homilías. En este sentido, probablemente sería útil preparar guías homiléticas que tomen debidamente en cuenta el factor apologético.
Daniel Iglesias Grèzes
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20 comentarios
Este concepto se suele usar cuando por ejemplo desde la Iglesia se da una opinión sobre un tema polémico contraria a la que se desearía, y sin embargo no tiene lógica desde el punto de vista de quienes en teoría defienden la libertad, ¿todo el mundo tendría derecho a manifestar su opinión sobre cualquier tema menos los católicos?. Si los católicos cuando se manifiestan sobre un tema intentan imponer sus creencias, ¿no harían lo mismo liberales, socialistas, etc, cuando manifiestan sus opiniones a los que no piensan como ellos?.
Sin apologética y la atención a los "derechos" de la razón, la fe puede reducirse y verse como un puro sentimiento. Y, además, subjetivo.
Muchas gracias por el artículo.
¿Podría recomendarnos alguna obra concreta para empezar? (En tanto no se publique ese Catecismo Apologético que tantos quisiéramos tener)
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DIG: Muchas gracias, María.
Como respuesta parcial a su pregunta, reproduzco aquí la bibliografía recomendada en un libro mío de apologética ("En el principio era el Logos").
Bibliografía
A quienes deseen profundizar en los temas tratados en el presente libro les ofrezco las siguientes referencias bibliográficas y de sitios web. Hago una recomendación general: toda la colección de libros de la Editorial Herder denominada “Curso de Filosofía Tomista” es muy buena.
1. Introducción a la filosofía
• J. M. Bochenski, Introducción al pensamiento filosófico, Editorial Herder, Barcelona 1986.
• Mariano Artigas, Introducción a la Filosofía, Libros de Iniciación Filosófica 7, Ediciones Universidad de Navarra S.A. (EUNSA), Pamplona 1990.
• Jacques Maritain, Introducción a la Filosofía, Club de Lectores, Buenos Aires 1985.
• Roger Verneaux, Introducción general y Lógica, Curso de Filosofía Tomista 1, 6ª edición, Editorial Herder, Barcelona 1989.
• Eudaldo Forment, Id a Tomás. Principios fundamentales del pensamiento de Santo Tomás, 2ª edición, Fundación Gratis Date, Pamplona 2005.
• Etienne Gilson, Elements of Christian Philosophy, Doubleday & Company Inc., Garden City – New York 1960.
• Mortimer J. Adler, Ten Philosophical Mistakes, Touchstone, New York 1996.
2. Teología natural
• Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1955.
• Michel Grison, Teología Natural o Teodicea, Curso de Filosofía Tomista 6, Editorial Herder, Barcelona 1985.
• Otto Muck, Doctrina filosófica de Dios, Biblioteca de Teología 6, Editorial Herder, Barcelona 1986.
• Béla Weissmahr, Teología natural, Curso Fundamental de Filosofía 5, Editorial Herder, Barcelona 1986.
• R. Garrigou-Lagrange, Dios. La existencia de Dios, Ediciones Palabra, 2ª edición, Madrid 1980.
3. Ateísmo y crítica religiosa
• Roger Verneaux, Lecciones sobre el ateísmo contemporáneo, Biblioteca Hispánica de Filosofía, Editorial Gredos, Madrid 1971.
• Claude Tresmontant, Los problemas del ateísmo, Bibioteca Herder, Sección de Teología y Filosofía, Volumen 141, Editorial Herder, Barcelona 1974.
• Karl-Heinz Weger, La crítica religiosa en los tres últimos siglos. Diccionario de autores y escuelas, Editorial Herder, Barcelona 1986.
4. Ciencia, razón y fe
• Mariano Artigas, Ciencia y fe: nuevas perspectivas, EUNSA, Pamplona 1992.
• Claude Tresmontant, Ciencias del universo y problemas metafísicos, Editorial Herder, Barcelona 1978.
• Jean Guitton-Igor y Grichka Bogdanov, Dios y la ciencia, 2ª edición, Emecé Editores, Buenos Aires 1992.
