La caja negra de Darwin (12) – Ciencia, filosofía y religión
Comentario de: Michael J. Behe, Darwin’s black box: the biochemical challenge to evolution, Free Press, New York 2006; 10th anniversary edition, with a new afterword.
En el Capítulo 11 (“Ciencia, filosofía y religión”) el autor se plantea la siguiente cuestión: después de 40 años de grandes esfuerzos acumulados para investigar la vida en el nivel molecular, el resultado es un grito fuerte y claro de “¡diseño!” Este resultado debería ser considerado como uno de los mayores logros de la historia de la ciencia. Sin embargo, en lugar de la gran celebración colectiva que cabría esperar, un silencio embarazoso rodea la espantosa complejidad de la célula. ¿Por qué la mayoría de la comunidad científica se resiste a admitir una teoría bien fundada (el diseño inteligente) con posibles consecuencias teológicas? Behe analiza cuatro razones.
La primera razón es de orden sociológico: una especie de patrioterismo científico que se manifiesta en una lealtad exagerada o desordenada hacia las ideas predominantes en el ámbito científico.
La segunda razón es de orden histórico. Algunos científicos y algunos teólogos o creyentes se han enfrentado acerca de la teoría de la evolución de Darwin, y de allí muchos han sacado la errónea conclusión de que existe o debe existir una guerra entre la ciencia y la religión.
Los sentimientos o emociones relacionados con estos dos primeros factores no tienen en sí mismos un valor intelectual y no deberían interferir con el debate científico sobre el diseño inteligente. En cambio los dos factores filosóficos que examinaremos a continuación afectan directamente a la cuestión en el nivel intelectual.
La tercera razón es la concepción naturalista de la ciencia. El autor ofrece una cita de Richard Dickerson, un prominente bioquímico, que es representativa de esta concepción: “La ciencia, fundamentalmente, es un juego. Es un juego con una regla primordial y definitoria: Regla Nº 1: Veamos cuán lejos y hasta dónde podemos explicar el comportamiento del universo físico y material en términos de causas puramente físicas y materiales, sin invocar lo sobrenatural.” (p. 238). Behe subraya que esta regla no es científica sino filosófica y responde que la ciencia no es un juego, sino un vigoroso intento de hacer afirmaciones verdaderas acerca del mundo físico, por lo que la ciencia debería seguir la evidencia física a dondequiera que ella conduzca, sin restricciones artificiales. Behe responde a algunas objeciones, afirmando que el temor a una proliferación de lo sobrenatural en la ciencia es una pomposa exageración, y destacando que, aunque el diseñador inteligente no puede ser objeto de observación o experimentación directa, podemos estudiar sus efectos, de forma análoga al caso del meteorito que destruyó a los dinosaurios hace millones de años.
La cuarta razón es la más poderosa: muchas personas, incluyendo a muchos científicos importantes, simplemente no quieren que haya nada más allá de la naturaleza. Esto se puso de manifiesto claramente en la discusión en torno al Big Bang, una teoría científica muy bien fundada con posibles implicaciones teológicas. El autor ofrece una cita muy ilustrativa del célebre astrofísico Arthur S. Eddington: “Filosóficamente, la noción de un comienzo abrupto del presente orden de la Naturaleza es repugnante para mí, como creo que debe ser para la mayoría.” (p. 244). Sentimientos de este tipo movieron a Albert Einstein a cometer un error grave (la inserción de la “constante cosmológica” en sus ecuaciones para evitar un universo inestable) y a Fred Hoyle a proponer la absurda teoría del universo en estado estacionario, que postulaba la continua creación de materia de la nada, sin causa y a un ritmo constante. A pesar de que algunas teorías alternativas al Big Bang han sido descartadas, los científicos comprometidos con el ateísmo (como Stephen Hawking) continúan ideando nuevas teorías alternativas. De aquí se puede inferir que los científicos ateos no tienen por qué temer que una admisión del valor científico del diseño inteligente los obligue a adherirse a una cosmovisión religiosa. Ellos siempre tendrán a mano vías de escape, como por ejemplo la panspermia dirigida, postulada por Francis Crack (co-descubridor de la estructura de doble hélice del ADN) y el químico Leslie Orgel.
