La soberbia de los entendidos
En la antigüedad cristiana, los gnósticos pretendían tener un conocimiento intuitivo y misterioso de las cosas divinas. Los iluminados, la elite, gozaban de un conocimiento secreto, esotérico, reservado a los iniciados. El vulgo tenía que conformarse con la doctrina católica, accesible a todos.
En un interesante ensayo, titulado “El misterio del Padre - Fe de los apóstoles. Gnosis actuales - ” (Madrid 1998), M.J. Le Guillou advertía que la confusión doctrinal existente en la Iglesia era una nueva crisis gnóstica y que el camino para superarla era, de nuevo, la confesión de la fe apostólica.
Yo estoy bastante de acuerdo con ese diagnóstico del preclaro teólogo dominico. Se advierte, quizá en exceso, una vocación, rayana incluso con el vedetismo, de distanciamiento: En la cumbre del saber estarían los “cristianos maduros”, aquellos que han tamizado su fe en la criba de la modernidad y que han lanzado por la borda el pesado lastre de las cosmovisiones medievales, y en la base, o en el subsuelo, o en la caverna, los “cristianos simples”, ingenuos, que siguen creyendo que las palabras en las que se expresa la fe tienen, más allá de un contenido meramente simbólico, un alcance real. Sin que por ello ignoren las posibilidades y los límites de todo lenguaje.
El gnóstico de hoy es arrogante, altanero, casi perdonavidas. Él es profeta y los demás son borregos incapaces de pensar, patológicamente propensos a seguir la voluntad de los pastores; para colmo, de unos pastores cuyo único credo sería el poder y el mantenimiento del poder.
El mundo real y, dentro de éste, el mundo de la fe es mucho más complejo. La fe no es un logro humano sino un don divino. No está reservada a unos pocos escogidos, sino que se ofrece a todos, en su sencillez y grandeza, en su sabiduría y locura. La fe es asentimiento, reconocimiento, entrega a una Verdad que se nos dona como un regalo inmerecido. Y, sin fe, no hay tampoco inteligencia de la fe; no hay Teología.
A todos, fieles y pastores, teólogos y aprendices de teólogos, nos hace falta una mayor dosis de humildad, de autoconocimiento, de sumisión, de rendimiento, de entrega; en definitiva, de obediencia. Dios es. Y Dios habla. No somos jueces de su Palabra, sino oyentes atentos y agradecidos. Si falla esta escucha, la razón no puede ni razonar. Una razón gnóstica impide percibir la sorprendente novedad, la admirable extrañeza, de lo divino.
Guillermo Juan Morado.
24 comentarios
El propio Jesus era claramente gnostico:
-El Reino de Dios esta dentro de vosotros (gnosis)
-Jesus hablaba del Templo de su cuerpo (gnosis)
Por no hablar del Vaticano II:
-el misterio del verbo encarnado esclarece plenamente el misterio del hombre (gnosis)
-mediante su encarnacion Cristo se une a todo hombre (gnosis)
Todos somos gnosticos en potencia.No existe nadie que no tenga una chispa de divinidad.HIJOS DE DIOS SOMOS TODOS y consustanciales al Padre somos todos.
¡Mas gnostico imposible!
1)Que Dios,Padre,Hijo y Espíritu Santo, habita en nosotros es una revelación, proporcionada por la Escritura,no hay "descubrimiento",sino revelación.
2)La utilización, por todas partes, del término gnosis sigue fallando,porque la vida,interior, en Dios, es fruto de la gracia y no de ninguna tarea humana.
3)La "gnosis",si la entendemos como conocimiento progresivo de las verdades de Dios,no es mala, lo malo es el "gnosticismo",sustituyendo la Revelación por mis,digamos,"descubrimientos".
4)En todo caso el magisterio ordinario de la Iglesia aclara las dudas que pudieran darse.