• Lee Strobel, The Case for a Creator, Zondervan, Grand Rapids – Michigan, 2004.
• Stanley L. Jaki, Maybe Alone in the Universe, After All, Real View Books, Pinckney – Michigan 2000.
• Stanley L. Jaki, Science and Religion: A Primer, Real View Books, Port Huron – Michigan 2004.
• Stanley L. Jaki, The Brain-Mind Unity: The Strangest Difference, Real View Books, 2004.
• Universidad de Navarra, Grupo de Investigación sobre Ciencia, Razón y Fe (CRYF) – http://www.unav.es/cryf
• Science, Theology and the Ontological Quest II – http://stoqnet.org
5. Darwinismo
• Stanley L. Jaki, Evolution for Believers, Real View Books, Pinckney – Michigan 2003.
• Phillip E. Johnson, Darwin on trial, InterVarsity Press, 1993 (edición en español: Juicio a Darwin, Homolegens, 2007).
• Michael J. Behe, Darwin’s Black Box: The biochemical Challenge to Evolution, Free Press, New York 1996 (edición en español: La caja negra de Darwin: el reto de la bioquímica a la evolución, Andrés Bello, 1999).
• Jonathan Wells, Icons of Evolution: Science or Myth? Why Much of What We Teach about Evolution Is Wrong, Regnery Publishing, New York 2000.
• William A. Dembski, Design Inference Website – http://www.designinference.com
• Dissent from Darwin - http://www.dissentfromdarwin.org
6. Antropología filosófica
• Roger Verneaux, Filosofía del hombre, Curso de Filosofía Tomista 5, 10ª edición, Editorial Herder, Barcelona 1988. En este libro Verneaux presenta con prodigiosa claridad toda una serie de temas difíciles y complejos.
• Joseph Gevaert, El problema del hombre. Introducción a la Antropología filosófica, 9ª edición, Ediciones Sígueme, Salamanca 1993. En este libro Gevaert analiza, desde una perspectiva menos tradicional, algunos temas no tratados en la obra citada de Verneaux.
7. Estudio de las religiones
• Paul Poupard, Las religiones, Editorial Herder, Barcelona 1989.
• Franz König, El cristianismo y las religiones de la tierra, Ediciones Paulinas, Madrid 1970.
8. Apologética: demostración religiosa
• Blaise Pascal, Pensamientos, Historia del pensamiento 32, Ediciones Orbis S.A., Barcelona 1977; especialmente las pp. 27-168.
• John Henry Newman, Ensayo para contribuir a una Gramática del Asentimiento, Ediciones Encuentro, Madrid 2010.
• G. K. Chesterton, Ortodoxia, Colección Austral, Edición Espasa-Calpe, Madrid 1946.
• G. K. Chesterton, El hombre eterno, Colección Club de Escritores, Libreros y Editores Asociados, Buenos Aires 1987; especialmente la Primera Parte: Sobre la criatura llamada hombre.
• C. S. Lewis, Mero cristianismo, 6ª edición, Ediciones Rialp, Madrid 2009; especialmente las pp. 21-67.
• Cardenal Paul Poupard, Felicidad y fe cristiana. Estudio del Consejo Pontificio para el diálogo con los no creyentes, Editorial Herder, Barcelona 1992.
• Gran Enciclopedia Rialp – Voces “Apologética”, “Ciencia IV”, “Razón II”, “Teología Fundamental”, “Religión III”, “Fe III”, “Revelación III”, “Credentidad”, “Motivos de Conversión II” – http://www.canalsocial.net
Y pongo un ejemplo paralelo: Un buen profesor de matemáticas le dirá a sus alumnos "dos más dos es cuatro". Uno malo dirá: "En este libro DICE que dos más dos es cuatro, por lo tanto, deberíamos creerle, porque este libro fue escrito por un connotado matemático y seguramente debe tener razón, aunque yo no pueda entenderlo ni demostrarlo".