El autor sostiene que hay que vivir y dejar vivir. “La negativa a dar a otros una amplia latitud para sus creencias definitorias ha conducido una y otra vez al desastre. La intolerancia no surge cuando yo creo que he encontrado la verdad. Más bien surge sólo cuando yo pienso que, porque la he encontrado, todos los demás deberían estar de acuerdo conmigo. Richard Dawkins ha escrito que cualquiera que niegue la evolución es “ignorante, estúpido o demente (o malvado –pero prefiero no considerar eso)”. No hay mucha distancia entre llamar a alguien malvado y tomar medidas de fuerza para poner fin a su maldad. John Maddox, el editor de Nature, ha escrito en su revista que “puede que no falte mucho para que la práctica de la religión deba ser vista como anti-ciencia”. En su reciente libro La peligrosa idea de Darwin, el filósofo Daniel Dennett compara a los creyentes en la religión –90% de la población– con animales salvajes que podrían tener que ser enjaulados, y dice que se debería impedir (presumiblemente por coerción) que los padres desinformen a sus hijos sobre la verdad de la evolución, que es tan evidente para él.” (p. 250).
La conclusión del diseño inteligente puede parecer muy curiosa, pero en cierto modo el progreso de la ciencia en los últimos siglos ha sido una marcha continua hacia lo extraño. Behe concluye su libro así: “La resultante comprensión de que la vida fue diseñada por una inteligencia es una conmoción para aquellos de nosotros del siglo XX que nos hemos acostumbrado a pensar que la vida es el resultado de simples leyes naturales. Pero otros siglos tuvieron sus conmociones, y no hay razón para suponer que nosotros deberíamos escapar a ello. La humanidad ha soportado mientras el centro de los cielos se movió de la Tierra a más allá del Sol, mientras la historia de la vida se expandió para abarcar a reptiles muertos hace mucho tiempo, mientras el universo eterno probó ser mortal. Nosotros soportaremos la apertura de la caja negra de Darwin.” (pp. 252-253).
En el próximo y último artículo de esta serie presentaré un resumen del epílogo del libro. (Continuará).
Daniel Iglesias Grèzes
Nota: Las citas han sido traducidas por mí.
17 comentarios
Conste que no lo pregunto porque me parezca mal la serie, je je.
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DIG: Sólo uno más.
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Como bien argumenta Behe, las ciencias de la naturaleza no pueden hablar científicamente acerca de sí mismas en tanto ciencias de la naturaleza, sino sólo desde una perpectiva filosófica.
Y la apreciación netamente filosócica de esta cita adolece de un dogmatismo reduccionista : ¡no me hablen de lo sobrenatural!
Pero... ¿y si lo sobrenatural ha tenido y/o tiene algo que ver con lo natural?
¡¡Eso no es científico!!! Porque yo lo digo y punto. Y sanseacabó.
Que me perdonen pero bajo esas rídículas anteojeras caprichosas, es imposible dialogar mínimamente.
Dice Gringo:
"somos fruto de una evolución ciega que echa mano de lo que tiene para improvisar soluciones a problemas concretos. "
Si eso no suena inteligentísimo...
En realidad es constante que nos vendan continuamente una evolución ciega que más parece un pícaro de despierta inteligencia.
Incluso en la microevolución continuamente sale el pájaro que adaptaa su pico para conservarse mejor. Y te lo cuentan tal cual. No es eso una adaptación inteligente?
Fijaros que nunca te dicen que salen mil pájaros aleatorios y sobrevive uno, sino que directamente te dicen que el pájaro se adapta.
También te cuentan de adaptaciones que se dan...justo cuando se necesitan !
Te predican con una evolución "ciega", mientras quieren que te admires ante la mmaravillosa inteligencia de esa "ceguera".
