Cristo, Imagen y síntesis
Cristo es “imagen de Dios invisible” (Col1,15). No solo es “el Verbo” (Jn 1,1), sino también “la Imagen”. Él, centro de la revelación, reconcilia por su Cruz todos los opuestos (cf Ef 2,13-18): “Es él, perfecta Imagen de Dios invisible, quien conduce a la fe a la humanidad creada a imagen y semejanza de Dios” (N. Steeves).
Para von Balthasar, Cristo es “imagen de todas las imágenes”, que afecta y ordena en torno a él por su presencia todas las imágenes del mundo. A través de las imágenes se ofrece a la visión de todo el mundo, y no solo de unos pocos: siendo Dios, el Cristo-imagen crea el mundo y lo salva; siendo Hombre, es formado a su vez por el mundo en su carne y en ella deviene visible como imagen.
Cristo, imagen de todas las imágenes, invita al fiel a intentar, por medio de la imaginación, encontrarlo en toda criatura visible del cosmos que significa la presencia real de Dios. Encontramos así una razón cristológica profunda para la comprensión sacramental del mundo; para ver en todo lo creado un signo que remite a Dios.