Los apologistas se parecen demasiado al mal profesor de matemáticas. Con un desastroso resultado para los alumnos, que no solo se aburren sino que no aprenden, cuando no se quedan con más dudas que antes.
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DIG: Si estás en desacuerdo con que es necesario volver a practicar la apologética, estás en desacuerdo con el Papa, el Sínodo de los Obispos y la Conferencia General del Episcopado de América Latina.
No sé en qué se basa tu mal concepto sobre "los apologistas" ni a quiénes llamas "apologistas". Podría coincidir contigo si dijeras, en cambio, que muchos (por cierto no todos ni casi todos) los catequistas tienen una mala formación en teología (en general, no sólo en teología fundamental).
Masacre de San Bartolomé.
EL concilio de Macon (585), y la mujer sin alma.
La supuesta aprobación pontificia de la mutilación de los castrati.
El Malleus Maleficarum
Mitos relativos a la relación Ciencia y Fé: Viruela y vacuna, diseccion de cadaveres, anestesia en el parto, el presunto rechazo clerical al pararrayos, la locura como posesión diabolica, la
supuesta excomunión papal del cometa Halley, etc.
Los misioneros y la trata de negros.
Calumnias contra el papado : León X , la "fábula de Cristo" y la Taxa Camara ; Inocencio VIII y la transfusión de la sangre...
EL AÑO 1000 y el fin del mundo
Dice el diccionario que apologética es la ciencia que expone las pruebas y fundamentos de la verdad de la religión católica, y sería lo contrario al ejemplo que pones, no es quedarse en la literalidad de los textos es además "explicar", y como dice Alfonso, también sirve para desmontar mitos.
Con respecto a la primera parte de la apologética, la fe en Dios, creo util explicitar dos componentes dentro de ella.
1. El teismo basico: la existencia de Dios (el Ser Subsistente, absoluta plenitud del ser y de toda perfeccion, eterno e inmutable, que creó de la nada todo lo que existe fuera de El y lo sostiene en el ser.)
2. Sobre lo anterior, lo que yo llamo "teismo antropocentrico" (bien entendido este adjetivo, no preparen todavia la hoguera). Esto comprende los siguientes conceptos:
2.a. Los seres humanos somos importantes para Dios (por puro amor gratuito suyo, no porque El nos necesite en lo mas minimo.) Especificamente, Él creó el universo para nosotros.
2.b. La relación con Dios es la dimension mas importante de nuestra vida. Específicamente, tenemos un alma espiritual que subsiste después de la muerte, y su estado después de la muerte dependerá de la calidad de nuestra relacion con Dios en esta vida.
Yo percibo que este componente "antropocentrico" del teismo es mas dificil de demostrar a nivel filosofico que el primero, el teismo basico. Y no hay que subestimar su importancia, porque alguien puede decir: "OK, el Big Bang y el fine tuning del universo revelan un Creador inteligente. Pero deducir de eso que somos mas importantes para El que los chimpances es un salto conceptual que no parece tener mucho fundamento."
Mas aun, este aspecto "antropocentrico" del teismo es el fundamento filosofico de la ley natural, juntamente con estos otros dos puntos, que si estan aceptados los dos anteriores son bastante logicos:
2.c. Nuestro comportamiento es importante para la calidad de nuestra relacion con Dios. Especificamente, para una buena relacion con Dios debemos hacer su voluntad.
2.d. La voluntad de Dios es esencialmente el mayor bien de todos y cada uno igualmente. Dado que cada persona es un agente libre e inteligente de su propio bien y del de su projimo, y definiendo "amar una persona humana" como "desear y procurar el bien de una persona humana", entonces la voluntad de Dios es esencialmente que cada persona se ame a si mísmo y a su prójimo como a sí mismo.