Y se quedan tan panchos.
Es otra muestra más de lo grotescamente creyentes que son algunos, y como ese fanatismo en las creencias les impide hacer ciencia intelectualmente honesta.
Ahora que tu sacar el tema, bueno, lo publicaré para que se note que ya somos varios los que nos hemos percatado de la nueva religión que quieren vendernos bajo la engañosa etiqueta de "ciencia aséptica":
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Éste es un ejemplo de muchos de cómo el evolucionismo es fruto de la fantasía más desaforada, que echa mano de lo que se le ocure para encontrar soluciones a los problemas concretos.
También es un ejemplo de la manera en que se encubre la esencia pagana de la propuesta evolucionista : "somos fruto de una evolución que echa mano de lo que tiene para improvisar soluciones".
O sea que fuimos creados, armados y mejorados por una deidad muy poderosa. Mucho, muchísimo más poderosa que el hombre, que jamás ha conseguido siquiera producir vida bacteriana.
Pero al mismo tiempo se afirma que la tal deidad sería "ciega" y encima, ¡inexistente!.
¡Vaya "teología"!
Vaya disparate.
Lo único que demuestra el evolucionismo es que la mente humana puede "desevolucionar" hasta niveles abisales.
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Que la evolución está demostrada de manera I-N-C-U-E-S-T-I-O-A-B-L-E por los experimentos de Lynn Margulis, la cual tampoco negó la valiez de las mutaciones aleatorias y de la selección natural.
La única discusión científica sobre la evolución es que los darwinistas ortodoxos deberían aceptar que hay otros mecanismos además de los clásicos de la mutaciones y la selección, como el de la endosimbiosis. Y que la evolución más que gradual puede también dar grandes saltos.
Las otras "razones" son absurdas.
Si como dice el blogger aunque no podamos estudiar al diseñador (¿y por qué sigue usando ese eufemismo y no dice "Dios"?), sí podemos estudiar sus efectos, igualmente yo podría decir que los rayos son obra de Dios enfadado y que aunque no lo veamos sí vemos sus efectos que son los mismos rayos.
¡Ah, claro!, pero entonces uds. mismos se reirían de mí y de mi ignorancia sobre la electricidad. ¿No necesitamos a Diios para explicar la electricidad, cierto?.
Si Lutero hubiera sabido sobre los rayos lo mismo que un niño de primaria de hoy en día, no se habría hecho agustino en agradecimiento a Dios por sacarle vivo de una tormenta. No hubiera habido Reforma, ni evangélicos gringos, ni movimiento creacionista, ni Diseño Inteligente. Pero algunos siguen en el s.XVI.
Pues como no se ve diseño en los rayos, tampoco se ve en la naturaleza.
En Francia, a las puertas de la revolución de 1789 la esperanza de vida era de 29 años. Sí, sí, han leído bien, 29 años. Porque en aquella época la alimentación era pésima, el trabajo durísimo, y no exitían ni la medicina moderna ni la más mínima higiene. Cada invierno una simple gripe barría Europa como una plaga mortal. Y si eso era en el s. XVIII piensen en la Edad de Piedra. El Homo sapiens lleva sobre la Tierra 150.000 años y sólo hemos empezado a tener calidad de vida en algunas partes del planeta desde hace 2 siglos. ¿Cómo puede eso ser fruto de un diseño inteligente?.
"Los rayos los produce Dios".
Visión del diseño inteligente:
"No estoy en contra de la electricidad, sino en contra de la visión materialista de la electricidad. No tengo inconveniente en aceptar una electricidad que acepte la existencia necesaria de un gran electricista universal que no vemos, para explicar los fenómenos eléctricos que sí vemos, como los rayos".
Visión científica:
"Los rayos son descargas electrostáticas causadas por la atracción de las partículas de las nubes con carga negativa a las de la tierra con carga positiva, acompañadas de luz cuando el paso de la corriente eléctrica ioniza el aire, y por una onda de choque que provoca el sonido del trueno."
