7.04.15
30.03.15
Religión, educación y ofensas
He sabido, por otro blog de este portal, que un catedrático de Historia de la Ciencia se ha sentido ofendido por la publicación en el “BOE” de un anexo del currículo de la Enseñanza de la Religión Católica en la Escuela. Es obvio que lo que se publica en el “BOE” puede, más de una vez, ofender, si no a todos, sí a muchos de sus potenciales lectores. Con frecuencia las leyes promulgadas, y sus exposiciones de motivos, contradicen lo que, en principio, uno considera bueno, correcto o agradable.
O sea que el sentimiento de ofensa sufrido por el catedrático en cuestión no es único. Pero yo estoy a favor de escuchar a todos, también a los ofendidos – entre los que, más de una vez, me cuento - . ¿Qué le ofende al catedrático? Sustancialmente parece que le ofende la religión católica en sí misma, aunque no lo dice así, sino más sutilmente, como si fuese una enmienda a la forma y no al fondo. No le gusta que se diga, según él reporta – no lo he comprobado – , que “el rechazo de Dios tiene como consecuencia en el ser humano la imposibilidad de ser feliz”.
Desde la perspectiva cristiana, que se fundamenta en la enseñanza de Jesús, y no en las opiniones de la Conferencia Episcopal, la afirmación sospechosa de ofensiva es incuestionable. Dios es el Bien y el fin del hombre y no es lo mismo conocer a Dios que no conocerlo: “Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8,31-32).
La felicidad, si atendemos al testimonio de Jesucristo, tiene mucho que ver con el conocimiento de la verdad sobre Dios y sobre el hombre. Otra cosa sería las vías por las que, en cada caso, se llega al conocimiento de Dios. Una cosa es enunciar un principio general y otra trazar el mapa del itinerario de cada alma en concreto, de cada persona; un camino que solo Dios conoce.
Pretender que la Enseñanza de la Religión en la Escuela silencie lo que Jesús dice sería lo mismo que engañar a los destinatarios de esa enseñanza. Una enseñanza legal, que responde a una petición de los padres que, haciendo valer su derecho a la libertad religiosa – uno de los derechos humanos, y no el último de ellos - , la piden para sus hijos.
24.03.15
50 años del decreto "Presbyterorum Ordinis"
Instituto Teológico de Vigo
Clausura del Curso de Formación Teológica para Sacerdotes
Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo,
Sres. Profesores,
Rvdos. Sres. Sacerdotes,
Sres. Alumnos,
Sres. y Sras,
- Siempre resulta grato inaugurar un curso pero, si lo pensamos bien, más significativo es clausurarlo. Una apertura equivale al enunciado de un proyecto, de un designio, del pensamiento de ejecutar algo. Clausurarlo supone haber concluido ese proyecto. Y tenemos hoy la satisfacción de constatar que, en efecto, el plan trazado se ha llevado a cabo. No calificamos si con mayor o menor éxito; solo levantamos acta de que se ha llevado a cabo, que no es poco.
- Y este curso de Formación Teológica para Sacerdotes no ya es ni el primero, ni el segundo, sino el tercero. Creo, pues, que se trata de un proyecto y de un resultado bastante consolidados, cuyos efectos se pueden contrastar. La petición de que el Instituto Teológico, afiliado a la Facultad de Teología de Universidad Pontificia de Salamanca, se ocupase de la actualización doctrinal de los sacerdotes partió del Sr. Obispo y en esta tarea se ha embarcado tanto la Junta de Gobierno como el Claustro de Profesores del Centro, contando con la colaboración de la Vicaría para el Clero. No quiere decir que antes no existiese esta responsabilidad, que siempre ha estado presente, sino que en estos últimos años se nos ha encomendado.
- Nuestra idea es clara: Combinar de manera sistemática materias de fondo – este año hemos abordado dos de ellas: Sagrada Escritura (“El Evangelio según san Marcos”) y Teología Espiritual (“Santa Teresa de Jesús, maestra de Espiritualidad”) - con cursos monográficos más breves que completen las respectivas materias de fondo con otras cuestiones de interés y de actualidad. Y así, en este apartado, hemos tratado diversos temas: La exhortación apostólica Evangelii gaudium, los oficios diocesanos, las nuevas técnicas de información y comunicación social en la acción pastoral, y la problemática relativa al matrimonio y la familia.
- A la hora de seleccionar estos cursos hemos intentado estar atentos a los planes de acción pastoral de la Diócesis, así como a las enseñanzas e impulsos que proceden del Papa y de la Iglesia universal.
- Se impone, por nuestra parte, agradecer el enorme esfuerzo y la disponibilidad de los profesores que han impartido los cursos. E, igualmente, la participación y la asistencia – un poco irregular, pero no exenta de cierta continuidad – de los asistentes. Nos hacemos cargo de las dificultades, de las múltiples tareas a las que un sacerdote debe atender, pero pensamos que merece la pena no rebajar la oferta formativa, aunque sea exigente.