Si los puntos 2.* no estan firmemente asentados, el concepto de ley natural como lo entiende la Iglesia Catolica (que de paso es ajeno al resto del mundo excepto notablemente los sikhs), no tiene fundamento, y no hay ninguna buena razon por la que, por ejemplo, un grupo de seres humanos no trate a un grupo competidor de la misma manera que un grupo de chimpances lo hace con un grupo competidor (matandolos a todos, por si no lo saben).
Yo he leido en el blog de Feser la demostracion de la espiritualidad y consecuente inmortalidad del alma a partir de la capacidad de pensamiento abstracto. Para serte sincero, no percibo que sea un argumento que tenga contundencia sobre una audiencia que se extienda mucho mas alla de tu colega Nestor y vos. Por eso, me parece mucho mas util en la practica mostrar simplemente la plausibilidad de la parte "antropocentrica" del teismo y pasar directamente al cristianismo. O sea, mostrar simplemente que es razonable, a nivel filosofico, dejar abierta la posibilidad de que Dios nos haya dado un alma espiritual, y que la seguridad al respecto provenga de la fe en Cristo. Porque si queremos mostrar, a nivel filosofico, que el alma espiritual "existe" y no simplemente que "es razonable que pueda existir", tal vez no pasemos nunca a la siguiente etapa, o sea a lo especificamente cristiano.
Para los interesados y con tiempo de leer, el tema de la utilidad practica de una apologetica a nivel filosofico del concepto de ley natural fue objeto de debate en 2013 entre Feser y el teologo ortodoxo David Bentley Hart.
Aclaro por si acaso que NO estoy diciendo que el concepto de ley natural no tenga validez propia a nivel filosofico. Me refiero solamente a su utilidad practica a nivel apologetico.
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DIG: Muchas gracias, Juan.
También la espiritualidad e inmortalidad del alma humana son "preámbulos de la fe", que la apologética debe considerar.
La filosofía tomista demuestra la espiritualidad del alma humana por ejemplo a partir del carácter inmaterial del conocimiento, uno de los actos del alma. Aunque en su forma rigurosa, esa demostración (y otras similares) no sea muy fácil de entender, pienso que bien vale la pena exponerla, porque muchos pueden captar en mayor o menor grado su razonabilidad y plausibilidad. Aunque alguien en particular no entienda del todo esa clase de pruebas, éstas, en la práctica, pueden ser un buen apoyo para su fe.
Estos hallazgos son dos, uno teorico y otro observacional. Obviamente si ambos apuntan en direcciones distintas, el observacional debe primar.
Y ya anticipo la buena noticia: el hallazgo observacional favorece la cosmologia biblica. Pero empiezo por el otro, porque es el que hace que el tema sea importante.
Como Uds saben, la Relatividad general y la mecanica cuantica son teorias incompatibles. Una teoria que se ha desarrollado ultimamente para compatibilizarlas es la Loop Quantum Gravity (LQG), que aplicada a cosmologia da lugar a la Loop Quantum Cosmology (LQC). Pues bien, los cientificos que desarrollan la LQC hallaron teoricamente en 2004 que un universo que está en contraccion, al llegar a una densidad muy grande, va a "rebotar" y comenzar una expansion (Big Bang). Por lo tanto, esta teoria apoya, en lo que ella respecta, la posibilidad de un universo ciclico.
Debido a esto es importante el hallazgo cientifico observacional que habia mencionado: en 1998, dos equipos de astronomos, observando el desplazamiento al rojo de un tipo de supernovas, hallaron que la expansion del universo se esta acelerando, no desacelerando, con la consecuencia de que el universo, en lo que a la ciencia respecta, va a expandirse indefinidamente.
Este hallazgo observacional, no solamente teorico, obviamente descarta a nivel practico la posibilidad de que haya otros universos luego de este. Pero tambien descarta la posibilidad de que este universo haya tenido su origen en uno anterior que se contrajo. Porque si este universo se va a expandir indefinidamente, en vez de llegar a un maximo y comenzar a partir de ahi una contraccion, ¿por qué un hipotetico "universo anterior" habria comenzado una etapa de contraccion? ¿qué tiene de especial este universo respecto a las hipoteticas "instancias anteriores", que haga que este universo se expanda indefinidamente mientras los anteriores llegaron a un maximo y luego se contrajeron? Obviamente nada, y la unica conclusion razonable es que no hubo tales "universos anteriores", sino que hubo una creacion de la nada que dio inicio a este universo.
