San Pablo: La vivencia del misterio de Cristo
Si quisiéramos acercarnos a las cartas de San Pablo, a su corpus doctrinal, no encontraríamos una “teología sistemática” al uso; es decir, un desarrollo articulado, completo, sobre Dios, sus atributos y perfecciones a la luz de los principios revelados. Las cartas de San Pablo no son, por ejemplo, la “Suma de Teología” de Santo Tomás de Aquino. Santo Tomás escribe para el aula universitaria; San Pablo difunde y expone, a las comunidades y a las personas a las que se dirige, la vivencia del misterio de Cristo.
Atendiendo a la situación y mentalidad de los destinatarios, esta “vivencia”, esta experiencia, se va concretando y explicitando. Su núcleo es siempre el mismo: Jesucristo como Salvador y como salvación de cada hombre, de todo hombre, y del mundo en su conjunto.
El legado doctrinal de San Pablo, que ha sido incluido en el canon del Nuevo Testamento como textos divinamente inspirados, es de una riqueza y de un valor permanentes. El Año Jubilar que conmemora el bimilenario de su nacimiento nos está proporcionando un regalo de singular relieve: las catequesis, que en las audiencias de los miércoles, Benedicto XVI está dedicando a la figura y a la doctrina de San Pablo.

Con su saber teológico y con su saber decir Olegario González de Cardedal ha escrito un bello artículo sobre “Dios a la vista” (La Tercera de ABC, domingo 18 de enero de 2009). “De Dios sólo se puede hablar con amor y temblor desde dentro de la verdad de la existencia, desde el estremecimiento de quien se sabe lejos de la propia dignidad humana y más lejos todavía lejos de la santidad divina. Sólo se puede hablar de Él con una razón que nace de la vida y del servicio incondicional al prójimo”, dice el catedrático salmantino.
Homilía para el sábado, 17 de enero de 2008, en la parroquia de San Pablo, de Vigo.
Hoy me han regalado un pin. Se llama “Pies Preciosos” y reproduce en metal, con el tamaño real, los pies de un niño no nacido de diez semanas de gestación. En esos pequeños pies están perfectamente formados hasta los dedos.






