Progresismo
“Progresismo” es una palabra mágica, una especie de vocablo-talismán. Todo el mundo se quiere apuntar al carro del progreso, de lo que supone un avance. Pero para que algo sea verdaderamente progresivo, y no lo contrario, hay que dilucidar si aumenta también en perfección.
Si estuviésemos al borde de un precipicio, por ejemplo, lo prudente sería retroceder y no avanzar hacia el abismo. Pero si ese retroceso, por el poder de encantamiento del lenguaje, fuese calificado como nada progresista, entonces muchos, probablemente, estarían dispuestos a despeñarse.
Las palabras son como estrellas que se agrupan en constelaciones. A las palabras, como a las estrellas, les gusta la complicidad, la cercanía, la vida social. Las palabras se reúnen a tomar café y dibujan, sobre las cabezas y los corazones de los hablantes, trazos fantásticos, caprichosos, atrayentes o repulsivos. La palabra “progresismo” se une a otros términos de la galaxia del futuro, del bienestar para todos, del “one move for just one dream”, del buen rollito, que dicen algunos.
Seducidos por tanta apariencia, el hablante, y el oyente, se siente empujado a entrar él también en esa galaxia de rutilantes astros, sin caer en la cuenta de que, en las galaxias, hay también gases y partículas que pueden ocasionarnos la asfixia.
En la constelación del progresismo se han colado, como de estraperlo, muchos de esos fluidos dañinos que, a modo de gas hilarante, van adormeciendo nuestras conciencias, nuestro conocimiento del bien y del mal, nuestra capacidad de reflexionar sobre la bondad o verdad de las cosas.
Nos empujan al abismo, y nos dejamos impulsar, si pensamos que esa caída libre es el tributo necesario para habitar, aunque sea como leves partículas sueltas y relativamente aisladas, en la galaxia del progreso.
Guillermo Juan Morado.
5 comentarios
A mí las apelaciones progresistas [adjetivo talismán] me resultan pelín sucias y, a menudo, sospechosas. Primero por lo que usted indicaba: decir progresista es decir nada, es una memez en sí misma, pues nada acredita que lo posterior sea mejor que lo anterior; muy a menudo es al contrario. Y además porque se prefiere adjetivar las cosas para mejor eliminar así lo sustantivo de ellas. Es lo que Unamuno llamaba un chibolete, es decir, un palabro que, una vez proferido, excusaba ya de aclarar su significado y, por añadidura, preguntarse a qué mantel nos han sentado en este tóxico y mortal almuerzo.
Tengo un problema gordo: no sé cómo decir que me ha gustado mucho el estilo con que el blogger ha escrito este post sin que parezca vil peloteo... en fin.
Por otro lado tengo la sensación de estar viviendo en una especie de "wonderland" en donde nada es lo que parece, se habla, en nombre del progreso, de libertad, y se impide a los padres ejercer sus obligaciones de tutores. Se habla, en nombre del progreso, de familia y sin embargo se facilita el asesinato de nasciturus. Se habla, en nombre de la libertad y el progreso, de educación y cada dia, a tenor de lo que opinan los enseñantes, nuestros hijos están peor formados desde el punto de vista cultural e intelectual.
Que duda cabe que siguiendo la lógica de lo que cada dia vivimos el "progreso" sea hacia atras.
Tambien es cierto que respecto de ciertos temas, familia, educación, aborto, etc., la llamada derecha, lo que podriamos pensar que son los conservadores desde la perspectiva política, parece que se avergüenzan del pensamiento humanista y cristiano, y se arriman a la "progresía". ¿Será verdad que en nombre de la progresía terminaremos todos arrojandonos al abismo?
Y lo malo es que se nos están colando muchos estereotipos sin darnos cuenta. El lenguale "audiovisual" es una máquina de crear pensamiento subliminal. No es casualidad que en casi todas las series de Tv haya parejas de gays guays , curas amanerados y voraces de dinero, católicos neuróticos, o modélicos jóvenes y jóvenas sobrehormonados y en celo, con el cerebro en los genitales.
El lenguaje hablado o escrito progre, lo que hacen los intelectuales orgánicos del progresismo,triunfa ya que recoge simplemente los frutos de tantos años sembrando subliminalmente en los mass media. No tienen ni que esforzarse en vender "el progresismo" vacío y hueco. La educación para la ciudadanía la llevan practicando alegalmente décadas.
Gramci vio claramente el camino. Y en eso están.
Dejar un comentario