Nuestros hermanos ortodoxos
Ha fallecido Su Santidad Alexis II, Patriarca de Moscú y de todas las Rusias. Es sabido que desde 1054 la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas no están en plena comunión. Nuestros hermanos ortodoxos reconocen los siete primeros concilios ecuménicos y tienen como centro espiritual al Patriarca de Constantinopla.
El Patriarcado de Moscú surgió en 1589 –ciertamente, mucho más tarde que el de Antioquía, que el de Alejandría, que el de Jerusalén, que el de Constantinopla y, sin duda, que el de Roma - .
No sólo el cisma en sí mismo, sino también, por ejemplo, las Cruzadas fueron para los ortodoxos acontecimientos de dolor. Ya en el primer milenio, antes del cisma, Oriente y Occidente se habían separado bastante, aun manteniendo formalmente la comunión. Luego, sobrevinieron otros litigios y otras discrepancias.
Pero nada de esto, siendo importante, puede obviar lo que claramente es común a la Iglesia Católica y a las Iglesias Ortodoxas: la referencia a la Escritura y a los Padres; la aceptación de los dogmas fundamentales de la fe; la vida litúrgica y espiritual; la admisión de los siete sacramentos; el monaquismo; la devoción a Nuestra Señora; el apostolado, la misión, la búsqueda de la santidad.
A mí, desde luego, no me cuesta nada, o casi nada, ver en un cristiano ortodoxo a un hermano en la fe. Puedo rezar con gusto en sus iglesias. Podría incluso, si fuese el caso, recibir la comunión o pedirle a un sacerdote ortodoxo la confesión o la unción (cf Código de Derecho Canónico, c. 884). Admiro sus iconos, sus bellísimos cantos litúrgicos. No olvido algunos detalles vividos en primera persona: La atentísima bienvenida en una iglesia de Antakia o en el Patriarcado de Estambul, en un viaje a Turquía; o las visitas de Su Santidad Bartolomeos I a Roma.
Yo, personalmente, no he visto, aunque puedo estar equivocado, en el Patriarca Alexis grandes signos de acercamiento a Roma; es decir, a los católicos. El Papa Juan Pablo II, tan abierto al “orientale lumen” no pudo pisar Moscú por la oposición del Patriarca. No me ha parecido que su disposición fuese similar a la de Bartolomeos o a la de otros Patriarcas o Arzobispos de Iglesias autocéfalas.
Debemos seguir orando y comprometiéndonos en un diálogo basado en la caridad y en la verdad.
Guillermo Juan Morado.
11 comentarios
Saludos
Saludos cordiales
A los demás, gracias. La pregunta no era por mi Blog, sino por todos los blogs de esta página.
Agradezco mucho que tanta gente intente transmitir a los demás una forma cristiana de ver las cosas, aunque no siempre se tenga la respuesta que nos gustaría.
Como en general no disponemos de tiempo ni de ganas para leer cuanto se escribe, el éxito depende muchas veces de los títulos, si me atrae, lo abro y empiezo a leerlo, si no, tal vez me pierda algo importante o interesante, por eso creo que es tan importante en periodismo el dar con un buen título.
Sólo es un consejo de un profano.
Gracias por su tiempo y dedicación.
¡Ánimo! y no desespere, que siempre habrá alguien al otro extremo leyendo.
Un cordial saludo,
José Mª
En cambio, comentarios, sólo se escriben cuando alguien tiene algo interesante que aportar.
Por eso, aunque yo no escriba muchos comentarios, sí le leo y le sigo, al igual que a otros bloggers.
La ausencia de comentarios no implica ausencia de lectores.
Salu2
Ruego por las intenciones de Alejandro Burgos
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