30.04.10

Mayo en el blog: Una historia de conversión

Debemos esta primera aportación a la serie “Mayo en el blog” a Ángel, que relata, dando voz a su protagonista, una historia real, un testimonio, de conversión y de vocación.

María, Auxiliadora de los cristianos
(escrito por Ángel)

Es una sencilla historia, personal y familiar, de los caminos que usa el Señor para el bien de las almas. Doy gracias a Dios porque escuchó los ruegos que una madre hizo a la Madre y dos madres rogando por una hija tienen tanto poder que es imposible no atender sus ruegos.

Fue un 24 de Mayo, estaba terminando la procesión que por la calle se hace con la imagen de María Auxiliadora, las puertas centrales del templo se abren, la imagen vuelve a su casa, y mi esposa mirando a la Virgen, le vuelve a suplicar: “Madre mía, no abandones a tu hija, un día la consagramos a ti, en este mismo Santuario, luego se alejó de ti y de nosotros; que vuelva al Señor”.

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27.04.10

Mes de María

He estado repasando esta tarde unos números del “Directorio sobre la piedad popular y la Liturgia” - publicado en 2002 por la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos - que versan sobre los “meses de María” (n. 190 y 191).

Por lo yo pueda entender, este documento resulta muy interesante y ponderado. En el tema que nos ocupa, los “meses de María”, afirma, en primer lugar, que se trata de una práctica extendida en varias iglesias tanto de Oriente como de Occidente. Y es un dato que, en parte, desconozco. Sé que en Occidente existe, por ejemplo, la práctica del mes de Mayo. Parece que fue el rey Alfonso X el Sabio quien en sus “Cantigas” – escritas en gallego – asoció Mayo a María, en una feliz iniciativa que, con el tiempo, alcanzó una gran extensión.

La devoción a Nuestra Señora entre los cristianos orientales es muy grande, pero desconocía que tuviesen “meses de María”. En realidad, desconozco muchas cosas de las iglesias de Oriente, que profesan la misma fe que nosotros – al menos las iglesias católicas - , y “casi” la misma fe las no católicas - . Con los cristianos que pertenecen a las comunidades surgidas de la Reforma protestante tenemos en común, sin duda, menos aspectos de la fe, pero el “humus” cultural es más similar al nuestro.

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25.04.10

¿Ruptura o reforma?

En el suplemento “Estela” (página 12) del “Faro de Vigo” publican hoy un artículo, que el periódico me había pedido, sobre la carta de Hans Küng a los obispos de la Iglesia Católica. Ya me dirán qué les parece.

¿Ruptura o reforma?

En la proximidad del quinto aniversario de la elección del Papa y en un contexto no fácil para la Iglesia Católica, el teólogo suizo Hans Küng hizo pública una “Carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo” en la que, además de denunciar lo que considera el fracaso de la “política de restauración” de Benedicto XVI, propone seis medidas para la reforma de la Iglesia.

No es la primera vez que Küng hace uso de los grandes medios de comunicación social para hacer oír su voz. Ni resultan tampoco nuevas sus propuestas. En realidad, Hans Küng mantiene desde hace varias décadas un discurso similar. Conviene recordar que no ha sido durante el pontificado del actual Papa, sino durante el de Pablo VI – el pontífice que clausuró el Concilio Vaticano II – , cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió , el 15 de febrero de 1975, una “Declaración sobre dos obras del profesor Hans Küng” en la que amonestaba al teólogo suizo “a no continuar enseñando” opiniones en contraste con la doctrina de la Iglesia.

En 1979, ya en el pontificado de Juan Pablo II, la misma Congregación advertía sobre la incoherencia que supone enseñar en nombre de la Iglesia, como maestro de las disciplinas sagradas, y, a la vez, escoger y difundir “como norma de la verdad el propio criterio y no el sentir de la Iglesia”. En consecuencia, la Congregación declaraba que el profesor Hans Küng, por haber faltado en sus escritos a la integridad de la verdad de la fe católica, “no puede ser considerado como teólogo católico”.

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La alegría de pertenecer a la comunión de la Iglesia

Como lo prometido es deduda, presento ahora en el blog la crónica de la toma de posesión de D. Luis Quinteiro como Obispo de Tui-Vigo, que tuvo lugar en la tarde de ayer en la catedral de Tui. Firma la crónica la enviada especial de La Puerta de Damasco, Yolanda:

Caminar por Tui a la hora de sobremesa, en una tarde cálida aunque nublada es –salvo por lo dolorido de unos pobres pies que han pisado todos los empedrados de la zona con el más inadecuado y desacostumbrado calzado- una delicia. Me acordaba aas: placas conmemorativas, estatuas y nombres de calles recuerdan a los antecesores ilustres de don Luis Quinteiro Fiuza. Y, según don Guillermo nos explica los detalles, los tres recordamos con una sonrisa cariñosa a nuestro nakmigo antiguo alumno salesiano. Otro encanto del paseo: todo el mundo saluda a nuestro párroco virtual con muestras de amistad y reverencia. Y es que, ya lo comenté ayer, don Guillermo tiene exactamente el carácter que todos conocemos en el blog; no da ninguna sorpresa: a los cinco minutos parecía que estuviéramos con alguien a quien conocemos personalmente hace mucho. No es de extrañar, pues, ver con cuánta alegría lo saludan sus muchos conocidos a su paso por las calles tudenses.

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23.04.10

Apacentar el rebaño de Dios

Homilía para el Domingo IV de Pascua (Ciclo C)

La Sagrada Escritura emplea la metáfora del pastor y del rebaño para describir las relaciones que unen a Dios con su pueblo: “como pastor que apacienta su rebaño, recoge en sus brazos a los corderos, se los pone sobre el pecho, conduce al reposo a las ovejas madres” (Is 40,11). Dios confía las ovejas de su rebaño a sus servidores y promete enviar a un rey-pastor, a un nuevo David, al Mesías (cf Ez 34,23), que vendrá en forma de siervo y que, como una oveja muda, justificará por su sacrificio a las ovejas dispersas (cf Is 53).

Jesús cumple esta profecía del pastor venidero. Él es el Buen Pastor, que guía a su grey y la conduce “hacia fuentes de aguas vivas”. Reúne al “pequeño rebaño” de la Iglesia, un rebaño perseguido por los lobos de fuera y por los de dentro, disfrazados de ovejas, pero pastoreado por Jesús, el Hijo de Dios, que revela a los suyos el amor del Padre.

Entre Jesús y los suyos se crea un vínculo que se caracteriza por el conocimiento mutuo y por el amor recíproco, un amor fundado en el que une al Padre y al Hijo: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano”.

Escuchar la voz del Buen Pastor es acercarse al Evangelio, abriendo el oído para percibir “la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre” que es Jesucristo, nuestro Señor (cf Catecismo 65). En la Sagrada Escritura, leída en la Tradición de la Iglesia e interpretada con autoridad por el Magisterio, resuena hoy en el mundo esa voz viva que proviene de Dios.

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