La homilía del Papa: Un intento de esquematización
Los esquemas son útiles y, a la vez, peligrosos. Resumir un escrito, atendiendo a sus líneas o caracteres más significativos, es, de algún modo, reducir a simplicidad lo que es múltiple y variado. El esquema, como un mapa, no sustituye el paisaje original, no puede dar cuenta de su variedad, de sus matices, de sus contrastes. Como máximo, proporciona una guía, un plan, unas coordenadas básicas.
Esquematizar el pensamiento del Papa, expresado en una homilía tan rica, y de tantos niveles de lectura e interpretación, como la que ha pronunciado en la clausura del Año Sacerdotal, es algo así como reducir la belleza de un cuerpo bello a la radiografía de un esqueleto. No obstante, asumo el riesgo. A mí me ayuda el esquema, quizá a otros también. Con una sola condición: No confundir el original con la copia, la vida con el concepto, la realidad con el argumento.