Cada cual que se quede con la que quiera. Pero dudo mucho que alguna de las dos primeras deba ser aceptada en las facultades de Física como alternativa a la tercera.
Los produce Gringo.
O como decimos por aquí, los produce Magoya.
Me ha convertido, ya no soy creacionista. Ahora soy gringuista.
Los rayos no los produce Dios al modo que te imaginas: Un ser que levanta las manos y las extiende bruscamente al mismo tiempo que los rayos fluyen de las puntas de sus dedos y caen a la tierra! Eso es mitológico no cristiano. Por ello tu visión creacionista es confusa y pobre. Además, no seas injusto y no mezcles a los cristianos con otros deítas o teístas, que no somos lo mismo.
Tu visión del diseño inteligente no es más que una repetición de tu visión creacionista, en el sentido de creer que Dios actúa directamente para producir las cosas de la forma, por ejemplo, que te señalé más arriba.
Tu visión científica la comparto plenamente, pero no por ello concluyo que Dios ni existe ni es necesario.
Dios, para un cristiano, es causa y razón de las cosas, pero no como un artesano, sino como su razón de ser.
Saludos
En definitiva, se trata de una teoría que ha de ser desechada siquiera como una posibilidad entre los creyentes (e incluso entre agnósticos o ateos), porque se ha demostrado, que la (macro)evolución nunca ha existido, nunca se ha visto en laboratorio el paso de las especies en otras, todas las pruebas otorgadas han sido impugnadas con seriedad y rigor por científicos destacados de todas las ramas apeladas.
En fin, aunque pasen millones de años, seguirá ésta siendo una teoría no demostrada ni verificada por la ciencia entendida como tal.
Desde que surgió esta teoría evolutiva ya se podían escuchar resonando en ella los estertores mortuorios, propios de una existencia nacida de la muerte.
Recomiendo ver el siguiente debate, en el que el padre Carreira, teólogo, filosofo y astrofísico, expone claramente el absurdo de apelar al azar para explicar el origen del Universo. Dice él que ésta es una explicación totalmente irracional.
http://es.gloria.tv/?media=230683
Por cierto, y ya por último, recomendaros que veáis la película "La herencia del viento", y el debate posterior que emitirán en el programa "Lagrimas en la lluvia", que este domingo, día 22 de enero, se dedicará al tema del evolucionismo, en el canal Intereconomía televisión a partir de las 4 de la tarde.
Saludos cordiales
¿Ha pensado alguien alguna vez que p. e. un automovil no se haya producido por evolución? Los sistemas orgánicos que hay en este planeta tienen una cosa que se llama ADN, que recuerda, y con ese recuerdo se construye la siguiente generación, no hay aleatoriedad en los procesos biológicos, no se destruye todo ser viviente cada generación y se vuelva a rehacer de la nada. Es increíble lo ignorante que puede a llegar a ser uno.
Lo dicho dais mas miedo que indiferencia. Sois tan malas personas como los padres que le niegan a sus hijos una vacuna que les puede salvar la vida.
¿Por qué ers tan mentiroso?.
De veras te digo que para mí sois todo un espectáculo.
¿Cómo es posible que aquellos que tanto presumen de cristianismo sean tan adictos a la mentira en todas sus formas?.
No solamente la manipulación, las medias verdades, las tergiversaciones, las citas sacadas de contexto, sino la mentira más absoluta y directa, e incluso la injuria y la calumnia.
Para empezar es absudo que digas que está demostrado que la macroevolución no existe, lo lógico sería decir que no se ha podido demostrar la existencia de la macroevolución. El que hables así indica que además de mentiroso eres un ignorante y ni sabes usar correctamente el lenguaje científico.
Pero es que además es una mentira decir que la macroevolución no está demostrada, y mentira sobre mentira tener la cara dura de añadir: "... todas las pruebas otorgadas han sido impugnadas con seriedad y rigor por científicos destacados de todas las ramas."