- Para este acto de clausura la Junta de Gobierno ha pensado en conmemorar los 50 años del decreto Presbyterorum Ordinis del Concilio Vaticano II sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, promulgado por el papa Pablo VI el 7 de diciembre de 1965. Para desarrollar esta lección contamos con la ayuda del Prof. Dr. D. Juan Carlos Sendón Fojo, de cuya generosidad hemos abusado en este curso – y ello se debe a su reconocida competencia no solo en temas de matrimonio y familia, sino también en la teología del Orden Sacerdotal -. D. Juan Carlos sabe lo que dice y sabe decir lo que sabe. Y ese es un mérito digno de elogio, ya que el buen maestro ha de poder comunicar lo que ha aprendido.
19.03.15
El sueño de San José
En el evangelio según San Mateo se alude al sueño de José: “se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: ‘José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo’ ” (Mt 1,20).
Joseph Ratzinger-Benedicto XVI escribía en su libro sobre La infancia de Jesús refiriéndose a ese sueño: “Solo a una persona íntimamente atenta a lo divino, dotada de una peculiar sensibilidad por Dios y sus senderos, le puede llegar el mensaje de Dios de esta manera”.
Es decir, San José, soñando, está muy despierto, muy disponible para escuchar a Dios. Yo creo que algo así les sucede a los buenos padres y a las buenas madres. Quizá se hayan quedado dormidos o medio traspuestos pero basta un gemido de su hijo para que, como si fuesen receptores de una señal especial, que solo ellos saben descifrar, se despierten al momento.
El papa Francisco, que inauguró su pontificado en la solemnidad de San José, ha hablado de este sueño, el del Custodio del Redentor, en su viaje a Filipinas: “Yo quiero mucho a San José, porque es un hombre fuerte y de silencio y en mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo y durmiendo cuida de la Iglesia”.
Tiene razón el Papa. San José cuidó, como padre, de la Sagrada Familia, de la Santísima Virgen María y de Jesús. Y cuida también de la familia de Jesús que es la Iglesia. La cuida hasta durmiendo, como los padres que, incluso durmiendo, no se olvidan de sus hijos.
El Papa dice que cuando tiene un problema deja un “papelito” debajo de la imagen para que el santo lo ayude. Es muy bello que el Papa diga eso. Quiere decir que se encomienda al poder de Dios y a la intercesión de los santos. Para cualquier ser humano, y San José lo era, es obvio que la responsabilidad de atender a Dios, de tener cuenta de Él - de un Dios que se hace hombre - , es una responsabilidad enorme.
¡Pobre y bienaventurado José! Y pobre, y bienaventurado, el Papa. Uno, José, pendiente de Jesús. Y otro, el Papa, pendiente de la Iglesia, de la familia de Jesús. Con esta analogía no estoy diciendo que el Papa sea San José, sino que me estoy refiriendo a la inmensa carga – gozosa carga – de estar vigilante de la vida de la Iglesia.
16.03.15
Lío en la farándula: Dolce&Gabbana versus Elton John
Digo farándula empleando esta palabra sin añadirle ninguna carga negativa. Podría hablar, de modo similar, de gresca entre celebridades, entre personas famosas que destacan en los ámbitos de la vida social - ese mundo formado por personajes de los negocios, el deporte, la política y el espectáculo - . En inglés se suele aludir, creo, a esta constelación de estrellas con la expresión beautiful people.
A lo que vamos. Parece que los modistos italianos Stefano Gabbana y Domenico Dolce, dueños de la marca Dolce&Gabbana, han expresado en público, en voz alta, lo que pensamos la mayor parte de las personas en el mundo: que el espacio adecuado para acoger y educar a los hijos es la familia, que tiene como pilar al padre y a la madre.
Expresar esta convicción, tan de sentido común por otra parte, no significa despreciar a los niños que no nacen del amor de su padre y de su madre, sino que son el resultado, muy querido o nada querido, de otros avatares. Los niños son niños, personas humanas que recorren los primeros pasos en el camino de la vida. Todos ellos, independientemente de cómo hayan sido concebidos en cada caso, merecen toda la estima, todo el amor y todo el apoyo.
Pues la expresión de la sensata preferencia de los modistos italianos, de su apuesta por lo que hoy se llama la familia tradicional como contexto más adecuado para procrear a los niños, y no solo para tenerlos a cualquier coste, ha irritado a otros famosos, sobre todo al cantante Elton John, quien argumenta que sus hijos no son sintéticos.
Tiene razón el cantante: sus hijos no son sintéticos. Son niños. Pero esta defensa legítima de sus vástagos no es suficiente como para que se erija en una especie de inquisidor que descalifica las opiniones contrarias a la suya y llame, como quien convoca un auto de fe, al bloqueo comercial contra los productos de Dolce&Gabbana. No nos perdamos la amenaza posmoderna: ¡no es la hoguera, es el dinero!.
A este reto, Stefano Gabbana ha contestado con una cierta dosis de humor. Preguntado por si este boicot tendrá consecuencias en sus ventas, Gabbana bromeó afirmando que “quizá” pierdan “algún fan de Elton John” pero “tal vez” ganen “alguna madre".
Por su parte, su socio comercial, Domenico Dolce, siciliano, se remitía a lo que a él le han transmitido: “he crecido con un modelo de familia tradicional, formado por una madre, un padre y un hijo” (….) “Mi visión de la vida es lo que me han transmitido”.