Sin embargo el post de Guillermo,con dosis evidentes de su fina ironía,va más alla de un "quitame allá esa gnosis";en efecto,algunos "gnósticos" se han constituido en creadores,intérpretes,jueces y fiscales de todo lo que se menea en la Iglesia.Se hacen notar,porque a veces,no siempre,su discurso es llamativo,incluso bien elaborado y sacan pecho de sus,digamos,escritos;tratan,además de incluir en su propósito algo llamativo,diferente (a veces ya muy visto)que sorprenda.
No solo Masiá, et alii,L.Boff,otrora teólogo,hace,últimamente,unas mezclas entre sincretismo,paganismo y pseudocristianismo la mar de originales,pero perfectamente prescindibles,y sin embargo,vive de ello.
En muchas ocasiones,casi todas, estos "gnosticos" terminan sus deposiciones pseudoliterarias tronando contra aquellos que pudiéramos,¡oh atrevimiento!, contestar a sus "descubrimientos".
Obedecer (ob-audire,estar a la escucha) es el camino.
Padre Guillermo:
¿Puede explicarnos lo que significa "gnosis" y lo que significa "pistis".
- La salvación por la fe y la caridad, a la que todos estamos invitados, se convierte en una salvación por un "conocimiento hermético" sólo accesible a "puros".
- La carne es el "quicio de la salvación" (Tertuliano), pero para el gnosticismo es un mal absoluto e irredimible.
- El hombre necesita de la gracia para su salvación, pero el gnosticismo apela a las propias fuerzas internas del hombre para poder salvarse.
- Jesús sufrió en su cuerpo y su alma el pecado de todos los hombres, pero el gnosticismo no entiene de la necesidad de ser redimido el hombre, y cree que el cuerpo sufriente de Jesús es una mera "apariencia" (curiosamente, esta idea del gnóstico Basílides influyó en el Corán).
En definitiva, el gnosticismo cree que el ser humano es autosuficiente, no necesita redentor, que la carne es malísima (no el espíritu) y que nos salvamos "conociendo", no amando en la fe. Una artimaña sutil del demonio en definitiva.
No me sastiface lo suficiente su aclaración, ni tampoco la de nuestro amigo Luis López. Sé que soy duro de mollera; pero es que además me gusta tener los conceptos muy claritos, a fin de enterderme un poco y saberlos utilizar.
Por otra parte le digo, que me parece, (corríjame usted si me equivoco) que ni S. Juan de Ávila, ni Santa Teresa, ni San Juan de la Cruz, ni S. Francisco de Sales, etc, etc, con ser doctores de la Iglesia y haber escrito tanto y a mi parecer tan bien, nunca han utilizado tales vocablos. Pero a mí me gustaría conocerlos y poder utilizarlos alguna vez si llega el caso. Agradezco a todos, lo que puedan aclararme de dichos vocablos
No basta con estudiar los términos; es preciso ver en qué contexto se usan. Le recomiendo consultar el "Diccionario Patrístico y de la Antigüedad cristiana", Ed. Sígueme.
Te has pasaooo: Se ve que tú no has sentido la revelación de Dios. Y cómo cuando Dios te manda o que hagas que avises, que digas que exhortes... esas cosas que otros no entienden.
Y cómo cuando nadie te hace caso; que te toman por loco. O que te encierran en un manicomio porque lo que dices no conviene a los intereses de este mundo.
Yo si que entiendo Juan cuando ante su impotencia por hacer escuchar les decía: ¡Raza de víboras! ¿quien os enseñado a huir de la ira que llega? -se le puede llamar a esto soberbia-.
Recuerda que como así está escrito: Juan vino al mundo en espíritu y poder de Elías. Y está escrito que Elías ha venido al mundo a cambiarlo todo.
A Juan -y a Cristo- y a tantos profetas les entiendo cuando tienen que soportar ese mohín característico del avisado de iluminados y profetas; Y esa sadónica risita.
Y puesto que es así reponde a la premisa de este silogismo. ¿silogismo dije?