Desde luego es sorprendente ver los estragos que el fanatismo, no la religión sino el fanatismo, puede hacer en algunas mentes.
Cualquier club de chalados puede presentar a un chalado con titulación diciendo disparates y atacando al resto de colegas porque no tienen otra argumentación para defender sus ideas, que son fruto de su fanatismo y su ideología.
Y así hay asociaciones a favor del geocentrismo, o de la Tierra joven, e incluso de la Tierra plana, que cuentan con uno o dos físicos o matemáticos o biólogos, que se aferran a su fanatismo religioso y sirven de excusa "científica" para sus ignorantes correligionarios, mientras se consuelan denunciando oscuras conspiraciones masónicas.
Me gustaría preguntarle algún día a un psiquiatra hasta qué punto alguien que se cree continuamente perseguido, víctima de conspiraciones y que se traga sus propias mentiras, puede estar cuerdo del todo.
Todavía estoy esperando que alguien me cite un solo nombre de un científico que haya refutado en el laboratorio las pruebas de que nuestras mitocondrias son producto de la macroevolución por endosimbiosis de las bacterias y las células procariotas.
En lugar de eso solo hay patéticos personajillos con un título, que dedicen que las revelaciones personales de tal o cual mística son pruebas suficientes para echar por tierra todo lo que estudiaron en la facultad, y que la salvación de su alma estaría en peligro si hiciera lo contrario.
Eso no siquiera es religión. Es como llamar cine a las películas de Torrente.
La célula es un magnifico laboratorio que nos va llevar continuamente a escudriñarlo nos hizo grandes regalos y aún nos lo seguirá haciendo en el futuro se ha desentrañado el RNA Y DNA ,las proteínas y su combinación etc las divisiones celulares con sus fases mitóticas, profase, metafase, anafase y telofase y vemos como se reproduce la célula y forma tejidos y órganos con funciones sistematizadas,coherentes y todas trabajando armónicamente para saber que toda esa maquinaria hermosa precisa somos nosotros, el ser humano, el yo soy .. en el origen,
Pero todo esto requiere energía masiva que se toma del alimento, del oxigeno, radiaciones solares ,luz y se convierte en energía en la célula en forma de ATP,toda esa energía acumulada primero casi inconsciente para nosotros a través de neurotransmisores y determinados estímulos hace que nuestro cerebro realice las funciones vitales, expanda la mente, piense, tenga conciencia, esta perfectamente organizada, sufre los recambios necesarios,tenemos la inteligencia y la voluntad si no hay lesiones en el cerebro,pero un día esta energía se va de este cuerpo y queda la materia sin vida es un cadáver y este energía regresa al origen de dónde fue tomada y transformada.
Los antiguos ya le llamaban vida o ánima ,en el Génesis soplo de vida esa energía es creadora e inteligente es omnipresente además esa gran energía ,mantiene todo en orden y cuando acaba su función en los tejidos, órganos ,en todos los seres vivos, en animales y plantas, en humanos se retira del cuerpo y éste muere,esa energía hace que podamos razonar, pensar, correr, tener una mente, memoria ,este ser humano concreto,pero vemos que todo es armónico y le llamamos Dios creador, omnipotente, omnipresente ,inteligente, bondadoso ,amoroso y providente y todos los atributos que queramos ponerle.
Así que tendremos que correlacionar constantemente lo que pasa con la materia y la energía en el Universo y en nuestro cuerpo y seguir haciendo ciencia.
Un poquito más aún y están tocando la quinta de Beethoven en el Albert Hall de Londrés.
Y es que hay mucho incrédulo por aquí que no ha pisado los Templos de la Ciencia Ficción y no conocen a la todopoderosa trinidad TAM, Tiempo, Azar y Mutación.
Y encima pretenden cuestionar a los dioses y hacer preguntas!. Impíos!
Auuhmmm, TAM !, Auuhmm, TAM!, auhmmm...
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