Obama y la reserva escatológica
El teólogo alemán Metz ha popularizado la expresión “reserva escatológica” para aludir a la relación dialéctica que existe entre las promesas de Dios y la realidad histórica. Toda realización intramundana es provisional; ningún logro político, social o económico es, sin más, “el Reino de Dios”.
Viene a mi mente el nombre de Metz a propósito del nuevo presidente de los EEUU, saludado por tantos como una especie de “mesías” que vendría a instaurar una nueva era; la era de la paz y del respeto a la justicia. Yo le deseo al presidente de los EEUU lo mejor. No sólo por él y por su pueblo, sino por el bien de todo el mundo.
Pero Obama no es el mesías. Se impone, como siempre, la reserva escatológica. Con pena leo que una de sus primeras medidas ha consistido en levantar el veto a la financiación de los grupos promotores del aborto.
El aborto es, siempre, un mal; es, siempre, una injusticia. Defenderlo, ampararlo, promoverlo es defender, amparar y promover el mal. Triste comienzo para un mandatario de cuyas decisiones depende tanto para tanta gente.
Obama es negro y descendiente de negros. Sus antepasados han conocido en carne propia la injusticia de la esclavitud. Una injusticia horrible, injustificable. Pero también es horrible e injustificable la promoción del aborto.
Una cosa es mostrarse clemente con quien, en circunstancias extremas, destruye la vida de su hijo, por temor, quizá, a no poder cuidar a los otros hijos ya nacidos y otra, muy distinta, es permitir que el margen de acción no sea más amplio. Los poderes públicos, y la sociedad en su conjunto, no debe ser cómplice de ningún crimen. Más bien, todo lo contrario: Hay que ayudar a solucionar los problemas y las dificultades sin perjudicar a la parte más débil e indefensa, que es, siempre, el ser humano concebido y aún no nacido.
Obama empieza mal; muy mal. Ojalá que Dios, al que no se cansó de invocar en la ceremonia de la jura de su cargo, lo ilumine para que sea un presidente defensor de la vida, el más básico de los bienes.
Guillermo Juan Morado.
7 comentarios
Es muy triste su forma de empezar, estoy totalmente de acuerdo en que una sociedad progresista lo primero que tiene que hacer es velar por el derecho de los más débiles y son los no nacidos y un estado de derecho tiene que estar por los derechos y el primero es a la vida.Hay que ser clemente con las persona que por malas situaciones, abandono abortan, con ese dinero que da a los abortistas se podrán financiar apoyo a las embarazadas sin medios.
La pena de muerte va a seguir por desgracia.
Dios quiera que pueda implantar el seguro médico y que pueda evitar guerras con tratados de paz justos y efectivos.
Los lobbys abortistas parece que tienen mucho poder por todo el negocio que hay detrás.Por lo visto mueve millones, pero parece que con la muerte de los no nacidos ya se arreglan todos los problemas del mundo.
Por esto me parece importante la denuncia que hagamos ante los demas, y que quede bien claro cual es nuestra postura con este tema.
Me parece que todos estamos de acuerdo en ayudar a esas mujeres que abortan, para que no se vean abocadas al aborto. Pero mi pregunta es, que ayuda se le puede dar a una mujer que no tiene ningun problema, sino que el problema es que no quiere tener mas hijos?.
Pues muy poco. Cruzarse de brazos y esperar a que un juez del Supremo se retire o se muera y nombrar a un sustituto "progresista" o "conservador" que incline la balanza pensando en hipotéticas apelaciones a la actual jurisprudencia.
Total, que la cosa va para largo y no hay que cargar las tintas sobre una única persona.
Las causas del aborto son muchas. No sólo morales, también económicas y sociales.
En otro artículo de ReL le echan en cara a Obama que precisamente el aborto se da mucho más entre la raza negra.
¿Y estos señores no se han parado a pensar en que los negros son mucho más pobres que los blancos? ¿Y que además tienen otros problemas como la drogodependencia o las madres solteras?
Precisamente los políticos republicanos, empeñados en el "gobierno reducido" critican las ayudas públicas a las madres solteras negras, llamándolas despectivamente "madres parasitarias", pues sus únicos ingresos vienen del dinero del gobierno federal.
¿Que se creen estos hipócritas que harán las jóvenes madres negras solteras y en paro, cuando queden embarazadas del quinto niño y no tengan ayudas públicas?
¿Creen que sermoneándolas Biblia en mano no abortarán?
¿Sería preferible un presidente republicano que no sacase a los EEUU de la actual crisis económica, y que no promoviera programas para dar trabajo y sacar de la marginación a las minorías; solamente porque podría nombrar a un hombre que luego puede cambiar de ideología?
A mí me gustaría que hubiese menos abortos.
(Los americanos lo hacen todo a lo grande, incluídos los errores. Cuando legalizaron el aborto lo hicieron con una manga muy ancha que permite todo tipo de prácticas y plazos. Creo que en algunos estados incluso es legal abortar durante las contracciones del parto).
Sobre todo me gustaría que ninguna madre pensara en abortar por problemas económicos. Y creo que para reducir drásticamente los abortos, hay que hacer algo más que reimplantar la prohibición.
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