"Había estado" (escrito por Norberto)
Había estado, desde el amanecer y ya era mediodía, calafateando su nueva embarcación, una pequeña chalupa de una vela, poco más que un bote, pero el hombre quería que fuera marinera, él, que era un marengo de segunda, pues las calas de Agrigento, bien conocidas en sus años infantiles, merecían el esfuerzo.
Interrumpió la tarea y se recostó a babor, buscando la sombra, apoyando la espalda en su embarcación en ciernes. Sacó de su bolsa de costado, muy parecida, a simple vista, a las que usaban los soldados, una hogaza de pan de centeno que cortó a rebanadas, tres, tomándolas de una en una, las untó, sucesivamente, con garum la primera, que cubrió con la segunda , en cuyo dorso roció, cuidadosamente, aceite de oliva, y por último cubrió a ésta con una tercera rebanada, de tal manera que el pan recuperó su forma original, pero con unos rellenos que despertaron, aun más , el apetito de nuestro calafate; el postre, ese día, fue un trozo de queso de cabra producto del trueque con un vecino. El trago de vino que dio fin al almuerzo, procedía de una vasija, que, enterrada en la arena del rebalaje, proporcionó fresca bebida al comensal, que chascó la lengua contra el paladar dada la satisfacción que le produjo, pues él mismo lo había elaborado.