"El libro de la Biblia es un libro en texto y contexto de palabra viva que en exhortación constante en modo de tiempo lugar, individual o en comunidad, procediendo de un Dios vivo; Está escrito para vivos.
Y que en tanto y cuanto de modo tiempo y lugar la exortación por Dios requerida es atendida: El texto y contexto del libro vivo de la Biblia cambia."
¡Aplastanate lógica! ¿no?
Sí, cierto: Al principio dudaba si deliraba o no. Hoy día ya lo tengo asumido. Me limito sacarle provecho. Para mi claro, pues nadie me cree.
No, no es verdad que todo sea custión de interpretación. Esta respuesta está demasiado manida. No me vale.
Vamos que no te gustan los profetas. Tienes razón, estos, amén de que sólo saben decir :¡Arrepentíos, arrepentíos! Son unos aguafiestas, van mal vestios (de saco Ap.11,3). Y más de las veces huelen mal.
Fíjate sino en Juan el bautista: alimentándose de saltamontes. Viniendo del desierto, sin lavarse. Y en piel y lana de camello vestido.
Los otros, los de la democracia socialista. A estos como a los políticos sino se les cree en sus proyectos de salvación, almenos se les soporta mejor.
No obstante y sin mala intención: permíteme que te diga que no te veo fácil la vida si no te gustan o te repelen los profetas.
Porque dadas las mundanales cicunstancias por las que atravesamos, estos, ya proliferan, y serán más. Así como son las setas y los hongos que no es fácil saber cuales son digestivos. O cuales y cómo son, o serán venenosas sus mundanas salvaciones.
Por lo que respecta a la fe, que es entrega. Estoy de acuerdo contigo que es ésta es un don gratuito que Dios da, otorga o concede a sus elegidos como profetas. Pues todo aquel que busca a Dios de alguna forma lo es.
Siempre entendido esto que sea: En grado y forma de condición y categoría, para que cada cual según sus talentos, cumpla con la misión encomendada.
Por lo que se refiere a la humildad, ésta es tan perniciosa, cuanto lo es esa -a veces hipócrita-falsa humildad que se interpone entre lo que Dios quiere de sus siervos; Y lo que estos creen, que en santa humildad, le puede agradar a Dios.
Recuerda lo que Jesús le dice a Pedro, cuando éste no quiere que le lave los pies.
Y de aquí -como tú bien dices- saber oír a Dios. A pesar de aquellos que seguro bien intencionados, disuaden a los profetas sin haberlos oído.
La gnosis, entendida como esa búsqueda que honestamente intenta encontrar la verdad que es Dios; sea a través de la física, sea a través de la metafísica; sea a través de la mística: sea bien venida.
"Que todo fin se justifica en sus medios; en tanto y cuanto el fin está justificado". Y todo medio que induce a Dios, se justifia en Dios.
Y venga aquí lo del paranóico comoprofeta: (del "paranüs" o el que está o camina al lado de la mente,del espirítu). Dicho sea: El que oye voces y tiene visiones. Y que no todas éstas deben de ser en paranoia del espíritu del señor principe de la tinieblas.
Pues también hay visiones y voces que provienen de lo alto. Y aquí el paranóico, como profeta, que camina en espíritu de alturas que es Dios.
¿Seré yo ese profeta -uno de los dos- que como está esta escrito; Así, vestido de saco, está esperando el momento de salida?
Y ¿dónde podría yo como profeta depositar mi mercancía sino fuera en este mercado?
El que quiera saber lo que dice puede ir www.vatican.va; picar en uno de los redondeles: el que pone “textos fundamentales”; pulsar en Concilio Vaticano II; buscar “Lumen Gentium” y pulsar español; buscar punto 62, párrafo segundo.
Pues a mí no me ha parecido que Jasp hacía el gili; sino más bien que es muy agudo, y además tiene sentido del humor. La verdad es que su "salida" me ha gustado mucho. saludos.
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