A partir de la teoria Einstein–Cartan, tambien conocida como Einstein–Cartan–Sciama–Kibble, que es una generalizacion de la Relatividad General incluyendo un tensor de torsion y fue postulada en 1922, el investigador Nikodem Poplawski demostro en 2010 que un universo en contraccion, al llegar a una densidad muy grande, "rebotaria" iniciando una expansion (Big Bang).
Por eso es muy importante la observacion de 1998 (y de paso agrego, muchas veces confirmada desde entonces) de que la expansion del universo se esta acelerando, no decelerando, con la conclusion de que el universo se va a expandir indefinidamente.
Cuando el Papa hace apologética dice "hay que acompañar a los divorciados en su tragedia". Cuando un apologista cree hacer apologética lanza llamas del infierno sobre quien se acerca al sacramento de la reconciliación siendo divorciado. Hay una enorme diferencia.
No se preocupe, no tiene que publicarme. Yo sé que no está de acuerdo conmigo.
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DIG: En principio, el acompañamiento a los divorciados es una cuestión pastoral, no apologética; salvo que la persona divorciada haya perdido la fe, ya sea total o parcialmente (por ejemplo, la fe en la indisolubilidad del matrimonio), en cuyo caso entra a tallar la apologética.
Reitero que tus críticas a los apologistas no se aplican a la gran mayoría de los apologistas realmente existentes. Pienso que haces una generalización injusta, tal vez a partir de una mala experiencia particular, que no representa en absoluto al conjunto.
Es importante aclarar que las observaciones de la expansion acelerada del universo no contradicen las teorias en estado hipotetico que mencioné, Loop Quantum Cosmology y Einstein-Cartan, en sí mismas, sino solamente la posibilidad, que ambas teorias dejan abierta, de la existencia de un universo anterior que se contrajo.
Esto es, bien puede ser el caso de que una de estas teorias sea de hecho correcta, y describa mas correctamente que la teoria inflacionaria los momentos iniciales de la expansion del universo a partir de un estado inicial de densidad maxima. Lo que las observaciones mencionadas prueban es que es totalmente implausible que ese estado inicial de densidad maxima sea el resultado de la contraccion de un universo anterior.
www.biofides.eu/?lang=en
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DIG: Muchas gracias, Juan.
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DIG: Sí, pero no voy a ser yo quien lo organice o dirija.
En lo que Escoto discrepa con S. Tomás es que para Escoto, si bien hay argumentos probables para la inmortalidad del alma, estos argumentos no son demostrativos. O sea que él no piensa que la inmortalidad del alma puede ser probada por la razon humana sin la ayuda de la Revelacion. Básicamente, no le convence el argumento de Santo Tomas de que el no tener partes separables implica ser naturalmente indestructible. (Que a mí sí me convence, aclaro. Ademas está el argumento del sentido de la vida.)
Menciono a Escoto porque, si bien la escuela filosofica preferida por la Iglesia es la tomista, la escuela escotista nunca ha sido censurada por el Magisterio, siendo una suerte de "enclave de disenso permitido" dentro de la filosofia y teologia catolicas. Por otro lado, Escoto allanó el camino teologico para el dogma de la Inmaculada Concepcion.
Ademas está el caso de Tomas de Vio Cardenal Cayetano, que, siendo una figura importante del tomismo, confesó "Así como ignoro el misterio de la Trinidad, así ignoro que el alma es inmortal y las demas cosas que, sin embargo, creo." La cita la tome de libros del Padre Sayes, quien ademas agrega, como dato interesante, que en el concilio ecumenico Letran V, que en 1513 definio la inmortalidad del alma, el Papa Leon X habia pedido a los obispos que definiesen tambien que esa inmortalidad era demostrable por la razon, pero por la intervencion de dos obispos, uno de ellos Cayetano, no lo hicieron. El concilio definio solamente que la razón no puede demostrar la mortalidad del alma, porque "lo verdadero en modo alguno puede estar en contradicción con lo verdadero", pero no definio que la razón puede demostrar la inmortalidad.
