Ordinariatos militares
La noticia del nombramiento de Mons. Juan del Río como Arzobispo-Ordinario Militar para España pone ante nuestra consideración la existencia de los Ordinariatos Militares, presentes en muchos países de Europa y del mundo, con la finalidad de prestar asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas.
La presencia de los sacerdotes en medio de las tropas, como asistentes espirituales, es tan antigua como la existencia de los ejércitos en los países de tradición cristiana. En 1532 se organizaron los Tercios españoles. El sacerdote vivía en su Tercio y lo acompañaba a todas partes.
En la actualidad, no sólo en España existe un Ordinariato Militar, llamado “Arzobispado Castrense”. También en otros países europeos –por centrarnos sólo en nuestro continente - . En Francia encontramos la “Aumônerie Catholique des Armées”, cuyo Obispo es Mons. Patrick Le Gal. En la República Francesa, además de la capellanía católica, la ley contempla la existencia de otras tres capellanías: israelita, protestante y musulmana.
Si acudimos a Italia, encontramos el “Ordinariato Militare in Italia”, legislado también por la ley del Estado. El Ordinario es el “Vescovo di Campo”, y actualmente es Mons. Vincenzo Pelvi, que tiene la dignidad de Arzobispo.
En Portugal, está el “Ordinariato Castrense”. El Ordinario es Mons. Januário Torgal Mendes Ferreira, nombrado el 3 de mayo de 2001 “Bispo das Forças Armadas e de Segurança”. La acción del Ordinario Militar se ejerce a través de la Jefatura de los Servicios de Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas, institución que depende, en el aspecto militar, del Ministerio de Defensa y, en el aspecto canónico, del propio Ordinario.
En Bélgica hallamos la “Diócese aux Forces Armées”, regentada por el Cardenal Danneels, con la ayuda de un Vicario General.
Y así podríamos seguir recorriendo países y Conferencias Episcopales. Los Ordinariatos Militares desempeñan una importante misión en los actuales ejércitos de los Estados más avanzados y democráticos del mundo. Desde el punto de vista canónico, el documento de referencia para comprender el estatuto de estas instituciones es la Constitución Apostólica “Spirituali Militum Curae”, del Papa Juan Pablo II, promulgada en 1986. El acoplamiento a la legislación civil depende, normalmente, de los diversos países y de los Acuerdos vigentes entre cada uno de ellos y la Santa Sede.
Guillermo Juan Morado.
7 comentarios
"Desde la Diócesis Castrense nos sentimos muy agradecidos y unidos a su labor que tantos bienes reportan en el servicio a la defensa del pueblo español y a la generosa colaboración en otras tierras sometidas a la amenaza de guerra o acosadas por el inesperado, vil y cobarde terrorismo.
Por ello en este día quiero dirigir junto con los miembros de la Diócesis y con los capellanes castrenses una plegaria particular al Dios Bueno y Justo para que los servidores de la defensa y de la unión entre pueblos sigan sin desmayo y con valentía la hermosa vocación a la que están llamados. Cuando en la sociedad y en el mundo entero se ciernen ciertas nubes de inseguridad a causa de la violencia y de los conflictos que fragmentan pueblos en distintos lugares, nos ponemos “de rodillas” ante el Señor de la vida y de la historia de la humanidad para que impere la racionalidad, el respeto mutuo y la fraternidad que Jesucristo nos ha legado como signo de su amor en medio de nosotros.
La paz es la riqueza mayor que ha de valorarse en la sociedad, sin ella la humanidad pierde su identidad y ‘echa por tierra’ el diseño más hermoso que el Creador ha plasmado en la misma. La paz no se consigue por imperativos voluntaristas sino con disposiciones interiores de cambio de actitud para que donde haya odio se ponga amor, donde haya discordia poner perdón y unión, donde haya guerra poner armonía social y respeto intercultural. No son caminos fáciles pero sí posibles en tanto en cuanto se busquen claves y señales de hondura humana. Las religiones han de ser exponentes firmes y seguras de esta experiencia de paz y así han de transmitirla a los demás. Una religión que busque atajos de violencia o de animadversión se desprestigia por sí misma: no es religión sino una caricatura que falsea y afea a la auténtica religión"
¿A que esto sí es verdad, y la misión de los Castrenses contribuye al bien de todos?
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