La confesión y la promesa
¿Quién es Jesús? A lo largo de la historia, y también en el presente, esta pregunta se plantea muchas veces. Si acudimos a una librería encontraremos distintos libros sobre Jesús. Sobre él escriben historiadores, filósofos y novelistas. La respuesta a la pregunta sobre su identidad depende, en buena medida, de los presupuestos de los que parta quien se aproxima a su figura. Para unos, Jesús es un maestro religioso, un reformador moral, un hombre de Dios; un personaje, en todo caso, admirable y desconcertante.
El Evangelio deja constancia de una respuesta que no brota de la pura indagación humana, sino de la revelación de Dios: “eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo”, dice Jesús a Simón (Mateo 16, 17). Es decir, la verdad última sobre Jesús, el conocimiento de su auténtica identidad sobrepasa las posibilidades meramente humanas. Hace falta un conocimiento más amplio: el conocimiento de la fe; un saber que se apoya en la revelación de Dios y que es fruto de su gracia.