Lo escribí en ingles porque los articulos estan en ingles o italiano. Los autores de los articulos en ingles son filosofos tomistas de primera linea, como McInerny (ya fallecido), Wippel y el ahora obispo Morerod, o teologos como el Card. Levada, el sucesor inmediato de Ratzinger al frente de la CDF.
www.vatican.va/roman_curia/pontifical_academies/san-tommaso/publications/dc10.pdf
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DIG: Muchas gracias, Juan.
¿Por qué no?
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DIG: Porque no tengo ni la capacidad, ni el tiempo ni los recursos necesarios.
El fundamento biblico que tengo en mente es la fe "natural" a la que se refiere Hebreos 11,6:
"sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan."
La fe a que se refiere el autor es la fe "teista filosofica" a la que se puede arribar por la razon, la misma fe por cuya ausencia San Pablo reprocha a los gentiles idolatras en Romanos 1,18-25. Y que por supuesto sigue siendo parte de la fe revelada.
Ahora bien, creer racionalmente que Dios "recompensa a los que le buscan" implica necesariamente, a partir de una vision realista de la suerte de justos e injustos en este mundo, creer racionalmente que esa recompensa se produce despues de la muerte. Y el hecho de que esa fe "racional" es exigida, como queda claro en los dos textos biblicos citados, implica que es posible. No se exige lo que no es posible.
El fundamento magisterial lo infiero a partir de lo que dice Pio XII en Humani Generis seccion 1, citado por Catecismo #37:
"la razón humana, sencillamente hablando, puede verdaderamente por sus fuerzas y su luz naturales, llegar a un conocimiento verdadero y cierto de un Dios personal, que protege y gobierna el mundo por su providencia, así como de una ley natural puesta por el Creador en nuestras almas,"
Si la razon humana no pudiese tambien, "por sus fuerzas y su luz naturales, llegar a un conocimiento verdadero y cierto" de la inmortalidad del alma, ¿cuál sería la FUERZA de la ley natural?
Este razonamiento está en linea con lo que dice Leon XIII en la encíclica Libertas, seccion 6:
"Tal es la principal de todas las leyes, la ley natural, escrita y grabada en el corazón de cada hombre, por ser la misma razón humana que manda al hombre obrar el bien y prohíbe al hombre hacer el mal.
Pero este precepto de la razón humana no podria tener fuerza de ley si no fuera órgano e intérprete de otra razón más alta, a la que deben estar sometidos nuestro entendimiento y nuestra libertad. Porque siendo la función de la ley imponer obligaciones y atribuir derechos, la ley se apoya por entero en la autoridad, esto es, en un poder capaz de establecer obligaciones, atribuir derechos y sancionar además, por medio de premios y castigos, las órdenes dadas; cosas todas que evidentemente resultan imposibles si fuese el hombre quien como supremo legislador se diera a sí mismo la regla normativa de sus propias acciones."
De nuevo, una vision realista de la suerte de justos e injustos en este mundo lleva a la deduccion necesaria de que los "premios y castigos" tienen lugar despues de la muerte.
Por lo tanto, sostener que la razón humana puede llegar a un conocimiento verdadero y cierto de la ley natural implica, no con relacion al contenido de la ley, o sea a los preceptos de la ley en sí mismos, sino al hecho de que la ley como tal tenga fuerza de ley, sostener que la razón humana puede llegar a un conocimiento verdadero y cierto de la inmortalidad del alma.
Conocimiento que tiene su fundamento, obviamente, no solamente por el lado moral sino por el ontologico, a partir del que, siendo el alma espiritual, al no tener partes materiales no tiende naturalmente a degradarse.
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